XXXIV
Dedicado a AbbyTaisho
Gracias por seguir mi historia bella, espero no decepcionarte💖
●● ●● ●● ●● ●● ●● ●●
Sesshomaru no había borrado su sonrisa, pero había seguido soplando la comida para darle al pequeño.
–¿Cuál es tu nombre?– preguntó cuando lo vio tragar– ¿Que edad tienes?
–Tengo 5– su voz estaba un poco gastada al llorar y aún temblaba– y me llamo Shippo
–Que lindo nombre– Kagome apareció secando su cabello– reposaras un poco, después te daré un baño caliente ¿ok?
Shippo asintió, bajó del sillón y fue al baño, Kagome quería seguirlo para ayudarlo, pero él dijo que sabía ir solo, el silencio entre ambos adultos era incómodo, él ordenando sus pensamientos, pero las piernas de ella no ayudaban, y Kagome, temía voltear, ya que aún recordaba las palabras de la señora.
–Tenemos que hablar– dio un salto al sentir a Sesshomaru tras ella, volteó pero sin mirarlo– me...arrepiento...– este debía ser su momento más humillante, jamás se había quedado sin palabras– me arrepiento, por lo que dije
Dijo finalmente, sacando un peso muy grande de su pecho, mientras, Kagome aguantaba la risa, había escuchado una vez a Inuyasha, diciendo que su hermano jamás se había disculpado, que aquella persona que escuchara un "lo siento" de su boca, debía considerarse la más afortunada.
–Yo también lo siento– expresó unos segundos después– estaba tan enojada ese día, que minimice tu dolor– hizo una mueca de desagrado, aquel día su mente solo mostraba la imagen del video, un hombre dolido que dio el último mensaje de su padre– me sentí muy mal después, pero no sabía como disculparme, así que...
–Así que decidiste ignorarme– completo la frase– valla manera de arrepentirte
Kagome iba a decir algo, pero se quedó callada al sentir como él la abrazaba y ponía su rostro sobre su cabeza, por unos segundos, que parecieron eternos, no reaccionó, pero después devolvió el gesto.
Se quedaron allí, disfrutando el calor del otro, sintiendo su corazón bailar feliz, los minutos pasaron y Kagome se soltó al ver que Shippo no volvía, ambos fueron a buscarlo, en el baño no estaba, así que fueron a las habitaciones, donde lo encontraron acostado sobre el cobertor, Sesshomaru lo tomó con cuidado para no despertarlo, Kagome abrió las cobijas y lo recostaron, cubriéndolo bien para que no pasara frío.
–Bien, iré a darme un baño– habló Sesshomaru cuando llegaron a la sala– y tu, deberías comer.
•••
La noche pasó lenta, entre ambos adultos hablando, preocupados del pequeño y hablando de ellos mismos, Sesshomaru se sentía aliviado, por fin podía expresarse sin tener que guardarse cosas. Cuando la vio acurrucarse contra ella misma, sin esperar la tomó en brazos y la llevó a la habitación, donde se acostó el primero bajo las cobijas y luego la puso a ella en medio de sus piernas.
–¿Es necesario?– preguntó al sentir como era abrazada– puedo ponerme a un lado
–Solo unos minutos– susurró cerca de su oído– después te pondrás a un lado y dormiremos
Kagome asintió, sus ojos comenzaron a cerrarse poco a poco, realmente era cómodo estar allí, apoyó su cabeza en el hombro de él, respirando calmada, y se quedó dormida, Sesshomaru sonrió y también se durmió.
•••
En la mañana, quien despertó primero fue Sesshomaru notando que estaban de lado y él la estaba abrazando, los golpes en la puerta principal lo hicieron levantarse.
–Traigo el desayuno– dijo una muchacha, sonrojada al verlo– ¿Que desea? Tenemos waffles, pan tostado, café
–Un momento– fue hasta la habitación de Shippo, lo despertó y regresó– bien, ¿que quieres comer?
La chica se mostró descontenta, su coqueteo no había funcionado, y quedó más blanca aún cuando vio a Kagome salir de la habitación principal, con la bata a medio cerrar y ojos cansados.
Pidieron la comida, desayunaron tranquilamente y esperaron la ropa, que llegó una hora más tarde, lavada y secada, también venían dos bolsas más, las cuales Sesshomaru explicó que había mandado a comprar para Shippo, dentro se estas había una chaqueta gruesa, pantalones,calcetas y suéter, unos zapatos y por último, guantes con unos tiernos zorritos dibujados.
–Gracias– el pequeño lloró, alertando a los adultos– nadie me había...tratado tan...bien– sollozo aun más cuando Kagome lo abrazó.
Sesshomaru buscaba su ropa, pero se detuvo a mirar por la ventana, viendo que la lluvia parecía no querer menguar, de ser así, las calles serían muy peligrosas, deberían pasar otro día allí, así que mando un mensaje a su padre, que de seguro estaría con Naomi, le dijo que estaba junto a Kagome, evitando la parte del niño.
Kagome llevó al pequeño hasta el baño, donde lleno la bañera y lo metió cuando estuvo en la temperatura adecuada, lavó su cabello dos veces, ya que parecía como si hace mucho no lo lavara, tallo con delicadeza su cuerpo, evitando tocar ciertas partes, notó unas cuantas cicatrices en la espalda, unos moretones a medio borrar en sus manitas y lo que parecía ser una quemadura en la pierna. El solo pensar en el infierno que tuvo que haber pasado, le formó un nudo en la garganta.
Sesshomaru los esperaba en la sala, había alquilado unas películas animadas para que vieran, se había puesto su pantalones y camisa, pero sin los zapatos. Kagome traía a Shippo en brazos, se veía adorable, ya que la chaqueta tenía bordado un león en medio.
–Debemos quedarnos un día más– le avisó, poniendo play a la película "El rey león"– la tormenta no pasara y es peligroso manejar con las calles así
–¿Que pasará conmigo?– preguntó Shippo aferrándose a Kagome– no quiero volver
–Te quedarás conmigo pequeño– le dijo ella acariciando sus mejillas– no dejaré que te hagan daño.
La película avanzaba y él no podía estar más aburrido, no le gustaban para nada esas películas, solo las había visto una vez y había sido para calmar a Rin, quien extrañaba a Inuyasha, pero nada más, no tenia necesidad de verlas. Una idea cruzó por su cabeza, una muy pervertida, se acercó a Kagome, mientras se aseguraba que Shippo miraba la tele, se había acostado en la alfombra y no miraba nada más, así que comenzó a tocar las piernas de Kagome, quien aún tenía puesta la bata, ya que había dicho que se daría otro baño después de la película.
Al sentirlo, se tapó la boca evitando gritar, no quería asustar a Shippo o que la viera así, miró a Sesshomaru, quien mantenía su vista en la televisión, de vez en cuando le miraba para sonreírle, ella se molestó, así que le siguió el juego, su mano fue hasta las piernas masculinas, comenzando a subir lento, llegando hasta su miembro que ya comenzaba a levantarse.
–Te llevaré a la habitación– le susurró de cerca, ella negó– pequeña traviesa, esto me lo pagarás.
La subió a sus piernas, miró al niño notando que dormía plácidamente en la alfombra, se levantó con ella en brazos y la llevó a la cama, donde la dejó cuidadosamente y después se puso sobre ella, la bata se levantó mostrando más sus piernas, a la altura de sus senos estaba media abierta, dejando ver los duros pezones.
–Vamos a jugar, pequeña.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro