XXIX
Sango preocupada, había salido a buscar a su amiga, pero la vio entrar por la puerta, enojada y llorando, fue hasta ella para abrazarla, Kagome se aferró a ella y lloró aún más, fueron nuevamente a la habitación de la castaña y Sango dejó acostada a su amiga, hoy cuidaría de ella.
–Muchas gracias, Sango– se acurrucó en la cama y cerró los ojos– si me llaman, por favor, no contestes
–¿A nadie?– Kagome negó– ¿siquiera a tu madre?
–Sango, a nadie– se tapó completamente– hoy no quiero pensar en nada ni nadie
Sango salió sin decir nada, fue a la cocina y preparo el desayuno, unas tostadas con mermelada, jugo natural y café, subió todo y prendió la televisión buscando alguna película.
•••
Naomi se encontraba terminando de cocinar, iría a ordenar el segundo piso y después llamaría a Sota para comer, subió a su habitación, donde sacó la ropa sucia, cambió sábanas y después fue a la habitación de Sota para hacer lo mismo, su hijo estudiaba con audífonos puestos, así que no lo molestó, fue entonces a la alcoba de Kagome, al entrar, vio el video pausado, su corazón se aceleró por el miedo, Kagome debía estar mal, su hija era muy sensible con el tema de su padre, y ver ese video, significaba que estaba destrozada por dentro.
Caminó hasta la televisión y quitó el CD, fue hasta la habitación de su hijo y lo llamó, diciendo que debía mostrarle algo, si Kagome ya lo había visto, no tenía caso ocultarselo a Sota, quien se levantó quitando sus audífonos y consulto que pasaba, Naomi no dijo nada, simplemente lo llevo al primer piso y reprodujo el video.
Después de unos minutos, Sota estaba sin habla y llorando, Naomi no sabía si acercarse o no, este video le había llegado hace unos seis años, nunca lo mostró a nadie, pensó que los protegía, no quería verlos tristes.
–¿Por qué?– la voz de Sota era temblorosa– ¿por que ahora?
–Kagome lo encontró, creí que también debías verlo– ambos se miraron, Naomi vio tristeza y enojo– creí que los estaba protegiendo al no mostrarselos
–¡Claro que debías mostrarnoslo!– alegó levantándose y caminando de un lado a otro– ¡mi hermana y yo lo habríamos sabido sobrellevar!
Subió corriendo y se cerro en su cuarto, ella se sentó llevando ambas manos a su rostro, ahora todo estaba arruinado, sus hijos la odiaban y no sabía como remediar todo.
•••
Toga estaba alistando sus cosas para ir a la oficina, ya que Sesshomaru no había ido durante muchos días y eso comenzó a provocar problemas con los inversionistas, mientras cerraba su computadora y buscaba las llaves del auto, sintió un portazo, preocupado fue a la entrada, viendo al mayor de sus hijos golpear todo a su paso.
–¿Se puede saber que te pasó?– la mirada que recibió no fue precisamente amable– si quieres golpear algo, tenemos sacos de boxeo
–No te metas– se volteó y dio dos pasos antes de recibir un golpe en su cabeza, tras él, Toga tenia la mano alzada– ¿se puede saber que te pasa?
–Ya te perdone que hablaras mal de Izayoi, no te permitiré que sigas faltandome el respeto– lo tomó del brazo y lo llevó hasta la sala de estar, se quitó la chaqueta y se sentaron en los sillones– antes que digas algo, te debo una disculpa por ocultarte la verdad
–Hmp– Sesshomaru se cruzó de brazos– eso no cambia nada
–Cállate y escucha– también se cruzó de brazos, pero después suspiró y trató de relajarse– no creí necesario decírtelo, después de todo, Izayoi te dio todo lo que necesitabas, de habértelo dicho, la habrías lastimado con tus palabras– volteó mirando una fotografía de su difunta esposa embarazada de Inuyasha y un pequeño Sesshomaru acariciando la pancita– ella no lo hubiera aguantado, quizá te habría seguido dando amor, pero poco a poco iría muriendo por dentro, ella me lo pidió, que jamás lo supieras
–¿Por qué?– no lo demostró, pero estaba sufriendo al pensar que pudo lastimarla– ¿por que pediría algo así?
–Por qué te amaba, por que sabía que eso te haría mal– puso sus manos sobre sus rodillas y sonrió– por qué ella sabía que ocultarias tus sentimientos, dirías que no te importaba, pero dentro de ti, anhelarias conocer a tu verdadera madre y sufrirías aún más al ver que a ella no le importas
–Quizá tenía razón, quizá jamás debí enterarme, no sólo te lastimé a ti con mis palabras– se levantó y al llegar a la escalera habló– Izayoi Taisho es mi madre, Irazue solo es una mujer que conocí hace poco.
Toga sintió alivio, las palabras quizá no habían sido dichas, pero con aquella declaración, estaba dando a entender que amaba y amaría a Izayoi, eso lo dejo tranquilo, pero ahora su duda, era que lo tenía tan molesto y dolido, habia dicho que sus palabras no sólo lo lastimaron a él, ¿habría discutido con alguien más? De ser así, su hijo tenía un grave problema de ira, debería llevarlo a terapia.
Vio la hora en su celular, apenas y eran las 10:00 am y ya tenia dolor de cabeza, sonrió con una idea en mente, iría a la cafetería de su actual novia y le pediría desayunar juntos.
Tomó la chaqueta dejándola sobre su brazo, fue por la computadora y llaves, miró la cocina, donde estaba Kaede, le pidió que le avisara ante cualquier inconveniente con su hijo y salió, condujo hasta la pastelería, donde vio que aún estaba cerrada, confundido fue a la casa de Naomi, en caso que le hubiera pasado algo, se estacionó frente a la casa y bajó, tocó el timbre esperando que abrieran, y cuando lo hicieron, ella lloraba.
–¡Toga!– se aferró a él, llorando aún más– mis hijos me odian
–Claro que no, lo que haya pasado se resolverá– acarició su cabello– debes darles tiempo
–¿Como es que siempre eres tan positivo?– sonrió un poco, se separó y limpió las lágrimas– le mandare un mensaje a Kagome, para que este con Sota
–Bien, después iremos a desayunar, no he comido nada– Naomi recordó la comida, fue corriendo a la cocina y apagó todo, por suerte el estofado no se había arruinado– o si quieres comemos aquí
–Salgamos– miró las escaleras, queriendo ir a hablarle, pero solo tomó el celular y escribió a su hija– pero, esperemos que llegue mi hija.
Toga asintió, solo que esperaron en el auto, luego de quince minutos vieron llegar a Kagome y Sango, encendió el vehículo y condujo hasta la pastelería, diciéndole que quería probar sus pasteles otra vez. Así, pasaron una linda velada, aún cuando tenían problemas, Naomi tenía la esperanza de que todo mejoraría.
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