XXIII
En el estudio, Toga miraba feliz y triste a la ves a Naomi, quien simplemente lo miraba con una sonrisa y un pequeño sonrojó.
-Mi hija...ella me trajo- dijo después de unos minutos- necesitamos hablar
-Lo sé, pero temo a lo que saldrá de tus labios- sé acercó a ella ya tomó sus manos- no quiero que me odies
-No te odio- respondió soltandose de su agarre y posando una mano en la mejilla masculina- de hecho, mis hijos me han ayudado para que tenga clara mis pensamientos
-¿Y que deseas decirme?- estaba impaciente, un hormigueo recorrió sus venas, la sensación de felicidad lo invadió tanto, que sin notarlo, tenía a Naomi acorralada contra la puerta esperando la respuesta- por favor, no hagas esperar a mi afligido corazón
-Quisiera...intentar ser feliz- dijo mirando los ojos dorados, Toga se perdió en los latidos de su corazón, aquella frase, ¿lo querría incluir a él?- y aquel beso que nos dimos, me gustó más de lo que quiera admitir.
Esta vez, todo pasó en cámara lenta, Toga veía a Naomi poner sus manos sobre sus hombros, cerrar los ojos y acercarse a sus labios para depositar un pequeño y cálido beso, no era de necesidad, era de un amor que apenas estaba floreciendo.
•••
Kagome tenia una vena palpitando en su frente, sus manos hechas puños y respiraba agitada, caminó a paso firme, queriendo golpearlo, pero primero, debía hacer que abriera la puerta, y cuando levantó la mano, a punto del golpe está se abrió, y su puño fue a dar al pecho de Sesshomaru, quien la miró amenazante, no es como si hubiera dolido, pero bien podría haber detenido el golpe.
-¿Se puede saber por que me golpeas?- la voz autoritaria le puso la piel helada, miró arriba notando como una pequeña sombra cubría su rostro dando una sensación de temor- podrías haber evitado golpearme al ver que abrí la puerta
-Eres un mal educado- crítico evitando responder su duda- mira que cerrar la puerta cuando estamos hablando
-¿Así esta mejor?- tiro de ella y cerró la puerta, dejándola apoyada en esta y él a escasos centímetros de su rostro- ahora cerré y tu estas dentro, ¿feliz?
-A..alejate- pidió mirando y esperando que su madre no apareciera- o gritaré
-Hazlo y te besaré- desafío ahora estando a un dedo de distancia- ¿no harás nada?
Kagome tiró de su corbata y lo besó, dejándolo impactado y con ganas de más, pero los pasos de su padre y la señora Higurashi acercándose se lo impidieron, pero antes de que aparecieran aprovecho de darle una nalgada.
-¿Kagome?- su madre parecía más feliz de lo habitual, su sonrisa radiante había vuelto y Toga no parecía estar mal- ¿hija estas bien?
-Si, tranquila- Toga miró a su hijo quien miraba a Kagome como si quisiera sacarla de allí- ¿esta todo bien entre ustedes?
-Si- respondió Toga- gracias por traer a tu madre
-No fue nada- movió sus manos en señal de vergüenza- y espero, que la haga feliz
-Lo haré- aseguró tomando la mano de Naomi y sonriendo.
•••
La pastelería Shikon abria sus puertas nuevamente, Kagome y Naomi estaban haciendo más pasteles de lo normal, pues no esperaban que tanta gente les extrañará, incluso se sorprendieron al ver que había una fila fuera del local, así que se pusieron sus delantales y comenzaron a hacer todo tipo de pastel, cupcakes, incluyeron waffles y muffins por hoy.
Ya entrada la noche, aún había gente, pero Toga llegó pidiendo a Naomi lo acompañará, Kagome dijo que estaría bien ella sola, así que le insistió a su madre que fuera.
-¡Kagome, cuanto tiempo sin vernos!- la voz alegre de Bankotsu llego a sus oídos, volteó con una sonrisa y le dio la bienvenida- ¿me das lo de siempre?
-¡Por supuesto!- preparó el café favorito del moreno y llevó el trozo de pastel- aquí tienes, hoy lo hizo mi madre, asi que esta delicioso
-Tu también cocinas delicioso- llevó un bocado a sus labios y disfruto el sabor del pastel- pero este está mejor
-Muy gracioso- dijo rodando los ojos- iré a traer servilletas
-Por cierto preciosa, ¿me puedes ayudar?- dijo llamando la atención de Kagome- ¿puedes?
-Citas ya sabes que no- dijo bromeando y sacando una risa en el moreno- ¿que necesitas?
-Sabes que siempre bromeo cuando te pido una cita ¿no?- bien sabia que así era, se habían criado juntos, amigos junto a Sango y Hojo, y desde que supo que había terminado su relación con Hojo, comenzó a pedirle citas para hacerla olvidar la tristeza que eso provocó, si bien ambos habían acordado terminar por el bien de su amistad, Kagome se sintió mal por que comenzaron a alejarse cada vez más, al punto que solo hablaban por medio de Sango- ahora necesito tu ayuda para conquistar una chica
-¡Oh! ¡eso no lo esperaba!- acercó su banco y se sentó apoyando su cara en ambas manos- cuéntame quien es
-Su nombre es Yuumi- dijo jugando con su café- es un año menor que yo, muy tierna pero a la vez con un carácter de temer
-¡Que emoción!- dijo llamando la atención de varios clientes- ¡te ayudaré, pero debes presentarla más tarde!
La campanilla del local sonó, anunciando la llegada de clientes, Kagome volteó con una sonrisa:
-¡Bienvenidos, por favor, tomen asiento...- dejó de hablar al ver a Sesshomaru junto a una mujer, muy hermosa a su parecer- les atiendo de inmediato.
Bankotsu vio a los recién llegados sentarse junto a él, Kagome se levantó, dejó su asiento tras ella y fue hasta los recién llegados.
-¿Que desean pedir?- tenía un lápiz en mano y una libreta en el mesón- tenemos 10% de descuento
-Quiero un Latte con crema y un muffin de avellana- pidió la mujer, quien la estudiaba de pies a cabeza, sus ojos rojos brillaban como si poaneara algo, Kagome volteó dispuesta a consultar a Sesshomaru que deseaba, pero fue interrumpida por la voz de la fémina- y para Sessh, un americano sin azúcar y pastel de mango.
Se giró entrando a la cocina, serviría el pastel y después haría los café, Bankotsu, quien se mantenía en silencio, terminó de comer y se levantó, entrando tras Kagome y ayudandole a servir.
-Oye preciosa, ¿cómo fue que Hojo te pidió ser su novia?- preguntó tomando los platos y llevándolos hasta Sesshomaru y compañía- digo, no se ve del tipo que diría las cosas de frente
-Lo creas o no, ese día fue como conocer una faceta nueva de él- hablaban mientras servían café- recuerdo, que me pidió hablar después de clases y en lugar de decírmelo directo, simplemente me besó y gritó que quería estar conmigo- ambos rieron, esa si que era una faceta de Hojo diferente- y el resto ya lo sabes.
Dejó los café frente a ambos y luego fue a sentarse, hablando aún con Bankotsu, quien comenzó a molestarla para que tuviera una cita, pero esta vez para ayudarle a preparar una manera de declararse.
-¿El sábado a las doce?- Bankotsu la levantó de su asiento y la abrazó, escucharon la campanilla y voltearon, encontrando a una linda chica, cabello negro hasta los hombros, ojos marrón y vestia un lindo vestido- que...linda
-Yuumi...- el susurro de Bankotsu hizo caer en cuenta en la situación que estaban, muy comprometedora, se separaron y cuando quisieron hablar, Yuumi ya se había ido- mierda.
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