Kagome escuchó los golpes en la puerta, abrió sus ojos y vio a Sota acurrucado en sus piernas, le recordó aquellos días de lluvia, donde se quedaban leyendo cuentos en la ventana, ambos tapados con una frazada y un chocolate caliente, sonrió y lo acomodó con cuidado para no despertarlo, agradeció que tuviera una alfombra peluda y muy cómoda, estiró un poco sus brazos y piernas, luego fue hasta el primer piso a ver quien buscaba.

-¡Sesshomaru!- exclamó sorprendida, miró hacia bajo cuando sintió dos pequeños brazos rodearle las piernas- ¡Rin! Que gusto verte
-¡Le pedí a mi tío que me trajera!- dijo mirando al mayor- ¿ le molesta que viviéramos?
-Tu jamás molestas- respondió tomándola en brazos- vamos, pasen ¿gustan algo de tomar?
-No, solo veníamos por que Rin quiere de tus galletas- la voz de Sesshomaru sonaba más fría de lo normal, y es que aún que se dijo que no debía pensar en quien tomó lo más importante para ella, la idea que fuera su hermano le molestaba- ¿puedes hacerlo?
-Si...- lo miró alzando una ceja, cuando se fue hoy, había sido muy amable, pero ahora estaba de mal humor, le quitó importancia y fue hasta la cocina- ¿gustas galletas con chispas de chocolate?
-¡Si!- dijo feliz la pequeña dando saltitos- ¡esas son las mejores!

Kagome río contenta y comenzó a hacer  la mezcla, mientras tanto, Rin jugaba con una muñeca que había llevado y Sesshomaru masajeaba el puente de su nariz, debía calmarse, prefirió mirar su celular, tenía unos cuantos mensajes de Miroku, unos cuantos emails de la empresa y notificaciones, revisó los mensajes, su amigo le proponía beber en la noche, charlar y despejar la mente, y la idea le gustó, confirmó diciéndole "nos vemos a las 21:00 en el bar de siempre".

Unos pasos apresurados lo hicieron levantar la mirada, se encontró con Sota, quien lo miraba sorprendido.

-¿Hermana?- llamó buscandola- ¿donde estas?
-¡En la cocina!- fue hasta ella y sintió el aroma de chocolate- ¿que sucede?
-Te llamó Inuyasha- dijo dejando su celular sobre la encimera- contesté y pidió un pastel de cereza
-Bien, mánda un mensaje diciéndole que estará en unas horas- siguió haciendo la masa y agregó las chispas- ¿por qué no juegas con Rin?
-Está bien- sacó un cuenco con chocolate y fue hasta la sala estar- ¿quieres ir al patio, Rin?
-¿Puedo ir?- pregunto la menor a Sesshomaru, quien asintió- gracias.

Habían pasado exactamente treinta minutos, y no sabía que hacer, así que solo pudo levantarse e ir a la cocina, llegó en el momento que Kagome se agachaba y dejaba la bandeja con galletas dentro del horno, la vio voltear y al verlo en la puerta se levantó rápidamente y al no fijarse se golpeó con un mueble.

-¡Ay!- frotó el lugar golpeado y miró a Sesshomaru- ¿necesitas algo?
-Estaba solo, así que vine aquí- se sentó frente a ella y apoyó sus brazos en la encimera- ¿te molesta?
-No, para nada- Kagome sacó un cuenco y los ingredientes para hacer el pastel de Inuyasha, todos sus movimientos eran vistos por el peliplateado- aún que, me pregunto por qué estas de mal humor
-No estoy de mal humor- respondió evitando mirarla, ella por su parte lo miró alzando una ceja queriendo decir "¿enserió?"- ¿te importa como me siento?- se levantó y acercó su rostro al de Kagome, pasando un dedo por la mejilla de ella- eso es tierno
-Solo que-queria saber, hoy en la mañana estabas de buen humor- dijo agachando la mirada- ¿estas bien?
-Podriamos repetir lo de ayer- sugirió haciéndola sonrojar- así mi humor mejorará
-Rin y Sota están aquí- lo miró y Sesshomaru aprovechó de robarle un beso- ¡no hagas eso!

Él se levantó y caminó hasta ella, la tomó de la cintura y volvió a besar, no fue delicado, besó salvaje y la apretó, se separaron por la falta de aire, Sesshomaru se lamio los labios y sonrió para ella, la soltó justo cuando sintió pasos acercarse, Kagome siguió como pudo en lo que estaba y Sota entró mirándolos extraño, su hermana estaba totalmente roja y hacia la mezcla muy nerviosa, y Sesshomaru, él estaba mirando...un vaso, algo había pasado, de eso estaba seguro.

-¿Crees que podamos ir a ver a mamá?- prefirió ignorar todo y preguntar- después de tu ceremonia, claro
-Por su-supuesto, iremos pasado mañana- miró de reojo a Taisho, quien escribía algo en su celular- ¿quieres hablar de...eso?
-No me siento preparado- se cruzó de brazos y jugó con su pie derecho- aún no quiero escuchar de su nuevo novio
-¿Hablas de mi padre?- ambos miraron a Sesshomaru, quien dejó de ver los mensajes y se concentró en ellos- si es así, según se, aún no son nada
-¿Sabías que se besaron?- preguntaron los hermanos Higurashi- ¿como?
-Me lo contó hoy cuando llegué a mi casa- dijo de lo más normal- ¿por qué me miran así?
-¿Como reaccionaste ante eso?- preguntó el menor- por que Kagome lo tomó bien
-La verdad, no le tomé importancia- suspiró y observó a Sota- ha estado solo dieciocho años, no puedo juzgarlo
-¿No temes...que olvide a tu madre?- la pregunta dejó sin habla a Sesshomaru, trató de responder inmediatamente, y la sonrisa de su madre antes de morir pasó por su mente- no quiero que ella olvide a mi padre
-Ellos no lo harían- dijeron Kagome y Sesshomaru al mismo tiempo- si los olvidan, seria faltarnos el respeto a nosotros- terminó de decir Sesshomaru.

Sota salió de la cocina, Kagome tapó su rostro y se sentó un momento, Sesshomaru le dio un vaso con agua, vio por la ventana y se quedó mirando el cielo azul, esos días eran los preferidos de su madre, pasear con ellos, comer al aire libre, apretó los puños enojado ante la idea que su padre olvidara todo eso, que dejara en el olvido la imagen de ella.

-Creo que me iré- Kagome se levantó y dejó el vaso sobre el mueble- debo hablar con mi padre
-¿Quieres saber si la olvidaría?- no la miró, jamás hablaría de sus sentimientos con alguien, escuchó una suave risa, y sintió una mano en su mejilla- se que jamás los olvidarán- acarició con su pulgar y cerró los ojos- lo sé, por que es imposible olvidar a quien amas, eso siempre me lo enseñó mi padre- una lágrima cayó mojando su zapato y solo pudo abrazarla, no creía que Toga olvidara a Izayoi, pero muy dentro de él, deseaba escucharlo de sus labios.