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XLVI

Kagome envolvía algunos trozos de tarta mientras los clientes pagaban a Sota, Sesshomaru entró sacando una sonrisa en ella.

–Sesshomaru, que bien, ayúdame por favor– pidió Sota haciendo que entrara tras el mostrador– la computadora no funciona ¿sabes arreglarla?

–Un poco, que le pasó– interrogó quitando su corbata.

–Se pega y el Internet no funciona, la necesito para terminar un trabajo– respondió recibiendo el dinero.

Sesshomaru recordó lo que hacía con su computadora, así que limpio los virus y después reinicio, el computador mostró su logotipo mientras cargaba, prendió bien, pidió la clave y funcionó muy bien.

–¿Donde esta Shippo?

–Dentro– respondió Kagome

Sesshomaru fue a saludarlo, el pequeño cortaba la masa de galletas con moldes metálicos, al verlo lo saludó contento.

Unos minutos después, Kagome entraba suspirando, el día había estado muy ajetreado, solo deseaba sentarse y tomar agua.

–Hoy en la noche debemos hablar– Sesshomaru se había sentado junto a ella y la miró serio.

–Está bien– dijo tratando se averiguar más.
•••

Toga estaba esperando a su hijo, había llegado hace diez minutos y mientras tanto, se había puesto a leer un poco, se abrió la puerta, mostrando a un Sesshomaru cansado.

–¿Cuál es el motivo para que mi hijo me llame?– dejó la revista en la mesa y fue hasta él– ¿Es algo grave?

–Los inversionistas me mandaran a Tokio para hacerme cargo de un proyecto– el solo recordarlo le daba dolor de cabeza– y quiero que te quedes aquí mientras se hacen los tres hoteles en el centro

–Tokio, ¿ya le has dicho a la chica?– negó, haciendo suspirar a su padre– ¿y cuando planeas decirle?

–Hoy en la noche– respondió mirando esos ojos igual a los suyos– por favor, no dejes que cambien nada

–Me hablas como si fuera novato– alegó sonriendo– todo se hará según tu quieras, tranquilo.

Toga y Sesshomaru siguieron hablando de más cosas que debían ser supervisadas, una de ellas era que cuidara de Kagome, Toga sonrió contento al ver tan dedicado a su hijo.

Unas horas más tarde se marchó, le había prometido a Naomi acompañarla a comprar un regalo para Sota.

Sesshomaru se golpeó la frente, no estaría para darle su regalo, prefirió no pensar en ello, siguió adelantando trabajo, terminando contratos y cancelando cheques, pagó cuentas y llamó a Renkotsu para darle unas cuantas tareas.
•••

Entrada la noche, todos estaban en casa, incluidos Naomi y Toga, quienes habían ido para cenar todos juntos, Naomi había dicho que iría a la pastelería desde mañana, así Kagome tendría tiempo con Shippo y lo sacaba a pasear.

–¿Ya has pensado en mandarlo a jardín de infantes?– preguntó su madre llevando un bocado a su boca– así podrías buscar otro trabajo si gustas

–Lo había pensado para que no se aburra siempre en el local– dijo mirando a Shippo, quien comía Gyozas muy alegre– y también, quería tomar unos cursos para decorar platillos

Sesshomaru jugaba con los palillos, se perdería de todo ello por unos viejos codiciosos.

Al final, Sota se había ido a pasar unos días con su madre, había llevado su uniforme y Naomi se despedía de su nieto dándole una bolsa con dulces y otra con crayones y un cuaderno para que dibujara.

En la habitación, el peliplateado se encontraba mirando por la ventana, la luna menguante le recordaba la canción que Izayoi cantaba para él, sintió una mano en su hombro, Kagome tras él lo miraba preocupada.

–¿Estas bien?– consultó haciendo una mueca de preocupación– en la cena estabas muy serio

–Debo irme a Tokio un tiempo– le tomó las manos y las besó– no se cuanto tiempo, pero podría ser mayor a un año

–¿Por que ahora?– dijo aguantando la tristeza, justo cuando todo iba bien para ambos– ¿volverás?

–¡Claro que volveré!– le dio un pequeño beso en su frente– solo iré a supervisar una obra que ya ha comenzado, todo irá bien.

–¿Cuando te vas?

–Mañana en la noche– se abrazaron, queriendo sentir solo un poco más de esa tranquilidad que sentían el uno junto al otro– ¿puedo...hacerte el amor?

Su corazón latía más rápido mientras asentía, Sesshomaru la tomó de las mejillas y comenzó a besarla, tomando su tiempo para bajar las manos y quitar prenda por prenda, la tomó en brazos haciéndola abrazarlo, la recostó en la cama, y tal como dijo, se encargó de hacerle el amor.

Beso cada rincón de su cuerpo, estimulaba su intimidad para que lo recibiera bien, levantó una de sus piernas y quedó de medio lado, Sesshomaru aprovecho para ponerse en posición y entrar en ella, gimió por lo mojada y apretada que estaba.

Kagome se afirmaba de la cama y evitó gritar, Shippo solo estaba a una habitación de distancia, Sesshomaru la volteó dejándola boca abajo, besaba sus hombros, le giro la cara y la besó.

–Sessh...– su nombre si que sonaba bien en sus labios– así...me duele...¡ahh!

Salió de ella, se recostó y la puso sobre él, la acomodó y marcó un ritmo lento y placentero, Kagome gemia tapando su boca, la posición le encantaba, sentía como Sesshomaru llegaba aún más adentro tocando su punto G.

La acercó para besarla mientras subía un poco la intensidad, la felicidad de ambos era sin lugar a dudas muy grande, se dijeron a sí mismo, que cuando estuvieran juntos otra vez, se declararian.

Kagome soltó unas lágrimas, se abrazó a él cuando terminaron, quizá no comenzaron con el pie derecho, pero sin duda sus sentimientos habían ido creciendo.
•••

Shippo y Kagome estaban en el aeropuerto, el vuelo a Tokio saldría en quince minutos y Sesshomaru ya debía ir a la puerta.

–¿Y si vienes conmigo?– le pidió haciendo a los demás presentes asentir felices por ellos.

–No puedo– respondió triste, lo vio acariciando su mejilla– debo quedarme para terminar la adopción de Shippo

–Entonces espera por mi– la abrazó y besó, Shippo también se unió, el lo quería como a un padre.

Kagome temblo por el susurró de Sesshomaru, sus ojos se llenaron de lágrimas mientras lo besaba.

–Todo saldrá bien, nos vemos en un año máximo.

Todos movían sus manos en un adiós, Kagome bajó a Shippo y limpio su rostro, le mando un último adiós antes de voltear e ir a casa.

Nankurunaisa

Susurraron ambos a la vez  mientras se alejaban el uno del otro.

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