Apenas llegaron, Kagome fue a buscar a Sota, quien estaba embobado mirando la televisión, pero esta estaba apagada.

–¿Estas bien?– preguntó su hermana, poniendo una mano frente a él– ¿Sota?

–Nos dimos un beso– habló sin mirarla y sonriendo aún más– y dijo que volvería a venir por un helado

–Me alegro mucho, ahora por favor, llama a mamá y al señor Taisho– pidió haciéndolo volver en sí, al momento, entraron Sesshomaru con Shippo en brazos– ahora, te presento a tu sobrino

Sota vio a Shippo, quien se escondió tras la pierna de Sesshomaru ya que lo había dejado en el suelo.

–¿Tu eres Shippo?– habló feliz haciendo sonrojar al menor, quien asintió– ¡Que bien, ya quería conocerte! Yo soy Sota Higurashi, tu tío.

Kagome moría de ternura al verlos estrechar su mano y escuchar a su hermano invitándolo a jugar, tenía inmensas ganas de abrazar a los dos pequeños, pero prefirió ir a la cocina a preparar todo.

Sesshomaru fue tras ella, la vio sacar sarten y ollas, verduras, arroz y carne.

–¿Que harás?– preguntó apoyándose en la mesa– ¿Como nos sorprenderás?

–Pues busqué recetas el otro día, creo que haré comida del país natal de mi padre– respondió cortando verduras– y algún postre si alcanzo

–Te ayudo– arremango su camisa y tomó su cabello en una coleta rápida– ¿que hago?

–Sigue cortando esto, yo cortaré la carne y la echaré a cocinar– dijo cambiando lugares, Sesshomaru aprovecho y la besó, un beso rápido que la hizo querer un poco más– por favor, continuemos cocinando.

Siguieron cocinando, todo iba muy bien, la carne ya se estaba asando, las verduras en el fuego medio se cocinaban y el arroz estaría en minutos, haría origiri con ellos, las verduras y carne eran para Gyozas, había preparado una salsa para acompañarlas, con salsa de soja y picante.

Fue por moldes para pastelillos, y algunos cupcakes, se puso un delantal que a Sesshomaru se le hizo muy tierno, era blanco y tenía un pollito en medio. Él la miraba hacer la mezcla, notando como manchaba sus dedos, para molestarla, tomó su mano y lamio con sensualidad, provocando un jadeo tanto de sorpresa como excitacion.

–¿Kagome?– Naomi y Toga habían llegado, ella apartó la mano sacando una sonrisa en las tres personas presente– Sota dijo que tenias una sorpresa

–Pues si, cuando este listo lo veran– trató en lo posible de no mirarlos a los ojos o moriría de vergüenza– ¿me ayudas a poner la mesa

–Claro cariño– su madre se llevo a Toga, pidiendo ayuda.

Sesshomaru esta vez no solo tomó su mano, sino que la levantó y la sentó en la mesa, comenzando a besarla otra vez, saboreando sus labios que anteriormente habían probado la mezcla con chocolate, sintio el sabor dulce, movía su lengua por su boca, provocando cosquillas en su estómago, sus manos paseaban suaves y sin prisa por la espalda de Kagome, mientras ella se aferraba a su camisa, escucharon pasos, así que la bajó y se alejó a buscar agua.

Kagome tapó su rostro, que estaba totalmente rojo, Naomi entró justo cuando Sesshomaru ofrecía un vaso a Kagome, quien estaba de espalda a ella y bebía el agua de una sola vez.

–¿Falta mucho?– preguntó y recibió una negativa por parte de su hija– solo venia por los palillos

Sesshomaru terminaba de limpiar lo que habían usado y Kagome decidió poner los pastelillos y Cupcakes en el horno, así al menos, evitaría que su madre viera el enorme sonrojó.
•••

La cena estaba servida, terminaron de poner los vasos y servilletas, mientras Kagome fue arriba por Sota y Shippo, quienes jugaban a los autos y uno que otro muñeco, sonrió enternecido con su hermano, le gustaba que se llevara bien con su hijo.

–¿Chicos?– habló haciendo a ambos voltear– es hora de comer

–¡Vamos Shippo, amaras la comida de Kagome!– lo tomó de la mano y salieron de la habitación– y conocerás a mamá, solo te digo, te llenará de besos y abrazos por que eres muy tierno

Kagome río ante tal ocurrencia, aunque debía admitir que Sota no se equivocaba, su madre amaba los niños, si hasta le había pedido nietos, quitó aquellos pensamientos por que solo una persona se le colaba en la mente.

Siguió a los menores, Sota ayudaba a Shippo a bajar, lo tomaba de la mano para que bajara escalón a escalón, Kagome decidió tomarlo en brazos, era más rápido y seguro, ya abajo, arreglo el cabello de Shippo, le dio un cálido beso en la frente y fue al comedor.

–Mamá, señor Toga– los llamó haciéndolos voltear, al ver al niño ambos sonrieron– él es Shippo, mi hijo

–¡Es una monada!– dijo alegre Naomi acercándose y arrebatandoselo de los brazos, tal como dijo Sota, abrazo al pequeño y le dio besos en las mejillas– ¡Eres de lo más tierno! ¡te prometo, que serás muy feliz en esta casa!

Shippo no sabía que hacer, estaba nervioso y feliz, al final, decidió devolver el gesto y le dio un besito en la mejilla.

–¿Puedo...llamarla abuela?– todos, incluido Sesshomaru, se sonrojaron por tal pregunta y la manera tan inocente de preguntar, Naomi asintió feliz– a..abuela

Naomi lloró feliz, y abrazo a su hija también, Sota se les unió y ambas mujeres lo envolvieron en el abrazo, los Taisho las miraban sonrientes.

–Más te vale cuidarla– dio un codazo a su hijo– y al pequeño también

–Lo haré– respondió cruzándose de brazos– y no lo haré por que tu me lo dices, que quede claro

Todos se sentaron, Kagome junto a Shippo y del otro lado Sesshomaru, frente a ella, su madre y Toga, y junto a él, Sota, la cabecera tenía un espacio vacío, aún memorando a su marido, ese lugar jamás era tocado, y los dos hombres nuevos en la familia lo respetaron.

La cena fue amena, todos charlaban, Sota comentaba acerca de su primer beso y su madre sentía que era muy pequeño aún, Kagome simplemente lo felicito y esperaba todo saliera bien para su hermano, Toga le dio algunos consejos para que hiciera sus conversaciones agradables y Sesshomaru, él escuchaba todo sin opinar mucho, pues la verdad era, que no sabía que decirle, ya que jamás intento enamorar a alguien.