Epílogo P.2
2 años después
Kagome se ponía los mismos aretes que usó en su boda, el vestido era en color concho vino y esta vez debía usar sandalias, ya que con su vientre abultado no podía usar tacones.
Shippo entró silbando, diciendo lo hermosa que se veía y tras él, Sesshomaru asentía totalmente en acuerdo, fue hasta su esposa y besó la frente y la barriga.
–Bien, vamos– la tomó del brazo y a Shippo de la mano– no querrás llegar tarde.
–Es emocionante– dijo apretando el brazo de Sesshomaru– Gracias por ayudarme.
–Aún recuerdo que me gritaste– le respondió haciéndola mirar otro lado– ¿verdad pequeño?
–Es verdad– Shippo reía mientras recordaba el día que su padre le había dicho a Kagome que le había comprado un restaurante para que ella lo administrará– Mamá estaba bajo los efectos de las hormonas.
–¿Y tu que tanto sabes? Si apenas tienes ocho años– se burló.
Shippo levantó los hombros– Rin me ha estado comentando como era el temperamento de la señorita Kikyo antes que naciera Hikaru– mencionó.
Kagome recordaba haber presenciado como Kikyo lloraba solo por que Inuyasha olvido poner azúcar en su leche, sonrió nerviosa al pensar que así mismo debió verse hace unos meses.
Sesshomaru le abrió la puerta a su mujer, a Shippo le ayudó con el cinturón y partieron rumbo al restaurante, donde la gente comenzaba a llegar y justo en la entrada, estaban Naomi, Toga y Sota, junto a Inuyasha y el pequeño Hikaru.
Bajaron recibiendo el flash de las cámaras, Kagome le dio la mano a Shippo y esperaron a Sesshomaru, una vez todos juntos fueron hasta la entrada y esperaron a todos. Sango y Hojo llegaron de la mano con su hijo, Kikyo apareció con Rin un poco más atrás.
Toga decidió dar el discurso, presentando el restaurante Shikon no Hime, un lugar con comida de todos los países y lugares, hechos exclusivamente por Kagome, un menú completo de postres hechos por Naomi a petición de Kagome.
Cortó la cinta, escuchando los aplausos y después fue la primera en entrar, el lugar era bellísimo, pintado en tonos azules y plateados, con candelabros colgando y algunas pinturas, pero sonrió al notar que Sesshomaru mandó a agrandar los cuadros pintados por Shippo.
–Debes estar orgulloso– dijo un hombre que realmente Sesshomaru no recordaba de nada– una esposa que triunfara en la gastronomía y lleva a tu verdadero hijo.
–¿Perdón?– Shippo que estaba junto a ellos se escondió tras Kagome, haciendo notar su tristeza.
–Ya sabes, el hijo que tomará tu lugar más adelante en la empresa como el verdadero heredero.
Sesshomaru tomó la mano de Shippo y lo puso frente a él– ¡Escuchen bien todos!– gritó asustando a la mayoría, Inuyasha y Toga se miraron preocupados y se acercaron, al igual que Miroku, esperando no hiciera algo estupido– ¡Para quienes piensen que el hijo que lleva mi mujer es el primero, solo por ser biológico, están equivocados!– Kagome dejó su vaso con batido de arándano y chocolate, pedido por sus antojos, y fue hasta su lado para darle su apoyo– ¡Este niño de aquí, es Shippo Taisho, mi primer hijo!– el hombre se sentía un estúpido al haber provocado la furia en Sesshomaru– ¡Y si no están de acuerdo en eso!– esta vez lo miró desafiante– ¡pueden largarse ahora mismo!
Tomó a Shippo en brazos y le dio un beso en la frente y un abrazo frente a todos, Kagome lloró de felicidad y arruino el maquillaje, Toga se acercó al hombre que hizo enojar a su hijo y le pidió que debía retirarse.
Inuyasha y Miroku se miraron riendo y silbando.
–Vaya que sabes dar un buen discurso– le dijo Miroku tomando una copa– pero es muy lindo que protejas a tu hijo.
Inuyasha asintió, sonriendo y recibiendo a Hikaru, todos se acercaron y felicitaron a Sesshomaru por reconocer a Shippo como su hijo, sin dejarlo atrás, Kagome lo besó asegurando le daría un regalo llegando a casa.
La velada siguió su curso normal, una orquesta tocó aquella noche, se sirvió un banquete y Kagome dio un pequeño discurso, donde agradeció principalmente a su madre por enseñarle todo lo que sabía, también agradeció a su padre, soltó unas lágrimas pero aseguró que todo esto era gracias a dos personas que la criaron para siempre ver el lado positivo de todo.
–También agradezco a mi esposo, que me apoyo cuando quería adoptar a Shippo– dijo mirándolos con amor– cada uno de los presentes me ayudo en cada ámbito de mi vida– levantó su batido, esta vez de fresas y manjar– salud, por que se que gracias a ustedes me irá muy bien en este negocio.
•••
Kagome trataba de controlar las respiraciones mientras caminaba al despacho de su esposo, se habían mudado a la casa de Sesshomaru, allí tenían el espacio para criar a Shippo y a los mellizos.
Shippo que iba caminando mientras limpiaba sus manos, notó a su madre complicada, se acercó a ella y la ayudó abriendo la puerta llamando la atención de Sesshomaru.
–¿Kagome, estas bien?– se levantó al verla negar y tomar su barriga– ¿ya vienen?
–¡Si!– pudo gritar aguantando las contracciones– ¡van a nacer!
–Shippo, llama a la abuela y a mi padre– pidió tomando a su mujer y llevándola al auto– vamos, estaras bien.
Con cuidado la ayudo a subir al auto, Inuyasha que iba llegando le dijo que se quedaría con Shippo y después le llevarían las cosas al hospital.
•••
Sesshomaru daba vueltas en el pasillo a la espera de que el doctor llegara con buenas noticias, Toga y Naomi habían llegado hace una hora, trataron de calmarlo, diciendo que todo estaría bien.
–Me recuerdas a mi cuando estabas por nacer– dijo Toga haciendo que su hijo se detuviera– estaba tan nervioso que incluso las enfermeras me pedían que me detuviera.
–¿Y si le paso algo?
–Por favor Sesshomaru– dijo Naomi levantándose y tomando la mano de su yerno– ella está bien, un embarazo no dura unos minutos– aseguró y él la escucho ya que había tenido dos hijos y sabía más– además, recuerda que tendrá mellizos.
En la sala de espera, habían llegado todos los amigos de ambos, unas horas después, con casi todos a medio dormir, apareció el doctor, Sesshomaru se levantó esperando que se quitara la bata y los guantes.
–Ambos bebés están bien, nacieron muy saludables– informó sacando un suspiro de alivio.
–¿Y mi esposa?
–Ella solo debe descansar, pero puede pasar a conocer a los niños.
Sesshomaru se vistió como se lo pidieron, entró sintiendo un sin fin de emociones, pero todo quedo en el olvido cuando vio a su mujer sonriendo y con dos pequeños bultos en sus brazos.
–Hola cariño– le saludo ella con voz cansada– ven a conocerlos.
Sesshomaru se acercó, viendo a una hermosa niña con cabello plateado y un niño con cabello plateado y pocos mechones azulados. Deseaba que abrieran sus ojitos para ver si se parecían a los de Kagome.
–¿Como los llamaremos?
–Quiero que tu le pongas el nombre a la pequeña– respondió acariciando las mejillas del varón– él, se llamara Kensuke Taisho.
–Kyomi...– dijo Sesshomaru sonriendo mientras miraba a su esposa– Kyomi Taisho.
•••
Apenas un mes de nacidos, y ya no podían dormir como antes, tal parecía que sabían cuando deseaban descansar o pasar tiempo juntos, Shippo había optado por dormir con tapones de oídos.
Sesshomaru se levantó por enésima vez para dormir a Kensuke, Kyomi al menos dormía sin despertar a menos que tuviera hambre o necesitará un cambio de pañal.
Kagome se levantó para ayudarle a su esposo, entró en la habitación de los pequeños viendo como Kensuke no dejaba de llorar.
–Damelo– apenas lo tomó, lo apoyó en su pecho y comenzó a acariciar su espalda suavemente mientras cantaba, el pequeño se calmó, comenzando a dormirse– ve a dormir, me quedaré para asegurarme que no despertará.
•••
En un año se hicieron el hábito de que cada uno hacía dormir a uno de los mellizos, sus dientes habían salido a los 9 meses de nacidos y Kagome había optado por el biberón ya que ambos pezones tenían heridas.
Shippo estaba arrodillado jugando con Kyomi y Sota estaba con Kensuke, los pequeños reían mientras gateaban escapando de su hermano y tío quienes le hacían cosquillas, Kagome y Sesshomaru entraron saludando, Shippo y Sota tomaron a los pequeños y los dejaron de pie, comenzaron a dar pasos hasta que llegaron a sus padre.
–¡Ya saben caminar!– celebró Kagome tomando a Kyomi y dándole un beso– ¡y que mejor que justo en su cumpleaños!
–Vamos, papá y Naomi nos esperan en tu restaurante– decía Sesshomaru tomando a Ken y mirando a los chicos– ¿ustedes irán después?
–Debo cambiarme y ya está– dijo Shippo sonriendo– me iré con el tío Sota.
•••
En la fiesta, todos los pequeños fueron sentados en una mesa, donde Inuyasha les servía zumo de naranja y Kikyo les servía pastel.
Kagome abrazaba a Sesshomaru mientras sonreía– ¿pensaste un día tener una familia tan linda?– le pregunto mirando a sus hijos.
–Ya sabes lo que dicen– se miraron y besaron– Nankurunaisa– susurraron al mismo tiempo.
FIN
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