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Epílogo P.1

Apenas llegaron a Estados Unidos, dieron la noticia de su boda, Naomi celebró haciendo una cena en honor a ellos, dentro de tres meses seria la boda, mientras tanto, veían los detalles de cada cosa.

Enviaron invitaciones, rentaron un Restaurante para hacer la fiesta y Naomi ayudó a su hija a ver el vestido, junto a Kikyo y Sango, quien tenía una barriga enorme.
•••

El tiempo pasó y con ello el día de la boda llegó, Kagome vestía un hermoso vestido largo de tirante, espalda descubierta y brillantes en la parte superior, un recogido muy bien hecho y aretes de diamante, Sesshomaru se los había mandado el día anterior junto a un hermoso broche en forma de luna menguante color morado.

Sango entró vestida de color verde, le sonreía y traía consigo el ramo de flores, estaba emocionada, uniría su vida a Sesshomaru, aquel hombre que había entrado en su pastelería solo para echarla, pero ella no se dejó doblegar, poco a poco se conocían, hasta vivieron juntos, sonreía mirándose al espejo.

–Te ves hermosa– su madre entró y se acercó a darle un beso en la mejilla– Estoy muy contenta.

–Yo igual– la tomó de las manos y respiró hondo– ¿Crees que papá...estaría feliz?

–Puedo asegurar, que estaría feliz y muy celoso– rieron ante tan ocurrencia– bueno, ya es hora.

Sango le entregó el ramo, le pinto los labios y salió junto a Naomi, Kagome abrió la puerta, y se encontró a Toga sosteniendo un cuadro, donde estaba la fotografía de Kenta, ella quiso llorar, pero descarto la idea ya que arruinaría su maquillaje.

–Hoy, ambos te entregaremos– le tendió el brazo y ella aceptó– Estoy seguro que le hubiera gustado llevarte.

–Muchas gracias– dijo mirando hacia delante y comenzando a caminar.

Sesshomaru estaba impecable, su traje había sido hecho a la medida, y Kagome reprimió las ganas de morder sus labios, era todo un adonis, sus miradas se encontraron y ambos pensaron que no se arrepentirán jamás de estar allí.

La ceremonia comenzó, Toga le había pedido hacer feliz a su hijo, que lo cuidará y sin duda que siempre lo apoyará, ella dijo felizmente que si.

En la entrega de anillos, fue Shippo quien llevaba los anillos, todos exclamaron un "que tierno" incluso Kagome, el pequeño vestía un traje con pantalones cortos y un moño rojo, su cabello, que ahora estaba largo, estaba atado en una coleta alta y la cinta azul formaba dos orejitas.

Sonriendo se puso en medio de ambos, primero Sesshomaru dijo sus votos, y por primera vez sonrió ante todos, Inuyasha, Miroku y Renkotsu miraban con la boca abierta, siquiera y a ellos les había sonreído tan alegre, cuando fue el turno de Kagome, espero unos segundos mientras tomaba un poco de aire, pusieron los anillos y  llegó el momento del besó.

Todos se levantaron a aplaudir, la pareja se separó y tomaron a Shippo para darle un beso en cada mejilla, caminaron por el pasillo y salieron, y así todos fueron a la fiesta.
•••

–Vaya amigo mio, hasta que dices tus sentimientos– se burló Miroku y besó la mano de Kagome– espero no lo mates en el primer mes de casados.

–Ya, aléjate– Kagome sonrió, si que era celoso– ¿vienes solo?

–Obvio, voy a ser el tío soltero que le compra regalos a sus sobrinos– tomó una copa y bebió– sabes que no soy hombre de una sola mujer.

–Ya lo creo– Sesshomaru tomó dos copas y le dio una a su esposa– por favor, jamás le presentes una mujer.

Los invitados se acercaban uno a uno para darles su mejor deseo, Sesshomaru se sentía extraño, miraba todos lados y encontró a Irazue alzándo una copa, le sonreía y él fue hasta ella dejando a Kagome con su hermano.

Inuyasha le daba un abrazo mientras deseaba una feliz vida de casado, también le contaba de su luna de miel, lo bien que la pasaron y lo mucho que disfrutaron.

Kikyo estaba dándole de comer a Rin, quien deseaba pastelillos y refresco, Kagome las miraba feliz.

–Será una gran madre– dijo sin pensarlo.

–Ya tiene un mes de embarazo– informo Inuyasha cerca de su oído, su amiga volteó feliz y lo abrazó– esperamos que pudieran ser los padrinos.

–¡Yo estaría encantada!– se volteó buscando a Sesshomaru entre la multitud y lo vio hablando con una mujer muy parecida a él– ¿quien es ella?

–La madre biológica– respondió Inuyasha, la miró y solo allí noto el broche– ¿de donde...sacaste ese broche?

–Sesshomaru me lo envió ayer junto a los aretes– dijo feliz, pero ver la mirada triste de Inuyasha la asustó– ¿Estas bien?

–Ese broche...

–Perteneció a nuestra madre– terminó la frase Sesshomaru, que apenas y llegaba– son dos, uno me lo dio antes de morir, te prometí que se lo daría a la mujer que amaría– tomó a Kagome de la cintura y la besó– y el otro se perdió.

–Valla, lo siento mucho– Inuyasha se alejó, Kikyo fue tras él y Kagome se volteó mirando a su esposo– ¿jamás lo buscaron?

–Oh, ellos si lo buscaron– la voz de Kagura les llamo la atención– también me pidieron ayuda a mi, ya que era una de las mejores investigadoras.

–Pero nunca se supo nada.

Sesshomaru se llevó a Kagome, era hora del baile, tomaron lo que les quedaba en las copas y fueron al centro, fue un baile lento, delicado y muy hermoso, después comenzaron a unirse más parejas, incluso Shippo sacó a bailar a Rin, ya que Sota había llebado a Moe.
•••

La fiesta terminó cerca de las 3:00 am, se habían despedido de Shippo, subieron a un auto y fueron a pasar la noche de bodas a un hotel, mañana se irían a Hawaii para pasar la luna de miel.

Cuando llegaron, Kagome se quitó los tacones, suspiró alegre por deshacerse de ellos, los pies dolían horrores, Sesshomaru quitó su chaqueta, corbata y zapatos, después se acercó a Kagome u la tomó en brazos hasta llevarla a la habitación.

–Me he aguantado una maldita semana– dijo dejándola en el suelo y besando su frente– espero esté lista, Señora de Taisho.

–Estoy más que lista Señor Taisho– dijo pasando sus manos por el pecho masculino– Estoy ansiosa por hacer el amor contigo.

Con cuidado de no arruinar el momento, Sesshomaru comenzó a besarla despacio, le quitó el vestido suavemente, disfrutando al sentir la ropa interior de encaje, se veía hermosa, Kagome también quitó la ropa de él, pegándose para sentir su calor.

Le quitó el recogido, ella movió su cabeza para que el cabello cayera como cascada por su espalda y sus hombros, la recostó en la cama, bajó las medias y besó cada lugar, se subió sobre ella y besaba sus senos, Kagome gemia mientras posaba sus manos sobre el cabello platinado, Sesshomaru tenía dos dedos dentro de ella, dándole placer.

Gimió fuerte ante la sensación del primer orgasmo, Sesshomaru bajó la cabeza bebiendo todo de ella, se bajó quitándose los bóxer y volvió a subir para entrar en ella, lentamente y disfrutando como lo apretaba.

–Esto es lo mejor– dijo él cuando entró por completo– Eres tan estrecha.

–Y tu sigues siendo muy grande– jadeo haciéndolo reír, el primer movimiento llegó, habían esperado tanto por esto, Kagome lo rodeó con sus piernas– se siente muy bien.

En ningún momento aceleró, disfrutaron hacer el amor, la entrega de cariño sin necesidad de acabarla tan pronto, Sesshomaru besaba su cuerpo, disfrutando como su piel se crispaba y como cada parte de su cuerpo le respondía con placer.

Durante una semana había esperado poder volver a besarla, tocarla y escuchar su voz, el sonido obsceno que hacían sus cuerpos al entregarse y sobre todo, la sensación de calidez que provocaba estar en sus brazos.

Unos minutos más tarde, Sesshomaru no pudo contenerse y se corrió dentro de ella, viéndola jadear se sintió plenamente feliz.

–Será una magnífica luna de miel– dijo Sesshomaru saliendo de ella y poniéndose a un lado– Mañana nos vamos ¿te gusta la idea de Hawaii o deseas otro destino?

–Hawaii me hace mucha ilusión– le respondió dando la vuelta y apoyándose en su pecho– ¿a ti...te agrada la idea?

–Me gusta mucho.
•••

Habían despertado una hora antes del vuelo, habían hecho el amor otras tres veces, Kagome sentía dolor en las piernas, miraba a su esposo, pensando en que durante su estancia en Hawaii, el deseo subiría aún más.

–Espero que al menos me des un descanso– le dijo riendo y tomando su maleta apenas llegaron al aeropuerto– deseo disfrutar las playas de Hawaii.

–Descansaras durante el vuelo– respondió y amo la mirada sonrojada– me has tenido una semana sin nada de nada, querida, deberás aguantarme.

–Quedaré embarazada antes de volver– dijo para si misma.

Llegaron unas horas más tarde, aún había sol y Kagome quedó fascinada ante la imagen, tomó su celular y sacó una fotografía, pensó que Shippo podría dibujarla.

Fueron hasta una cabaña situada frente a la playa, era rústica y de un barnizado oscuro, cuando entraron, estaba amoblada para dos personas, una pequeña cocina con comedor, un sillón en L color negro mate y la habitación era hermosa, cama de dos plazas con sábanas blancas, decorada con flores y una ventana abierta que daba la vista a los árboles.

–Es..hermoso– Sesshomaru la abrazó por atrás, besando su cuello y haciéndola reír– gracias.

–¿Por qué?

–Por hacerme feliz– dijo cerrando los ojos– por darme el broche y confiar en que lo cuidaré.

–Supe que eras la indicada cuando te vi con Shippo– recordó a Izayoi, sonriendo y jugando con Inuyasha– Mi madre era igual, siempre hacia todo por hacer feliz a Inuyasha.

Kagome se dio la vuelta para después abrazarlo, respiró su aroma, diciéndole que ella cuidaría tanto de Shippo como de él.

–¿Sabes que dijo mi madre antes de morir?– ella lo miró– Nankurunaisa– Kagome lo miraba esperando continuará– ella decía, que siempre todo mejora, aún cuando no quedan esperanzas, y tenía razón.

–¿Por qué lo dices?– cuestionó llevándolo al borde de la cama para sentarse.

–Cuando murió Shiori, me separe de Kagura, pensando que nada ni nadie me ayudaría a superar la pérdida– Kagome acariciaba su cabello y besó su frente– pero cuando te conocí y supe tu dolor por la perdida de tu padre, deseaba saber por qué sonreías siempre, por que yo no podía seguir adelante– se miraron– te amo, por que me has hecho sentir seguro y creer que puedo seguir adelante.

–Creo que es parte de la esposa cuidar a su marido– lo lanzó a la cama riendo– y seguiré ayudándote, así quieras divorciarte más adelante.

Sesshomaru la apretó, ella era única.

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