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Kenshirou×Samon

Lo encontré en un libro ("Shipps al stilo Nanbaka")

ME ENAMORÉ DE ESTA PAREJA!!

OH ANTES DE SEGUIR, MIREN!!

No sé Rick, parece falso :V

ESTE FIN DE SEMANA PUEDEN SACAR EL OVA!!! ES QUE NO ME QUIERO ILUCIONAR PERO YA LO HICE Y NO SÉ SI ES VERDAD O MENTIRA PERO ESTOY FELIZ Y QUERÍA COMPARTIRLO CON USTEDES!!!
SEITAROUUUUUUUUU MIREN QUE SENSUALES TRAJES!!!

vale vale, me relajo y comencemos con esto~

●===●===●

"Gracias al alcohol"

Estaban todos los guardias en aquel bar -perteneciente a la prisión-. Ellos celebraban... bueno, simplemente fue Mitsuru quien propuso ir a tomar, con la mentira de que él pagaba todo -lo dejó a nombre de la alcaidesa-

Todos convivían en aquella barra, con anécdotas vividas con sus reclusos y demás. Era un ambiente muy cómodo, aun asi, Samon estaba alejado de ellos, en el extremo de la barra y tomando un jugo

Su mejor día, no fue. Se sentía tan hecho mierda tanto física como mentalmente. Tuvo trabajo extra, sus reclusos dieron varios problemas, más el flojo de Inori, y hay que mencionar que su amiga llegó solo para dejar unas galletas a su hermano. ¿y él? ¿por qué al criminal y a él no?
Ese día lo había dejado hecho basura en tantos aspectos, que lo único que quería era volver a su habitación y dormir.

"¿entonces por qué fue a beber?" Se preguntarán

Fácil, Mitsuru e Inori lo llevaron a rastras

Como sea

-¿por qué tan alejado, Samon? -le llamó un albino que se sentaba junto a él

-sabes que no me agradan estas reuniones -le contestó con una leve sonrisa

Él era el único guardia que no ko sacaba de sus casillas y no lo llamaba por aquel tonto apodo

-anda, deja ese jugito de naranja-

-es de banana -le corrigió dando un trago a su bebida

-lo que sea -rió el apodado perro- acompañame a un tragito -le tendió su enguantada mano

Samon le sonrió con un leve sonrojo adornando sus mejillas. Él era el único que lograba alegrarle el día. Agradecía aquello

-solo uno -condicionó

~●~

Niños, recordad siempre sus condiciones, pase lo que pase. Aunque estén ebrios, RECUERDENLO

Lo que era un trago, se transformó en varios para el mono. Ak no estar acostumbrado a tal cantidad de alcohol, le afectó un poco

-Kenshiriii~ ¡me en-encanta tu cabe-bellera llena de canas! -reía estúpidamente

El albino suspiró cansado y con una ladeada sonrisa. Sabía que su amado se pondría así y le daba tanta tentación. Hace cuánto que enamorado del de anaranjados cabellos, y tenerlo de un modo tan vulnerable...
Había dejado de pensar en la alcaidesa, bueno, ya no la pensaba mucho desde que su corazón comenzó a latir con fuerza con el mono

No no, no sería capaz de encararlo después de aprovecharse. Pero Samon no se lo hacía fácil. Estando borracho, se le salían todo tipo de comentarios. Más el ambiente, que consistía en música a todo volumen, y no era música santa
En un momento de la velada, se disculpó y se retiró al baño, no sin antes advertirle al menor que no se alejara del lugar y este le prometió que no se iría

Le tomó al rededor de cinco minutos el calmar esas ganas intensas de besar al menor, el llevarselo a su cama y hacerlo suyo, necesitaba calmarse
Se hubiera tomado mucho más tiempo, de no ser por varios gritos sincronizados provenientes de la pista de baile que gritaban un solo nombre: Samon
El albino se asustó y rápidamente se arregló y salió corriendo en dirección a ese salón, mas no estaba preparado para ver aquello. Había un escenario al otro lado de la barra, en ese escenario habían colocado un tubo de modo horizontal para que unas mujerzuelas bailaran al día siguiente, pero no era ninguna mujerzuela la que bailaba, era el supervisor del ala 5 quien bailaba en aquel tubo sin sus pantalones y chaqueta, solo la camisa blanca con una desarreglada corbata
Sus movimientos eran excepcionales, lentos y sensuales, que se deslizaban de arriba a abajo en el tubo, lo que le iba muy bien a aquella canción erótica. Fueron sus movimientos quienes cautivaron a cada ebrio del lugar, es decir, a todos los presentes, en especial a aquel albino, quien quedó maravillado con aquella escena

Aquella escena lo deslumbró tanto como lo maravilló. De nada había servido el saciar sus sucioa deseos de tenerlo. Mas aquellos sentimientos se esfumaron al notar como todas las miradas estaban sobre su amado. Miradas lujuriosas, sucias estaban sobre él, mas Samon no miraba a ninguno de ellos, solo tenía la mirada perdida, eso hasta que, como si supiese que había vuelto, alzó la mirada y se topó con los amarillentos ojos del albino, quien se sonrojo

-¡Kenshiii! -se escuchó la mareada voz del mono, quien se detuvo para verlo- ¡qu-quiiiero iiirme!

~●~

En ese preciso momento, Kenshirou entraba a su departamento con el mono en brazos, como si de una princesa se tratase; bueno, para él lo era. Era una princesa que había perdido su chaqueta y pantalón

El departamento del albino era el más cercano al bar y no quería llevar a Samon por media prisión. Al entrar, lo guió hasta su recámara mientras el de anaranjados cabellos decía cosas sin sentido alguno, ya saben cosas de borrachos
Al abrir la puerta de la habitación, ni bien había dado un paso dentro, el menro tomó fuerzas como para bajarse del agarre del albino y empujar a este a la cama y montarse sobre este, mejor dicho, sobre la entrepierna ajena

-Ke-Kenshiii -llamó el ebrio dando un leve brinco en el sitio, sacándole un suspiro al albino

¿es que acaso no ve que el perro no soporta ese comportamiento tan sensual que tiene?
Kenshirou tomó del cuello al menor para luego atraerlo hacia sí y besarlo con desesperación total
Juraba que se sintió en el cielo, que se sentía tan bien el saborear aquellos labios que no se opusieron a nada, solo se dejaron llevar. Una de las manos del mayor se deslizó desde el cuello hasta las caderas del menor para comenzar a moverlas lentamente sobre sí, sacándole leves gemidos ahogados al de anaranjados cabellos

Finalmente tenía donde quería a su amado, aunque estuviese ebrio... ¿en verdad lo haría?

¿en verdad tendría el valor para ver a su amado luego dd aquella noche de tragos, donde la sobriedad no existe?

~●~

Ni bien había recobrado la conciencia cuando sintió un dolor agudo en su cabeza. Con pesadez abrió los ojos y notó algo inusual, la luz no entraba del mismo lado que cada mañana, y la habitación no tenía los mismos colores

-¿do...dónde estoy-y? -se preguntó a sí mismo mientras se sentaba en la cama de claros tonos

Estaba confundido. Vagos recuerdos se asomaban por su mente, presentando luces brillantes, sonrisas, alcohol y a Kenshirou. Con solo pensar en él sintió como sus mejillas se calentaban y no sabía por qué, pero un presentimiento, algo dentro de él sabía su razón

Con dificultad y mareos se puso en pie y se extrañó la poca ropa que poseía. Logró caminar y, tambaleándose, salió de la habitación y se dirigió a la bella y limpia cocina, de donde provenía un delicioso olor a huevos fritos. Al llegar, vio aquella cabellera blanca dándole la espalda mientras acababa lo que sería el desayuno de ambos

-Ke-enshirou... -murmuró nervioso, y no sabía el por qué

El nombrado se giró y le dedicó una sonrisa ladeada seguido de un "buenos días"

-¿qué pasó anoche? -preguntó confundido- ¿por qué estoy aquí?

-te embriagaste -respondió con simpleza, omitiendo muchos más detalles- te traje porque era el lugar mas cercano

-pe-pero... ¿qué-é hicim-?

-no pasó nada -le sonrió con total sinceridad y un pequeño remordimiento

-FIN-

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