Emperador
La gran fiesta porbel cumpleaños del príncipe se celebró durante más de tres días, para cuando Namjoon obtuvo permiso para regresar a sus aposentos reales nunca imaginó encontrase con un bello niño de once años durmiendo desnudo en su cama.
Era un pequeño castaño, muy guapo y con ese aire inocente que animaba a corromperlo, dormía abrazado a su almohada favorita dejando a la vista su cuerpo desnudo, Namjoon supo por la bata rosada brillante que rodeaba al chico que había sido traído de alguna casa de amantes músicos, con cuidado de despertarlo lo cubrió con una manta y salió en busca de algún criado.
— ¿De dónde habéis sacado al niño?—
— ¿Al príncipe Kim?— preguntó uno de ellos mordiendose los labios— ¿El príncipe sigue vivo?
Antes de que pudiese preguntar, el criado fue silenciado por una mirada de advertencia de su acompañante.
— El emperador ha enviado su regalo al príncipe heredero, su alteza— contestó el otro hombre haciendo una venia— El chico fue llevado a sus aposentos esta mañana
— ¿Ese chico es mío?— preguntó confundido— Yo no he solicitado una concubina ni mucho menos un marido
El criado se mordio la lengua dejando sus lágrimas correr por el rostro, se dejó caer a los pies de Namjoon y gimoteo pidiendo clemencia.
— No lo rechace por favor— suplicó besando los pies del futuro emperador— Es nuestro príncipe más pequeño, el bebé de la casa Park...
— ¿Un hueso? ¿Mi padre me trajo un hueso como regalo? ¿Dónde están sus padres?—
— Señor, el reino vecino ha sido mermado— interrumpió el otro criado— Se dice que toda esa familia real está muerta, el chico que usted tiene en su cama no es más un hueso, no es nadie...
— ¿Y si lo hecho?—
— Posiblemente sea llevado a los campos de castigo junto al resto de su familia—
— Entonces el niño es el bebé del reino Ming del que todos hablan— suspiró mirando de soslayo hacia su cama— La belleza perdida...
— El niño flor de China— sollozo el criado menor aún arrodillado— Es un niño talentoso, señor, no le generara problemas...
— Bien...— suspiró aceptando el regalo— Preparadlo como mi concubina...
— ¿C-concubina?— repitieron los criados aberrados— ¿Nuestro príncipe como su concubina?
— Es solo un.niño— gimoteo— nuestro príncipe no puede ser deshonrado de esa forma...
— Señores— interrumpio molesto Namjoon— Si no muestro interés en el niño será llevado a la horca, en cambio si muestro animos de hacerlo mi concubina podrá quedarse... le daré algunos años para prepararse, tiene razón, es solo un niño...
Los tres hombres dirigieron su mirada hacia el pequeño bulto en la cama, sus ojitos mostraban aún algún rastro de lágrimas, Namjoon negó conmovido y ordenó dejadle dormir.
— ¿Dónde dormira usted, majestad?—
— ¿Qué le diremos al rey?—
— Decidle que he aceptado su regalo— suspiro tomando una almohada y poniéndola en el piso— Y traedme cobertores, hay un príncipe en mi cama al que no quiero incomodar...
Cuando Jin abrió los ojos soltó un pequeño bostezo travieso antes de cubrir su desnudo cuerpo con esa extraña bata rosa, se estiró en la cama y pasó las manos por su rostro limpiando los pequeños rastros de lágrimas.
— El príncipe ha despertado— escuchó que cuchicheaban y un.pequeño sonrojo cubrió sus mejillas al escuchar muchos grititos de chicas del otro lado— Traed los cuidados para el chico...
Un chico de tez morena apareció de repente y se metió en la cama a su lado, lo tomó por la cintura y lo coloco entre sus piernas, la pequeña bata del niño se desató y un fuerte rubor cubrió sus mejillas mientras sentía las manos de ese chico tocandole en zonas en las que ni sus criados le habían tocado al bañarlo.
— Majestad...— dijo la que parecía ser la que dirigía la comitiva— El rey envía sus felicitaciones por tener su primera relación sexual, espera que haya sido satisfactorio para usted, él niño será desechado ya mismo...
— Decidle a mi padre que quiero a este niño como miembro de mis posibles concubinas— ordenó descubriendo a Jin sin vergüenza— Dadle un aposento y endeñadle lo que a todas las demás...
— ¿Un concubino?— repitió la chica conmocionada— Señor... el chico será llevado a la casa de los amantes cantores de inmediato
— No— ordenó molesto— Dadle un aposento real en mi palacio y tratadle como mi concubina predilecta
— Señor, el emperador ordenó deshacerse del niño desflorado—
Jin mordió sus labios con lágrimas cayendo por sus mejillas, no lograba entender que pasaba pero estaba muy asustado, el sólo quería a sus padres de regreso.
— No se atreva a llamarle así nuevamente— gruño tirando la bandeja con ira— Nadie se referira a él como el niño desflorado, no en mi palacio y no en mi reino, decidle a mi padre que elijo a mi melocotón mordido y que si tiene alguna objeción que venga a discutirlo conmigo
Las chicas asintieron temerosas y tomaron al pequeño Jin para llevarlo hacia los baños reales, algunas le miraron con lástima y otras simplemente hicieron su trabajo, el pequeño niño fue llenado de unguentos por todos lados y cambiado como una pequeña concubina, los criados llegaron por él para guiarlo a su aposento real y antes de dejadle solo le colocaron en el cabello el pequeño broche real del imperio caído.
— ¿Mis padres?— preguntó en su idioma natal— ¿Mami sabe que he sido traído aquí?
Los criados bajaron la mirada y el pequeño Jin rompió a llorar sin importarle el esmero que las sirvientas habian puesto en maquillar su rostro.
A pesar de que no necesitaba preparación, él asistía a las clases de te junto a todas las demás chicas del palacio, incluso hayo gracia ante los ojos del principe Byun cuando este vino a palacio para visitar a Namjoon.
El chico era sumamente encantador, todos lo conocían como el niño flor del futuro emperador y lo respetaban, sus escapadas nocturnas eran siempre solapadas por los criados y su sonrisa, aunque aún diminuta, había regresado con el pasar de los años.
— El emperador solicita su presencia, majestad— dijo el criado interrumpiendo en su habitación— Al parecer ha llegado de buen humor
— ¿Namjoon esta en palacio?— sus ojitos brillaron brevemente— Oh... sí, decidle que espere...
— Su majestad, no puede hacer esperar al emperador— le riño el otro criado divertido— Nos cortará la cabeza si le decimos eso
— ¿Por qué no puedo decirle que espere?—preguntó haciendo un puchero— ¿Por qué debo correr a sus brazos? Bah... la última vez me dejó con la palabra en la boca, ese tonto granuja...
— ¡Majestad!—chillo el criado mayor jalandole las orejas— No puede referirse así al emperador
— Bleh bleh— bufo divertido— ¿Qué me podría hacer Namjoon?
— Podría no darte los dulces que tanto te gustan, mi rey—
Jin volteó hacia Namjoon sonriendo divertido, cerró su abanico haciendo un puchero y se lanzó a sus brazos llenando su rostro de pequeños besos.
— ¿Por qué mi príncipe está haciendo una rabieta?—
— Los principes no hacemos rabietas, Namjoon— se quejó Jin escondiendo su rostro en su pecho— Te extrañé
Namjoon dejó un pequeño beso en la frente de su amante y lo separó ligeramente para llevarle hacia el sillón, sacó unas pequeñas trufas y las colocó en las manos del pequeño príncipe.
— ¿Como has estado, mi flor?—
— Oh oh— celebró el chico tomando las trufas— He aprendido muchas cosas nuevas...
— ¿Has aprendido como ser un buen esposo?—
— ¿Esposo?— preguntó o con tristeza sintiendo sus mejillas colorearse— Su alteza, yo nunca podría ser un buen esposo... yo...
— Es una pena— contestó besando sus cabellos— Porque le he solicitado a usted como mi reina regente y al parecer celebraremos nuestra boda en primavera...
Jin mordió sus labios sollozando y escondió su bello rostro en el pecho de su amante, quizás las circunstancias no habían sido las mejores pero el estaba feliz de estar al lado del emperador.
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