Conquista
Seok Jin estaba perdido, el reino estaba desesperado, su príncipe más querido se había hecho humo, y los reyes estaban perdiendo la cabeza, la buena reina Heechul no paraba de llorar y todos sus hijos, la igual que él habían cerrado sus aposentos en señal de desconsuelo.
Apenas habían pasado tres días y el Rey sentía que ya no podía mirar hacia el palacio sin ver a su pequeño príncipe zorro corretear contando las cositas que había en él.
— ¿Hay noticias BaekHo?— preguntó con tristeza— Dime que mi hijo ha regresado por favor
— Lo siento, su alteza—
Los consortes reales habían sido enviados a las distintas provincias en busca del príncipe zorro, todos menos Yoon Gi quién se había mantenido con el príncipe Jiminnie en sus aposentos pues los días de dar a luz se acercaban.
— N-namjoon— ronroneo Jin relamiendo sus labios— Juega conmigo, hyung
El buen Namjoon apartó la vista, rechazando ppr octava vez al pequeño príncipe en celo, tenía que usar una fuerza sobrehumana para no joderlo ahí mismo en el bosque porque el príncipe zorro se veía demasiado caliente ronroneando y gimiendo en sus brazos, pero no podía... si tocaba al pequeño príncipe estaba seguro de que iban a degollarlo, a pesar de ser del reino enemigo y trabajar para ellos, el chico siempre había admirado al rey Siwon y lo sobreprotector que era con su familia.
Los Príncipes nunca habían salido del castillo y aunque en un inicio el plan había sido secuestrar al menor de ellos para extorsionar al Rey, no pudo hacerlo, no cuando observó al pequeño e inocente principe zorro al que tenía que matar.
— Ya estamos cerca del palacio, su Majestad— le informó acariciando detrás de sus orejas—
— No me dejes ahí— lloriqueo mirabdole con sus lindos ojos llenos de lágrimas— Por favor, llevame contigo, Namjoon hyung
— Su alteza, no digas esas cosas— le riño con ternura— Usted necesita ser devuelto a la corona
— Entonces quédate conmigo ahí— suplicó abrazandole— Haré lo que me pidas, seré un buen esposo y tendremos bonitos bebés reales como los de Jiminnie hyung
Pero Namjoon volvió a negar sin pensarlo dos veces, no quería ese tipo de vida, Jin era hermoso, quizás lo más bello que vería ne su vida pero no estaba dispuesto a dejarlo todo en casa para vivir de los caprichitos de un príncipe mimado.
— ¿Por qué no?— sollozo bajando sus orejas— ¿No le gusto?
— No llores, príncipe— murmuro limpiando sus lágrimas— Simplemente no es mi estilo de vida ¿Comprendes?
— P-pero no debe ser así— susurro mirandole ensimismado— Usted debería amarme
— ¿Por qué tu lo dices?—
— Porque es mi alfa— murmuró viendo el suelo— Le pertenezco y usted puede pertenecerme también si quiere
— Pero no quiero, principito— dijo dejando un casto beso en su frente— Te mereces algo mejor, vas a enamorarte de alguien que te merezca
— Los Príncipes solo podemos enamorarnos una vez— confesó esperando que se compadeciera de él— Y yo...
— No— le cortó abrazandolo con ternura— Tu aún no te has enamorado, mi bello príncipe ¿Lo entiendes?
El pequeño zorro negó confundido pero se dejó hacer por las manos del soldado, sus ojitos brillosos observaron al hombre mientras este acariciaba sus rubios casi blancos cabellos y aunque Jin quiso suplicarle que no le dejase no lo hizo porque consideró injusto hacerlo.
— Puedo conquistar su corazon— se aventuró haciendo un puchero— Le juro que sí, sé hacer muchas cosas como preparar el té, limpiar y cocinar, no tiene por qué devolverme al palacio, yo puedo seguirlo a donde usted vaya
— ¿Renunciarias a tu familia por mí?
Es ciertto que extrañaría a sus lindos y sobreprotectores padres, sobretodo a omma Heechul quien siempre peinaba su colita y sin duda, extrañaria demasiado a sus hermanos, pero los dejaría si eso significaba que Namjoon lo aceptara como pareja.
— S-sí—
— Eso es muy dulce, mi príncipe— contestó regalandole un beso en la mejilla— Pero aún así no puedo hacerlo, lo lamento
— H-hyung— sollozo en su hombro— Por favor
Namjoon observó sus lindos ojos suplicantes, su cuello blanquecino ligeramente expuesto y sus gruesos labios suplicando por él, quizás se arrepentiria de esto después pero en ese momento lo único que deseaba era tocarlo.
Quito lentamente la capa que él mismo habia puesto sobre el pequeño príncipe y recorrió con su mirada su menudo cuerpo, el príncipe no debía tener mas de diecisiete años pero era precioso, sus esbeltas piernas le invitaban a morderlas y marcarlas mientras que de sus labios se escapaban pequeños gemidos.
— P-por favor— ronroneo retirando su camisa de seda— T-tomeme, Namjoon hyung
El pequeño era una belleza, su cuerpo desnudo contrastaba con el desastre que se erguia alrededor de él, Namjoon debió saber que no era el lugar adecuado para que el pequeño príncipe se entregara a él pero no pudo resistir la tentación de tomarlo.
Sus grandes manos se pasearon por sus muslos, tanteando su suave piel con dedicación, sus labios se encontraron con los del chico y acallaron sus gloriosos gemidos.
A Jin no le importo terminar recostado en un colchón de hojas en medio del bosque, mientras Namjoon lo mirase de esa forma tna provocadora.
Se tomo su paciencia para preparar al chico, para admirarle al oirle gemir.
— H-hyung— chillo avergonzado cuando Namjoon depositó besos en sus piernas— H-hyung por favor...
A pesar del celo, Jin parecía demasiado conmocionado con la intrusión de esos dedos en él, su bella cola se erizo al igual que sus orejitas mientras era preparado para recibir a Namjoon, cerró los ojos y trato de no concentrase en el dolor, el soldado pareció notarlo porque lleno su cuerpo de marcas y besos.
— ¿Estás listo bebé?—
El pequeño príncipe asintió con los ojos bañados en lágrimas, sus uñas se clavaron en los hombros de Namjoon y por fin pudieron ser uno entre jadeos y lloriqueos.
Jin no sabe cuánto tiempo tardó en acomodarse al soldado, solo recuerda haber sentido mucho dolor y de ahí tanto placer que no supo como reaccionar, sus llantos se volvieron gemidos y gritos de placer y cuando menos se lo esperaba sintió un líquido caliente llenarlo mientras el suyo se escapaba entre ambos.
— ¿Está bien, su alteza?—preguntó Namjoon saliendo de él—
El pequeño principe intentó cubrir su cuerpo asintiendo, aún no lograba asimilar todo, estiró sus brazos hacia Namjoon y se dejó dormir en ellos, esa era su promesa, Jin seguiría al soldado hasta el fin del mundo.
Él no esperó despertar al otro día en su habitación del Palacio con su madre sosteniendo su mano y un terrible dolor en las caderas.
— ¿M-madre?—
La reina chillo y se lanzó a abrazarlo llenandolo de besos, Jin quiso negarse a ello pero no pudo, su madre lloraba bajito mientras lo hacía, luego entró su padre y todos sus hermanos, llenandole de besos.
— ¿Q-qué pasó?—
Y aunque rezó mentalmente para que nadie le respondiese, fue su hermano Baekhyung quién le comunicó que había sido encontrado en la puerta del Palacio cubierto con una hermosa capa y aunque buscaron al responsable de devolver al Príncipe, nadie supo de quién se trataba.
Jin observó a todos sus hermanos y rompió a llorar sujetando su vientre, él no era tonto, todos sus hermanos habian sido tomados como él pero a diferencia de ellos, él no fue marcado, él no tenía aquella hermosa cintilla en el cuello que indicaba que alguien le amaba, él estaba solo de regreso en su palacio y muy probablemente con una cría en camino.
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