Namjoon soltó un suspiro aburrido, tenía nueve años y la vida le parecía carente de magia y sentido, se suponía que debía estar buscando huevitos de chocolate como sus demás compañeros pero él no quería hacer cosas estúpidas.

Un pequeño conejito corría presuroso entre el jardín dejando pequeños huevitos de pascua, realmente estaba muy agotado y decidió esconderse bajo una rara sombra para descansar. Si sus padres se enteraban de que el pequeño conejito había escapado al mundo humano sería castigado, no importaba que el solo lo hubiese hecho para ayudar a su pequeño amigo Jungkook, se hizo bolita en el jardín y cerró sus ojitos un rato.

-- ¿Conejito?--

Namjoon tomó al pequeño conejo en brazos y lo abrazó hasta robarle el aire a la pequeña criatura del bosque, el conejito intentó liberarse pero  al no obtener resultado terminó adoptando su forma humana.

Un pequeño niño de cabellos rosados y ropa color pastel se removió entre los brazos del moreno, quien tiró del niño hacia su pecho, Jin se desesperó y en un ataque de valentía mordio la mano del niño para liberarse.

-- ¿A ti qué te pasa, niño de chocolate?-- gritó el pequeño pelirrosa limpiandose la boca-- ¿Nunca has visto un conejo de pascua?

-- Eh...-- mordió sus labios inseguro-- ¿No?

-- ¡Básico!-- gruñó revisando los huevitos dentro de su bolsa mágicas-- ¡Oh no, los huevos se rompieron! ¡Niño tonto!

Namjoon parpadeó aturdido, había tenido un hermoso conejo blanco en sus manos luego se había convertido en ese niño chillón, definitivamente debía dejar de comerse las crayolas de su hermanito Jimin.

-- ¿Eres un conejo de pascua?--

-- Nou-- murmuró cabizbajo--Se necesita permiso del gran conejo Heechul para serlo

-- ¿Tu no tienes permiso?--

El conejo travieso se sonrojó negando rápidamente, jugó con sus dedos y le extendió un pequeño huevito decorado con pequeñas manchitas rosas, uno de los pocos que le quedaban a salvo, lo colocó en sus manos y sonrió.

-- No vas a decírselo a nadie ¿Verdad?--

Namjoon negó como hipnotizado, mordió sus labios y contempló el bello rostro del conejito, llevaba una pequeña bandana atada en el cuello y una cadena rosa brillaba en su pecho resaltando las letras "Jin" con elegancia.

-- Sé mi mascota-- musitó jalandolo del collar que traía el chico-- Te daré muchas zanahorias al día

--Eh... noup-- Jin infló sus lindas mejillas y negó sonrojado-- ¡Los conejitos de pascua no somos mascotas! ¡Abajo la tiranía!

Le dio un fuerte pisotón que le hizo caer al suelo y escapó adoptando sus forma animal, Namjoon se puso de pie lagrimeando de dolor y corrió tras el conejito por el gran jardín, no podía dejarlo ir, ya tenía pensando como armarle una jaulita de cartón y acolchonarla con sus sábanas en su caurto para que el conejito viviera con él, le robaría todos los días a su mamá tres zanahorias y mantendría cautivo a Jin, hasta que el gran conejo ese malvado Yichul o algo así viniera, para ese entonces el ya tendría diez años y sería muy fuerte, además su tío Siwon sabe artes marciales.

-- Conejito, no huyas-- lo volvió a tomar en sus brazos y jugó con su rabito riendo-- Yah, eres muy esponjosito, Conejito-shi

-- ¡No toques mi colita!-- chilló cruzándose de brazos adoptando su forma humana-- ¿Sabes cuando tiempo paso arreglándola? La colita de un conejito es su mayor orgullo

Jin sacudió su diminuta cola y suspiró mirando su reloj, ya había terminado todas las reparticiones de huevitos, solo tenía que esperar que el portal volviera a abrirse y podría a volver a casa junto a su mami.

--¿Vas a quedarte conmigo?--

-- Sueña-- respondió sacándole la lengua-- Los conejitos de pascua como yo no nos juntamos con niñitos de chocolate como tú

-- ¿Por qué soy básico?--

-- Porque te derrites iugh-- le interrumpió Jin sentándose en el suelo-- ¿Y tú que haces aquí?

-- Estaba buscando huevitos--

-- ¿Entonces si crees en nosotros?--

Jin mordió sus uñitas nervioso, sus mejillas se colorearon y observó el rostro de Namjoon asombrado, era un muy bonito niño de chocolate.

-- No-- dijo inflando sus mejillas-- Los conejitos de pascua no...

Antes de que pudeira terminar la frase, Jin se lanzó a cubrirle la boca con los ojos cristalizados, Namjoon abrazó al pequeño e hizo un puchero.

-- No digas eso-- sollozó con tristeza-- Cada vez que dices eso, un conejito muere

-- ¿Muere?--

-- Sí-- confesó nervioso-- Hace pff y desaparece, hace poco le paso a TaoZi, el simplemente hizo puff...

-- Oh...--

Pequeñas lágrimas bañaron el rostro de Jin mientras Namjoon besaba su cabeza, él no quería que Jin hiciera puff, los demás conejitos no le importaban pero sin duda no resistiría que el pequeño conejito desapareciera.

-- ¿Te quedarías conmigo?-- preguntó cuando el niño se calmó-- Por favor...

-- No puedo, mami se preocuparía mucho-- contestó con tristeza-- Como la mami de Luhannie hyun que aún no sabe porque hyun se fue con ese niño de chocolate Sehun

-- ¿Se quedó con él?-- 

--Sip-- contestó ladeando su cabeza-- Luhan hyun es un conejito de pascua en el mundo mortal

-- Quédate conmigo--

-- No puedo-- murmuró-- Pero regresaré cada pascua, lo prometo

Jin enlazó su meñique con el de Namjoon y segundos después saltó hacia un tronco desapareciendo de inmediato.

No regresó, por más que Namjoon se quedaba año tras año esperando en aquel lugar, el pequeño conejito nunca apareció, durante unos años Namjoon había llorado pensando que algún niño tonto habia dicho que los conejitos de pascua no existían y su pequeño amigo solo había hecho puff... luego creció y se convenció que todo había sido su imaginación, que Jin no era un conejito de pascua y que solo había sido algún tipo de amigo imaginario.

Su vida era muy aburrida, odiaba todos esos niños con sus cuentos de papa noel o los tontos conejos de pascua, en defintiva, estaba muy molesto de que su hermana lo obligara a llevar a su tonto sobrino a buscar huevos de chocolate a ese estúpido jardín, se sentó con parsimonia bajo un árbol y esperó que el mocoso terminara sus tonteras.

¿Por qué tenía que venir él? Él no tiene la culpa de que la tonta de Hyolin se haya lastimado el pie y no hubiese quien lleve al mocoso a ver los malditos huevos... por eso no tenía hijos ni perros ni nada que dependiera de él...

-- Nunca me dijiste tu nombre-- dijo alguien sentándose a su lado-- ¿Cuál es?

-- ¿Por qué te diría mi nombre, idi...?-- mordió sus labios nervioso-- ¿Jin?

El chico asintió con una sonrisa calmada, llevaba un traje rosa y una bandana roja como bincha, su colita  blanca sobresalía en su uniforme junto a sus casi imperceptibles orejas, el collar brilloso seguía en su pecho.

-- Pero...-- Jin lo miró confundido-- Tu no existes, los conejos de pascua no...

Antes de que pueda terminar la frase, sintió los labios del conejito sobre los suyos, le tomó medio segundo seguirle el beso y otro medio segundo invitarlo a su casa, esta vez no tenía una jaulita de cartón para ofrecerle, esta vez tenía su corazón y un bello departamento en el centro de la ciudad.