2. Acuario.
Los tres niños estaban sentados por orden de edad en los tres sitios de los que disponía el sofá. Jungkook, como era costumbre, mantenía abrazado su gran peluche del famoso personaje de Marvel, con la mirada clavada en el suelo; a su lado Taehyung, observaba volar una mosca que se había colado por la ventana, cual gato, y Jimin, el último de los tres, tenía el codo apoyado en el reposabrazos, y la barbilla sobre la mano, mirando por la ventana hacia la calle, sin ver realmente nada, aburrido. Habían pasado varias horas desde que sus padres se habían ido, y los niños, desganados, habían optado por acomodarse y no hacer nada.
Hoseok y Yoongi los observaban desde el quicio de la puerta de la habitación de matrimonio, en silencio, sin atreverse a hacer ningún ruido, por si acaso los niños los escuchaban.
ㅡ ¿Qué hacemos? Están como muertos vivientes, apenas se mueven.... ㅡ Hoseok murmuraba lo suficientemente bajo para que solo lo escuchara su pareja.
ㅡ No lo sé... Intenta animarlos de alguna forma.
ㅡ ¿¡Yo!? Si soy de lo peor haciendo de payaso, y lo sabes.
ㅡ Lo sé. ㅡ La sonrisa ladeada que en ese momento apareció en el rostro de Yoongi, hizo temblar al castaño. Era una sonrisa digna de un sádico.
Y no se equivocaba cuando imaginó que su pareja le haría hacer cualquier cosa vergonzosa, que a él lo dejaría en ridículo, pero que al rubio le divertiría hasta el punto de estar durante días riéndose con el mismo recuerdo. No sería la primera vez que lo hacía en lo que llevaban de relación. De una patada, lo mandó al centro del salón, y por los pelos no se dejó los dientes contra la pequeña mesa de cristal y madera que estaba frente al salón. Como si de robots se tratase, los tres niños alzaron la vista hacia él al mismo tiempo, mirando al adulto con la mirada perdida, y sin comprender para qué estaba ahí. Hoseok abrió los labios en una sonrisa amplia, que más que calmar a los pequeños, a cualquiera le habría asustado. Pero, por suerte, los tres hermanos estaban acostumbrados al mayor.
ㅡ ¡Bueno, chicos! Con el buen día que hace en la calle, ¿estáis aquí sentados sin ir fuera a divertiros?
Los niños cruzaron miradas durante unos segundos, antes de volver a fijar esos seis ojos oscuros y diminutos en el rostro del que consideraban su tío aunque no compartieran la misma sangre. El observado sonrió con suficiencia, al darse cuenta de que había conseguido captar la atención de los pequeños.
ㅡ Pensemos a ver qué podemos hacer, uhm.... ㅡ Con la mirada, recorrió la estancia, fijándose en todos los juguetes que los niños tenían por ahí tirados. Alguno de ellos le serviría y le daría alguna idea.ㅡ ¡Ah, ya sé! Os gustan los animales, ¿verdad? ㅡ Taehyung asintió de forma disimulada, mientras que la mirada de Jungkook brillaba, tímidamente.ㅡ ¿Qué os parece si vamos al acuario?
ㅡ ¿El acuario...? ㅡ Por primera vez en varias horas, la voz de Jimin se dejó escuchar en el silencio sepulcral del pequeño salón.
ㅡ ¡Sí! ¿Sabéis lo que es? ¿Habéis ido alguna vez?
ㅡ Yo sé lo que es, lo dijeron en el colegio... ㅡ Ahora fue Taehyung quien habló, levantando la mano, con cierta vergüenza por si lo miraban. ㅡ Pero papá y mamá nunca nos han llevado.
ㅡ ¿Y os gustaría ir?
La conversación estaba tomando el rumbo que a Hoseok más le interesaba, y esa pregunta, junto a su respuesta, dejaría sentadas las bases del plan de todo el día, así como afianzaría sus más que claras habilidades para cuidar de niños. Durante varios segundos, el silencio volvió a reinar en la sala, tan solo roto por un ligero murmullo, un intercambio de opiniones e ideas en voz muy baja entre los tres hermanos, que juntos decidían cuál era lo mejor. Siempre lo hacían, habían aprendido a tomar decisiones en grupo, ya que, siendo de edades tan próximas (Taehyung y Jimin estaban tan solo separados por 11 meses) pasarían casi toda su vida juntos, tenían que aceptarse los unos a los otros, y convivir como uno solo. En ciertas ocasiones, obviando el comportamiento infantil de Jungkook que lo delataba como el más pequeño, mucha gente pensaría que eran mellizos, ya que, físicamente no se parecerían para llegar a ser gemelos. Finalmente, fue Jimin quien volvió a hablar, como portavoz del comité.
ㅡ Vamos al acuario.
Se pudo escuchar a Yoongi y a Hoseok suspirar al mismo instante, cada uno en una estancia diferente de la casa. Fue entonces cuando el rubio de la pareja, abandonó su escondite y se reveló, saliendo al encuentro de su pareja, que lo miraba con cierto agotamiento, más mental que físico, pero una amplia sonrisa satisfecha en los labios. "Ya tenemos plan.", le susurró antes de dejar un beso de triunfo en su mejilla, volviendo a suspirar. Se habían quitado de un plumazo uno de los problemas más graves que podrían haber encontrado en sus días con ellos: entretenerlos. Al menos, durante ese día, no tendrían que pensar en ese asunto.
ㅡ ¡Pues venga, cada uno a preparar una mochila con lo que consideréis necesario para pasar el día fuera de casa!
Las órdenes del castaños fueron obedecidas por los niños, que parecían haber recobrado el color en sus voces. Ahora gritabas, se peleaban por llevar las cosas, y se los escuchaba emocionados por esa improvisada excursión.
***
ㅡ ¡Waoh! ¡¡Mira ese pez!! ¡Es enoooorme!
La gente que pasaba cerca de Jungkook giró la cabeza hacia él cuando lo escuchó gritar de esa forma, pero lejos de estar molesta, tan solo sonrió de forma suave, enternecidos por ver a ese niño, que parecía ser la primera vez que visitaba el acuario por la forma en la que señalaba, emocionado, cada especie de pez que cruzaba frente a él, tras el grueso cristal de la pecera.
ㅡ ¡No grites! La gente nos mira raro... ㅡ Jimin no tardó en aparecer tras él y propinarle una colleja (fuerte para un niño, floja desde el punto de vista de un adulto), que hizo a su hermano dibujar un puchero triste en sus labios. El mayor se mantuvo serio, sin dejar que los intentos infantiles y adorables de su hermano pequeño hicieran mella en él.
Taehyung, a su tiempo, estaba parado frente al cristal, a poca distancia de sus hermanos, pero estaba absorto en algo. Tenía los ojos abiertos de par en par, así como su boca, que parecía no querer cerrarse. Las manos escondidas en los amplios bolsillos de su nueva chaqueta con forma de tiburón, cuyo gorro era la boca del animal, y en la espalda tenía una gran aleta que se torcía con facilidad a cada racha suave de viento. La razón por la que estaba tan embobado mirando al cristal era que, justo al otro lado, había pegada una estrella de mar. Se había quedado contando las miles de ventosas que esta tenía, cómo se habría y se cerraba el agujero que tenía en medio de todas las patas, lo que él pensaba que era la boca del animal.
ㅡ Tito Hoseok... ¿Le está absorbiendo el alma? ㅡ A pesar de que Jimin se mostrase casi siempre como un niño maduro y responsable, había ocasiones en las que dejaba claro que seguía siendo un niño de cinco años.
ㅡ Oh, bueno... Quién sabe... A lo mejor sí. Dentro de nada se convertirá en un zombie sin alma. ㅡ El adulto de pelo castaño, recogido dentro de un gorro de lana negro, se agachó de cuclillas junto al pequeño cuando soltó aquellas palabras con toda la seriedad de la que fue capaz, pero no pareció convencer al niño, que de sobra sabía que estaba de broma, de ahí que se echase a reír, una risa que achinó sus ojos hasta casi hacerlos desaparecer.
ㅡ ¡Eso no es posible! Los zombies no existen, parece mentira que te lo tenga que decir yo...
Hoseok rió también por su respuesta, y se puso en pie, buscando a su pareja con la mirada. En cuanto localizó a Yoongi, señaló a Jimin en silencio, e hizo un gesto con la mano que se podría interpretar algo así como "Este crío es un genio." Yoongi se echó a reír, sacudiendo la cabeza. Cada cosa que su novio hacía, lo hacía reír, incluso intentando estar serio. Lo veía hacer el gamberro con los críos, y le parecía tener delante a cuatro niños, no a tres. Era uno más y los pequeños lo adoraban, desde luego. Suspiró, con cierta tristeza, esperando darle por fin un hijo a él, un hijo propio, que lo pudiera cuidar sin necesidad de estar pidiendo permiso a nadie o esperando que le pidiera el favor. Fue entonces, mientras divagaba en sus temas, que lo vio acercarse al pequeño de los tres, a Jungkook, que embelesado, miraba pasar una manta raya a escasos centímetros de su rostro. Había colocado ambas manos sobre el cristal, y a punto estaba de apoyar la cara en su totalidad. Hoseok se acercaba a él de forma sigilosa y cómica, sin ninguna buena intención, eso seguro, y le quedó claro cuando vio cómo le hacía señas a los dos niños para que mantuvieran el silencio. En cuanto llegaron junto a él, lo rodearon entre los tres. Yoongi alzó una ceja, curioso y a la vez preocupado. Iban a hacer algo, eso seguro, y ya se estaba preparando para acercarse a recoger a Jungkook, que seguramente lloraría después de recibir la broma pesada que entre los tres habían preparado. En cuanto un gran tiburón cruzó frente al pequeño, los otros gritaron al unísono:
ㅡ ¡¡ÑAM!!
Imitaron el mordisco de un tiburón (o eso se creían), cada uno en una parte del cuerpo de Jungkook, el cual emitió un chillido agudo, asustado, a la vez que daba un respingo en el sitio, cayendo de culo al suelo. Durante unos segundos miró a su alrededor, sin comprender, sorprendido, antes de echarse a llorar, lentamente.
ㅡ Lo sabía... ㅡ Murmuró Yoongi.
Rápidamente, fue en ayuda del niño, recogiéndolo del suelo y colocándolo contra su pecho, intentando consolarlo. En cuanto lo tuvo acomodado, sacó la mano a pasear, regalando collejas a diestro y siniestro a los tres culpables, alguna más de regalo para el mayor de todos.
ㅡ Parece mentira, deberías ser un ejemplo a seguir, pero no a mal. Such a child...
Hoseok intentó buscar una excusa para que lo perdonase, incluso intentó recurrir a los besos de arrepentimiento, pero Yoongi fue más rápido, y le hizo "la cobra", al apartar la cabeza antes de que sus labios alcanzaran su cara. Jungkook salió al instante de su escondite, frotándose los ojos con las pequeñas manitas, hechas dos puños, unos ojos que se veían claramente rojos por llorar. El rubio intentó consolarlo a base de besitos sonoros en una de sus rechonchas mejillas, de esos que sabía que le gustaban, y efectivamente, terminó el niño riendo, por las cosquillas. En cuanto estuvo de mejor humor, Yoongi lo convenció para que, junto a él, le sacaran la lengua a Hoseok, el cual, al ver ese gesto, sabiendo que debía hacer sentir mejor al pequeño, exageró la reacción, algo que a Jungkook le hizo reír de nuevo.
ㅡ Niños, ¿queréis ir a ver el espectáculo de los delfines? Según pone en el folleto, es dentro de unos minutos. Si nos damos prisa, cogeremos un buen sitio. Pero antes de eso, debemos ir a comer algo, ¿sí?
Los tres aplaudieron entusiasmados. O mejor dicho, los cuatro, porque ya volvía a estar Hoseok a la cabeza del pelotón. Yoongi suspiró, derrotado.
ㅡ No tienen remedio... ㅡ Murmuró, como un pensamiento en voz alta.
ㅡ No tienen remedio... ㅡ Escuchó que Jungkook, que aún seguía en sus brazos, repetía, mirándolo con una sonrisa amplia.
El espectáculo de los delfines no dejó indiferente a ninguno de los asistentes, sentados en las butacas de las gradas de aquel hemisferio acondicionado especialmente para verlo de la mejor forma. Mientras los niños se entretenían chillando, animando, y siguiendo las órdenes que les daban los dos monitores de los delfines a través de unos altavoces, los dos adultos aprovecharon para sacarles algunas fotos y, ya de paso, hacerse alguna que otra foto ellos mismos, enviando todo ese pack de fotos a los padres de los pequeños, los cuales, con total seguridad, habrían llegado ya a su destino, pues habían pasado varias horas desde que cogieron el vuelo que los llevaría a su destino.
ㅡ ¿Crees que estarán bien? No han llamado ni nada.
ㅡ A lo mejor no tienen cobertura... Mira, me pone que no han recibido aún las fotos. Quizás sigan volando.
ㅡ Quién sabe... Solo espero que lleguen bien. ㅡ Tras soltar un suspiro, Yoongi dejó caer la cabeza en el hombro de su pareja, buscando estar a gusto.
ㅡ Seguro que sí. Namjoon me ha contado el plan, y parece estar todo muy bien organizado. No te preocupes en exceso. ㅡ Hoseok llevó una mano a sus cabellos, y apartó un poco su flequillo, lo suficiente para plantar en este un cariñoso beso, que fue bajando por su nariz, hasta llegar a sus labios.ㅡ Te quiero. ㅡ Ese pequeño beso, unido a las palabras hizo sonreír a Yoongi, que se apresuró a coger una de las manos de su pareja, para entrelazar los dedos con él.
ㅡ Y yo a ti.
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