Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 14: Horizontes

Sabía que siempre podía contar con él, porque si se equivocaba, lo corregiría con palabras dulces. Cuando dudaba, le entregaba un consejo y cuando más lo necesitó, se quedó a su lado. –H.E

Sasuke buscó sus labios, su consuelo y su protección, entonces lo besó con fuerza, con intensidad y con angustia. Lo besó por instinto, pero por dentro sabía que no había pasión, ni siquiera existía esa clase amor o un mínimo rastro de erotismo entre ellos que aplacara su frio contacto, uno lleno de torpeza e ironía. Aquel beso estaba plagado de necesidad, entregándole un dolor crudo y realista que poco a poco se iba extendiendo hasta asfixiarlo, hundiéndolo aún más en su miseria, al punto de no poder salir. Recordándole su vida como una película barata en donde había sido un pésimo protagonista que cometía error tras error.

Seguía llorando, temblaba de miedo y en algún punto, sus lágrimas cayeron sobre el rostro sereno de Deidara, sintiendo como sus manos firmes lo sujetaban de la cintura mientras se incorporaba con cuidado, recostándolo en la cama, para posicionarse sobre él sin ninguna duda. Acunando su mejilla con una mano dulce que buscaba calmar su angustia, pero no seguir su juego autodestructivo. Lo frustraba saber que por más que quisiera, se negaría a intensificar el contacto de su boca sobre la suya.

Y es que Sasuke pretendía ahogarse aún más en sus errores, pero Deidara, el alfa tan solo parecía cooperar. Su boca se movía de forma lenta, pero sus manos permanecían quietas, incapaces de tocar más allá de lo permitido. Y de cierta forma, Sasuke sintió que lo estaba obligando, y era egoísta porque no le importó lo que Deidara pudiera sentir, simplemente creía desearlo.

Deseaba que lo tomara con fuerza y con el salvajismo propio de un animal. Que lo lastimara hasta hacerlo olvidar todo, porque no quería palabras bonitas, ni roces suaves, él necesitaba caricias agresivas y besos violentos que dejaran una huella sobre su piel, junto al recuerdo de palabras despiadadas que fueran el reflejo de su sentir. Entonces lo desnudó con prisa y manos torpes, pero él seguía sin tocarlo más íntimamente, Deidara simplemente alzó un dedo y lo deslizó sobre su mejilla de forma compasiva.

—Sasuke… te amo como no tienes idea…

—¿Entonces por qué? —gruñó desesperado.

—Porque no es la clase de amor que me permitiría tomarte. Te lo dije.

—Solo hazlo… márcame.

—Escucha lo que me estas pidiendo, hn.

—Hazme olvidar.

—Bebé, me encantan tus ojos —sus labios acariciaron su parpado izquierdo antes de que suspirara y escondiera el rostro en la coyuntura de su cuello y hombro—. Tienes unos ricos ojos de un negro imposible… vibrante y tan exóticos como tú, los cuales me recuerdan a un firmamento sin estrellas, son unos ojos que he visto reír infinidad de veces con cosas absurdas, enfureces hasta asustarme, incluso divertirse por cosas infantiles y sin gracia… pero hoy están tristes, Sasuke. Tus ojos me muestras lo frágil que te sientes, lo perdido que estas y lo atormentado que te tienen tus recuerdos. Ni siquiera en estos momentos podría ser egoísta y tomarte porque eres como mi cachorro, y si pudiera hacerlo estaría actuando igual que él.

—¿Por qué?

—Eres especial, Sasu, y eres mi familia, mi Ohana. La única que me queda.

—No mientas.

—Y tú no pidas cosas que sabes que terminaran por hacerte explotar.

Besó su cuello y dejó que lo sintiera sobre él, presionándolo contra el colchón y su realidad, anclándolo una vez más al presente aun si no quería. Permitiendo que su calor lo reconfortara y su aroma dulce y cítrico lo tranquilizara mientras le acariciaba el cabello de forma mimosa, tan despacito que acabo perdido en el mundo de los sueños. Entre suspiros de paz y anhelos olvidados de una vida feliz que jamás volvería.

🍅🍥🍅

Despertó sobresaltado y temblando pese al calor que lo rodeaba. Jadeó y el miedo lo invadió al sentir que le costaba respirar; instintivamente llevó sus manos a la altura de su pecho, oprimiéndolo como si eso fuera a aliviar el dolor punzante que parecía carcomerlo desde dentro, mientras las lágrimas empapaban sus mejillas, perdiéndose en las sábanas. Otra vez aquellas pesadillas que creyó parte del pasado comenzaban a atormentarlo, creando un caos en su fracturada mente…

—¡¿Sasuke, te encuentras bien?!

Brincó del susto al ver que Deidara estaba a su lado, contemplándolo con preocupación, pero antes de que pudiera responder algo o entender que es lo que había pasado, fue apresado entre sus brazos con tanta fuerza, que lo obligó a recostarse de nuevo, percibiendo un aroma relajante al mismo tiempo que era presionado contra el pecho del alfa, alejando la sensación de ahogo y el miedo atenazante, gracias a sus suaves caricias sobre su espalda, las cuales intentaron darle el consuelo que no sabía si quería.

Se removió inquieto, poniendo las manos contra su pecho, intentando poner distancia entre ambos, entonces fue consciente del embriagante calor que emanaba su piel desnuda junto a la suya. ¡No podía ser! Asustado y con la respiración a mil, lo empujo con fuerza sintiendo que las lágrimas se agrupaban en sus ojos imposibilitándole ver claramente. Su mente era un lio tan grande, que le impedía recordar que diablos había pasado después de que entro corriendo al departamento. Tembló y jaló la sábana para cubrirse aun si era estúpido después de lo de anoche, viendo con horror la mueca sería del alfa frente a él.

—Sasu… —murmuró suavecito—. Tranquilo… ¿sí?

—¡¿Cómo mierda me dices que me calme cuando anoche…?! Anoche…

—Bebé, no es la primera vez que amaneces desnudo y yo estoy a tu lado —sonrió divertido, logrando el pánico en Sasuke con esa simple acción.

—¡Joder! —chilló horrorizado, lanzándole una almohada—. ¿Acaso no te importa que te vea desnudo y que te haya obligado a…? ¡Yo… te…!

—Tú me dejas verte desnudo —se encogió de hombros, sin saber cómo explicarle que estaba siendo paranoico—, es justo ¿no crees?

—¡Sabes lo que quiero decir! —se desesperó comenzando a respirar de forma irregular, por lo que, de un momento a otro, sintió la firme mano de Deidara presionando su cabeza hacía sus piernas.

—Tranquilo —susurró—. Tu no me obligaste a nada…

—Yo…

—No pasó nada de lo que te estas imaginando, Sasuke —su mano descendió repartiendo caricias en la espalda del omega—. Intenta recordarlo, hn —en ese momento, su cachorro suspiró más tranquilo, por lo que se permitió abrazarlo y besar su cuello—. No soy un incestuoso, bebé. Y si estoy desnudo es porque intentaste violarme.

—Imbécil —le golpeó el brazo sujetando su cabeza con una mueca de dolor.

—Auch, primero me usas y ahora me golpeas —se cubrió con parte de la sábana, fingiendo estar dolido—. ¡Que cruel!

—¿Qué...? 

Separó los labios sin saber que decir mientras su cerebro parecía trabajar a marchas forzadas. Por un momento todo había sido confusión, pero poco a poco los recuerdos iban llegando como piezas de rompecabezas, aun así, todo estaba revuelto y un poco borroso. Solo sabía que estaba confundido y abochornado al saber que le había pedido a su torpe casero que lo tomara mientras lo besaba y desnudaba, actuando como un desesperado. ¡Dios! La sola imagen era aberrante y preocupante.

Entonces Deidara volvió a sonreír de forma perversa, e ignorando su conflicto mental, le jaló la sábana y lo tumbó en la cama bocarriba, inmovilizándolo sin mucho esfuerzo mientras se colocaba encima de él. Y cuando Sasuke estaba a punto de gritarle, sintió como los labios ajenos se estampaban contra los suyos en un beso furioso, lleno de angustia y preocupación, sin rastro de calidez o aquel absurdo romanticismo que tanto caracterizaba al alfa. Estremeciéndose cuando lo sintió acomodarse entre sus piernas.

Intentó empujarlo, pero cuando no funcionó, correspondió con la misma intensidad abrumadora, mordiéndole el labio con fuerza, siendo capaz de sentir su inexplicable miedo como algo tangible y agobiante, lo cual se reflejaba a través de sus temblorosas caricias sobre su cintura. Deidara no se merecía eso, y de un momento a otro quiso consolarlo a base de palabras dulces y empalagosas, tal y como él alfa había hecho con él tantas veces atrás, sin embargo, la puerta de la habitación se abrió de golpe.

Detuvieron todo movimiento sin separarse y de soslayo pudieron ver a Sasori, cuya expresión serena se deformo a una de horror puro al verlos en semejante posición. Su pequeña mochila cayó al suelo con un ruido sordo y finalmente reaccionaron.

—Mierda —farfulló Deidara quitándose de encima y cubriéndose con la sábana—. Sasori... déjame explicarte... 

—No hay nada que explicar —sonrió mientras sus ojos se cristalizaban y las lágrimas empezaban a descender silenciosas por sus mejillas—. Venía a hablar contigo de algo muy importante y a disculparme con Sasuke por lo del otro día... yo… quisiera decir que lamento haber entrado así... no era la primera vez… igual lo siento.  

Recogió su mochila con una tranquilidad aterradora. Lucia muy sereno para su propio bien, mientras comenzaba a limpiarse las lágrimas y daba media vuelta azotando la puerta tras de sí. De un momento a otro, Deidara se puso de pie y jalo un pantalón que estaba sobre el mueble de noche tirando varias cosas, poniéndoselo de forma torpe y ansiosa, para salir tras él, tropezando con el desorden que hicieron anoche. Segundos después, Sasuke escuchó un fuerte golpe, un gruñido y palabras inentendible.

🍅🍥🍅

—No me toques —Sasori reprimió la tristeza que sentía, mirando desafiante al alfa frente a él—. Te acercas y no me contendré.

—No es lo que piensas.

—Estabas desnudo sobre Sasuke, besándolo, ¿sí o no? —cuestionó con calma, viendo como Deidara apretaba los labios y asentía lento.

—Déjame explicarte.

—Está más que claro. Lo acabas de admitir.

Dio media vuelta dispuesto a irse, estremeciéndose cuando la mano del alfa aprisionó su muñeca, atrayéndolo hacía su cuerpo en un torpe intento de explicar algo que a simple vista parecía obvio. ¿Por qué no solo lo dejaba y ya? No era necesario que lo aprisionara en un abrazo doloroso, porque esa no era la forma en que deseaba sentirlo tan cerca de él. Y lo peor de todo es que no podía decir que odiaba a Sasuke por robarle al alfa que tanto amaba, porque Deidara no era una posición y lo cierto es que jamás fue suyo. Él lo quería de verdad, y su amor era tan grande que estaba dispuesto a aceptar ser solo su amigo aun si eso implicaba que estuviera con Sasuke.

—No saques conclusiones apresuradas.

—Nada es apresurado —se zafó de su agarre e intento golpearlo con la mochila, sin embargo, el alfa lo esquivo haciendo que tirara un florero y una silla—. Déjame ir, no quiero interrumpir.

—Cinco minutos —pidió y Sasori dio media vuelta.

—Me alegro por ustedes.

—¡No seas idiota!

—Tu eres el idiota.

Reclamó con molestia, sujetando fuertemente el pomo de la puerta, entonces Deidara lo jaló hacía él en un último intento por detenerlo. Y pese a que su lado racional le gritaba que estaba bien que Sasori lo odiará y se fuera, su lado sentimental quería mantener a ese omega a su lado. Lo amaba como jamás amaría a alguien más, y se odiaba al saber que hiciera lo que hiciera, terminaría lastimándolo si permanecían juntos.

Pese a todo, lo jalo con fuerza recibiendo un golpe sobre su hombro que lo hizo perder el equilibrio y caer de espaldas con Sasori sobre él, quejándose por lo necio que era, lo idiota, sintiendo sus tibias lagrimas mojar su pecho desnudo junto a los espasmos de su cuerpo a causa del suave llanto.

—Sasori…

—¿Por qué no me dejas ir? —levantó la vista viéndolo a los ojos, acunando su mejilla con una de sus manos—. No soy egoísta, Deidara —hablo con voz suave, dejando que sus lágrimas cayeran sobre el rostro del alfa—. Sabes que te amo, te lo he dicho desde que tengo diez años y no he cambiado de parecer, pero si eres feliz con Sasuke, por mi está bien, porque por más que lo intente jamás pude hacer que me vieras como algo más y lo entiendo —se sentó a horcajadas sobre él, limpiándose las lágrimas—. No estamos dentro de una novela dramática. No me voy a interponer entre ustedes, ni voy a hacer un escándalo el día de su boda. Eres y serás mi amigo siempre.

—Me gustas.

—Lo sé —soltó el aire que inconscientemente retuvo—. Algo de mi te tiene que gustar o no seriamos amigos —quiso bromear, abriendo los ojos cuando fue consciente de los cardenales que adornaban el pecho del alfa—. ¿Qué te paso? —preocupado, deslizo la yema de los dedos sobre las heridas más grandes.

—Me pelee con el idiota que hizo llorar a mi cachorro.

—¿Cuál cachorro? —cuestionó tensándose, olvidando su reciente pelea, los golpes en el cuerpo del alfa y su propia tristeza—. Tú no tienes hijos.

—Tengo un hijo… o algo así —se encogió de hombros viendo la sorpresa en el rostro del omega, por lo que intercambio posiciones, dejándolo bajo su cuerpo—. Y soy una mierda de persona, alguien que solo rompe lo que ama.

Sin darle tiempo a reaccionar, presionó sus labios con los de Sasori en un beso torpe y cálido. Un beso suave y tan lleno de sentimentalismos que tembló aprisionando el cuerpo del omega, sabiendo que no había marcha atrás, que terminaría arrepintiéndose y que tal vez no era lo mejor, aun así, estaba dispuesto a correr el riesgo, a rendirse bajo los pies de ese chico que lo enamoro desde hace diecisiete años con una sola mirada de esos dulces ojos de un rico tono chocolate.

—¿Por qué lo hiciste? —cuestionó cuando se separaron del beso, conteniendo a duras penas el nudo en su garganta—. Tienes a Sasuke, y no solo eso… también un hijo. ¿Él lo sabe?  

—No me estas entendiendo.

—Será porque no me has explicado nada.

—Por qué no sé qué explicarte. No negare lo que viste, pero te equivocas en algo. Sasuke es como mi hijo, él es mi cachorro —juntó su frente con la del omega—. Soy un lobo, cariño, por naturaleza soy solitario. Y desde hace mucho he huido de toda compañía, lo sabes, aun así y sin proponérmelo, mi alfa adoptó a Sasuke como su cachorro —llevó una mano hasta su pecho—. Hay un vínculo entre él y yo que nada tiene que ver con un amor romántico. Y en cuanto a porque te bese… te bese porque te amo, siempre lo he hecho.

—Si claro —rodó los ojos—. Por eso lo besaste, y me amas tanto que me has rechazado más veces de las que cualquiera podría soportar.

—Era besarlo o golpearlo por idiota hasta que entendiera cuanto me he preocupado por él, hn —escondió su rostro en el cuello del omega—. Y en verdad te amo, a ti y a tu loca idea de que el arte es eterno. Sasori…  cuando dije que te amaba no mentí, pero mi amor es como una explosión, es verdadero, intenso, pero también parece una bomba de tiempo, una bomba que explotara en cualquier momento, pero terminara por dañarnos a ambos… hay cosas que no puedo decirte… aun no…

—Deidara, no es necesario mentirme —lo empujó—. Ya me explicaste, no te creo nada, ni siquiera sé si considerar tu declaración de amor improvisado, así que me voy.

—Yo también te amo —admitió aprisionando las manos de Sasori, porque ahora era su turno ser rechazado—. Desde que te conocí. Y si no me crees, hare que lo hagas. 

Le robo un nuevo beso, uno mucho más pasional y necesitado que el anterior, sintiendo la furia del omega a través de su beso, cuyos movimientos bruscos buscaban liberarse de él, consciente de que lo golpearía en cuanto lo soltara, aun así se permitió disfrutar de una sensación que por casi dos décadas se dijo que era prohibida.

🍅🍥🍅

Sasuke asumía que pese al carácter tranquilo de Sasori, lo que vio era un motivo más que suficiente para abofetear al alfa cuando este intentó detenerlo. Por lo que se sentía culpable, ya que solo le había traído problema tras problema a Deidara, y no solo a él, sino que Sasori también se había visto envuelto en todo su drama. Lo peor era que, aunque quisiera arreglar las cosas, si salía en ese momento de la habitación, solo empeoraría todo.

La verdad era imposible explicar de forma creíble y coherente lo que estaban haciendo, porque ni él mismo lo entendía. Haciendo un recuento de los hechos, él estaba desnudo sobre la cama de Deidara, con el alfa —quien también estaba desnudo— sobre él, besándolo como si no hubiera un mañana. Y siendo sincero con los hechos, parecía que, o acababan de follar o ya iban a por la segunda ronda de la mañana.

La situación en si era frustrante porque no paso ni pasaría nada de eso. Deidara tenía razón, eran una especie de familia, y por muy loco que fuera, su omega reconocía al alfa como su padre a tal punto de sentir un vínculo con él, encontrando la seguridad y protección a su lado que creyó perdida hace ya varios años.

Culpable, se levantó y vistió con lo primero que encontró, intentando pensar en cómo solucionar las cosas mientras escuchaba los gritos de Sasori junto al sonido de cosas rompiéndose y las poco entendibles explicaciones de Deidara, las cuales parecían balbuceos torpes. Inevitablemente, pensó en lo que paso anoche, había cruzado la línea con él, con sus peticiones egoístas, y comportamientos irracionales. Todo porque se vio encerrado en su pasado, inundándose con recuerdos que ahora parecían pesadillas sacadas de una película de terror que lo llevaron a buscar una salida fácil para huir de todo como años atrás.

Frustrado, masajeó el puente de su nariz. Su vida era y seguiría siendo un caos, tenía que buscar otro trabajo y al parecer un nuevo departamento porque empezaba a tener el absurdo presentimiento que dentro de poco no sería bienvenido, y entre más rápido lo hiciera mucho mejor. En el momento en que los gritos se detuvieron, dio por hecho que Sasori se había vuelto a ir, por lo que salió del cuarto y fue hasta la sala, para su sorpresa, Sasori estaba en el suelo y Deidara sobre él, besándola de forma apasionada.

Se sonrojó y dio media vuelta dispuesto a irse en silencio y darles algo de privacidad, pero tampoco ese día —ni nunca— era su día de suerte. Tropezó de forma ridícula y casi cómica, con una silla que no debería estar ahí, cayendo al suelo de forma estrepitosa, justo sobre los restos de lo que había sido un florero, enterrándose unos pedazos de vidrio en la palma izquierda.

—¡Joder!

—¡Sasuke! Oh, Dios, lo lamento tanto —para su sorpresa, Sasori aventó a Deidara y corrió a ayudarlo a incorporarse, tomando su mano y sacando los trozos más grandes, envolviendo su palma de forma suave con un pañuelo, que se teñía rápidamente de rojo—. Hay que llevarte al hospital.

—No es necesario, tampoco tienes que hacer esto por mí, Sasori —suspiró con una mueca de dolor—. Yo soy el que debería disculparse por los problemas que he causado, pero te juro que todo tiene una explicación y jamás haría algo con ese idiota de ahí.

—¡Oye...! —protestó Deidara, poniéndose una camisa, de quien sabe dónde—. No soy un idiota, hn.

—Puedes explicarme en el camino —espetó, apretando un poco más el nudo del pañuelo cuando la sangre empezó a gotear manchando la alfombra—. Ahora muévete, tú también Deidara.

Ambos se paralizaron al instante, pero terminaron obedeciendo a Sasori. Y para cuando llegaron al auto del alfa, Sasuke ya les había contado un poco más de Naruto. Y justo estaban en el estacionamiento del hospital cuando acabó su relato, llegando a la pelea que tuvieron Deidara y él, anexando el motivo por el cual decidió irse de la empresa, explicando un poco sobre su ataque de pánico del cual no quiso dar detalles.

Generalmente Sasuke no hablaba de su vida, y lo poco que sabía Deidara de él, fue por su insistencia al querer conocerlo un poco más, entendiendo que si su niño estaba de parlanchín era porque se sentía tan culpable que creyó que al darles una explicación de lo que ocurrió, compensaría de alguna forma un poco todos los problemas en los que los había involucrado.

—Creo que la paliza que le di al bastardo fue poco.

—Da igual... —suspiró mientras llegaban a la recepción del hospital.

—Ya, entiendo todo, menos el beso de esta mañana —concluyó Sasori.

Sasuke se encogió de hombros, eso aún no le quedaba claro y tampoco podía explicarlo, al menos no del todo. Lo bueno fue que la enfermera que los recibió, llamó al doctor casi de inmediato, lo pasaron a consulta, le hicieron un par de preguntas y limpiaron su herida, la cual seguía con algunos trozos de vidrio. Al final, necesitó unas cuantas puntadas, nada grave según la enfermera, pero la mano le escocia, agradeciendo que fuera la izquierda y no la derecha, o estaría convirtiéndose en un verdadero inútil.

Suspiró frustrado y hambriento al salir de consulta luego de casi una hora, descubriendo que solo estaba Deidara esperándolo. Mantenía la mirada gacha junto a una expresión que Sasuke denominaba “de perro regañado”. Silenciosamente se sentó a su lado, viéndolo curioso al sentir como se recargaba sobre su hombro y fingía llorar con dramatismo en cuanto rodeó su pequeña cintura, ocultando el rostro en el cuello de Sasuke, quien no se negó al contacto, comenzando a acariciar su cabeza.

—Aun me debes una cena en Sea Front Pasta Bar.

—Lo sé —se encogió de hombros—. Pero el hospital cuenta con cafetería —le dijo con una pequeña sonrisa socarrona—. Y a dos calles de aquí hay un restaurante familiar.

—Odio los hospitales —se levantó entre pucheros comenzando a frotarse los brazos con insistencia.

—Yo igual.

En cuanto empezó a caminar a quien sabe dónde, el omega dudo si debía seguirlo o no. Todo se le hacía confuso, habían pasado muchas cosas en poco tiempo y por algún extraño motivo no podía dejar de pensar en Naruto y sus sonrisas prepotentes que le erizaban todos los bellitos del cuerpo. También recordó lo que le dijo Hinata sobre él y su hábito de conquista, llegando a la conclusión de que solo había sido el nuevo modelo de juguete de aquel alfa.

Sin embargo, y por muy absurdo que sonara, no se sentía una víctima más de su amplio repertorio, era un hecho que cedió ante él, permitió que todo ese maldito enredo se creada con cada encuentro que tuvieron. Y por más que lo negara, se dejó seducir por sus sonrisas, sus besos y sus caricias que tanto disfruto, las mismas que de alguna forma u otra, creía necesarias. Lo cierto es que no impidió que lo tocara a placer, tan solo se rendió ante él como una estúpida presa. Una presa necesitada de su afecto, pese a que al final del día, terminaría arrepintiéndose de todo.

—¿A dónde vamos? —murmuró sin mucho ánimo, sintiendo que había caminado bastante

—Al restaurante familiar que dijiste —sonrió—. Desde ayer he querido darte una excelente noticia.

En cuanto entraron, fueron recibidos por una amable beta, y guiados hasta una de las mesas del fondo, prácticamente estaban en un rincón de aquel pequeño local pidiendo un té, ensalada de tomate, pastelillos y una malteada a la una te la tarde. Lo bueno era que Deidara parecía haber recuperado toda su energía porque comenzó a narrarle su día a Sasuke, haciendo voces graciosas y manoteando como si lo estuviera actuando, al menos mientras traían su pedido, pero por más que el omega lo intentaba, no podía prestarle atención.

—¿Qué...? —susurró tras una pequeña pausa que hizo el alfa, parpadeando un par de veces.

—Lo que oíste —le agradeció a la mesera y comenzó a picotear la rebanada de pastel con el tenedor—. Yo pensé que era un intento de caza talento o algo así. Ya te imaginaras mi sorpresa al enterarme de quien era. En fin, aquel productor, que por cierto es muy reconocido a nivel mundial, llevaba varios días asistiendo al teatro, y justamente ayer me lo tope después de un ensayo. Le gustó mi trabajo, hablamos un rato e intentó convencerme para participar en el rodaje de una película.

—¿Qué? —esta vez, sí le prestó atención, por lo que, impresionado, miró a Deidara entrecerrando los ojos—. Mentiroso.

—¡Soy actor! —dramatizó—. Decirme mentiroso es demasiado cruel —su voz se quebró al susurrar eso mientras sus ojos se cristalizaban, por lo que Sasuke terminó ignorándolo, comenzando a comer—. Tsk, algún día caerás.

—Como sea.

—Aun no te he dicho la mejor parte —le guiño un ojo apuntándole con el tenedor—. Tendré una reunión con él, hoy a las cuatro y quiero que tú me acompañes.

—Jamás —murmuró como si nada, comiendo su ensalada.

—Me lo debes, Sasuke.

Después de aquella frase, no pudo refutar nada porque Deidara tenía razón, así que tras salir del restaurante regresaron al departamento y mientras el alfa se esmeraba en arreglarse como si fuera toda una diva, revoloteando de aquí para allá como mariposa, Sasuke se dio un baño, se arregló y limpió todo el desorden. Incluso llegó a pensar que no llegarían a tiempo, pero diez minutos antes de la hora, estaban en la recepción de un lugar que no podía definir del todo, siendo parte de todo un alboroto, con personas yendo de un lado a otro con teléfono en mano y gruesas carpetas, mientras otros gritaban órdenes o pasaban con utilería.

—Usted debe ser el señor, Kamiruzu —un omega alto, de cabello castaño y exóticos ojos perla, les dio una especie de bienvenida mirándolos alternadamente con el ceño fruncido—. Mi nombre es Neji, soy el asistente del señor Hashirama Senju. Síganme.

Sin decir nada, lo siguieron hasta un área, entre comillas, más tranquila, pasando por varios pasillos que sinceramente eran una especie de laberinto a ojos de Sasuke, mientras a lo lejos vieron a Hotaru Tsuchigumo haciendo ejercicios de voz frente a un espejo. Ella era una famosa cantante que ninguno de los dos hubiera soñado ver en vivo, al menos no fuera del escenario.

Cuando al fin reaccionaron, Sasuke se dio cuenta habían dejado todo el ajetreo para caminar por un pasillo solitario, instintivamente vio a Deidara y su mueca de bobo que le hizo rodar la mirada y mantenerse callado, mientras se detenían tras una enorme puerta de madera lacada.

Neji o como se llamará aquel chico de mal genio, tocó un par de veces, los fulminó con la mirada por milésima vez y finalmente los dejó pasar tras escuchar un adelante. Siendo sincero consigo mismo, Sasuke sentía que no debería estar ahí, pero sus intenciones de abandonar a Deidara y esperarlo afuera de la oficina murieron cuando el alfa lo tomó de la mano, obligándolo a meterse con él, entonces fue consciente de lo nervioso que estaba porque pese a su expresión tranquila, no dejaba de temblar.

—Tsk, estarás bien —murmuró y Deidara sonrió dejando de temblar.

Aquel productor de nombre Hashirama Senju del que tanto hablo su explosivo casero, resultó ser un alfa de sonrisa afable, cabello castaño y actitud infantil que rondaba los cincuenta años, de constitución fuerte y por momentos actitud seria, aunque bastante amable. Aunque siendo sinceros, Sasuke nunca se imaginó que una entrevista o reunión para el papel de una película fuera así de simple.

Hashirama solo le hizo un sinfín de preguntas entre las que estaban las comunes, como su experiencia en el mundo de la actuación, logros, metas y cosas sobre el teatro, aunque también fue una charla absurda, terminando con un recorrido por todo el lugar, el cual incluía sets, foros, bodegas, camerinos, área de recursos humanos y un montón de lugares asombrosos, a los que Sasuke hubiese querido tomarles foto, pero se limitó a seguirlos en silencio. Y dos horas después, estaban de regreso en la oficina.

—Vaya, su novio debe ser bastante celoso —Hashirama sonrió mientras le murmuraba aquello a Deidara, viendo al omega de soslayo, como si Sasuke no lo hubiese escuchado—, he tenido actores con parejas así y pueden ser… problemáticos.

—Sasuke es un amigo —sonrió avergonzado, a lo que el pequeño omega soltó un bufido.

—Oh, ya veo. ¿También es actor?

—No para nada… —negó.

—Es bastante hermoso —su sonrisa se amplió, dirigiendo toda su atención a Deidara—. Su perfil se ajusta mucho a un personaje secundario que tengo en mente para el rodaje, incluso su actitud es acorde —caminó hasta el omega con una sonrisilla boba que le dio escalofríos—. Sasuke, ¿verdad?

Intentó controlar el tic de su ceja sin mucho éxito, dedicándole una pequeña sonrisa que se asemejo a una mueca disconforme. De un momento a otro se sintió nervioso, viendo de soslayo a Deidara como si intentara pedir ayuda con su mirada, sintiendo la traición cuando su idiota casero sonrió con malicia, teniendo que asentir a la pregunta de Hashirama, deseando que el alfa frente a él hubiese seguido ignorándolo como hasta hace unos minutos.

—Sasuke, un placer —le extendió la mano a modo de saludo—. Lamento si estoy causándole alguna molestia.

—No, para nada —sonrió antes de verlo detenidamente, como si lo analizara, sonriendo de una forma que le resulto espeluznante sin saber porque—. ¿Cuál es tu apellido, pequeño?

—Sannin, Sasuke Sannin —sonrió incómodo.

—¿Sannin? —cuestionó viendo a Deidara que asintió en confirmación, poniendo una mueca extraña—. Hubiese podido apostar mi fortuna a que te apellidabas Uchiha —se llevó una mano a la barbilla, haciendo memoria, mientras cerraba los ojos—. Te veo y es como si tuviera a Mikoto Uchiha de nuevo frente a mí.

—Ya… —balbuceó.  

Si cuerpo se tensó ante aquel nombre que pensó y había olvidado, su boca se secó y una enorme opresión en el pecho lo dejó sin aíre, pero ninguno de ellos pareció notarlo. Deidara tan solo lo vio como si le hubiera traicionado, pero al mismo tiempo sus ojos azules reflejaban una curiosidad infantil por saber lo que iba a responder, y Hashirama solo aumentaba su malestar al verlo tan fijamente, como si ya supiera la respuesta a todas sus dudas que de un momento a otro se hicieron demasiado obvias.

—Tengo una buena vista —sonrió y asintió un par de veces—. Hay rasgos que no se pueden negar, y tu pequeño niño, eres prácticamente una copia de la ex modelo Mikoto Uchiha. Tu belleza es sobria, delicada, pero al mismo tiempo exótica y misteriosa.

—Gracias… —intentó sonreír sabiendo que no podía negarlo, a pesar de que no se lo preguntó directamente.

—Tienes alguna relación con ella, ¿cierto? —Hashirama se acercó un poco más a él, colocando una mano sobre el mentón del omega, analizándolo con ojo crítico, sabiendo que no podía equivocarse—. No hay duda alguna, el parecido con ella es asombroso.

—M-Mikoto es… es mi madre…

~ * o0O0o H.E o0O0o * ~
Continuará

Y por si todavia lo dudan, no, hubo, ni hay ni habra Dei x Sasuke xD lo parece pero no muajaja solo queria ver arder el mundo (?

Solo espero que les haya gustado, si es así no  se olviden de votar y comentar 😘😘

Haruka Eastwood 😎😎

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro