vi. merry christmas
˚ ₊ ♡ ❰ BIG TIME CHRISTMAS ❱ ⋆ ✰ ₊˚.༄
LA NAVIDAD EN LOS ÁNGELES era definitivamente diferente a la Navidad en las regiones del este, normalmente nevaba, pero esta vez, definitivamente no iba a nevar, pero aún así se vistió para la ocasión porque aunque estuviera en L.A. podía hacer algo de frío.
La puerta del ascensor se abrió y Gabriela encontró a las Jennifer plantadas de espaldas a ella.
—Hola, chicas —Carlos sonrió con un palo de hockey envuelto en papel de regalo y con un muérdago colgando de la punta—. Es muérdago. Tenéis que besarme.
—No, no tenemos tiempo —dijeron ellas.
Al salir del ascensor, Gabriela se paró frente a Carlos, con el muérdago colgando en lo alto.
—No tienes que hacerlo, sabes —dijo Carlos y se inclinó más cerca—. Los primeros besos son muy importantes.
Gabriela nunca había besado a un chico, ni siquiera había tenido novio. Se alegró de que Carlos no la presionara.
Ella lo besó suavemente en la mejilla.
—Feliz Navidad —dijo con una sonrisa. Se giró y cogió un regalo—. Para ti, ábrelo mañana.
—Me toca —gritó James.
Le quitó el palo de hockey envuelto en papel de regalo a Carlos y se puso delante de Gabriela.
—Feliz Navidad, hora del beso.
Haciendo lo mismo se agarró a sus hombros, él era medianamente más alto que ella, y le dio un beso en la mejilla.
—Feliz Navidad. Regalo para ti, ábrelo mañana.
—Sabes, esperaba uno en... —Se cortó, se inclinó y frunció los labios.
Gabriela sonrió y le dio un ligero golpecito en la cara.
—Ni hablar.
La puerta del ascensor volvió a abrirse y James seguía con el Muérdago en la mano, las chicas se excitaron y tiraron de él hacia el interior.
Gabriela entró en Rocque Records con el equipaje a cuestas mientras caminaba.
—Aquí está la chica de Navidad —dijo Carlos, abrazándola por los hombros.
—Kendall, Logan, no os di vuestros regalos antes. Abridlos mañana.
—Gustavo tiene que escribir tres canciones de Navidad antes de esta noche—
—Y nuetros vuelos.
—Y como sabemos lo talentosa, maravillosa y buena persona que eres, sabemos que nos ayudarías —dijo Carlos.
—Sí, puedo ayudar.
El grupo vitoreó.
—Ves, ahora tienes a alguien más a bordo —le dijo Kelly a Gustavo.
—Ahora vamos a decorar.
—Vamos, vamos, vamos.
Mientras los chicos, junto con Kelly decoraban el edificio, Gustavo y Gabriela trabajaban en escribir una canción para el grupo.
Y fue todo un éxito.
—¿Véis? Los milagros de Navidad existen —dijo Griffin—. Y gracias por el pijama, chicos. Me siento súper navideño.
—¿Lo suficiente como para conformarse con una canción? —preguntó Kelly.
—Ho, ho, ho. No. Y quiero que los otros temas sean dúos.
—¿Dúos con famosos? —preguntaron ellos al mismo tiempo.
—¿Cómo vamos a conseguir que los famosos canten con Big Time Rush el día de Nochebuena? —preguntó Gustavo gritando.
—Muy fácil. Buscando famosos y cantando con ellos. Ahora, si me disculpáis, me voy a un albergue de mendigos para recordar la suerte que tengo. ¡Adiós!
Empezó a irse pero dio media vuelta.
—Tú, la chica que no es Kelly —llamó. Gabriela le encaró—. ¿Quién eres?
—Soy Gabriela Machado.
—Gabriela Machado... sigue trabajando así de bien.
Con esto último dicho, se marchó.
—Adiós a la Navidad en Minnesota —dijo Logan, levantando los brazos y dejándolos caer.
—Muy bien, he retrasado cuatro horas nuestros vuelos —informó Kelly.
—¿Y cómo vamos con la búsqueda de famosos? —preguntó Gustavo.
Kendall colgó el teléfono.
—He hablado con el representante de Lady Gaga.
—Ooh, ¿y qué te ha dicho?
—"¿Quién es Big Time Rush?".
—¿Y qué hay de Jordin Sparks? —preguntó Gustavo.
—No va a estar en Navidad —contestó Logan, mirando a los demás antes de volver a mirarle—. Igual todos los demás famosos.
—Eh, pero resulta, que el astronauta Buzz Aldrin está muy interesado —dijo Carlos sosteniendo el móvil en alto—. Vamos, llegó a la luna.
—Oh —soltó Gustavo, riéndose.
—Tiene que haber famosos que se queden aquí —dijo James enfadado.
Le dio al mando a distancia con el puño y sin querer encendió la tele.
—Hola, soy Miranda Cosgrove, y os invito a mi "Especial de Navidad Con Miranda" en directo desde Los Ángeles, cantaré a dúo con varias estrellas, como la superestrella internacional Fabio, Rayo, el perro maravilla y—
James le dio al pausa y se pusieron todos junto al televisor.
—¡Big Time Rush! —dijeron todos con una sonrisa.
—¿Cómo? —preguntó Gabriela—. Ella probablemente ya tiene su alineación.
—Ese será otro milagro de Navidad —respondió Carlos.
—¿Cuál es el plan?
El grupo estaba ahora fuera del estudio donde Miranda estaba filmando su programa en directo.
—El plan es, que no hay plan si no conseguimos entrar —dijo Gustavo, medio gritando y medio susurrando.
—Está chupado. Sólo hay que burlar al guardia —señaló James.
—Pan comido —dijeron Carlos y Logan con una sonrisa, chocándose los puños.
—¡No entras si no estás en la lista! —dijo el guardia de seguridad, echando a la calle a un tipo.
—No temáis —dijo Kendall—. Recordad, que hay alguien que está en todas las listas.
Disfrazarse de Papá Noel y sus elfos no funcionó en absoluto.
Ni tampoco intentar enviar paquetes especiales.
Y tampoco vestirse como una familia sueca.
Luego, cuando intentaron huir, el guardia de seguridad empezó a ahogarse con su bocadillo.
Acto seguido, se desmayó en el suelo.
—¡Es otro milagro navideño! —exclamó Gustavo.
Eso tampoco les impidió entrar.
Gabriela se paró e intentó ayudar al hombre a levantarse.
—Sería estupendo que me echarais una mano.
Los demás suspiraron y la ayudaron.
Poniéndose detrás de él, empezó a hacerle la maniobra de Heimlich, el trozo de pan salió volando y golpeó a Gustavo en la cara.
—Eso ha sido asqueroso.
Pasando por detrás de él, Gabriela le apoyó la mano en el hombro.
—¿Estás bien?
—Gracias —agradeció el hombre—. ¿Quiénes sois vosotros?
—Big Time Rush, y sólo queremos volver a casa —dijo Kendall y todos empezaron a suplicar para que les deje entrar.
—Bueno... Feliz Navidad —dijo el guardia, dejando caer la lista al suelo—. Se me ha caído la tablilla, estoy distraído y no os he visto.
El grupo se dirigió al interior del estudio, donde estaba Miranda.
—Lo que tenemos que hacer es impedir que Fabio pueda llegar al plató —dijo Gustavo, mientras todos estaban escondidos.
—Cundará el pánico. "¿Cómo vamos a sustituir a Fabio con tan poco tiempo?" —dijo Kendall, afinando la voz.
Carlos sonrió.
—Y apareceremos nosotros como si nada.
—Ah, y decimos, "¿necesitan a alguien para que cante con Miranda?" —dijo Logan.
—"Somos Big Time Rush. Y cantamos" —dijo James.
Gabriela sonrió.
—Grabamos la canción y boom, segundo milagro navideño.
—Y Kelly y yo pinchamos la mesa de sonido y grabamos la actuación —dijo Gustavo—. ¡Suerte!
Gabriela no se había imaginado nunca empujando una caja con Fabio dentro, pero aquí estaba ella.
—¡Vamos, haced sitio! —gritó Logan.
Logan se paró en seco al ver a Miranda de pie al final del pasillo.
—¡Miranda! ¡Miranda! ¡Vamos, escondeos, vamos!
Empujaron la caja hasta otra habitación.
Mirando alrededor de la habitación, Gabriela suspiró.
—¿Este es el camerino de Miranda?
—Y no va a gustarle que hayamos raptado a Fabio —medio gritó James.
Oyeron que se abría la puerta y los cinco se encontraron cara a cara con Miranda.
—¿Qué ocurre? —preguntó ella con el ceño fruncido.
Fabio abrió la caja.
—¡Me han secuestrado! —gritó él y se volteó—. Oh no. ¿Big Time Rush otra vez?
—¿Otra vez? —repitió Gabriela.
—Miranda, ¿tú crees en los milagros navideños? —le preguntó Kendall.
—Pasaréis la Navidad en la cárcel —dijo la mujer que iba al lado de Miranda.
—¡Oh, no! ¡No llame a la policía! Somos alérgicos —dijo rápido Kendall.
—No secuestramos a Fabio —dijo Logan—. Le escondíamos para poder cantar con Miranda. Perdona, Fabio.
—Mire —dijo Gabriela, dando un paso adelante—, estos chicos siempre me arrastran a situaciones a las que siempre digo que sí, pero tienen que grabar tres canciones de Navidad para esta noche o ninguno de nosotros volverá a casa.
—¡Somos Big Time Rush! ¡Un grupo! —dijo James.
—Son muy lindos —le dijo Miranda al oído a la productora.
—¡Han metido a Fabio en el cesto de la ropa!
—No estaba encerrado de por sí —dijo Gabriela.
—Sí, pero son muy lindos.
—Mi hija adora su álbum —dijo la productora, llevándose una mano a la cintura.
—Y la chica me ha dejado esta fruta, y una pelí para que me entretuviera —dijo Fabio levantando la bandeja llena de fruta y un portátil—. Además, canto de pena.
—Es cierto, canta de pena —dijo Miranda—. Veréis, podría ir de cualquier manera.
Ahora de pie cerca del cámara, Gabriela observó cómo los chicos hacían su entrada en el plató.
Después de cantar con Miranda, Gabriela les felicitó.
—Chicos, ¿por qué estáis tan contentos? Todavía nos queda una tercera canción, encontrar a otra estrella que cante con vosotros y, claro, llegar a tiempo a nuestros aviones —dijo Gustavo.
—Eh, cerremos los ojos y deseemos otro milagro navideño —les dijo Carlos.
Todos hacen lo que dice excepto Logan, Gabriela y Gustavo.
—Es absurdo; no va a pasar... Oh, ¿por qué no? —dijo Logan antes de hacer lo mismo que los otros.
—Siento comunicaroslo, perros, pero se ha acabado el crédito de milagros.
Fue entonces cuando fue atropellado por una limusina. Una limusina muy, pero que muy larga.
—Por favor, decidme que no era un reno.
Era Snoop Dogg. ¿Cuáles son las probabilidades?
Volvieron a Rocque Records con Snoop a cuestas.
—Mm. Mm. Mm. Está de primera.
—¡No puedo creer que grabemos con Snoop Dogg! —gritó James sonriendo.
—Es lo menos después de atropellar a Gustavo Rocque con mi limusina.
—Tranquilo, no tardará. Compone las canciones como churros, y tiene algo de ayuda extra con Gabriela.
Snoop miró a los chicos.
—¿Quién es la chica?
—Es una amiga nuestra —dijo Carlos—. Decidió ayudarnos a escribir todas estas canciones hoy.
Él asintió.
—Aseguraos de agradecérselo mucho.
—¡La tengo! ¡La tengo! —gritó Gustavo, volviéndose hacia los demás antes de volver al piano—. Ay, no la tengo. Jamás iré a Fiji.
—¿Sabes, Snoop? —dijo Kendall, atrayendo su atención—. Eso es parte del proceso. La tiene, no la tiene. Y llora. Eh, ¿para quién es el regalo?
—Para mi yaya.
—Ah, ¿qué es? ¿Una dentadura con dientes de diamantes? —preguntó Logan.
—¿Una pulsera de platino que dice "para la yaya número uno"? —preguntó James.
—¿Un helicóptero? —preguntó Carlos boquiabierto.
—Chicos, es algo mucho mejor —abrió la caja envuelta con papel de regalo—. Es una vela aromática casera, la he hecho yo mismo.
—Eh, ¿y las esmeraldas? —preguntó James señalando la vela.
Gabriela se unió a los otros.
—A veces los regalos salen del corazón y no de una tienda.
Snoop hizo un gesto hacia ella.
—Correcto.
—¡Si tan sólo nos sirviera para componer! —gritó Gustavo.
—Tal vez sirva —Gabriela sonrió—. Logan, enchufa la beatbox.
Empezó a hacer beatbox, Gabriela señaló a Kendall, y él empezó a cantar.
Y pronto le siguieron los demás.
—Dos fémures rotos —gritó Gustavo, cortando el rollo.
—Y para el disco una canción —le siguió Snoop.
—Chicos, id al estudio —indicó Kelly.
Pronto llegó Griffin y escuchó la canción.
—¡Ha sido genial, chicos! —gritó Kelly.
—Y con esta ya tenemos tres canciones de Navidad —informó Gustavo—. Fiji, allá voy.
—Salvo, que Justin Bieber acaba de sacar a la venta "Cincuenta Días de Navidad", dura casi ocho horas, es una obra maestra.
—Tengo que estar en casa de mi yaya dentro de quince minutos.
Gabriela se giró y les miró a la cara.
—No puedo escribir una nueva canción de Navidad en quince minutos.
El grupo abandonó la sala para que Gustavo la destruyera.
—¿Así compone sus temas navideños? —preguntó Snoop.
—Síp.
Todos giraron la cabeza para mirar a Gabriela, que no paraba de escribir cosas sin parar ni mirar a los demás.
—La tengo —dijo Gabriela y caminó hacia los demás, no había prestado mucha atención a su alrededor en absoluto.
—Nos quedan cinco minutos —dijo Kendall.
—Ardillas Navideñas se escribió en cinco minutos. Las canciones tontas de Navidad siempre son un éxito.
—No mentéis esa canción —dijo Gustavo pegado al cristal.
—¿Esa es tuya? —preguntó Snoop—. Esa canción me marcó. Siempre he querido hacer una canción tan idiota de Navidad.
—Y tengo la letra aquí mismo —dijo Gabriela.
—¡Pues olvídalo, porque estoy harto de canciones absurdas de Navidad!
Subiendo el tono, los chicos empezaron a burlarse de Gustavo.
—¡A la cabina! —dijo Gustavo.
—¡Sí!
Mientras estaban en el estudio, Gabriela sonrió.
—La canción es fácil y pegadiza, no debería ser difícil de memorizar. Empieza a sonar la música. Es la mañana de Navidad, y Snoop tiene prisa por llegar a casa de su abuelita.
—Empiezan a caer grandes copos de nieve —dijo Snoop y empezó a nevar dentro de la cabina.
—Y así, sin más, empieza la canción —dijo Gabriela.
Pronto Griffin se colocó detrás de Kelly, Gustavo y Gabriela.
—Bueno, quizá a la yaya no le guste, pero a mí me encanta. Cuélgalo inmediatamente para que disfruten de un regalo de Navidad en todo el mundo, y yo de una paga extra.
—Me lo he pasado de miedo, pero ahora tengo que irme a casa de mi yaya.
—¡Y nosotros a Minnesota!
—Llegaréis a tiempo si os marcháis ya —dijo Kelly.
—¡Felices fiestas! —gritó Gustavo.
Al salir del estudio, Kendall se aseguró de detener a Griffin.
—Para que lo sepa, Gabriela ayudó a Gustavo a escribir algunas de las canciones de hoy y escribió completamente la última ella misma.
Griffin asintió.
—El crédito irá a ella.
Kendall esbozó una sonrisa.
Luego se desvaneció cuando supo que no podría ir a Minnesota.
Al día siguiente, no sólo él, sino también los chicos, Katie y la Sra. Knight se quedaron en el Palm Woods, al igual que Gabriela.
—Hola, Feliz Navidad —dijo Kendall acercándose a ella.
—Feliz Navidad —ella sonrió y lo atrajo para darle un abrazo.
—Pensé que te habías ido anoche —dijo.
—Soy de Michigan. La mayor parte del Medio Oeste estaba bloqueado, recuerda, no puedes ir a casa durante eso.
—Puedes unirte a nosotros y a Bitter, Kelly y Gustavo para nuestro banquete si quieres.
—Gracias.
—Pero, antes de eso, aquí está tu regalo de Navidad. Carlos dejó tu regalo en la puerta pero aquí está el mío, de mí para ti como un gran, gran agradecimiento por lo de ayer
Abrió el regalo y sonrió.
—Un libro.
—Un libro de canciones, tienes talento. Deberías seguir mostrando a los demás lo que tienes.
—Gracias, Kendall.
Sus ojos empiezan a vagar hacia arriba. Gabriela sigue su ejemplo.
En medio, había un muérdago.
Gabriela era medianamente más baja que Kendall, así que una vez más se puso de puntillas y le besó la mejilla.
—Feliz Navidad, Kendall —dijo con una sonrisa y caminó hacia los demás.
Él se giró viéndola tomar asiento entre Carlos y James.
—Feliz Navidad, Gab.
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