Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

[15] Esperar y Creer

Multimedia: Low (Flo Rida ft. T-Pain).


Esto no era lo que esperaba.

Mi madrina acaba de hacerme la peor cosa: unir lo mejor que me ha pasado en estos días con lo peor con lo que he tenido que lidiar mi vida entera.

Y si se puede empeorar, ¡se empeora!

Porque Naim estaba sentado rodeado de mi familia, recibiendo todo lo que ellos tengan para decirle. Mis pies no se movían lo suficientemente rápido desde que di mi nombre en la entrada, mi cabeza no reaccionaba como debe ser; quería gritarles que lo dejaran en paz pero estamos en público, en uno de los restaurantes mas cotizados y esa noche, por ser fin de semana, ocupaba cada mesa. No hay sillas vacías y una de las particularidades de este lugar es que es abierto, despejado, ves la mesa mas lejana desde la mas cercana.

Me indicaban el camino hacia la mesa y empezaba a sentirme asfixiada con el cuello tortuga de mi vestido ajustado de algodón gris y hombros descubiertos. Lo halé, permitiendo que respire mi garganta. El anfitrión saludó a la mesa y ahí se percataron de mi presencia.

—Ahora que se encuentran todos, ¿desean que les traiga el menú o prefieren esperar?

—Esperaremos —dije a favor mío, aunque hablé por todos—. Tenemos todo, menos prisa.

Él asintió y nos dio el tiempo que querramos.

Yo no tengo tiempo que perder.

—¿Qué hacen aquí? —siseé, apretando mis dientes—. No voy a preguntar cómo llegaron, porque seguro tú tienes todo que ver —acuso a Cecilie directamente. Veo a Naim para cerciorarme de que está entero—. ¿Te insultaron? Me lo puedes decir.

—No lo hemos insultado —habla Ariel.

—¿Naim?

Me dio una grandamente elaborada sonrisa pícara y confortante que no me creí ni por un segundo. Ni uno.

—Todo bien. —Y los cubría. ¿Por qué?

—Mentira —murmuré incendiándose mi cabeza y explotando un fogonazo en mi pecho. Les volteé a ver a ellos, a los que me arruinan lo bonito que me sucede directa e indirectamente—. Ustedes, los tres truhanes. Quiero que me dejen tranquila.

—¿No nos lo ibas a presentar? —preguntó Sonia, mi madre.

—No.

—Somos tus padres —me recordó con la pasión necesaria para que creas que le importa ser parte de mis relaciones interpersonales.

—Y vinieron a conocerlo porque no podían aguantar las ganas.

—Tu sarcasmo es de muy mala educación.

—Suficiente —intervino Cecilie con cara de piedra—. Así no se resuelven las cosas. Adara, ellos me aseguraron que venían a conocer a Naim y a conciliar contigo.

—¿Ahora hablas por ellos? —me burlé, esperando que me lanzaran que iba a devolver cada golpe.

—Hija —Ese fue mi papá, frunciendo su frente provocando líneas horizontales—. Hablemos.

—Les pedí hacerlo con mi abogada y no quisieron, ¿qué los hizo cambiar de opinión?

—Tu hermano ha puesto sus manos en que esta cena puede ser el punto de partida para empezar de cero, y qué mejor que con este muchacho, que se ve te ha hecho mucho bien.

—Tienes razón —declaré—. Naim le hace bien a cualquiera, pero en lo demás, tienes menos cero puntos.

—No me han tratado mal, pelinegra —dijo Naim suavemente. No me fío y menos con Ariel y mi madre sentados a sus costados, como si fuesen unos custodios.

—Lo único que hemos hecho es preguntarle sus intenciones tomando en cuenta a lo que se dedica —dijo Ariel displicente.

Blanqueé mis ojos.

—Es un prostituto de élite, Adara. ¿Que no lo sabías?

Lo que ellos no saben y harían bien en saber es que no me metía con cualquiera. Si bien en su momento no me preocupé por lo que hacía o no Naim, hice mis averiguaciones encomendadas por Merlía. Locos rondaban; tengo un buen trabajo y una madrina con mas dinero del que admite tener. Por mucho que quiera una vida light, no la escogí y ella tampoco me escogió. Cuidaba mis intereses. Allá ellos que se dejen llevar por lo que digan y el trabajo de bartender y stripper no da espacio para la duda si tienes una mente estrecha.

Y mis familiares tienen mentes de corto alcance.

—No entiendo. Vinieron a conocerlo, lo alaban por serme útil pero lo critican por su trabajo. Qué pésima primera impresión.

Cecilie escondió una risa tosiendo. Mi hermano me miró sin pestañear. Sonia mostraba su lengua y dientes con la boca abierta, arrobada. Y papá, pues es lo que siempre ha sido, el mejor actor de comedia; su cara es el retrato de la inquina, el azoramiento y la decepción.

—¿Estás de acuerdo con lo que se dedica? —pregunta éste último, a punto de romper su quijada en un movimiento brusco con su mano en ella.

Encogí mis hombros, despreocupada.

—Cada quien vive como puede.

—¿No te molesta o avergüenza? —dijo mi madre. Abrumada en su estilo estirado. La quise ahorcar. ¿Cómo dice tal cosa en frente de él?

—Eso lo hacen ustedes, ¡diario! —reí sin ganas y elevé mi mano al mesero, ubicado en una esquina, esperando—. Disculpa, ¿nos traerías el menú?

Si voy a pasarla mal, al menos lo haré teniendo una bonita vista de Naim ignorando todo cuanto han dicho y comiendo. Le fruncí mientras repartían los menús, no estado segura de que si está bien. Movió sus iris lado a lado, señalando, y entrecerró sus párpados juguetón, de modo que sonreí. Si él está bien, puedo seguir sentada.

No pertenezco a una familia de abolengo, prestigiosa o con grandes expectaciones sociales, salvo las que les ofreció a veces el ex de mi madrina. Ser de clase media en comparación, no es nada. No recuerdo que hallamos pasado penurias o que tuviésemos que pedir. Mis padres vivían holgadamente y creo que confundieron ese modo de vivir con la viveza. Como si no fuese concebible una vida tranquila y sin ostentaciones idealistas.

Pero ya estamos un poco grandes para las fantasías.

¿No?

—Y Ariel —mencionó Paul, como quien no quiere la cosa—, ¿por qué no les cuentas que estás trabajando en un despacho muy importante?

El nombrado abandonó la copa de agua y asintió.

—Sí, verán, fui llamado por el mismísimo licenciado McCarney...

Lo único que oí de todo esto es que Ariel por fin, desde que se graduó hace cinco años, tiene un empleo que se ''ajuste a sus necesidades''. Lo que es muy conveniente con la demanda en vigencia. Súper casual.

—Adara.

—¿Mmm?

—Te preguntamos algo.

—¿Qué cosa, papá?

Lo oí y vi suspirar. Esto se está transformando en el colmo de los colmos.

—¿Seguiremos en esas?

Me envaré y preparé mi garganta para establecer un asunto.

—Te recuerdo que tú, papá, eres el menos indicado para corregir. No me importa cuánto lo sientan por el simple hecho de que están tratando a mi novio con la punta del pie. ¿Quieren que no use mi sarcasmo? Empiecen disculpándose con él y pueeeede que lo piense.

Pero ninguno hace el amago de inclinar su orgullo como las palmeras para darle, darnos, una disculpa en esta infructuosa cena.

Puse mis cubiertos en el primer plato, quité la servilleta en mis piernas y me puse en pie.

—Prefiero comer pretzels en la calle que terminar esta cena. ¿Nos vamos, Naim? —Él asintió, levantándose de la mesa. Le disparé una fría mirada a mi madrina—. Contigo hablaré luego.

—Fue un placer conocerlos —despidió Naim, con una sonrisa burlesca.

No pude evitar pensar en lo guapo que es y en lo bien que se vistió para la ocasión, conociendo sus puntos fuertes y usando los colores, las combinaciones precisas, para embobar. Hay que estar ciego para no admitirlo.

—El placer fue mío —dijo mi madrina. Y no esperaba menos después de que fraguara sus propios planes.

Un par de cabezas se voltearon al vernos marchar. Normal. Este restaurante no escupe clientes, los atrae tanto para no querer salir. Pero no podía seguir soportando sus caras... Sus ineludibles y falsas caras.

Llegamos hasta la banqueta y mientras tanto cruzábamos la calle hasta donde estaba estacionado su auto, ronroneó:

—Así que soy tu novio.

Con franqueza y confianza, entrelacé nuestros dedos.

—Lo eres. ¿O quieres pensarlo? ¿Debo pedírtelo adecuadamente?

Ríe roncamente, alegrando mis oídos.

—Acepto, pelinegra.

Suelto un lamento angustiado—. Por favor... Así no se puede estar.

—¿Y ahora qué? —Estrujó el bolsillo de su saco y quitó las alarmas.

—Que cada vez que dices pelinegra tengo pensamientos turbios.

Me haló hacia él, corriendo mi cabello tras mi oídos. Una corriente tanto agradable como excitante se extendió en mis brazos y quise abrazar su cintura. La manera en la que me miraba ensombrecía lo que vivimos y lo sustituía por la llenura de ser admirada. Sus ojos son oscuros pero transmiten emociones fuertes y claras, demandantes.

—Me miras como si quisieras que te rascara el cabello.

Naim elevó la esquina de su labio.

—¿Como un cachorro?

—Sí, como uno.

Se está divirtiendo de lo lindo.

—Ay, pelinegra.

—¡Y vamos otra vez! —Le atraje desde el cuello y lo incliné hacia mí para besarlo.

Con Naim un beso era como bañarse bajo el sol cuando tienes frío. Puedes besarlo mucho y no cansarte. En él existe una dependencia adictiva pero peligrosa, porque mi cabeza solo está centrada en qué tan profundo puede ser. Y este beso se llevaba el premio por el mas activo que he tenido. Activa mis papilas gracias al gusto exquisito de tenerlo, mis ansias y codicia, que no era consciente de tener hasta que lo besé la primera vez.

—Vamos —se separó, acariciando mi mejilla—. Está helando.

En lo que su cuerpo abandonó el mío percibí el frío del que hablaba y mis mejillas frescas. Pero si estás así de cerca con tamaño beso, tú me dirás si sientes frío.

En el ambiente aclimatado del auto, soltamos un suspiro.

—¿Quisieras comer o te llevo directo a tu casa? —Encendió el motor y tardaría un rato en calentarlo con el frío que hace.

—A mi casa, no tengo hambre. Tú dime, ¿cómo fue que acabaste ahí sin mí?

—No sabía que allí estarían tus padres y hermano. Cecilie quería hablar conmigo antes y yo también sabiendo lo mucho que la quieres, pero vi a tres personas con ella y supe que me tenían fichado desde lejos. Hicieron varias preguntas que respondí, pero otras las asumieron y los dejé formarse su opinión basándose en rumores.

—¿Cuáles rumores?

Se estiró contrayendo el cuello en una pose graciosa que formó bajo su barbilla una papada. Soltó un gruñido que no funcionó mas que para agrandar mi curiosidad.

—Hace unos días, fueron a Elastic Jennas un grupo de mujeres de buen vestir y conducta remilgona a disfrutar del número de esa noche. No estaba entre ellas tu mamá pero puede que fuesen conocidas suyas. Si averiguaron mi agenda y me vieron bailar, lo demás es fácil de discernir.

—Brujas fisgonas. —Podía sentir las arcadas formarse, de la indignación y la rabia.

—No me preocupa que hablen de mí, me preocupa lo que eso signifique para ti. No era mi intención al entrar en tu vida el hacerla más difícil.

—Tu bien sabías lo que hacías al insistir en conocerme —le rememoro—. ¿Te vas a echar atrás?

—No es eso lo que quise decir —empleó su voz de la razón.

—Pero así sonó, Naim —respiré fuerte por la nariz—. Y me vas diciendo de una vez si esto se está convirtiendo en una guachafa o si vamos tan en serio como creo.

Lo miré impresionada por la risa que soltó. Al principio me quedé alucinada, por lo contagioso y feliz que lucía. Luego le di un empuje, mas divertida que jorobada, aunque él siguió preso en la hilaridad.

—Caray, Adara —dijo mas calmado—. Serio siempre ha sido, eras tú la que necesitaba creérselo. Ya ves —Se inclinó hacia mí, rodeando mi cuello para hacer lo mismo—, he hecho un buen trabajo.

—Que pendenciero —mordí mis labios para no sonreír y fui quien anuló la distancia para besarlo.

Porque no puedes estar en un mismo espacio que Naim y no querer besarlo. Así son las cosas.  


_________________

Hola Holaaa

Hay que ahorcar a la madrina de Adara... Se pasó D:

Liana

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro