✿⨾ Siete
Amor de locos, amor de pasión.
Solo somos dos embriagados.
[....]
Entre luces, bebidas y risas se encontraban nuestros protagonistas. Disfrutando de una victoria que merecía estar en la boca de todos en esos momentos.
Bueno, no una victoria total.
- Fuimos descalificados del relevo medley masculino.
- ¡Pero pudimos nadar con Rin-chan!
- Pudimos nadar todos como en los viejos tiempos.
El club de natación de Iwatobi decidieron ir a festejar sus avances tanto en el relevo como en sus estilos respectivamente, debían verle el lado positivo.
- Se terminó.
- ¿Creen que podremos volver el próximo año?
- Tenemos que hacerlo.- todos voltean a observar al peliazul quien deja su bebida en la barra para luego cruzarse de brazos orgulloso.- Ya que para la próxima yo mostrare mi hermoso estilo mariposa.
Ante lo dicho por el de lentes, todos empezaron a reír dándole la razón, estaban satisfechos con su esfuerzo obtenido en esas semanas.
- ¡Cierto Rei-chan! - exclama colgándose entre sus hombros en modo de abrazo, pegando su cabeza con la contraria cariñoso.
- No se preocupen, seguro que vamos a volver.
Con lo último dicho por el morocho chocan sus bebidas en modo de brindis.
[....]
- ¡Nagisa-kun! ¡No bebas más! ¡Ya es suficiente!
- ¡Pero esta rico R-Rei-chan! - exclama el rubio mientras se le escapan varios hipos de sus labios.
Decidieron hacerse responsables si llegaban a este extremo, pero ninguno se imagino que sería tan rápido.
- Rei, me llevare a Haru a su casa.- menciona el castaño colocando al morocho medio dormido a sus espaldas, se pudo apreciar como el de ojos azules murmuraba cosas sin sentido mientras mostraba una sonrisa pequeña.- ¿Te encargas de Nagisa? ¿O..?
-¡No se preocupe Makoto-senpai! ¡Yo me encargo! - exclamo con energía mientras hacia una pose de soldado, aquello hizo que el rubio riera a sus espaldas.
- Rei-chan es gracioso, tu m-mama cre-eo un-na o-o-bra maes..- el rubio sin acabar la oración vuelve a reírse nuevamente de lo que él mismo decía.
- Te lo encargo cuídense, hasta mañana.
El castaño se despide amablemente con una sonrisa pequeña, con el morocho a sus espaldas se retiran del pequeño bar, antes de perderse el azabache se aferra aún mas a las espaldas del castaño como un koala. El de ojos verdes se sonroja dejando por fin el establecimiento, ahora regresamos rápidamente a la pareja principal.
- Nagisa-kun andando, ya es muy tarde.
- SHYMMY SHYMMY YAY SHYMMY YAY SHYMY YAY DRIM-
- Nagisa..
- SWALLA LA LA.
- No puede ser.
Nagisa estaba en el quinto carcajeo, mientras que su novio peliazul suspiraba irónico recordando rápidamente las palabras anteriores del rubio.
"¡Yo soy fuerte al alcohol Rei-chan! ¡Ni tres bebidas podrán derribarme!"
Vaya que no lo derribo tres tragos, solo basto con el segundo para caer en lo que todos llaman paraíso de las penas.
Después de mucho esfuerzo logro separar al rubio de la barra, con uñas y dientes se defendió el mas bajo queriendo seguir probando de aquella fruta prohibida siendo una negativa de parte del peliazul, tomándolo entre sus brazos y sacándolo de aquel bar de una vez por todas.
[....]
Y ahí estaba, Rei Ryugazaki parado frente a un ebrio y somnoliento Nagisa Hazuki.
Era como la décima vez pensando en que hacer en esta situación, sentarse en la cama junto al cuerpo de Nagisa, sentarse en el suelo, o ir al baño, aunque esa idea fue descartada en el mismo momento que la pensó, el rubio al llegar a su cuarto lo primero que hizo fue vomitar en su ropa, el olor a vomito era muy fuerte ahí, en fin no sabía que hacer, se quería morir, quizá, no a ver bebido no fue una buena decisión.
Fue cuando a sus ojos se posaron en el escritorio, donde estaba una luz encendida, y un vaso.
Un trago lleno de ese liquido fuerte y estimulante que devoraba a todos los bebedores convirtiéndolos en personas con dislexia, sí, eso era según Rei, y que además dicen puras estupideces.
"¿Estupideces?"
Sacó su celular del bolsillo, el reloj marcaban las 2:12 de la mañana, era bastante tarde a su parecer, aunque estando ahí parado, era como si estuviera parado por horas.
Tomo el vaso con cautela y se lo llevo a los labios, sintió todo ese liquido recorrer su garganta, hasta llegar a su estomago, era extraño pero llamativo, sonrió.
El sabor fue muy leve gracias a su gran idea de taparse los orificios nasales, por lo que continuo con su tarea, ahí, inmóvil, y de pie.
[....]
Ahora había una luz apagada, un Hazuki durmiendo y un Rei sentado en la cama apoyado a la pared, mirando a la nada, pensando en todo.
Y para remate, comenzó a tener hipo.
La cereza del pastel, fue que los efímeros sonidos hicieron que Nagisa despertara de su sueño de princesa.
- ¿R-Rei-chan?
- No está aquí.- recibió el rubio como respuesta, se sentó mirando hacia todos lados, la luz de la luna no lo acompañaba en esto, ya que una pequeña pero gruesa nube había opacado la iluminación nocturna, aún así, podía ver una silueta en la esquina de la cama.
- ¿Entonces quién esta?
- Rei.
- R-Rei-chan es Rei.
- No.
- ¿Entonces quién es?
- Rei.
- Rei-chan.
- Rei.
- Rei-chan.
- Rei.
- Rei.
- Rei-chan.
Nagisa gritó en son de victoria con los brazos arriba.- ¡Gané! Rei-chan es Rei-chan.
- Felicidades, Nagisa.- Le responde el peliazul con la cabeza mirando al techo.- Eres muy pro.
- Si sé, soy mejor que tú.
- Eso es pura mentira, n-nunc-¡Hip! lo vas a ser.
Nagisa miró la silueta con curiosidad.- ¿Rei-chan? ¿T-Tienes hipo?- Lentamente comenzó a hacer como si jugara Marco-Polo, intentando adivinar de donde provenía la voz.
- N-No, e-eso que di¡Hip!ces es f-falso.- Replico mientras se percataba que el rubio se estaba acercando, lo poco que veía, lo hacía intrigarse más, apoyó sus brazos en la cama intentando aproximarse también.
Hasta que sus cabezas chocaron, y hubo un ¡Hip! de por medio, como acompañamiento.
Estaban frente a frente, eran dos borrachos con sus rostros a sólo centímetros, en silencio, sintiendo sus aromas y respiraciones, todo tan cerca, tan tocable, cautivante, y el primer paso vino de la persona mas terca de ambos.
Ahí estaba, Nagisa acercándose a los labios de Rei terminando con un beso, lento, dulce, pero sin ninguna negativa u opositora por parte del que lo recibió.
El de lentes se sentía en el doceavo sueño, en un alucinógeno, sentía que su estómago formaba pequeñas mariposas, y en su mente era un desorden también, las únicas cosas que podía auto-leerse de manera consciente en ese momento era lo jodidamente delicioso que estaba eso, con ese calibre de labios, suaves y húmedos, la lengua que jugueteaba con la suya, con ese sabor a licor que llenaba sus papilas gustativas, estaba encandilado con ese coqueteo y apasionante beso que estaba recibiendo, aceptando y tomando dominio. Una de sus manos se posó en la mejilla del rubio, acercándolo más y más, terminando por quedarse apoyado otra vez en la pared pero con el chico contrario encima de sus piernas, con sus brazos rodeados en su cuello y sus piernas apoyadas en sus costados, decir que esto no lo había soñado alguna vez era un engaño, lo había deseado, anhelado, y ahí lo tenía, ahí se encontraba Nagisa a su merced, al son de sus movimientos.
Y todo estaba recién comenzando, cuando a Nagisa le comenzó a dificultar la acción de respirar, se separó de esos labios tan calientes y atractivos para tomar un gran respiro, apoyándose en la mejilla derecha del peliazul intento recobrar su respiración, hablando entrecortadamente.
- T-Tú hipo desapareció.
- Pero no mis ganas de besarte.- respondió el peliazul sin vergüenza, aún perdido entre la realidad y la fantasía. Dirigiéndose a sus labios otra vez, ahora con más intensidad, con añoro y sentimiento.
Tantos sentimientos y calor florecieron, todo se volvió apasionado e intenso desde ahí.
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Publicado: 30/11/20
Editado: 05/03/21
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