✿⨾ Epílogo
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Meses después..
Nagisa podía escuchar el tranquilo latir del corazón de Rei al tener su cabeza apoyada en el pecho del menor.
Ambos adolescentes se encontraban en su departamento, ambos sentados en el sofá de la sala viendo una película un fin de semana, tapaditos con una manta evitando el frió que aún hacia a mediados de marzo. El peliazul tenia su brazo derecho alrededor de los hombros del rubio y este tenia sus piernas encogidas sobre el cojín del sofá y su cabeza perfectamente colocaba en el pecho del de lentes.
Sin duda nunca creyeron que sus vidas avanzaría de esta manera. La relación de ambos cada año se volvía mejor y aunque aún existan criticas de algunos sobre su relación, sus muestras de afecto siempre estaban presentes sin importar nada.
- ¿Me recuerdas por qué estamos viendo Ghost en vez de estar tumbados en nuestra cama mirándonos a los ojos? - Cuestionó el rubio sin moverse de su posición.
Rei rió ante el comentario y atrajo más -si es que eso es posible- a Nagisa contra él.
- Porque aquel comercial de arcilla me recordó a esta película romántica que mi madre muchas veces ve.- Respondió mientras jugaba con los mechones rubios del contrario.- Además de que suponía que no lo habías visto.
- Supones bien Rei-chan~ Ni sabía de su existencia.
- Tu genuina ignorancia es algo de lo que me hace enamorarme aun más de ti.
El rubio evitó con todas sus fuerzas ignorar aquellas dulces palabras de su amado pero no pudo.
Giró un poquito su cara para ver como el rubio le estaba mirando con una bonita sonrisa. Él le devolvió una un poco más pequeña pero con el mismo cariño que el peliazul le mostraba. Se inclinó hacia delante y él solo pudo sonreír antes de que los labios de ambos se juntaran, encogió los deditos de sus pies y sintió el tranquilo beso que se daban, una de las manos de Rei le acariciaba con delicadeza una de sus mejillas mientras que la otra reposaba tranquilamente en su cadera, el rubio por su parte tenia sus manos en el pecho del chico sintiendo su tranquilo latir.
Después de una sesión de besos, se separaron con una sonrisa divertida para luego centrarse nuevamente en la película donde Whoopi Goldberg tenia un estrafalario traje de dos piezas de color rosa fucsia y con un pequeño gorro del mismo color; entrando a lo que parecía un banco.
- ¿El "amigo" recibe su merecido? - preguntó el rubio haciendo comillas en la palabra amigo.
- Cariño, eso seria hacerte spoiler, y no me gusta.
- ¡Es que engañó al protagonista solo por unas claves! Se merece lo peor.
- Pero no son unas simples claves.
Nagisa bufó y se acomodó más en el ancho pecho del peliazul.
No volvió a hablar en lo que retó de película y tuvo sus ojitos magenta atentos a cada dialogo de la película. Rei por su parte ya la había visto con su madre numerosas veces y sabia lo siguiente que iba a pasar, pero ahora lo estaba viendo con su chico, con la persona que su corazón más amaba y era un momento único que esperaba de muchos.
Al final, Nagisa acabó llorando cuando ambos protagonistas pudieron verse una ultima vez antes de que él fuese a la luz y cruzase al otro lado. Le limpió al menor los restos de lágrimas de sus lindos ojos con pequeños besos y con un pañuelo retiró los restos de mocos que salían de su nariz. Doblaron la manta con la que se taparon y apagaron la televisión.
El peliazul caminó hacia la cocina dispuesto a hacer la cena para ambos mientras que Nagisa reía feliz al ir abrazando al menor por detrás. Sentía sus duros abdominales en sus brazos de espagueti y le hacia sentir afortunado de tener a ese hombre.
- ¿Qué comeremos Rei-chan?
Rei sonrió ante el tierno apodo que le otorgo su pareja hace años sin cansarse de escucharlo, se giró entre los brazos de Nagisa abrazándolo como el mayor hacia con él y le besó la nariz.
- Yo te comería a ti.- vio como las mejillas del rubio se sonrojaban pero no apartaba la mirada de la suya.- Pero eso seria canibalismo.
Nagisa torció su boquita a un lado y le miró con diversión.- No me importa que me comas.
El de lentes entrecerró los ojos y se inclinó para depositar un tranquilo beso en los labios del contrario que suspiró cuando lo sintió alejarse.
Lo alzó entre sus brazos escuchando un grito ahogado de parte del rubio y lo dejó sentadito en la encimera al lado de la cocinilla; y se colocó en medio de sus piernas haciendo que el contrario enredase estas en sus caderas. Se obligó a no pensar de más y mantener sus ansias de comerse literalmente a Nagisa; con pensamientos desagradables.
- Te advierto que la cocina no es mi punto fuerte.- comento.- Pero haré mi mayor esfuerzo para no envenenarnos.
Nagisa rió alegre y divertido mientras pasaba sus brazos alrededor del cuello del peliazul.
- Me aseguraré de aprender y ser yo quien prepare nuestras comidas.- Le robo un beso corto.- Ahora que vivimos en Tokio y te tengo a mi lado no quiero dejarte ir.
Rei parpadeó un par de veces sintiendo sus mejillas enrojecer y su respiración se atascó. Esas palabras le habían llegado a lo más profundo de su enamorado corazón e intentó que su cerebro no tuviese un repentino cortocircuito.
Mantuvo a raya la excitación que empezaba a tener por culpa de tan dulces palabras y tan solo pudo asentir como un tonto. Sentía que si sus labios tocasen los de Nagisa, la cena pasarían a ser ellos dos en su cama y sin ropa en sus cuerpos.
Sí... No pensaba ser impulsivo ahora.
- V-voy a hacer la cena.- Menciono girándose y evitando el contacto visual.
El rubio sonrió divertido por su actitud tímida.- Aún no me has dicho que cenaremos.
- Arroz con curry.- se giró a verle levemente.- Es lo único que puedo garantizar que no se me quemará.
Nagisa rió con más fuerza y miro como el peliazul se movía torpemente en la cocina.
Le observaba con absoluto amor y habían veces que su pie enfundado en un blanco calcetín jugueteaba por la pierna de Rei con traviesas caricias desde su rodilla, subiendo por su muslo hasta llegar peligrosamente cerca de su trasero. Le divertía ver como el peliazul apretaba la mandíbula y sus mejillas se tornaban color escarlata por la vergüenza.
Nuevamente nunca pensaron terminar así, en una rutina bastante sencilla y divertida donde su amor florecía con cada acción, con cada mirada y con cada sonrisa. Todo era sencillamente perfecto a ojos suyos, y no quería cambiar absolutamente nada de ello.
Lo amaba profundamente y ahora pertenecía a su vida cotidiana.
- ¿Rei-chan~? Sabes que puedo ayudarte, ¿Cierto?
- No es necesario, puedo complacerte solo.
- Me complaces bastante, voy a terminar como un niño muy caprichoso.
- ¿Correré el riesgo..? ¡Nagisa!
El nombrado no le hizo caso cuando se abalanzo encima del peliazul en un abrazo fuerte por sus espaldas, terminando algunas cosas tiradas en el proceso. Si, todo termino como un día sencillamente cotidiano.
Un amor tan cotidiano que agradece tener al de arriba, y por ser tan piadoso con su desdichada alma.
- Amén.
- ¿Qué?
- Nada, te amo Rei-chan~
Suspiro aceptando el abrazo delicadamente.- Y yo a ti Nagisa.
.
.
Si algún día quiero expresar
como me siento, no quiero
decir que salí del closet. Sino
que me enamore.
.
.
〰︎ Fin.
Dándole un cierre con broche de oro a esta linda historia,,
Me tome mi tiempo para publicarlo ay, sorry ):
Ahora solo faltan las curiosidades y si me nace quizás,
QUIZÁS publique unos extras para san valentín y así...
Dependiendo de mi imaginación sep, ¿Les parece?
Les invito a leer "Bajo El Mar" un nuevo proyecto que estoy escribiendo con esta adorable pareja, espero que de igual sea bien recibida¡¡
Nuevamente gracias x darle una oportunidad a mi historia Y-Y
NOS LEEREMOS LUEGO PRECIOSURAS ~
¡Un beso grande desde lejos! Ahora me voy a dormir a-
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