Un grito de placer recorrió toda la enorme casa haciendo sonreír a los presentes esparcidos por ahí seguros de que esa noche tendrían un enorme festín pero su alegría se desvaneció al ver a dos inmortales semidesnudos caminando con seriedad.

-¿Molesta?- Les pregunto un joven inmortal mientras les servía un trago.

-Como no tienes idea, no importa con cuanta lujuria se nos acerque, al final siempre termina igual- Explico una chica mientras trataba de cubrirse los pechos.

-¿Deberíamos llamar a la bruja?- Pregunto otra inmortal preocupada por su creadora.

-¿Acaso quieres que te mate? Sabes que está prohibido hablar de esa bruja.

-Lo sé pero tal vez ayude, hace mucho que está así, ni el mayor placer del mundo o el festín más delicioso ha podido animarla.

-Y seguiré así hasta que se me de la maldita gana- Se escucho decir a Ilyin desde el pie de las escaleras -¿Qué hacen ustedes holgazaneando? Creo recordar que les di la orden de buscar a los que se hacen llamar Los sanguinarios.

En silencio los inmortales se vieron entre si con preocupación esperando que algún valiente le contestara a su líder y no fue hasta que la chica semidesnuda se descubrió los senos y se le acerco a Ilyin con melosidad tratando de provocarle deseo sin mucho éxito que un joven se atrevió a hablar.

-Un grupo fue a interceptarlos pero aún no vuelven, realmente no creo que regresen, Alexei y Sergei están muy alerta y tienen la ayuda de Irisha- Explico un chico con temor esperando la furia de Ilyin quien después de un largo silencio soltó una carcajada vacía, careciente de sentimiento alguno y tras empujar a la chica que trataba de seducirla se acerco con rapidez a él y clavo sus colmillos en su cuello hasta desangrarlo. Asustados los inmortales se alejaron de ella pidiendo dentro de si por no ser los siguientes en morir, cuando Ilyin estuvo satisfecha dejo caer el cuerpo sin vida de su seguidor y se limpio la sangre con la manga de su bata.

-Dysthe- Llamo a una inmortal que se acerco obediente -Necesito que busques a Sergei y Alexei, di que huiste de aquí, infíltrate y no levantes sospechas, haz amigos que creas que te seguirán cuando sea el momento de volver a mi- Ordeno con firmeza esperando que su orden se cumpliera y una vez que la mujer salió de la casa, Ilyin se deshizo de su bata y observo con deseo a sus seguidores quienes se acercaron y comenzaron a besarla con pasión, a tocarla con un poco de brusquedad, a darle placer hasta llevarla al cielo gritando y rogando por más porque solo el placer ilimitado podía llenar aquel hueco en su ser y disipar la tristeza que torturaba su alma porque desde que Alice había fallecido la alegría la había abandonado.

¿De qué sirvió su venganza si su amor le fue arrebatado? Dejo ir a Irisha sana y salva porque el dolor de haber visto el cuerpo de Alice sin vida no le permitía matarla, no le permitía beber su sangre porque solo habían pasado unas pocas horas desde que había consumido la deliciosa sangre de su amada bruja, no había podido atrapar a Alexei y Sergei y gracias a aquel error ambos habían creado un pequeño grupo que se hacía llamar los sanguinarios y que estaban bajo la protección de Irisha quien después de reprocharle y restregarle en la cara sus errores se marchó dejándola hundirse en un amargo dolor, en un pesar indescriptible que trataba de desaparecer con ayuda de la lujuria porque las criaturas de Orel no fueron las únicas en crear seguidores, ella expandiría a los Nadriv's que algún día le ayudarían a consumar su venganza y a convertirse en la más fuerte de todos los inmortales porque su debilidad fue lo que mató a Alice y su debilidad fue lo que la llevo a aquellos extremos pero hasta que sus seguidores estuvieran listos para luchar podrían servirle como alimento para rejuvenecerse ¿Y por qué no? También servirían como una fuente de exquisito placer porque la inmortalidad es perfecta junto a un dulce pecado.