Despertó en una cama desconocida con una fuerte jaqueca, el cuerpo le dolía y una enorme sed le secaba la garganta, no sabía que había sucedido, su último recuerdo era el ver perecer a Orel y tratar de huir pero el sol no se lo permitiría y tendría que esconderse junto a Alice de las criaturas de Orel. Alice ¿Dónde rayos estaba? 

Con dolor y pesar se levanto encontrándose con cinco cuerpos inmortales esparcidos por el suelo pero no podía recordar haberles asesinado, confundida logró notar que estaba bañada en sangre al igual que toda la habitación, debía darse un baño pero primero pensaba buscar a Alice, estaba mal herida y necesitaría ayuda, no podía dejarle sola. 

Con lentitud salió de la habitación y comenzó a inspeccionar la casa encontrándose en cada habitación al menos un cuerpo inmortal sin vida pero no a Alice ¿Qué demonios había sucedido y o peor, por qué no podía recordarlo? Llena de dudas entro al estudio de Orel con la esperanza de encontrarla pero lo único que pudo ver era como la tenue luz del atardecer iluminaba las cenizas en las que se había convertido Orel. Sobresaltada recordó que ella misma había estado bajo el sol y había sobrevivido, Maeve le había explicado que podían sanarse de cualquier herida excepto de las causadas por el sol o eso se suponía, con curiosidad busco un espejo y trato de visualizar su espalda, recordaba haber sentido un dolor desgarrador mientras su piel se quemaba pero no existía cicatriz que lo probara, sin pensarlo se acerco nuevamente al balcón y esta vez salió esperando que la invadiera el dolor pero en lugar de eso un soportable ardor se esparció por su cuerpo, sin entenderlo volvió a entrar a la habitación y observo como sus manos pasaban de una leve quemadura a un tono tostado suplantando el pálido de su piel ¿Por qué le sucedía eso si Orel había muerto por el sol? 

-Tu falta de cicatrices es gracias a la sangre de Maeve y tu piel tostada es causa de a sangre que le robaste a Orel- Dijo una voz tras de ella, una muy conocida voz, no tuvo que tratar de adivinar de quien era ya aquella lástima con la que le habló era la misma que escucho antes de ser dejada a su suerte.

-¿Qué quieres Irisha?- Pregunto con fastidio.

-Solo conocer tus razones- Respondió acercándose más a la luz -¿Por qué Ilyin? Maeve te salvo, te protegió, te cuido ¿Y así se lo pagaste? Asesinándola, matando a tu creadora.

-Yo no la quería asesinar, fue un accidente aunque no me arrepiento- Confeso a la bruja con una sonrisa -¿Por qué jamás me dijeron que conocían a Orel?

-Porque en tus ojos se notaba la sed de venganza y no estábamos seguras de que fuera él quien te lastimo.

Molesta la inmortal se acerco quedando frente a ella y observándola con superioridad -Te busque por mucho tiempo bruja ¿Por qué huiste de mi?

-Porque no soy tan estúpida como para esperar a que llegues y no trates de matarme.

-Si quisiera matarte ya lo habría hecho.

-No lo has intentado porque sabes que te vencería, yo soy su creadora y si quiero te extermino- Una sonora carcajada se escucho por parte de Ilyin ante sus palabras. 

-Si lo que dices es verdad entonces no me matarás, tengo la sangre de tus príncipes inmortales, de los primeros pecadores y si el sol no ha podido matarme ¿Qué te hace creer que un chiste de bruja como tú podrá hacerlo?

-Esas no son tus palabras, son de Alice. La conocí antes de que la muerte se la llevara- Contesto sorprendiéndola.

-La muerte jamás se la llevo, ella la venció.

-Y la alcanzó- La pena en su voz hizo que Ilyin comenzara a preocuparse, no creía en sus palabras pero su memoria no le ayudaba a desmentirlas, no podía asegurar que Alice estuviera bien, la había buscado por toda la casa y no había rastros de ella. 

Al notar su preocupación la bruja le pidió que la acompañara y desconfiada lo hizo, eran más grandes sus ganas de encontrarla que el odio que le tenía a Irisha. En silencio y esquivando los cuerpos esparcidos por la casa, llegaron a la habitación donde Ilyin había despertado y antes de que la inmortal pudiera burlarse o hacer una pregunta, la bruja se dirigió al baño y se hizo a un lado permitiéndole el paso. Sin entender sus acciones la vampiresa entro al baño encontrándose con una cortina ensangrentada y mientras se acercaba a ella pudo verse en un espejo, había cambiado tanto a lo largo de su inmortalidad, ya no era la joven enamorada e ingenua del pasado, ahora era un monstruo que tendría que pagar por sus pecados aunque intentara evitarlo.

Al llegar a la cortina se detuvo un momento antes de abrirla, tenía miedo, miedo de lo que pudiera encontrarse, no podía hacerlo. Al ver que no era capaz de enfrentar lo que había detrás de la cortina Irisha la abrió obligándola a ver lo que había en la bañera, el cuerpo sin vida de su amada compañera en el cual podían verse un par de orificios en su cuello junto con un camino de sangre seca. Destrozada Ilyin le abrazo gritando, llorando, sufriendo su pena ¿Acaso este era el precio a pagar?

-Sí, lo es, tu venganza la mato- Respondió la bruja tras leerle el pensamiento dejando en silencio a Ilyin, no podía negarlo ni defenderse porque sabía que tenía razón, porque el penoso recuerdo había vuelto a su mente, el recuerdo de ofrecerle a Alice transformarla para salvarla de la muerte, el recuerdo de haber probado su deliciosa sangre y emborracharse con ella, perder su fuerza de voluntad y dejar que la gula la dominara mientras la bruja rogaba porque la soltaran, porque la dejaran vivir. Había acabado con sus conocidos y amados, la había cegado el rencor y ahora este era el precio a pagar, volver a pecar y llorar desconsolada con su amada muerta entre sus brazos.