Capítulo IV: Gordost'
Había bebido del único testigo de su imperdonable pecado hasta entregárselo a la muerte y ahora, con su vestido manchado de sangre y una escena del crimen que sería difícil de limpiar, se observaba en el espejo fascinada por su reflejo, había recobrado su hermosa y sedosa cabellera negra junto a su joven y terso rostro en el que resaltaban unos verdes ojos que habían recuperado su brillo. No podía creer lo que veía, por un momento creyó que estaba siendo víctima de una ilusión y aunque lamentaba la muerte de Maeve no había ni una pizca de culpa dentro de su ser, Orel había sido el culpable de sus desgracias y si bien considero el ponerle fin a su creadora las cosas no resultaron como había planeado y el asesinato fue fruto de la ira y el rencor, pero ahora eso ya no importaba, tenía lo que tanto había anhelado junto al principio de su venganza porque si Orel tarde o temprano se enteraría de la muerte de su antigua compañera, ella haría posible eso pero ¿Qué mejor venganza que también terminar con Irisha? Tal vez se habían distanciado, pero estaba segura de que al menos un poco de aprecio seguía existiendo entre ellos y como venganza lo haría sentir la enorme pena que su familia había experimentado tiempo atrás ante la mentira de que su única hija falleció sin recibir justicia.
Tras cambiarse de ropa y tomar sus pertenencias se marchó dejando atrás la escena del crimen que horas más tarde comenzó a ser noticia en toda Inglaterra. Despreocupada avanzó hacia la casa de Alice en busca de un refugio, al llegar la mujer la recibió celebrando el éxito de su experimento y le ofreció quedarse el tiempo que deseara siempre y cuando le dejara intentar descubrir los secretos de la existencia de una criatura como ella. Tiempo después la vampiresa llego a la conclusión de que la noticia de la caída de Maeve no llegaría a oídos de Orel sin un poco de ayuda y era por ello que comenzaría su viaje de vuelta a Rusia donde, con un poco de suerte, encontraría al inmortal y cumpliría con su objetivo; tras contarle su plan a Alice esta se mostró intrigada por ver el resultado de sus acciones y decidió acompañarla hasta el final de su viaje.
Mientras se preparaban para partir el horror volvió a invadir a Ilyin al verse ante el espejo, un par de arrugas comenzaban a invadir su rostro y alterada corrió hacia Alice en busca de una explicación.
-Era obvio que sucedería. No creerás que tu belleza durará eternamente ¿verdad? - Respondió divertida empacando ropa para el viaje.
-Dijiste que mi belleza regresaría.
-Y lo ha hecho, dejaste de ser el monstruo que se ocultaba tras una patética ilusión- Alice la miro con seriedad -La belleza es sobrevalorada ¿Sabes? Hasta la criatura más hermosa perderá sus dotes y se convertirá en uno más, no importa cuánto lo intente, envejecerá y perecerá. Eres una criatura inmortal nacida de las aguas de la vida y la muerte, no puedes esperar que esta imagen perfecta dure eternamente, envejecerás, pero por siempre existirás, tu caída no comenzará hasta dentro de muchos años, tu tan importante y estúpida belleza no se verá afectada solo por un par de arrugas, madura cariño.
Ofendida Ilyin se alejó de la bruja y salió hacia la oscura calle, por supuesto que cualquier mortal envejecería, pero no ella, ella era una diosa en comparación con quienes la rodeaban ¿Por qué las brujas como Irisha o Alice permanecían jóvenes aun cuando sus historias se conocían desde hace tantos años? Al estar perdida entre sus pensamientos no se dio cuenta que alguien iba hacia su dirección hasta que ambos chocaron y cayeron al piso, molesta por la torpeza del mortal se levantó dispuesta a gritarle o incluso a convertirlo en su cena pero cuando le miro se encontró con un rostro tan horripilante como el que ella había poseído hace solo unas semanas, el inmortal la miró y sin decir nada se levantó y alejó, sorprendida comenzó a caminar de vuelta a su hogar pero justo como ella hizo con Alice poco tiempo atrás, el inmortal la comenzó a cazar y se dispuso a atacarle siendo asesinado en el intento. Al volver a casa se topó de nuevo con el maldito espejo encontrándose con la sorpresa de que aquellas horribles arrugas habían desaparecido, la sangre inmortal estaba a punto de convertirse en su propia fuente de la juventud y durante todo el viaje a Rusia se encargó de acabar con aquellos inmortales con los que se encontraba y que la creían una simple humana y aquella noticia de la hermosa y soberbia inmortal que iba por ahí matando a los suyos sin piedad se extendió entre los vampiros de toda Europa que esperaban deseosos toparse con ella y castigarla por sus crímenes, así mismo los nombres de sus víctimas se hicieron famosos por muy importantes o insignificantes que hubieran sido su existencia y no fue hasta que llegó por fin a la casa que había compartido en sus inicios con Irisha y Maeve que se dio cuenta de lo que la fama le había arrebatado.
Al entrar se dio cuenta de que Irisha había huido en cuanto se enteró de su posible visita y ahora se había esfumado como si nunca hubiera existido.
-Es una pena, de verdad quería conocerla por muy patética que fuera- Dijo Alice irritando a la inmortal que buscaba un indicio de su paradero sin éxito.
En cuanto estuvo a punto de salir un objeto llamó su atención, una foto de Irisha, Orel y Maeve juntos cuando apenas los inmortales habían sido creados y detrás de esta unas anotaciones sobre las criaturas que estos habían creado. Sonriente tomó la foto y salió de la casa, tal vez no pudiera acabar con Irisha, pero si iría tras las creaciones de Orel, tal vez así lograría lastimarle.
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