Una cara
Despierto mientras me adapto a la luz, estaba acostumbrada a despertar en la oscuridad del almacén, por lo que esta novedad de la luz apenas abro los ojos, no me sienta bien.
No recuerdo como llegué a mi habitación pero supongo que Aren tendrá que ver con ello. Hoy, siendo mi tercer día aquí estaré de nuevo con él pero presiento que hoy no será un día tranquilo así que me alisto y me pongo alerta.
-Vamos, tenemos mucho que hacer- Aren me alcanza en el pasillo y salimos.
Mi guía no luce como ayer, está totalmente serio y me preocupa, nunca lo había visto con esa mirada fría, es como si no fuera el mismo. Parece el de siempre pero hay algo en el que cambió, no se que será.
Avanzamos por la ciudad en silencio con lo que disfruto cada detalle que mis ojos me otorgan: gente riendo y familias caminando juntas. Algunos turistas y personas que venden en puestos callejeros, todos con una vida normal y ajenos a una realidad en la que están en peligro, una en la que una adolescente es responsable de la posible culminación del ciclo de la vida en un futuro no tan lejano, si decide no abrazar su destino, no aceptar lo que está predestinada a hacer. Si decide liberarse de los grilletes de las profecías.
Siento que todo el peso que había dejado en la cama, regresa poco a poco a mi cabeza y empiezo a agobiarme, tanto, que no noto cuando Aren se detiene delante mío y choco contra él.
-¡Hey! Te necesito enfocada ¿si?- noto que su típica sonrisa cómplice que ha estado compartiendo conmigo no hace su aparición cuando se ha girado para hablar y recuerdo que él tiene una misión al igual que los demás y tengo la sensación de que no será nada sencilla.
Llegamos a una casa, nada fuera de lo común según la fachada, Aren me pide que me quede a la entrada y vigile que no se acerque nadie.
-Pase lo que pase, no entres ni dejes entrar a nadie hasta que yo salga.
Así lo hice. Media hora después Aren salió de la casa por una de las ventanas de la planta superior sin esfuerzo y se unió mi para alejarnos del lugar. Se veía más pálido que de costumbre y su rostro traía un aire sombrío que le hacía parecer mayor.
-¿Estas bien?- me atrevía decir después de casi una hora sentados en la banca de un parque en la cual él se detuvo sin decir nada y me senté a su lado.
-Si. ¿Podrías...-dudó en terminar, se le veía ¿nervioso?- dejarme recostar en tus piernas?
Su petición me extrañó pero acepté. Acto seguido su cabeza descansaba en mis piernas mientras, con los ojos cerrados relajaba poco a poco su rostro. Se le veía tan indefenso, tan tierno, si se puede decir eso de un chico con semblante duro, misterioso, dos percing en la cara y una expansión en el lóbulo izquierdo; sabiendo que carga una colección de cuchillos y venenos en su ropa que pueden ser letales.
Veía cada uno de sus rasgos, la línea de su mentón que subía hacia su oreja, sus cejas que enmarcaban los ojos que desde mis sueños me habían hipnotizado, cada onda que hacía su cabello revuelto en contacto con la luz del sol que daba pequeños destellos a su cabeza y su labios; al verlos me sorprendí a mi misma recordando el beso del día anterior, recordando cada sensación y el contacto sobre mi piel.
-No tienes más que decirlo y puedo hacerlo de nuevo- me sorprendió, creí que estaba dormido
-¿Hacer el que?
-Besarte
-¡Espera! ¿Es que acaso lees la mente o algo así? ¡¿que no los pensamientos son algo privado?!
-¡Ah! ¿entonces admites que en eso estabas pensando?- abrió los ojos y por primera vez en todo el día sonrió aunque fuera para hacerme ver su triunfo , me alegraba de que el Aren de siempre volviera, aunque no lo suficiente para quitarme el enojo
-¡Basta!- se incorporó y me sacudió el cabello como si fuera una niña pequeña mientras yo manoteaba para alejarlo de mi- quiero saber si en verdad lees la mente- reclamé con mirada amenazante.
-Bien , bien... te lo diré..- adoptó una postura seria - además de poder ver en cierta forma el futuro, que en realidad solo es el futuro posible, es un poco complicado, ya que cada acción cambia un poco el panorama pero la esencia es la misma. Lo puedo hacer a voluntad o también viene solo aunque siempre en sueños si es así. Además puedo ver tu mente. No cada pensamiento pero si la sensación, la emoción y los recuerdos; no es tan sencillo como si leyeras un manual o algún texto de literatura, pero con la práctica después de tanto tiempo es casi como si en realidad lo leyera. Eso si lo puedo hacer a voluntad ¿alguna otra pregunta?
-¡¿Puedes dejar de entrar a mi cabeza de favor?!-grité, estaba demasiado molesta, todo lo que creí que era privado, quizá ya lo sabía él
-Lo lamento pero no
-¿Cómo? que descarado... no puedo creerlo. Dame una buena razón para no golpearte
-No puedo dejar de percibirte, es imposible en tu caso- Cuando me miró sus ojos se fijaron en un punto detrás mio- no vayas a voltear, necesitamos irnos y rápido. Sígueme
Lo obedecí a pesar de que no quería dejar el tema por la paz, era necesario. Caminamos varias calles hasta llegar a una avenida en la cual comenzamos a correr, al parecer nos seguían y cada que íbamos a dar una vuelta alguien estaba esperándonos así que nos terminaron acorralando en un callejón.
Al centro de ése pequeño espacio estábamos nosotros, alrededor más de 15 hombres que poco a poco con sus sonrisas perversas dejaban ver sus malas intenciones al tiempo que sacaban cada uno sus armas, por un instante el miedo me paralizó, no quería ni respirar por temor a que mis movimientos desataran su ataque a pesar de saber que de toda maneras lo harían.
-¡Cúbreme!- gritó Aren al momento en el que sin que lo pudiera preveer, lanzó varios cuchillos en dirección a los matones.
Unos cuantos recibieron navajas clavadas en sus cráneos, los que traían pistolas, aquellos que contaban con armas blancas se abalanzaron sobre nosotros. Saqué mi nueva daga y comenzó la batalla, uno de ellos quizá por menospreciarme pasó de largo hacia Aren dejándome a merced de uno de sus compañeros, un hombre maduro pero bajo y muy delgado, que contaba con una especie de espada curva y pequeña que sostenía entre sus dientes y varias navajas pequeñas entre los dedos.
Lanzó unas cuantas de las pequeñas en mi dirección pero pude esquivar la mayoría, una de las hojas se clavó en mi muslo derecho lo que me causo un tirón de dolor al moverme, le lancé mi cuchillo de entrenamiento pero lo esquivó y se lanzó hacia mi, ahora más de cerca su arma más grande golpeó la mía y entre varios movimientos para esquivarlo, en serio que era bueno este tipo, pude asestar mi golpe favorito en el oído, con lo que al desestabilizarlo, logré herirlo en un costado con mi daga y desarmarlo mientras uno de sus compañeros, percatándose de la situación dejaba a Aren para ayudar a su compinche pero una navaja se le incrustó en la nuca haciéndolo caer al piso antes de que llegara a mi, mientras el líquido espeso de sus sangre se esparcía en el suelo. Me levanté con esfuerzo después de dejar a mi enemigo en el suelo y desarmado para ponerme de espaldas a Aren.
Aren sabía exactamente a donde atacar, en menos de dos minutos acabó con los 10 tipos que habían quedado. Aunque era una situación peligrosa y de vida o muerte, la manera en la que los eliminó fue más que perturbadora.
Aren estaba peleando cuerpo a cuerpo con ellos que intentaban dominarlo pero en un segundo uno recibió una daga en el ojo dejando oír sus gritos, otro empezó a jalarse de la cabeza sin alguna herida aparente mientras corría alrededor y empezaba a azotarse la cabeza contra la pared de aquel callejón una y otra vez hasta que él mismo se reventó el cráneo. Dos más recibieron una hoja en sus estómagos incrustadas y luego las heridas subían de la mano de Aren hasta sus gargantas. Los demás poco a poco fueron cayendo, a los que mejor les fue, recibieron sus mismas armas en el corazón incrustadas de una sola estocada.
Estaba paralizada del horror. Un hombre algo temeroso por lo que estaba pasando decidió salir corriendo pero un chuchillo se clavó en su columna a la altura de la cadera dejándolo en el suelo pero vivo, mientras mi guía se terminaba de deshacer del último de sus atacantes, uno muy aguerrido que aunque estaba en el suelo ya borbotenado sangre por la boca no soltaba la pierna de Aren y pudo clavarle una hoja afilada en la pantorrilla. Aren solo lo miró sin rastro de dolor en su cara, más bien había ¿compasión? mientras de su mano izquierda al cortarle la cabeza, surgía el último grito ahogado entre el sonido de la sangre que escapaba por su boca.
Su mano izquierda seguía sosteniendo su hoja, la sangre salpicaba de ella mientras caminaba hacía el hombre que había intentado huir
-¡Aren basta!- dije suplicando
Él solo miro al hombre que lloraba en el suelo boca abajo mientras suplicaba piedad o eso parecía, los gestos de dolor y horror en su rostro pedían a gritos que le perdonase la vida aunque él solo lo dijera entre jadeos y lloriqueos en una lengua extraña. Aren lo alzó de su cabeza y lo elevó por encima de él mismo con su mano libre y en un parpadeo, de un empujón, aquel hombre quedó clavado en la pared por un cuchillo mientras aquel que perdía la vida se convulsionaba al tiempo en que se ahogaba con su propia sangre.
Un as de luz se reflejaba en la hoja que sobresalía del cuerpo reflejándose en los charcos de sangre a mi alrededor causando una especie de cuadro macabro, las moscas empezaron a hacer su aparición y todo ello me revolvió el estómago. Mire al responsable de todo aquello, no podía entender que de aquel ser que parecía conocer tan bien solo hubiera visto una cara y la otra se mostrara ante mí hasta hoy.
Una cosa era robar, estafar, secuestrar y otra muy diferente era matar. Arrebatarle la vida a alguien y más de la manera en que lo había presenciado, no era humano, no era justo y mucho menos normal. Salí corriendo de ahí a pesar de que escuchaba los gritos de Aren detrás mío, corrí como nunca en mi vida, esperando estúpidamente que al dejarlo atrás a él, también dejaría atrás los recuerdos de aquel macabro episodio.
Cuando me detuve, me di cuenta de que había llegado a un punto de la ciudad que no conocía. Era difícil saber hacia donde dirigirme por que no tenía idea de por donde había llegado, me había concentrado solo en correr sin importar mi destino, ahora, aún con las imágenes frescas de aquellos hombres en mi mente pero tratando de pensar más logicamente, me encontraba perdida. No había problema, aún me restaban 24 horas antes de que el valkiria zarpara y siempre podría acudir a algún lugar turístico donde alguien de seguro hablaría mi idioma.
Caminé sin rumbo por unos minutos pues la carrera y el estres de la situación me agotaron, me senté en una banqueta por un momento y en seguida escuché una voz familiar, alguien a quien no esperaba encontrarme.
-¡Hello!- saludo con una mano arriba y una sonrisa infantil en el rostro- ¿que haces aquí?- se agacho sentándose a mi lado
Le conté a grandes rasgos lo que había sucedido
-¿Mató a todos?- su cara de consternación me hizo sentir comprendida por lo que solo asentí- y ¿donde está?- miro a todos lados
-Después de ver aquel horror, salí corriendo, no podía estar con él un segundo más
-¡¿Lo dejaste solo?!- me grito y su expresión cambió a una furibunda, no estaba entendiendo nada- ¿acaso estás demente?!
-¡¿Que?! !Si el psicopata es él!- recriminé ¿acaso Valko estaba loco? ¿por que me regañaba a mi?
Se froto el puente de la nariz con el pulgar y el indice de su mano derecha mientras con la otra hacía un angulo con su cadera.
-Es parte de lo que hacemos ¿si?, tu también lo harás algún día y para nadie es fácil arrebatar una vida. A Aren en especial le afecta, una cosa es que él sea el más letal y otra que no tenga alma...- me miró con decepción- creí que tú en especial lo entenderías, que lograrías ayudarlo a sobrellevar esto, por eso ibas con él o ¡¿acaso pensaste que ibas como figurilla de exhibición?!... Una vida le afecta, lo deprime, lo hace aislarse y a veces incluso enferma. Pero más de 15 no sé que puedan hacerle. Se suponía que solo era un hombre, algo sencillo, entraba a su casa, lo eliminaba y se acabo- esto último lo dijo más para sí mismo que para mi.
-Pero la historia...-traté de defenderme
-Si, la historia es cierta, él puede con más de 20 sujetos a la vez pero ¿tu sabes acaso las consecuencias de aquello? Vomitaba sin parar , convulsionaba y ardía en fiebre. Varias veces intentó lanzarse por la borda después de aquello y después de que lo amarráramos a su litera por dos semanas, incluso así, continuó con la mirada perdida, por algunos meses, estaba ahí su cuerpo pero su mente y su alma se habían desvanecido.
Quedé en shock tras aquello, no podía entender como es que si le afectaba tanto, los había matado de esa manera tan grotesca.
-Iré a buscarlo- Valko comenzó a caminar y yo lo seguía.
Ahora no era el tiempo de cuestionarse, por lo que Valko me había dicho, podría estar en peligro o enfermo y yo...yo lo había abandonado.
https://youtu.be/LOeRnzdCNiY
***************************************************************************************Hola mi peques! Por ahora solo me centré en Nadja, pero el siguiente capitulo veremos más sobre otros personajes ... cuentenme.
¿Que quisieran saber sobre cada personaje?
¡¡¡Haré un capitulo especial del personaje que tenga más votos!!!! comenten aquí y díganme cual sería su favorito
¿Que piensan de Aren?
Les dejé unas melodías para acompañar la lectura que van acorde a algunos momentos del capitulo, espero les gusten.... Déjenme sus comentarios, votos y si les está gustando la historia recomiéndenla, me ayudarían mucho.
No se olviden que los quiero y les mando un super mega abrazo empalagoso...maw!
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