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Nadie sabía que iba a ser el final.

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¿Qué está pasando?

Sábado por la noche, como no amar el finde semana que tanto tiempo nos permitía disfrutar fuera de las clases, como yo le llamaba, los días de calma. Hoy no era la excepción, mi hermana y yo compartíamos habitación desde que tenía memoria, así que hoy, las dos nos encontrábamos en el mismo sitio.

—Esa película no está tan interesante. —murmuró mi hermana menor en un resoplido.—por lo menos hoy nos divertimos más tiempo. —añadió con una sonrisa mirándome brevemente.

—Tienes toda la razón, enana. —sonreí animada, tomando el vaso de vidrio que contenía agua a un lado de mi cama, ella se concentró nuevamente en el juego que tenía en su tableta, mirando la hora rápidamente por su teléfono.

Repetí su acción echándole un vistazo a mi celular.

Exactamente eran la 1:59 am.

Un pequeño intento de controlar las horas que pasábamos en los aparatos electrónicos.

—Estoy muerta del cansancio. —bostecé entrecerrando los ojos.

La luz empezó a hacer un parpadeo extraño, un bajón, llegó a hasta aquel punto sin más.

Fruncí el ceño ante aquello.

—Courtney... ¿has visto Lo mismo que yo? —pregunté en voz bajo casi sintiendo como mi voz se teñía de miedo y algo de preocupación, con el pulso acelerado.

—Eh... ¿hablas de que la luz titilo? —preguntó con voz temblorosa, yo asentí lentamente mirando hacía el bombillo.

—Creo que se va a ir l... —no pude seguir hablando porque de repente se apagaron todas las luces del vecindario, incluyendo mitad de la cuidad, al ver por la ventana.

Desde nuestra casa teníamos aquella vista, de todo el lugar en sí, casi.

—¡Nevahe! —la voz temerosa de mi hermana me alarmo, hice un gesto con mi mano en señal de silencio, me acerqué a ella con la poca claridad de la noche.

—Aquí estoy, no temas.— encendí la linterna de mi celular, pero la apague rápidamente al oír la sirena de emergencia.

Mi piel de erizo por el terror que sentí, eso sólo ocurría cuando algo malo iba a pasar, en un desastre natural o una evacuación de emergencia.

Y tenía años que no la hacían sonar.

—Oh, no. —escuché el susurro desesperado mi hermana y salí rápidamente de mi cama.

Parecía un resorte.

Encendí la radio en mi celular, pero ninguna emisora se escuchaba, me estaba asustando algo, el nudo que se había formado en mi interior era un claro ejemplo de ello.

—¿Qué demonios... —murmuré y me asome por la ventana, de nuevo, abriéndola esta vez.

Estábamos en nuestra habitación.

—Hermana.—me llamo Courtney e hice un sonido para que siguiera, afuera estaba muy oscuro, algunos gritos se escuchaban a la lejanía. —creo que tenemos tres opciones. 

—¿Cuáles? —le di mi atención unos segundos cambiando el pantalón de pijama por unos vaqueros sencillos, a la par que tomaba unas medias y me las ponía.

—La primera, podemos quedarnos aquí e intentar reunir lo demás, la segunda, salimos de aquí y buscamos a un adulto o la tercera; escapamos. Tenemos que elegir rápido, esto... no me gusta.

Suspiré pesadamente arreglando mucho mejor nuestras opciones en mi cabeza.

Se notaba a kilómetros que tenía miedo.

Pero también debíamos buscar un adulto y entender que diablos estaba sucediendo.

En específico las explosiones, los gritos y la sirena.

—Pues creo que mejor escogemos la tercera. —decidí sin dudar, ella asintió colocándose un suéter encima de la camisa de su pijama, al igual que sus zapatos.

Menos mal que no nos habíamos puesto el pijama aún por completo.

Salimos de nuestra habitación y corrimos en dirección a la de mi abuelo, entramos y lo vimos mirando por la ventana alarmado con el teléfono en la mano.

—Abuelo... ¿Qué sucede? —pregunto mi hermana detrás de mí, con precaución, tomó mi mano porque temía alejarse.

—Chicas, creo que es mejor que preparen unos bolsos.—Una voz masculina hablo a nuestras espaldas, asustadas nos giramos, Court dispuesta a correr con el abuelo.

Pero cuando reconocimos a nuestro vecino, Jhon Harries, suspiramos aliviadas. El señor era un militar, no recordaba su rango, pero estaba al tanto que no era un cadete.

—Chicas, ¡ahora! —apresuró él.

—Bien.

Corriendo nos devolvimos a nuestra habitación a preparar unas mochilas con todo lo necesario, eso sería lo que más usaríamos. No tenía idea a dónde iríamos o cuánto tardaríamos en volver a casa.

Salimos como alma que lleva el diablo y luego nos encontramos con mi tía, prima bebé, mi abuelo, el señor Harries y un chico más una señora, quiénes se veían extremadamente preocupados.

—¿Listo? —preguntó pero sono más cómo una afirmación, salio disparado de la casa, corrimos tras él, sin ningún tipo de duda.

Abalanzó todos los bolsos dentro y nos ayudó a subirnos a una 4x4 para luego empezar manejar con rapidez, dándonos apenas tiempo de cerrar las puertas. Las personas seguían corriendo por la calle, habían muchos choques y gritos, incluso las explosiones que se le sumaban a la sirena, cuyo sonido aún tenía erizada mi piel.

No entendía nada de lo que estaba ocurriendo, todos estaban sujetos a los asientos, mi abuelo con la vista al frente y el señor Harries que no dejaba de maniobrar a la perfección entre el caos se presentaba ante nosotros, miré el celular con rapidez sólo para calcular la hora.

2:15 am.

Con todo esto sólo llegaba una pregunta a mi mente

¡¿Qué esta pasando?!

Mi hermana mantenía mi mano apretada, respirando agitada.

—¡Ayuda!

—Nev... —susurro ella con la voz temblorosa, cerré mis ojos pensando en mis padres antes de darle una pequeña sonrisa a la castaña.

—Todo va a estar bien, enana.

—No creo que nada vaya a estar bien, si estamos en este asunto. No lo creo.

—Sólo confía en que vamos a estar a salvo, entender que está sucediendo y cómo vamos a salir de ello.

—¿Y quién dijo que saldríamos de esto? —interrumpió el chico que estaba a mi lado, mirándome de lado.— nadie va a estar bien, este es el comienzo de un final. —maldijo entre dientes por una sacudida que tuvo el vehículo y luego las voces desesperadas de todos nosotros.

Necesito entender que está ocurriendo.

—Todo va a estar bien.

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Y aquí comienza el primer cap. Díganme qué tal les pareció

Este como lo dije antes es un pequeño regalo de Navidad

Los quiero

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