Capítulo 43- Papá
Elizabeth
Los párpados, como cortinas de plomo, luchaban por mantenerse abiertos. Cada latido, un martillo golpeando mi sien. El dolor, un eco sordo en la cavidad torácica, se entrelazaba con la acelerada carrera de mi corazón. Un nudo se formaba en mi garganta, amenazando con desatar un diluvio de lágrimas.
—Por un momento me preocupó que no despertaras —la voz de Angel se cuela en mi audición calmandome.
Abro mis ojos lentamente sintiendome al borde de desfallecer con los rayos del sol que maltratan mi rostro. Entre tanto dolor, una mano se cuela entre las mías. Son fuertes, algo maltratadas. Entonces lo veo. Esas bolsas que están bajo sus ojos, la fatalidad que opaca su mirada. Sin embargo, intenta sonreir, con el proposito de distraerme con el hecho de que estamos en el bosque.
—No quiero que finjas o adornes nada, solo dime que paso —le pido en un murmuro.
Su mirada permanece clavada en la mía, hay un debate en su interior, lo veo en sus expresiones, el leve cambio en su respiración, la manera en que sube y baja su nuez de adan. Lo que me va a decir no es bueno. Pero creo que espero lo peor.
—No se que ocurrio o como ocurrio —me adelanta levantando sus manos en forma de ¿protección?—, tu cabello se tiño de verde como el bosque, al igual que tus ojos, tu forma de hablar era semejante a un extraño. No eras tú.
Eso si que no tiene sentido alguno. ¿Mi cabello cambio de color? ¿mis ojos tambien? ¿como? ¿otra persona? ¿por que no recuerdo nada? ¿cuanto tiempo estuve fuera de si?
—Empezaste a reírte como loca y ella tenía poderes y se veía súper ¡COOL! —su voz va aumentando de tono en cada palabra que escapa de sus labios. Sus ojos brillan con emoción.
Mi cabeza no procesa lo que acaba de decir... Es que esto parece tan irreal, sin embargo, todo lo que ocurre en este lugar lo es y aun así existe.
—Creo que he procesado demasiada información, lo mejor será regresar al campamento, digo a la cabaña. Necesito despejar mi mente y ahora pienso que sería buena decisión tomar la oferta que me hizo la esposa de Axel. —eso último me deja un mal sabor en la boca.
—Tampoco lo recuerdas, esa otra versión tuya aceptó la propuesta, y Axel no se casó —me informa, pero parece que estuviera cuidando cada una de sus palabras.
—Claro.
Quisiera preguntar algo, pero mi mente está en blanco. Por primera vez, me aterra saber que no siento nada. ¿Deberia estar feliz? ¿deberia llorar? ¿que deberia sentir? Me levanto del duro suelo y Angel me ayuda en el proceso. Caminamos o mejor dicho él me guia.
—¿Por qué no se casó? —cuestiono, buscando sentir algo.
—Eli, no puedo asegurarte que te ama, pero siente algo cercano a eso por ti. No sé qué más motivos podrías tener —siento la sinceridad en sus palabras.
La traición, es gracioso que puede llegar cuando menos lo esperas, de quien menos lo crees posible, dejandote con un sabor amargo en la boca. ¿Como seguir sin cerrarse a las demas personas? ¿como volver a confiar? ¿acaso fingir que no sucedio, puede ayudar? o talvez la clave está en no aferrarse a la idea de que una persona estara para siempre contigo, que existe la posiblidad en que solo sea una estrella fugaz, la cual no puedes atrapar. O talvez digo estupideces producto del hambre.
Pero entre tanta neblina mental, surge una duda. ¿Asesine a alguien en medio de ese fuga mental?
"No seas idiota, no me meteria con nadie a no ser que sea necesario" me responde esa voz insistente.
¿Acaso podiramos estar las dos o solo puede estar una a la vez? le cuestiono a ella.
"Existe la posibilidad de que ambas podamos estar en la luz".
Definitivamente esto lo clasifico como lo más extraño de mi vida, hablar con alguien que está en mi cabeza y que me responda, por si fuera poco, tiene su propia personalidad, ademas opina sin que se lo pida.
—¿No vas a entrar? —la pregunta de Ángel me regresa a la realidad.
Hemos llegado a la primera cabaña de Axel, la misma en que tantas veces he llegado y siempre algo malo me pasa.
—Si, si —afirmó.
Mis estan en automatico, saben que necesito entrar, reponer energia, quizas dormir hasta que ese pinchazo frecuente en mi pecho desaparezca. La oscuridad de la cabaña me recibe, la cual es eliminada casi al instante. Al otro lado de la sala, se encuentra el dueño de ese cambio brusco y por primera vez en mi vida, adoro ver esas arrugas en sus ojos, esa sonrisa que no crei posible extrañar. Veo a mi padre, con sus brazos abiertos, mientras las lagrimas inundan su visión. Se ve tan patetico, aun asi lo amo tanto.
—Cariño —esa voz, un ancla en la tormenta de mis emociones. Me acerqué a él, buscando refugio en sus brazos, el único lugar donde siempre me había sentido segura. Quería decirle tantas cosas, pero las palabras se me atascaban en la garganta, disueltas en un mar de lágrimas. No era solo la extrañeza, era el alivio, la confusión, el miedo... Un cóctel de sentimientos que me inundaba.
—Ya, pequeña, ya estoy aquí —susurra mi padre, acariciando mi cabello.
Tiemblo bajo su tacto, no pensé que lo volvería a sentir. Las lágrimas se me escapan al igual que los sollozos que intento controlar.
—Papá... No sabes... Lo que me han hecho en este lugar —logro articular entre balbuceos.
Su mano sigue ascendiendo y descendiendo por mi cabello, en un intento fallido por calmarme.
—Shh, eso ya no debe preocuparte —me susurra por lo bajo.
Me despegó un poco de su tacto, hasta poder observarlo a los ojos, los tiene rojos, sus mejillas están levemente rojas.
—Sí, debo preocuparme porque sigo aquí —le recuerdo— ¿Dónde está mamá? —le pregunto, ya que no veo rastro de ella.
Se rasca la nuca y niega con la cabeza.
—No me tienes que mentir, sé que para ella hubiera sido mejor que yo... Siguiera muerta —las palabras me queman al salir.
—No digas eso, ella está en el carro, solo que, no se siente lista para salir —Intenta ponerle un significado diferente, pero sé que no es así.
Asiento intentando apartar esos pensamientos negativos de mi cabeza. Pero la triste realidad es que... Cuando te sientes constantemente apartada, rechazada, hasta por tu madre. Eso crea un gran conflicto en tu interior, en el que o apartas a todos antes de llegar a tener una gran conexión, teniendo ser rechazado, herido más adelante o simplemente buscas la aprobación de todos los que están a tu alrededor, constantemente.
—Tengo que hablar con la directora del campamento, para poder llevarte conmigo —susurra para ambos.
—Está bien —respondo apartando la vista para otro lado.
—No te vayas, espérame aquí —me pide con esa amabilidad que lo caracteriza.
—Ok, papá —le respondo.
La figura de mi padre desaparece de mi campo de visión, caminando en el bosque. Me recuesto contra la pared, sintiendo como mis piernas fallan y terminó de nalga contra la madera del piso. Abrazo mis piernas sintiendo que algo falta, algo están omitiendo. Me siguen mintiendo.
—¿Qué te ocurre? ¿No estás feliz con la llegada de tu padre? —la voz de Ángel me saca del trance.
Suspiro y giro mi rostro encontrándolo a escasos centímetros de mí.
—Este lugar nos ha golpeado fuerte —susurro observando sus ojos.
Mis palabras sacan una pequeña sonrisa de lado, en sus ojos cansados.
—Tienes razón, solo que no logro comprender ¿Por qué sigues aquí? Si tu padre ya llego —vuelve a preguntarme.
—Dijo que tenía que hablar con Lilith, y después nos iríamos —le susurro.
—Despues de todo lo que vimos y observamos, se que hay algo más.
—Si —le susurro.
—Entonces vamos y descubramos que es —se levanta del suelo y me extiende su mano para levantarme. Lo hago sin pensarlo dos veces.
—Eres mi persona favorito —le informo.
Una sonrisa coqueta asoma en su rostro.
—¿Me estás coqueteando? —pregunta colocando una mano en su pecho de forma dramática.
Su coquetería me saca una sonrisa, que hace vibrar mi corazón.
—No, pero gracias —le respondo saliendo de la cabaña.
Él pisa mis talones al caminar.
—¿Por qué me agradeces? —pregunta deteniéndome. La intriga se esparce en su mirada.
—Por hacerme sonreír y reír, por lo menos por un minuto me olvidé de este lugar —me sincero.
Sus mejillas se vuelven rojas al igual que sus ojos. Una pequeña lágrima escapa por sus ojos, sin embargo, la limpia de manera rápida.
—Tú eres tóxica para mí, haces que mi lado malo se sensibilice —susurra con falsa indignación.
—Idiota —es lo único que le respondo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro