Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 36 - (-2)

Fingir, a diario fingimos una sonrisa, una risa, una mirada coqueta, amor. Todo es posible. Hasta que realmente deseas que una situación sea de una manera, no obstante no eres capaz de pronunciar dicho deseo en voz alta. Según algunas personas, los demonios pueden estar cerca acechando, escuchando lo que deseas y evitando que se cumpla.

Pero al ver esa constelación de pecas en su rostro, que van desde su nariz, pomulos, con algunas perdidas por su cejas, mentón. Me hacen desear que todo esto ocurriera en otras circunstancias, en las cuales si tengamos tiempo y yo sea capaz de vivir una historia que merezca. Donde por muy asqueroso que sea decirlo o pensarlo. Yo sea amada, tenga una familia, una pareja que al verme, sus ojos brillen y sin importar que tanto tiempo pase, esa misma mirada persista.

Mis manos pican impacientes y les concedo eso que tanto quieren hacer. Las yemas de mis dedos se pasean por su cuero cabelludo, sintiendo las sedosas hebras ocasionarme cosquillas al tacto.

—Maraña, si vas a comenzar eso, entonces no te detengas —su ronca voz me eriza.

Mi mano se detiene en su nuca. Sus ojos se abren, se ven mas claros, la pesadez en su mirada se ha reemplazado con algo que no logro identificar.

Un rugido gutural me sacude hasta los huesos. Mis ojos se abren de par en par al sentir un peso inmenso que nos aplasta. Un lobo enorme, de pelaje gris y ojos dorados que brillan en la penumbra, se desploma a mi lado.

—Angel, si te vas a meter en nuestras camas, lo minimo que puedes hacer es ser humano —se queja Axel.

Una sonrisa cálida se extiende por mi rostro al ver cómo Ángel comienza a cambiar. Su piel se transforma lentamente, desprendiendo el suave pelaje gris para revelar una piel pálida y suave. Los músculos se reordenan, los colmillos se retraen y la forma de su rostro se suaviza. Cuando termina la transformación, está vestido con una pijama negra de lunares blancos, como un cachorro recién bañado. No puedo evitar reír ante la imagen.

—Hola —la diversión se filtra en su voz.

Gira su rostro y ambos miramos a Angel, quien enarca una ceja en su dirección.

—¿Vas a quedarte a desayunar o tu vas a hacer el desayuno? —cuestiona, mientras sus ojos intentan llenarse de paciencia.

Angel voltea a verme con una sonrisa de medio lado...

—Cuñado, yo no se cocinar y cabe resaltar que, Elizabeth puede intoxicarlo —Los ojos de Axel brillan con diversión.

¿Cuñado? ¿le acaba de decir cuñado? ¿desde cuando él tiene tanta energia y alegria en su cuerpo?

—Elizabeth ¿algo que decir al respecto? —alega Axel con diversión.

—Él tiene razón, la cocina no se me da —le contesto.

Suspira con fuerza y pesar, levantandose de la cama. Su camisa blanca está pegada a su cuerpo, dejando poco a la imaginación. Sus pantalones le quedan justo a la cintura, moviendose en cada balanceo de cadera, permitiendome contemplar unos gluteos de infarto.

—Maraña, deja de ver mis nalgas o tu vas a cocinar —la amenaza logra que mis ojos se desvien y suban hasta su nuca.

¿Tiene ojos en la nuca? no, no... Verdad, el hijo de su mama, lee mentes.

Regresa su caminata en dirección a la cocina. Su cuerpo se pierde en la cocina y es cuando mi mirada regresa a Angel. La diversión se ha evaporado en su rostro, regresando el mismo temble que conoci en aquel autobus, el mismo con él que me encariñe diariamente.

—¿Como vas con él? —la preocupación se filtra en el aíre.

Me siento en la cama, él me imita a excepción de que queda frente a mí.

—Estoy bien, voy a vivir lo que sea que sea esto, el tiempo que dure y lo disfrutare al maximo —mi voz se va volviendo debil.

Quiero vivirlo, disfrutarlo, pero temo el final, porque ya está escrito y no es un final que disfrute.

—Temer es de humanos —me susurra por lo bajo.

—Lo sé, ¿por que estás aqui? —cuestiono cambiando de tema.

Se encoge de hombros con desdén y se dirige hacia la puerta, como si nuestra conversación ya no tuviera importancia. Pero él ni siquiera se detiene, su silueta desapareciendo en la penumbra de la casa. Resoplo, divertida por su falta de educación. No me quedará más remedio que seguirlo.

Llego a la cocina y me encuentro a Angel deteniendose en la encimera, sus manos descansando a cada lado de este. Lo imito, siguiendolo hasta subirme en la encimera.

—Tenemos que hablar Axel —la diversión se ha evaporado en el rostro de él, reemplazado por una seriedad que no me da buena espina.

Axel se encuentra cocinando lo que parece ser ... los dioses sabran que está preparando, pero huele muy bien. No se detiene, solo levanta su mirada de manera breve, limpia sus manos con un pañuelo.

—Te escucho —su voz es plana.

Angel se cruza de brazos.

—Quiero que me ayudes con algo —le solicita.

Axel sigue cocinando.

—Claro —es breve.

Angel bufa molesto y lo imito.

—Quiero un equipo de voleibol —enuncia mi amigo peludo.

eso es facil, pero ¿a que se refiere? ¿quiere que le compren un equipo profesional? ¿quiere hacer un torneo aqui? ¿en este manicomio?

—¿Quieres hacer algun tipo de competencia aqui? —le cuestiona.

Niega con la cabeza.

—No, no me estas entiendo cuñado —se exaspera Angel.

Sinceramente ni yo le comprendo.

—¿Quieres que te compre un equipo de voleibol profesional? —indaga—, es decir, no son baratos, pero tampoco es algo imposible para mí.

Hijo de puerca, nunca habia pensado en el nivel economico de este hombre.

—No, ¿no me escuchas? quiero un equipo de voleibol —replica.

Pero...

—Angel, escupelo o dejo que se queme tu comida y comeras carbon —le amenaza Axel.

No le culpo, yo ya me exaspere.

—Quiero que tener un mini equipo de voleibol —le motiva—, quiero unos castaños y otros de cabello negro. Al igual unos de ojos cafes y otros de color verde, sinceramente no se que mezcla pueda venir, pero eso también.

Siento que por primera vez comprendo a que se refiere. ¿Este me ve cara de maquina parido? ¿si quiera cree que nosotros seguiremos juntos para llegar a eso? ¿o me ve cara de amante? porque no tengo pinta de ello, ni en juego. Si quiero algo, lo quiero para mí solamente, no comparto.

Axel como si leyera mi mente, deja caer el cuchillo con un ruido metálico que resuena en el silencio de la habitación. El impacto hace que la sartén se vuelque, esparciendo aceite caliente que se enciende en llamas furiosas. El calor me golpea la cara y el humo comienza a llenar el aire. Instintivamente, levanto la mano y un viento gélido sopla con fuerza, apagando las llamas en un instante y arrastrando el humo hacia una ventana abierta.

Perfecto, el desayuno se hecho a perder.

—¿Quiere que le haga seis hijos a Elizabeth? —la sorpresa se filtra en su voz y en el desayuno—, Elizabeth, deja pensar en el desayuno, tu amigo, me está pidiendo eso —sus ojos se abren en gran magnitud con cierto asombro.

—Si, pero en estos momentos no tengo mente, para sus estupideces, quiero comida —me quejo.

Axel se agacha para recoger la sartén y todo a su paso. Angel sonrie de una manera diabolica que me causa escalofrio.

—Angel, Elizabeth debe terminar sus estudios, sus propias metas, antes de pensar en eso —le intenta explicar Axel levantandose con las mejillas rojas.

Tiene razón. No se que quiero, pero no quiero hijos todavia. No significa que nunca vaya a tenerlos, solo no aun.

—¿El desayuno? —interrogo, sintiendo mis tripas rugir.

Axel saca algo del horno. Gracias a los dioses que decidio hacer varios platillos o me fuera tenido que ver en la necesidad de morder a Angel.

—Ya lo tengo listo, eso solo era una salsa —me informa con cierta paciencia.

Asiento, bajando de la encimera, para buscar un plato. La comida es la fuente de mi vida.

—Elizabeth, intento amarrar a tu hombre y un equipo para mí. Mientras tu solo puedes pensar en comida —el asombro se filtra en su voz y sus gestos.

Si, si, sigo teniendo hambre.

—¿Para que año quieres ese equipo? —averigua Axel, mientras sirve algo que parece papas rellenas de algo.

Dejo de mirar mi plato, para observar el otro idita que está aqui.

—Por fin nos estamos extendiendo —exclama Angel con una sonrisa.

Idiotas. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro