Capítulo 21- sueños vividos.
—¿Entonces la estás pasando mal sin mí? —pregunta Axel a mi izquierda.
Pongo los ojos en blanco «Idiota, se considera que el mundo gira a su alrededor».
—No, todo está de maravillas. Es más, me invitan a menudo a tomar el té. —ironizó.
—El sarcasmo no te queda, maraña —pronuncia con su voz ronca.
Pongo los ojos en blanco, me giro en la cama dándole la espalda.
—Maraña, no te enojes, hay una diferencia entre tener opción y no tenerla —pronuncia pegando su pecho a mi espalda.
Mi cuerpo se eriza, pero intento mantener el control sobre mi cuerpo y autodominio.
—Siempre se puede decidir, el querer es poder. Si sabes lo que vales y lo que eres, si sabes el poder que tienes. Entonces nadie te puede manejar u obligar a algo que no quieres.
—Hay quienes no sienten que tienen opción —susurra dejando un casto beso en mi hombro desnudo.
Me despierto sudada, exaltada. Observó mi alrededor recordando que solo fue un sueño. ¿Él puede meterse en mis sueños? No es... Imposible, a decir verdad... Las cosas no son exactamente normales.
Salgo del cuarto sin muchos ánimos, la verdad es que en ocasiones quisiera que todo esto fuera un mal sueño. Me dirijo lentamente hasta que llego al primer lugar donde estuve cuando entré. Pero me quedó completamente quieta, al observar que la mujer que estaba en el tubo ahora está afuera y se inclina para besar a Sebastián...
«Sobre mi cadáver».
Me encaminó a paso firme, pero me detengo cuando veo que están a escasos centímetros, muevo mi mano sujetando el cabello de ella y jalándolo hacia atrás. En lugar de ella recibir el beso le pongo mi cachete a él.
Este abre los ojos y lejos de molestarse solo comienza a reírse, suelto el cabello de la morena escuchando como gruñe molesta. Me giro hacia ella y está tiene el rostro rojo. No sé cómo es posible. Pero lo tiene, la miro fijamente con superioridad. Lejos de llegar a atacarme sale corriendo y se mete dentro del tubo donde le entra un ataque ¿epiléptico? La observó fijamente y quedó asombrada.
Ella se transforma en una serpiente, completamente. Su cuerpo. Su rostro es el de una serpiente. Es verde, larga y algo gruesa. Intenta atacarme, pero se termina chocando contra el vidrio.
—Eres mala —es lo primero que pronuncia Sebastián.
—¿Mala? ¿Yo? —pregunto incrédula.
—Si, tu misma.
—¿Ibas a besar a esa serpiente? —pregunto incrédula. Niego con la cabeza.
—No seas así de mala —pone los ojos en blanco.
—No soy mala, soy realista. Se ha convertido en serpiente no en poni —respondo poniendo los ojos en blanco.
—Me gusta, es divertida —se encoge de hombros.
—¿Qué haces aquí? En el campamento —le preguntó cambiando de tema.
—Quería ayudar —se encoge de hombros—, además el doctor tenía un plan y lo estamos llevando a cabo...
Abro la boca para responderle, pero el doctor entra algo alterado. Se acerca a mí, de forma apresurada. Me sujeta por los hombros.
—¿Cómo hablaste con él? —me pregunta incrédulo.
Ahora mi mente intenta procesar a lo que se refiere.
—¿Con quién?
—Con Axel, ¿Cómo hablaste con él? —El nerviosismo vuelve a él.
—Soñé con él, pero es solo un sueño...
—No, eso fue una señal, lo suficientemente fuerte para que ellos puedan rastrearte —se queja—, no le des el permiso para que entre en tu mente. Estás poniendo no solamente tu vida en peligro, también la de nosotros. Los guardias de lilith también son capaces de rastrear con su olfato.
¿qué? Pero ... No es posible.
—Intentaré no dejarlo entrar —respondo en un susurro— ¿Qué plan tienen conmigo?
—Tienes poderes, cada vez que te sientes aprisionada sale un poder para ayudarte en dicho momento. Puedes destruir este lugar y todo el trabajo de ella, pero hay que ayudar a todos los jóvenes. Porque ahora son especiales. Necesitan educación especial.
—¿Cómo una escuela para superhéroes? —pregunto incrédula.
—Parecido, pero diferente.
—Entonces yo vendría siendo como una hoppe, como un híbrido —me recuerdo de legancy— o talvez como una combinación de todos los x- Men.
—Algo así, solo que tienes el poder de crear nuevos poderes. O los que necesites en el momento.
Ahora si se me va a caer la baba. Esto es una combinación entre asombrosa y terrorífica.
—¿Qué van a hacer ahora? —les pregunto algo ida.
La cabeza comienza a darme vueltas, una y otra vez. Mi respiración se vuelve algo irregular. Intento sostenerme de algo, pero es imposible. Volteo a ver al doctor y ahora veo a dos señores. Mis párpados se abren y se cierran de forma automática. «¿qué hago? ¿Qué me está pasando?» distintos escenarios se adueñan de mi mente, jodiéndome cada vez más. Me siento cansada, quiero llorar, estoy entre desmayarme o tal vez, pasar a mejor vida.
Todo se torna oscuro...
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