Entonces él puede escuchar mis pensamientos, de esa manera sabía que pensaba sin decirlo. Este es uno de esos momentos en los que agradezco nunca antes haber pensando en su culo delante de él.

—Axel es hijo del psiquiatra y siguió los pasos de su padre. Pero...

—No es igual —termnino por él.

Él asiente con la cabeza, sin embargo, está información no me es de utilidad ¿por que lo me dice?

—¿Por qué me explica todo esto? —le preguntó.

—Porque no quiero que te enamores y salgas lastimada —sus palabras me recuerdan a Lilith, el día que escuche detrás de la puerta.

Ja, ¿yo enamorada de él? no que va, las personas están tan inmersas en sus situaciones que ante el mínimo acto, lo confunden con enamoramiento. Buscan lo que no tienen, en otros.

—¿Qué te hace creer que estoy enamorada o me enamoraré de él? Solo es querer matar la soledad, no es ni un "nosotros" —sentenció.

Puedo tener cara de loca, pero ¿de estupida? no.

—Por las miradas, por las acciones de él y las acciones tuyas, por eso la mayoría de las personas en este lugar deducimos eso —se encoge de hombros.

Mi rostro es un poema. Lo voy a ahogar en conjunto con Axel, si es que vuelve.

—¡¿De qué miradas me hablas?! Si fuera por mí, lo fuera asfixiado en un puto rio, que te quede claro —le señaló con el dedo juzgando lo que ha dicho.

Da dos pasos hacia atras, con una sonrisa que tiembla en sus labios. No estoy segura si es diversión pura o miedo.

—Tranquila fiera, solo expresaba lo que los demás expresan. No me cabe dudas de que tienen mejores gustos.—me explica, se limpia su bata y su mirada regresa a mi con cierta malicia—, Además, no eres su tipo.

Siento mi rostro calentarse al escuchar esas últimas palabras. Me jode que me digan eso.

—¿Acaso es alguien importante o su majestad?, para que todos me vengan a decir "no eres su tipo" —me burlo

Pero lo único que gano es una mirada de "no que no" por parte del señor.

—¿Qué juego yo en todo esto? —vuelvo a preguntarle.

—Algunos de tus profesores también estaban en estos metidos, habían venido al campamento y todo. Aquí es donde se supo más a fondo que eras diferente y cuando llegaste, todo lo que ha pasado en el laboratorio contigo lo ha demostrado.

—Sigo sin comprender.

—¿Sabes que paso cuando mataste a esa persona? —su pregunta me deja helada, por el simple hecho de que sabe que paso en ese lugar.

Niego con la cabeza.

—Si fuiste tú, de eso no cabe duda. Solo que manipularon uno de tus recuerdos, sacaron tu mayor arma, tu ira. Y la utilizaron, hasta ver de lo que podías ser capaz —niego con la cabeza sin muchas ganas de querer escuchar más mierdas extrañas.

Vuelve a hablar y por primera vez no quiero escucharlo.

—Tú lo mataste, pero usando tus poderes —pronuncia mirándome fijamente—, no solamente has adquirido uno. Tienes muchos, y entre más te estudian más descubren. Te haces invisible, tienes una fuerza fenomenal —comienza a enumerar—, puedes levitar y, por si fuera poco, traspasas objetos y quien sabe que más puedes hacer —dice asombrado.

Sin embargo, todo lo que yo siento es autodesprecio. Mate a una persona que talvez no merecia morir.

—No me interesa nada de eso, es más no lo quiero. Quítamelo y déjame regresar a mi estúpida vida —me quejo.

Él niega con la cabeza.

—No lo estás entendiendo, esto no se quita o por lo menos no se ha podido hasta el momento. Es más, puedes morir antes de que salga por completo de ti —me explica.

—Ya tienes tu respuesta —pronunció asiendo memoria de su pregunta, sobre Axel.

—Axel no gusta de mí, y yo no gusto de él. Simplemente, está cerca de mí, para estar en primera fila contemplando todo lo que soy y no capaz de hacer —pronunció intentando disimular, la bruma que recorre mi mente.

Solo me usan y no saben lo cansada que estoy de que a donde llegue me usen. Pero yo soy la ingenua en creer.

—No puedo leer la mente de las personas como otros, sin embargo, se que te equivocas y eres de las que no acepta correción —pronuncia con certeza.

—¿Por qué sus ojos parecían los de un gato? —le preguntó cambiando de tema, lo nota, pero sigue.

—En una ocasión Lilith terminó inyectando y practicando en todos nosotros y he aquí el resultado.

—Yo no tengo problemas mentales, ¿entonces cuáles son los efectos adversos en mí?

—Tienes ataques de ira, solo que la mayor parte del tiempo los reprimes haciéndote daño a ti misma —la suavidad en sus palabras me extraña.

Oculta tanto en sus palabras y algo me dice que no me quiere decir la verdad.

—Podemos irnos, tengo sueño —me sincero.

—Claro.

Abandonamos este lugar sin pronunciar palabra entr nosotros. Las dudas recorren mi cabeza, pero al pronunciarlas en voz alta, entonces se volveran más reales de lo que son y tendre que afrontarlas. Cuando la ultima puerta se abre, leves rayos de sol nos reciben.

—¿Por qué es de día si cuando llegamos estaba oscureciendo? —le preguntó confundida.

—Porque este lugar está creado para que el día sea más largo y las noches más cortas —confiesa como si nada.

Mi boca se abre y creo que se me puede meter una mosca, esto no es asombroso. Es horrible. ¿Quién quiere que el día sea más largo? Yo amo la noche, desearía que fuera más larga.