Los diálogos a partir de ahora serán completamente en español.

Un chiquero.

Esa es la descripción para el escenario de retardados. No sólo porque parecían monos bailando en un círculo, sinó que también había un gorila mexicano que se golpeaba el pecho, arrojaba bolitas de papel hacia Usa y gritaba "¡Dale duro, Rusia!, ¡enderézale los lentes de minecraft que seguro le robó a España!".

Canadá, quien debería ser el que los separara para proteger a su hermano porque en sí él era maduro y respetable, animaba como barra brava en partido clásico de Boca y River mientras subía y bajaba sus manos como si estuviera haciendo un ritual satánico; — "You can bro! Pull her hair!".

El norteamericano y el aurosiático se encontraban en una especie de apareamiento salvaje, no sexual, sinó que con puños y patadas.

Y un cauteloso argentino se alejaba lentamente de la sala hasta chocar con el frío azul fulminador, asesino y siniestro de la mirada de Onu, unos ojos que con sólo un vistazo te penetran el alma y te quitan la energía y el espíritu santo, el salón se silencia y los dos países se separan quedando rectos como soldados. México calla totalmente sus palabras, pero seguía con la boca abierta y el dedo apuntando hacia arriba en un estado que se consideraría más viaje astral que shock.

— Ya... Valimos... Verga...

[...]

— Sigo esperando una explicación.

— Fue Alemania.— vocifera México.

Él salta enojado.— ¡Oye!, ¿yo qué?.

Onu suspira y se frota la frente.— Rusia, Usa, se quedan aquí. Los demás... Fuera.

Cuando termina de acotar todos salen disparados fuera de la oficina, no querían ver la ira del organizador que siempre daba miedo y te fruncía el culo.

Pero de todas formas no evitó que los chismosos nos quedáramos en la recepción esperando la presencia de ambos territorios mientras bebimos café creando teorías de los castigos que les podrían asignar. Aún así, no podíamos irnos sin la orden de Onu así que se disimulaba el descaro.

Al paso del tiempo con el aire lleno de tensión e incomodidad, algunos países aburridos ya se habían retirado, los metiches, chusmas y curiosos seguiamos esperando, me incluyo. A lo lejos se escuchan pasos apresurados bajando de las escaleras, y eso hizo que todos los países se pusieran de pie ante la conmoción. Usa descendía los escalores más rápido que flash con diarrea con una cara de pocos amigos que parecía tirar bombas atómicas para todos lados más allá de que su rostro estaba muy lastimado y lleno de pequeñas equimosis. Empujó a los que estorbaban su camino la salida del edificio y de lejos se escucha "Fuck you, Onu".

Contrario al ruso que se acomodaba el ushanka quitando los restos de sangre del labio inferior. Seguía normal, alto como jugador de nba, así que en su mayoría le restaron importancia y se retiraron del establecimiento sin saciar su hambre de chisme. México se acerca al latino sonriendo.

— ¿Qué crees que pasó con ellos?.

Argentina desvía la vista al ruso, quien curiosamente lo estaba observando pero al ver los ojos del albiceleste apartó la mirada rápidamente.

— No sé...

[...]

— No quiero hablar ahora...

Nevada sonríe.— Vamos, anciano. No puedes tener todo el día esa cara de; Soy macho alfa, no voy a detonar.

— Fuck off.

El menor suspira derrotado.— Como quieras, iré a buscar a Oklahoma. Nos vemos después.

Se retira.

Aprieta la mandíbula, enojado, con la respiración desosegada y el corazón a punto de un diástole explosivo. Ese sentimiento de ira que le carcomia las entrañas como si fuera una piraña devorandose su sosiego, arroja los papeles del escritorio al suelo y su laptop a algún lugar recóndito de la oficina, un suspiro proviniente detrás de él logró irritarlo aún más.

Ni siquiera gira su cabeza, reconoció de inmediato de quien era esa colonia desagradable.

— ¿Y tú qué?. Largate.

— Deberías calmarte.

— Washington, te lo advierto.

La capital sonríe, aunque no quería hacer enojar al país, éste disfrutaba ver sus desgracias.

En el momento que iba a entablar una conversación mal intencionada, siente una bofetada en la nuca, ésto logró hacerlo callar y quejarse de dolor. La sonriente occidental suspira feliz.

— ¿Qué mierda, California?.

— Oh, lo siento, juraría que tenías un mosquito en tu cabeza, en fin... USA, ven, debemos hablar.

La región se acomoda la corbata y se sienta en su sillón ejecutivo, California acomoda los papeles sobre el escritorio y le deja los nuevos frente a él. Ambos se sientan.

— ¿Qué es esto?.

— Oí que estas en el equipo exportador dem evento Omnibus, estos son los barcos disponibles para el traslado. Hablé con Rusia hace unos minutos, aportará aviones de carga y...

Rusia. Ruuuusia, Rusiano, Rúsio... Tuvieron que odiarlo para llamarlo así.

— Cierto, además Argentina es buena estrategia para facilitar el transporte, que bueno... Ahorraremos mucho dinero...

Argentum... Plata... ¡Dinero!, ¿tendrá en serio?.

Concéntrate, USA.

— USA, ¿Estás bien? Pareces perdido, si quieres puedes descansar.

— No necesito tus consejos, solo haz tu trabajo.— Espetó frío.

Al sentir la fulminante mirada de Usa su cuerpo se estremeció en miedo— Sí, lo siento...La-Las exportaciones por el sur de Argentina...

Washington rechista, enojado.— Maldito idiota...*¿Te atreves a hablarle así a ella?*

USA levanta la mirada al sentir la de su capital. ¿Y este idiota que mira?.

Definitivamente no fue un buen día...Ese idiota ruso logró que hiciera el ridículo frente a él...mierda.

[...]

— Mi señor, estos son los documentos que pidió...el pentágono y fuerzas del FBI han bloqueado áreas estratégicas de ISIS y lograron hackear la red de comunicación con nuestra base en el árt—Se calla al verlo.— ¿Mi señor, que le hicieron en la cara?...

— ¿Luce mal?.

— Se ve como la mierda, Mi Señor.

—Deja los documentos y retírate, Iván.

Se inclina levemente para salir de la oficina, y luego asomar su cabeza por la puerta.— Descuide señor, aún sigue viéndose atractivo.

Luego de verlo cerrar la puerta, tira un lapiz contra un jarro, estallandolo. Ese imbécil americano se las va a pagar...ese idiota...logró que hiciera el ridículo frente a él...

— Hijo de puta.

Fin del capítulo.
Perdón la demora.