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Capítulo 4

Los aviones privados de los países de todo el mundo comenzaban a aterrizar en territorio latinoamericano. Especificamente hablando, en Panamá.

Era el país más tranquilo.

Panamá solía ser pacífico, amigable y acojedor, muy diferente a lo que eran sus demás hermanos latinos, por lo cual la decisión de Onu fue elegirlo para la reunión que Uruguay y Jamaica habían interrumpido con su drogadiccion. Eso no los salvó del regaño de Onu que quería matarlos, sino los castró fue por suerte. La organización se destacaba por ser alguien serio, poco humilde, y totalmente intimidado, era más serio que payaso en velorio.

Nadie se atrevería a retarlo, ni siquiera Usa se atrevía a contradecirlo ya que sus suspensiones eran muy particulares y torturosas. Argentina desvia su mirada al norteamericano, mordiendo su labio inferior.

— Oye, güero. ¿Te gusta el gringo?.

Argentina se voltea al mexicano, golpeandolo en la frente.— ¿Qué decís? Yo no estoy ni ahí con la gorda terrorista de ravioles.

— ¿Y porqué lo miras como si fuera un taco?.

El albiceleste se sonroja.— Que no...

— Anu mames, güey. ¿Lo quieres pa' que te perdone la deuda?.

— No... Yo no soy así, tarado.—El norteamericano levanta una ceja.— Bueno... Un poquito.

México ríe.— Tranquilo, yo también lo hice con Canadá, nomás ten cuidado... Neta te lo digo, mírame, al final me quedé con él.

— ¿Tanto te gusta el leñador?.

— Es un muchachote.— Dice babeando mientras mira hacia arriba, imaginandolo.

Argentina vuelve a mirarlo, con esas gafas negras ocultando los ojos, peleando con China como si fuera un niño pequeño. Ciertamente Usa no era feo, de hecho era hermoso, tenía un cuerpo de infarto y las venas se marcaban en sus brazos tan notoriamente que hasta excita verlas desde lejos.

Aunque todos lo odiaban, no le quitaba lo bueno que estaba y lo mucho que babean por él. El latino sabía perfectamente eso, la cuestión era que no confiaba plenamente en el americano, su fama le presidía como si fueran los antecedentes penales de un estafador.

— Che, Méx...— Al girar la cabeza ve a su amigo colgado de los brazos de Canadá como perro alzado, dejándolo solo.— Forro de mierda.

Camina hasta llegar a su destinado asiento, sintiendo sus ojos ser tapados por alguien. Cuando se gira ve a Uruguay bastante sobrio y en todos sus cabales, parecía haber estado en rehabilitación. Le sorprendió un poco.

— ¿Me extrañaste?.

— Vivimos juntos, boludo.

Uruguay se ríe.— Tengo que volver a mi territorio por un tiempo.

— ¿Me vas a dejar tomando fernet y mate solo?.— Pregunta el argentino haciendo un puchero.

— Naah, solo voy un rato, le están pasando cosas turbias a mi pueblo.—Gira su cabeza para observar los demás presentes.— Bo', yo me vine vestido como si fuera vagabundo en huelga de hambre.

— Te ves fachero...

Aunque no sabían el porqué, ellos dos eran bastante unidos, además de que se puteaban como profesionales, se querían.

No podían pasar mucho tiempo sin verse y emborracharse juntos para hacer las peores travesuras que existen, tales como cuando Uruguay le pego una piña al espejo porque ese "pibe" lo estaba mirando mal, y Argentina se metió en una bolsa de plástico y empezó a rodar por el piso de la calle gritando "Soy una oruga".

ONU entra cargando unos boletines que, literalmente, tira sobre su oficina callando el salón ante su presencia que se veía malhumorada. La mirada del argento se desvía al ver entrar un poste de luz andante con su típico abrigo de invierno y el ushanka peludo que siempre llevaba. Rusia camina hasta su asiento designado que, sorpresa sopresa, está justo al lado de Argentina. Éste gruñe un poco disgustado, pero muy bien lo disimulo ya que si el de menor altura lo escuchara, probablemente le clavaria la lapicera en el ojo y lo insultaria tanto como se lo permita el abecedario.

— Ey, ruculoide. ¿Cómo andás?.

El eurosiático baja su mirada para ver aquella característica sonrisa que ya se había robado un par de corazones entre países potentes. No entiende nada de su acento pero gracias a Guatemala aprendió a hablar español hace bastante tiempo. Se sienta a su lado y esboza una sonrisa forzada.

— Estoy bien, gracias por preguntar. ¿Cómo estás tu, Argentina?.

— Yo bien... Tengo sueño esa no te la niego, Uruguay estuvo escuchando Rombai toda la noche y no me dejó dormir.

Rusia hace una mueca.— Eso debió ser molesto.

Él asiente y Onu empieza a hablar con tranquilidad para que el salón se quede en silencio por 5 horas de reunión, una larga y aburrida charla sin sentido para el europeo quien sólo quería volver a casa para descansar. La atención del mayor fue captada por el argentino, quien parecía estar escribiendo algo en un pedazo de papel. Escribiendo algo muy interesante.

Él lavanta una ceja, confundido ante su frase.

"Brasil se la re come."

¿Porqué escribía cosas así en medio de una reunión tan importante?. Simplemente no lo entendía, y esa extrañeza despertaba interés por saber en qué pensaba aquel latino de celeste y blanco.

— Entonces esa será mi decisión. Trataré de tener los equipos listos ahora mismo. Esperen tranquilos en la sala, ya vuelvo.

¿Equipos?, ¿equipos de qué? Se maldecía por prestarle atención al argentino cuando su responsabilidad como país es prestar toda su concentración al trabajo de gobernar y representar.

Se levanta y se acerca al chino, quien miraba con atención un folleto extraño. Éste se acerca y cuando lo ve se saludan como los socios y buenos amigos que son. Platicaron un par de minutos entretenidos entre sus negocios.

— ¿De qué equipos hablaba ONU?.

El chino levanta una ceja.— Oh, parece que no has estado prestando atención, Rusia. ¿Quién mantiene tu cabeza ocupada?.

Gruñó irritado.— Solo estoy algo cansado.

— No te esfuerces de más. ONU se refería a la aportación para la reunión global. Parece que Israel quiere que lo ayudemos, y nos dividirá en equipos para que podamos aportar en la gala.

Rusia frunce su ceño. ¿No tenía suficiente obligación de ir, ahora también debía trabajar más para la gala? Definitivamente su día no podía empeorar.

La pantalla grande se ilumina.

Equipo exportador:
Rusia
Estados Unidos
Argentina

Sí, si podía empeorar.

Bye
Si todavía no leer mi historia "Detrás de la apariencia" andá ya pedazo de forro.

Díganme el shippeo que más les guste, es para otra historia.

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