La reunión matutina con el Organizador de las Naciones Unidas se había suspendido para otro día, ya que dos países habían llegado drogados cantando en idiomas inexistentes y bailando una danza que parecía querer convocar al diablo.

Jamaica y Uruguay tenían a todos descontentos, viajar desde tan lejos al país de los criollos en la capital de Buenos Aires para solo suspender la reunión y cohibirse de poder protestar. Era inaceptable. Aunque quizá sólo era el punto de vista del Ushanka, que casi no tenía amigos y no sabía con quién pasar su tarde. Su vuelo a Rusia no salía hasta dentro de dos horas, que era lo que usualmente tardaban las reuniones, éste no era muy sociable con los demás.

Aburrido y sin saber qué hacer, camina por la Avenida de Mayo, llevándose un par de miradas por los habitantes de aquel tan escandaloso país. Su gente, no importa que tan mal o en crisis estén, siempre eran bulliciosos y se divertían con lo que encontraran tratando de no mirarle el lado malo a las cosas. El ruso no los entendía, ni entendía esa felicidad. Los gobiernos que los representaban era uno peor que el otro y ellos sonreían insultandolos pero sonrían.

— La concha de mi hermana y la puta que me remil parió...

Un hombro choca contra el del eslavo, quien voltea su cabeza, dejándo confundido al ver que se trata de aquel albiceleste con una bolsita transparente en mano, contando unos dulces en su palma.

— ¿Argentina?.

El latino se voltea.— ¡Ey, Rushi!.

Rusia al escuchar el apodo cierto color carmesí domina sus mejillas.— Ты в порядке? [¿Estas bien?.]

Argentina frunce su ceño.— ¡No!, el chino de mierda me dio unos caramelos más viejos que el culo de Mirtha Legrand en vez del vuelto.

Argentina le muestra unos caramelos vencidos, lo que hace que el ruso haga una mueca de disgusto. El latino opta por guardarlos en su pantalón y sacar para mirar su teléfono.

— Ох, какая жалость.— Dice metiendo sus manos en los bolsillos de su campera. [Oh, que lástima.]

— Re si man. Voy directo a la sala de reuniones para cargarlo a trompadas al come perros. ¿Vos?.

Rusia suspira.— я имею...

El argentino lo interrumpe.— ¡Que bien!. Te tengo que dejar me olvidé que dejé la pava prendida.

Argentina, sin esperar nada, se va corriendo dejando al ruso con la palabra en la boca. Aunque le pareció inapropiado y poco educado de parte del argentino, no hizo comentario alguno y se guardó su opinión.

Rusia suspira y entra a una cafetería para saciar su hambre, antes de entrar a aquella cafetería el teléfono del eslavo suena. De todas formas, decide entrar al local para hablar en calma.

"Cafe Tortoni"

Al abrir la puerta de su casa el humo estorba su visión mientras comienza a toser, corre a la cocina y apaga la pava que más bien era una bola de carbón negro, frustrado la tira al tachito y saca una nueva para poner el agua. Aunque se encontraba solo en aquella mansión, y sin compañías para tomar sus mates con galletas Don Satur, puso la música a todo el volumen posible.

— ¡Olvidala!...

Cantaba y a la vez bailaba mientras pasaba el lampazo por el comedor y simulaba que éste era un micrófono, de paso se cebaba unos matardos.

— ¡No es fácil para mí, por eso quiero hablarle, si es preciso rogarle, que regrese a mi vida! ¡Intentalooooo–¿Quieeen mierda llama a esta hora?

Grita el argento al ver cómo su música es interrumpida por la de su tono de llamada "Boca sho te amo".

— ¿¡Qué!?... ¡Ah, Macri gato de mierda soltá el lampazo!.

— ¿Hi, Argie?.

— ¡No, Cristina soltá a Macri! ¡Esparate, USA!. ¡Puta caniche de mierda, soltá el gato!.— Argentina corre y separa a los dos animales que se estaban peleando para alzar a Macri y encerrarlo en su habitación. El caniche corre hasta la cocina desapareciendo.— 'ora si... ¿Susana?.

— Hi, I need talk whit you...

— Bueno, mi amor. Venite para mi casa que te preparo unos matardos pa' chuparte los huevos. Me llaman Romeo.

— Umm... See you.

El anglosajón cuelga la llamada, y el argento decide dejar de limpiar porque se "cansó". Se sienta en el largo sofá, y observa sus alrededores sin saber que hacer, la casa se encontraba en absoluto silencio. La verdad hace rato que no ve a sus provincias, ya no vivían con él, además de Buenos Aires, pero él se encontraba en ciudad de CABA porque decía que allá tenía mejor concentración en su trabajo.

La puerta suena con cuatro suaves toques. El argentino, suponiendo que el capitalista había llegado temprano, corre a abrir la puerta. Pero tal fue su sorpresa al encontrar al ruso.

— ¡Ruchito!, ¿Te perdiste?.

— Если не! Я ... Это может показаться неловким, но ... Могу я просто побыть с тобой на час? Мой самолет еще не взлетает и мне некуда идти ...— Dice nervioso. [Si... ¡No! Yo... Tal vez suene incómodo pero... ¿Puedo quedarme solo una hora contigo? Mi avión todavía no va a despegar y no tengo donde ir...]

Argentina levanta una ceja.— ¡Obvio, capo!. Pasa, pasa.

— В любом случае ... Я должен тебе кое-что сказать.— Dice totalmente serio, y en un tono frío. [ De todas formas, tengo que hablar contigo.]

— Ay que serio, cuidado se te va a pegar la ceja. Dale, pasa.

Rusia suspira aliviado de que el argentino lo dejara quedarse al menos un rato con él, la casa Rosada se encontraba vacía, más allá de ver un par de soldados combinar en dirección al Oeste, después de eso, creyó que el argento se encontraba solo.

El eslavo pasa su mirada por la vestimenta del sudamericano, aunque la desvía rápidamente cuando la puerta vuelve a sonar en dos toques. Argentina se voltea a cuerpo completo y decide abrir. La sorpresa de Rusia al ver al norteamericano ahí, lo sacó de quicio.

— Usa...

— Rusia...

— Messi...

Argentina ríe y le ofrece a pasar a ambos países. Dejando en sus abrigos a un costado de la puerta para que ambas potencias sigan a aquel país albiceleste, ignorando el hecho de que se estaban matando con la mirada. El latino se sienta en la punta de la mesa para cebar mates, que por cierto, le desagradaba al eslavo. Aunque el argentino relaja las aguas dando conversaciones interesantes y divertidas, no podía desviar el ambiente tenso entre aquellos países.

— ¿Qué les pasa?... Me dijeron que querían hablar conmigo, suelten las balas.

— Quiero que seas mi acompañante a la reunión de Onu.— Dice con prisa el eslavo, aunque ignoró el hecho de que Usa había venido por ese mismo motivo.

— ¿Qué reunión?.

Usa frunce su ceño, hablando el perfecto español por el que se esforzó. Más bien para impresionarlo.— Es la inauguración del nuevo proyecto Ley Derechos en Israel.

— ¿Mi amigo Israel? Fuua, hace bocha no lo veo.— Argentina mira a Rusia.— Si, dale, voy con vos.

— Grracies...

El latino mira con algo de ternura al de Ushanka.— ¿Y vos traga Panchos?, ¿Que querías hablar conmigo?.

Usa se sonroja, y desvía la mirada.— Olvidalo, te lo diré luego... Cuando no haya compañía indeseada.

Aunque el argentino no se daba cuanta de la situación. Otros dos hombres poderosos sí, y no se iban a rendir tan fácilmente.

Pobre latino, no tiene la menor idea de lo que acababa de empezar.

Holanda.
Добро пожаловать to a new historia.

Oh, tenía una mezcla de idiomas. En fin, espero lo disfruten. Chau <3