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Catorce


Cuando Taehyung entró en su casa rogó internamente por qué Jungkook ya no estuviera ahí. Sentía la mirada de Seokjin en todo momento, estaba claramente enojado y el médico ya se estaba poniendo nervioso.

En su habitación no había nadie pero el menor había dejado una muestra de cuánto extrañaba a Taehyung sobre la manta.

Oh, no.

La manta estaba llena de semen casi seco. Taehyung se acercó y la tomó antes de que Seokjin se diera cuenta. Pero al salir de la habitación se lo encontró fuera de esta.

Seokjin la tomó y la miró.

—Jodido mocoso.

Taehyung quería reír pero se contuvo al ver el entrecejo arrugado de Jin.

—La iré a lavar.

El castaño se alejó por el pasillo y el médico entró al baño para lavar la manta que tenía hace tres años y que conservaba como el artículo más preciado que tenía dentro de su casa.

Seokjin se adentró a la cocina y tomó una botella de agua desde el refrigerador. Se tomó la mitad y cerró los ojos para tranquilizarse.

Ese día había sido una mezcla de emociones y sentimientos, por una parte había abierto su corazón a Taehyung y le había contado el secreto más preciado de su familia, porque nadie fuera del clan Kim sabía que Seokjin en realidad no era hijo biológico del matrimonio que iba cada domingo a la iglesia y que siempre ayudaba a recaudar fondos para los más necesitados.

Seokjin había pasado muchos años ayudando en la iglesia, acompañando a su padre, ayudando a su madre a cocinar para las personas que vivían en la calle, pero jamás fue suficiente. Nunca le agradecieron nada y cuando su padre finalmente dejó caer la noticia el entendió muchas cosas.

Entendió por qué sentía que su hermano era el favorito, aún si él no quería pensar en que sus padres hacían diferencias en tres los dos hermanos. Entendió porque no habían fotos de su madre embarazada de él, no habían ecografías, no había nada. Con suerte unas cuantas fotos de cuando Seokjin entró al colegio por primera vez. De hecho la fotografía de Seokjin en su primer día de clases fue regalada por la institución. Jamás sus padres le tomaron fotos para atesorarlas como si lo hicieron con su hermano menor.

Mingyu tenía su propio álbum de fotografías, una repisa llena de videos, desde sus primeros pasos hasta el día de su graduación.

No quería llorar, no por ellos. Había pasado un tiempo trabajando en sí mismo para no sentir el vacío que le generaba su historia familiar. Seokjin pasó años cobijado en la familia de Taehyung, en su compañera de trabajo Jihyo, en su voluntariado en aquel refugio de animales...

Seokjin sabía que su verdadera familia estaba por ahí. Él estaba consciente de que tenía una historia y también preguntas sin respuestas.

¿Tendría hermanos?

¿Se parecería a su madre biológica?

En la casa de su infancia jamás se sintió parte del clan, pero había algo que siempre le había llamado la atención, mucho antes de saber la verdad, Seokjin era muy diferente a cualquier otro Kim. Mingyu era un chico peleador, gruñón y soberbio. Su padre por otra parte hablaba mal de todo las personas que ayudaban en la iglesia pero que cada domingo los abrazaba y les estrechaba la mano como si fueran grandes amigos.

Su madre era la peor de los tres. Era venenosa, inventaba falsas historias sobre las mujeres de la iglesia, era egoísta y altanera. Muchas veces Seokjin la escuchó hablando con el sacerdote sobre lo mal que lo estaban haciendo las voluntarias. Ella siempre podía hacerlo mejor que el resto...

Si, Seokjin no era como ellos. Nunca se sintió parte de ellos y luego lo entendió.

Su corazón se agitó cuando sintió que Tae lo abrazaba por detrás y dejaba un beso bajó su oreja.

—¿Estás bien? —Taehyung apoyó su cabeza en su hombro, esperaba que Seokjin no estuviera enojado por lo de Jungkook y la bonita manta que ahora estaba en la secadora.

—No, la verdad es que había pasado mucho tiempo sin pensar en ellos, —Seokjin puso sus manos sobre las de Taehyung y se echó para atrás para quedar acostado sobre su pecho —han pasado cerca de dos años que no voy a esa casa.

—Ese lugar te deprime Jinnie. No quiero que vayas allí.

—Alguna vez tendré que ir ¿No? Inevitablemente algún día volveré y tendré que verle la cara de asco que tienen cada vez que estoy cerca.

—Esperemos que no sea pronto.

Taehyung lo tomó de las caderas y lo giró para que pudieran verse a los ojos. Seokjin sonrió y besó sus labios suavemente.

—Gracias por estar conmigo.

Taehyung suspiró en su boca. Quería decirle tantas cosas. Externalizar todos sus sentimientos reprimidos todos esos años pero no quería presionarlo. Le bastaba con que Seokjin aceptara sus sentimientos y no lo alejara de él.

—Nunca te dejaría Jin. Jamás te dejaré.

El corazón de Seokjin se derritió ante este Taehyung romántico y dulce que estaba conociendo.

—Y yo no quiero que lo hagas —respondió.

Acarició sus lindos pómulos y delineó con su dedo el labio inferior, tan grueso, tan esponjoso. Taehyung estaba seguro que quería besar esos labios todos los días de su vida, quería poder abrazarlo y tocarlo sin tener miedo a la etiqueta de mejores amigos.

Ya no más, pensó Taehyung. Ahora eran algo más, su relación iba trascendiendo lentamente y el médico estaba ansioso de tomar la mano de Seokjin en todos lados y decir que finalmente estaba con el hombre que amaba desde su adolescencia.

—Pedí mis vacaciones esta mañana, envié un correo a la empresa. Me contestaran mañana seguramente —dijo Seokjin sonriendo y sorprendiendo al de cabellos negros.

—Lo había olvidado.

El castaño le golpeó el pecho divertido —¡No puedo creer que lo olvidarás Kim Taehyung!

—Llamaré ahora mismo.

Taehyung se alejó e iba a salir de la cocina cuando Seokjin lo tomó de la mano y lo empujó contra la encimera. Se humedeció los labios y comenzó a besar su cuello, chupó su clavícula y sus manos comenzaron a jugar con la ropa del médico. Tocó la piel canela y suave, se agachó, levantó la camiseta para comenzar a besar el abdomen ligeramente marcado pero jodidamente sexy que tenía el médico. Taehyung gimió mientras sus palmas se aferraban a la superficie.

—Vamos a empezar a marcar esta casa Taetae. Empezaremos aquí en la cocina.

—Jesús —Taehyung mordió su labios y bajó la mirada hacia esa cabellera castaña que ahora estaba en su entrepierna.

Seokjin abrió el pantalón y lo bajó. Pasó su lengua húmeda por el bóxer blanco y sus dedos picaron por sacar la tela y poder llevarse el pene de Taehyung a la boca.

Lentamente sus manos tomaron el elástico y los bajó hasta dejarlos en sus tobillos. Sin pensarlo dos veces pasó su lengua por el duro pene que tenía frente a él y miró hacia arriba.

Taehyung humedecía sus labios una y otra vez mientras observaba cada movimiento del castaño. Esa lengua jugueteó con su glande, lamiendo lentamente toda la punta rosada.

Se aferró más fuerte a la encimera mientras Seokjin ahora abría su boca para tomarlo completamente entre sus labios. Un gemido llenó de placer sonó en la casa y Taehyung acarició los cabellos castaños para calmarse.

Seokjin chupó fuerte por última vez y se levantó.

Taehyung suspiró decepcionado pero no le duró mucho cuando Seokjin lo besó ardientemente en sus labios mientras lo masturbaba con su experimentada mano.

—Quítate los pantalones —mandó el castaño.

Taehyung tembloroso se quitó las zapatillas y los calcetines. Tiró su pantalón y se quitó la camiseta.

Completamente desnudo y duro apoyado en una de las encimeras de la cocina que después tendrían que desinfectar.

Taehyung se burló de sus pensamientos ¿Qué importaba la puta cocina?, si Seokjin quería tomarlo ahí, él no se iba oponer.

—Date la vuelta. Apoya tus palmas en la encimera —Taehyung sintió una descarga eléctrica recorrer su cuerpo. Seokjin al mando era como estar en el cielo.

El médico se giró y apenas lo hizo sintió la pierna de Seokjin separara las suyas. El muslo del castaño subiendo y bajando por su trabajado trasero.

Seokjin silbó en aprobación cuando apretó entre sus manos ese maravilloso culo que estaba a su disposición.

—Siempre has tenido un trasero de infarto Tae. Y esos malditos jeans celestes te quedan perfectos.

Amasó sus glúteos abriéndolos y moviendolos en diferentes direcciones. Lamió sus labios y se paró muy cerca de Taehyung para susurrarle cerca de la oreja.

—Abre las piernas bonito.

A Taehyung se le escapó un jadeo y mordió su labio tan fuerte cuando sintió la lengua del castaño en toda su entrada.

La lengua de Seokjin pasó por todo su orificio, abrió sus glúteos para poder besarlo como él quería. Introdujo la lengua en la pequeña y rosada entrada y casi pierde al médico.

Taehyung apretó su pene para no correrse.

Seokjin se levantó una vez más y volvió a acercarse a su oreja.

—No te toques. Yo te diré cuando tengas que correrte —Seokjin lo miró y sonrió lascivamente —¿Quieres jugar conmigo Taetae?

Taehyung asintió rápidamente y volvió su mano hacia la encimera. Su polla goteando, estaba tan excitado y tan caliente que necesitaba ser llenado de una vez por Jin.

—Eso es, muy bien —alabó —No te muevas.

Sintió frío cuando Seokjin se alejó, achicó los ojos y agudizó el oído. Seokjin estaba quitándose la ropa, escuchó como las prendas caían en algún lugar del piso.

Volvió a sentir ese firme cuerpo tras él. Seokjin acarició los castaños de sus muslos para subir por sus caderas y finalmente su cintura.

—Siempre amé tu cuerpo, el color de tu piel, tus ojos... —Seokjin suspiró —Eres hermoso Taehyung...

Seokjin quería decirle que estaba sorprendido de que se haya fijado en él. El castaño no era un idiota, él sabía muy bien como Taehyung dejaba babeando a todos los hombres con los que hubiera estado alguna vez. Sabía que tenía muchos más detrás también y que anhelaban que el médico los mirara.

Él lo había visto incontables veces.

Y ahora estaba ahí, con él.

Seokjin no podía describir lo que eso le hacía sentir.

Desde pequeño había anhelado sentirse querido, amado. Nunca supo lo que era un abrazo de padre cuando se sentía frustrado en el colegio o una caricia de madre cuando sintiera pena. Por eso Seokjin había pasado gran parte de su vida buscando afecto en otras personas... Y Taehyung le había dado mucho más que eso... Taehyung le había dado una familia, le prestó a sus padres para que lo quisieran como uno más dentro de su familia. Lo había incluido en sus fotos familiares, en sus navidades y en sus vacaciones.

Taehyung siempre lo había querido cómo amigo primero y luego como algo más.

Y Seokjin sentía que se había ganado el maldito cielo por eso.

Taehyung de verdad lo amaba. Todos esos años a su lado se lo decían.

—¿Jinnie? —Taehyung miró por sobre su hombro para ver que le había pasado a Seokjin ¿Porqué se había detenido? ¿Acaso se estaba arrepintiendo de estar con él? 

Seokjin desechó la idea de hacerlo en la cocina. Luego de tener esos pensamientos y el gran afecto que sentía por Taehyung decidió que una cama sería mucho más cómoda. Ya podrían más adelante hacerlo en la cocina o en el baño, hasta en la banca del frente de la casa... Tenían todo el futuro para hacerlo.

—Vamos a tu cama —el castaño entrelazó sus dedos y caminaron por el pasillo hasta la habitación del doctor.

Ambos cayeron en la cama riendo. Taehyung lo abrazó por la cintura moviéndose para quedar frente a él con sus piernas y pechos unidos.

—Pensé que íbamos a empezar a marcar la casa —dijo con un pequeño puchero en sus labios.

—No somos perros Tae —se rió porqué él mismo había dicho eso de marcar la casa —lo haremos otro día. Ahora quiero tenerte aquí. En tu cama —Seokjin levantó la mirada y observó la cama y recordó la fotografía de Jungkook.

Taehyung pareció adivinar y tomó su mejilla para besarlo y trasmitirle que eso era parte del pasado, que ahora no había nadie más para él que Seokjin.

Nadie jamás podría igualar lo que sentía a su lado.

—Arrodillate y afirmate en el respaldo de la cama.

Taehyung tragó, Seokjin volvía a su modo mandón.

Amaba todas las facetas del castaño.

Seokjin buscó el lubricante y un condón. Se posicionó detrás del médico y comenzó a besar su espalda. Raspo con sus dientes sobre sus hombros mientras se ponía lubricante sobre sus dedos. Acarició la entrada suavemente para preparar la intrusión de su largo dígito. Besó su cuello para luego morder su lóbulo y su lengua dejó un rastro húmedo por toda su mandíbula. Taehyung gimió y Seokjin introdujo uno de sus dedos lentamente hasta que fue aceptado. Lo movió despacio hasta que sus nudillos desaparecieron dentro del apretado agujero.

Vertió un poco más de lubricante por la grieta y metió otro dedo. Taehyung echó su cuerpo para atrás para que los dedos entrarán más rápido.

—¿Ansioso Dr. Kim?

Suspiró y apoyó su frente en la fría pared, se sentía desfallecer mientras Seokjin movía ahora tres dedos dentro de él

—¿Me puedo tocar? —Taehyung amaba sentirse sumiso para Seokjin.

—No.

Seokjin sacó sus dedos y se puso rápidamente el condón. Se lubricó su pene que estaba tan duro como una maldita roca y tomó las caderas de su compañero.

Lo embistió de una vez y Taehyung gritó y su cabeza chocó contra la pared. Salió lentamente y volvió a entrar ahora un poco más lento. Sus respiraciones se agitaron, el castaño se afirmó contra el respaldo y plantó su pie en la cama para poder entrar más profundo.

Gruñó y tomó los brazos de Taehyung y los puso detrás de su espalda para penetrarlo sin que pudiera sujetarse.

—¡Mierda si! —gimió tan alto que agradeció que vivieran en una casa y no en un jodido departamento.

—¿Te gusta duro cierto? —Seokjin no dejaba de moverse de adentro y hacia afuera, rápidamente golpeando una y otra vez su próstata.

Soltó sus brazos y Taehyung casi se golpea con el respaldo de la cama, pero Seokjin cruzó su brazo firmemente sobre su pecho para evitarlo. Buscó su boca y deslizó su lengua lentamente, sus bocas siguieron un ritmo lento y también las embestidas.

Seokjin salió de él y dejó que se acostara sobre la cama, le abrió las piernas para volver a entrar. Lo miró a los ojos mientras lo penetraba lento, Tae tenía los ojos vidriosos y mordía su labio sin parar.

El castaño se afirmó en sus antebrazos y susurró en la rosada y húmeda boca de Taehyung —No tienes que esperarme más, yo estoy aquí Tae, estoy junto a ti —jadeó y cerró los ojos un momento para no correrse aún, aunque le estaba costando toda su fuerza de voluntad no hacerlo.

—Te amo tanto Jin —sus emociones lo traicionaron y algunas lágrimas cayeron de sus ojos. Seokjin las besó con tanto amor y cariño que Taehyung quiso romper a llorar. Pero no lo hizo.

—Tae... —estaba muy cerca de acabar, pero solo le faltaba decir algo más. Una última cosa antes de que ambos cayeran rendidos por el cansancio.

El médico parpadeó para quitarse las estúpidas lágrimas de sus ojos. Murmuró un bajito, casi inaudible.

—Yo también te amo y lamento tanto haberme dado cuenta tan tarde... Te amo Kim Taehyung, siempre lo he hecho.

El médico se corrió por todo su estómago y el de Seokjin.

El castaño entró una vez más, un poco más rápido y también se dejó ir por la exquisita sensación.

Se quedó quieto un momento para después salir de Tae y sacarse el condón.

Ambos acostados mirando hacia el techo, Seokjin buscó la mano ajena y la entrelazó con la suya. Se la llevó a sus labios y besó los nudillos de Taehyung.

Se miraron y sellaron su maravilloso día con un beso lleno de amor y anhelando tener un futuro juntos.

♥️♥️♥️

Hola! Tenía ganas de escribir esta historia

Capítulo corto pero intenso?


El pantalón del que habla Jin 👆


Nos leemos pronto bellas personas 😘😘😘😘😘

Esto es demasiado para mi salud mental 😖

Cariños ✊

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