Lo observé mientras salía de su casa, llevaba puesto un pantalón color mostaza que no sé ajustaba tanto a sus piernas, una remera que dejaba ver lo bien marcado de su abdomen. Su cabello estaba peinado hacia un lado, como se acostumbraba a usarlo, y desde mi ventana se podían apreciar sus suaves y delicados rulos castaños.

Estaba mirando hacia los dos lados de la calle, su cara estaba seria, aunque su seriedad no saque lo lindo  de sus ojos parecidos al líquido espeso de una taza de café, y sus labios que para cualquiera eran normales, para mí, eran como algo irresistibles.

Cruza la calle mientras mita un lugar  en específico, una tienda de mascotas.

Salgo de mi habitación y disimuladamente me animo a cruzar la calle para observarlo más de cerca.

A él le encantan las mascotas, específicamente los perros, para él son una adoración, son lo mejor que Dios a podido crear, pero para mí, son algo horrible,  pero lo que a él le guste a mí también.

Entra al lugar y lo sigo, disimulo y lo espio por la vidriera y lo veo conversar con la empleada de la tienda, se ve muy alto al lado de ella, en realidad es demasiado alto al lado de todos.

Lo veo observar cada cosa a su alrededor y parece encantarle, su sonrisa se  ensancha tanto y su alegría la siento en mi ser.

Me le quedo mirando como boba y me mira. Su ceño fruncido demostró que le parecía rara la situación, la situación era yo.

De un salto me di vuelta y sentí mis cachetes arder, miré hacia los costados   de la calle pero los autos no iban a dejarme cruzar.

Esperé impaciente mientras golpeaba repetidamente el pié derecho contra el suelo y justo en el momento de cruzar unas manos fuertes me agarraron desprevenida y pegué un grito que se hoyo hasta ma China, estoy segura.

-No quise asustarte- dijo una voz demasiado varonil, era él.

Me puse tensa, tanto acoso y ahora no sabía que hacer-Yo, ya me iba- dije nerviosa pero tratando de ocultar el miedo, no quería que lo notara.

Sonrió-te vi mirandome por la vidriera-dijo tranquilo.

-yo...-logre pronunciar.

-y cuando me mirabas cada dia por la ventana de tu habitación, y cuando pasabas por delante de mi instituto sin que ese fuera tu camino a casa y cuando me siento a tomar so...-lo interrumpi.

-Okay, basta. Sí, ya se todo lo que hice y de verdad siento mucha vergüenza porque yo pensé que nunca te diste cuenta de mi presencia y de mis acosos y desde el corazón te pido mil disculpas y te prometo que nunca más lo voy a hacer- respire.

No me interrumpió en ningún momento pero me sorprendió al darme un beso casi desesperado diría yo. Fue tierno pero a la vez como si lo hubiera querido haces desde hace bastante.

Nos separamos -Siempre quise hacer eso- dijo con una voz mucho más nerviosa de lo normal.

Yo no lo podía creer, besé a la persona que estuve acosando por mucho tiempo. Sólo tiene 2 años más que yo y ahora me siento rara de verdad.

-¿Que?- es lo que logré pronunciar.

Me miro con una pícara sonrisa -No eres la unica  que acosa por estos lados Hanna- habló.

😊Es cortito pero me gusta😊