Capitulo 28. Final.
Era oscuro, frío y sucio. Un poco grande el lugar, no tanto, apenas y cabían a la perfección. Era todo tan moderno y tecnológico, enfrente una computadora con un radar y binoculares que permitían ver hacia arriba. Había una tableta que era un mapa del mundo, donde indicaba como llegar y cuanto faltaba para la próxima tierra..
Cuestionó con asombro Audrey—¿Y ahora?
Harry camino hacia el mando de control—Creo que debemos de volver a poner la llave.
Había un letrero que decía "Ponme aquí" obedecío y en es instante todo se prendió, y el motor comenzó a sonar. Una extraña voz invadió el lugar, pues era una grabadora diciendo que era un plan de escape y que lo único que debían de hacer era presionar el botón rojo.
Sin dudarlo ni consultarlo, Gil lo presionó.
Una sacudida hizo que todos cayeran al piso. Eso indico que el submarino arrancó.
En la tableta que Carlos tenía en sus manos decía que faltaban cuatro horas a la tierra más cercana.
—Nos movemos... — habló Chad viendo por los binoculares como los caminantes que habían llegado al final del muelle se estaban alejando.
—¿Esto es verdad? ¡Escapamos!— exclamó con alegría Audrey cayendo al piso con sus rodillas comenzado a sollozar.— Lo logramos.
Chad fue quien la abrazo y se tiro con ella al piso, rodeandola con sus brazos.
Ben, quien había sido el último en subir al vehículo, cerró la puerta de arriba y bajó por las escaleras de metal. Al pisar el lugar se encorbo de dolor y se desplomó en suelo.
—¡Ben!— gritaron todos y se acercaron.
El, tirado en el suelo, soltó un grito de dolor.
—Tu camisa... — hablo Lonnie viendo como una mancha de sangre pintaba su camisa blanca, Ben gemia.
—Ben... —en un susurro, Mal se acercó y subió su camisa. Se preparo para lo peor. Podía ser una mordida.
—Que mierda... — espetó Carlos cómo salía sangre y sangre de la herida. —Alguien te disparo.
Hook se levantó furioso y miró a todos los chicos, era una herida de bala y solo ellos tenían armas.
—Fuiste tú verdsd, siempre estuviste celoso de él... — atacó Harry tomando a Chad de su camisa moviendo lo con brusquedad a la pared del submarino.
Varios gritos e intentos de calmar al chico fueron en vano, ya que empujó al chico rubio a la pared dispuesto a pegarle.
—¡Es suficiente!— Jay separó a Chad de Harry y exclamó enojado empujando a Harry.
—Nadie disparo con intension. — Ben hablo intentando aguantar el dolor de la bala atravesada abajo de su costilla izquierda.
— Eran muchos caminants, había veces en las que solo disparabas sin ninguna dirección. Tranquilo Ben, pronto llegaremos— habló Doug junto de él, tratando de vendar su torso con un pedazo de tela para evitar que perdiera más sangre.
Ben soltó otro quejido y se acostó en las piernas de Mal.— Estaras bien, estarás bien... — repetía ella abrazando el torso desnudo de su novio, pidiendo que llegarán lo más rápido posible.
Carlos, que era el único hábil con la computadora, empezó a presionar botones tratando de buscar una opción que los hiciese ir más rápido.
[...]
—Eres valiente hermano— soltó Jay junto de Chad, quien le dio la mano felicitandolo por su primera lucha con caminantes.
—Lo sé, logre conquistar a mi Audrey... — susurró en el oído de él cuando la chica lo estuvo abrazando.
Jay sonrio.
Habia un silencio en todo el lugar, solo el ruido del motor era presente. Cada quien estaba en lo suyo.
Mal cuidando de Ben. Carlos asombrado de toda la tecnología que tenía ese lugar, mientras Uma y Harry veían el lugar con curiosidad. Audrey y Chad matando el tiempo con una interminable sesión de besos. Jane, Lonnie y Gil jugando con la niña sentados.
Chico, bueno el estaba dormido entre las piernas de Carlos.
Y en una esquina un poco alejados Evie con Dizzy, que tiempo después llegó Jay.
—Por fin... — Evie que estaba recargada en la pared dejó bajar su cuerpo y se sentó. — Jamás creí este día posible.
Su felicidad se notaba, pues su sonrisa estaba de oreja oreja.
Jay suspiro ondo— Alfin tranquilidad.
En ese momento Jay se recargo en la pared y dejó cerrar sus ojos.
La pequeña Dizzy repitió la acción de Jay, pero ella recargo su cabeza en el hombro de su hermana.
—Esto es impresionante... — musito Uma viendo una fecha marcada arriba de la computadora.
—Diez años...— prosiguió Carlos mirando a los dos.
—Se nota que tiene esos años... — habló Harry mirando las condiciones del submarino, algo dañado, con moho adentro y algunas grietas en todo el lugar.
Paso una hora, la emoción era tanta que se les hizo eterna.
Chad jugaba con los binoculares... quién sabe que tanto hacía pues su diversión era tanta que ya llevaba más de media hora, recordando que lo único que había alrededor era mar litros y litros de agua.
—Ann amor, camina hacia a mi— con una dulce voz Jane extendiendo sus brazos para que la nenita que estaba en las piernas de Lonnie caminara.
La niña le sonrió, sin dudarlo se levantó con cuidado y dio pequeños pasos hacia ella. Jane la esperaba con una sonrisa.
La pobre niña perdió el equilibrio y cayó de senton en el suelo. Era fuerte, pues no lloro, siguió su camino.
—Muy bien chiquita— la felicito Jane una vez que la brazo.— Creo que alguien se acaba de hacer del baño....— dijo divertida y miró a Lonnie que estaba enfrente de ella abrazada a Jay.
Jane levantó su brazo donde antes la había abrazado y vieron que estaba mojado.
A Doug y a Evie se les hizo raro, pues le enseñaron Annie avisar, apesar de su corta edad con solo señas.
Mal la levantó con los brazos estirados.
—No se hizo del baño...— miró hacia abajo y retrocedió tres pasos.— Es agua.
Los que estaba sentados alrededor se levantaron, y pudieron sentir que ellos también estaban mojados.
—Se está filtrando el agua.— soltó en un suspiro Ben cuando sintió el agua también en las paredes del submarino.
Eran pequeñas grietas que tenían en las esquinas de las paredes, poco a poco el agua comenzó a meterse.
—Lo que faltaba... — espetó Harry pegando a una de las paredes provocando que la grieta se hiciera más grande.
Varios gritos se escucharon pues el sonido fue tan fuerte que hasta pensaron que una criatura de afuera les había pegado.
Los pequeños caminos de agua que habían en las paredes y en el suelo empezaron hacer pequeños charcos en el suelo. Y si no fuera peor, gotas en el techo iban saliendo.
El submarino se estaba hundiendo.
Evie se mareo, perdió el equilibrio y cayó sobre Doug. Por un momento creyó que los problemas se acabarían.
—Evie, Evie, Evie— decían todos soplando su cara intentando hacer que reaccionara.
—No entren en pánico, es solo agua— Carlos exclamó levantándose de la silla donde estaban las computadoras.
—Llegaremos lo más rápido posible.
Indico Harry ayudando levantar a Audrey quien fue la segunda en perder el control.
—¡Carlos, busca que vayamos más rápido— ordenó Uma y el solo asintió.
El agua seguía subiendo llegando casi a cubrir sus pies.
A Ben lo sentaron en la silla de Carlos, el no tenía que moverse pues la bala podía matarlo.
Escuchaban como el submarino empezaba hacer una serie de ruidos, se trataba de las paredes y las grietas. Mientras más pasaba el tiempo, las grietas se abrían mas.
La agua llegó a mitad de sus piernas, no estában calmados, constantemente caminaban o gritaban desesperados viendo como las manesillas del reloj iban lento y más lento.
En apenas media hora, estaba ya inundada un cuarto del lugar.
—No lo lograremos— susurro Lonnie quién tenía cubriendo a Annie con la camisa de Jay para que no se mojara, pero al paso que iban eso ya no sería un problema.— Faltan aún tres horas. Llegando apenas a la segunda estaremos ahogados.
Las ideas se acaban, no era algo con lo que pudieran luchar o descifrar, era cosa de dejárselo al destino y tal vez un posible milagro.
—Ben, por favor no te duermas— susurro cerca de su cara, Mal. Dando pequeños golpes a su cachete mientras con su otra mano sostenía la parte lastimada.
—Mal no lo voy a lograr...
—Ben no digas eso, lo lograremos.
—Te amo, siempre te amé. Gracias por estos meses inolvidables...
—No permitiré que te despidas, nos queda mucho por vivir— sollozo.
—A tí, tu lo mereces más que nadie.
El chico hacia duros esfuerzos por mantenerse despierto, su aliento estaba agitado y su vista se hacía cada vez más borrosa.
—Resiste por favor.
Apretó su mano y le comenzó a hablar para tratar de distraerlo del todo el ruido.
El pobre perro se encontraba nadando por todo el lugar hasta que Dizzy lo logró cargar mientra subía por las escaleras para no mojarse.
El agua siguió, pero una extraña sirena roja empezó alumbrar el lugar.
—Alerta, peligro.— las bocinas de los lados del lugar comenzaron a oírse una vez que el agua tocó los controles de mando.
Carlos logró sólo salvar la tableta.
La voz no se callaba, era una grabadora sin botón de pausa. Algo que al instante alteró a Jane.
—No, no, no— repitió agarrando su cabeza, Doug la ayudó a estabilizar, estaba apunto de caer.
—Jane inhala y exhala— con tranquilidad habló Doug quien sujetaba de ella.
—Esto es una pesadilla, es mi pesadilla— repitió teniendo una crisis nerviosa. Empezó a gritar alterada, la claustrofobia se volvió presente en la joven.
Unos brazos la rodearon justo antes de que ella comenzará a golpear todo el lugar.
—Aquí estoy contigo, no me he ido. No te va a pasar nada, yo me aseguraré de eso. — susurraba Carlos en su oído.
La joven hacía el intento por respirar tranquilamente pero no podía, la pesadilla la estaba consumiendo.
Carlos la seguía abrazando, mientras le comenzaba a dar pequeños besos en su frente.
— Cielo se valiente, que las niñas te están viendo— musito divertido provocando una cierta tranquilidad en la joven quien se fue a sentar junto a Lonnie en las sillas.
—¿Hay algo?— cuestionó Jay junto de Carlos.
El veía constantemente la tableta, buscando opciones de manejo rápido.
—Sí, pero si subimos la velocidad, pondremos en peligro a todos— trato de musitar pero todos llegaron a oír lo que él dijo.
—Acelera, si seguimos en esta velocidad moriremos ahogados— Audrey espetó inquieta.
—Ben está apunto de morir, hazlo maldita sea— siguió Mal con los ojos más llorosos.
—Pero si aceleramos las probabilidades de que esta cosa desprenda todas sus partes es la misma de morir ahogados.
—Hazlo.
—Jay...
—Confía, hazlo.— soltó firme y autoritario mirándolo fijamente.
—Piensa en lo que dices.— Carlos se acercó musitando en su oído.
—Tal vez no lleguemos pero más cerca de la costa mejor, alguien tiene que encontrarnos.
Carlos, aun inseguro, movió un botón y el submarino fue más rápido, ahora si se sentía el movimiento.
Como era de esperarse el agua comenzó meterse más rápido. En menos de una hora el agua a mitad de su cuerpo.
Si todo salía bien, llegarían a la otra tierra casi apunto de ahogarse.
El radar en el submarino indicaba que no había nada cerca de ellos, y lo único que localizó fue una tierra cercana, a sólo dos horas. Tiempo que le llevaría al buque en hundirse.
Estaban acabados.
—Eviee... — la pobre Dizzy se sostuvo de las escaleras ya que el agua iba subiendo cada vez más rápido y estaba apunto de empezar a cubrir su cabeza.
—No pasa nada, no pasa nada. Muy pronto llegaremos— mintió mirando a Carlos, que hacía lo posible por buscar una alternativa.
—¿Debo de tener miedo?— cuestionó tan inocente como siempre.
—Aquí estoy yo por si tienes miedo— hablo junto Doug quien se encargo de estar con la niña todo el tiempo.
[...]
Hora después.
El fin está por llegar.
La vida de los jóvenes está por terminar.
La cabeza de todos esta en el tope del techo del submarino, aferrados a las lámparas y tubos que había arriba para evitarse el nadar. Dizzy quién cargaba a Annie estaba casi cerca de la puerta de entrada, quien estaba sentada en las escaleras metálicas aferranda a la niña.
Ben por su parte estaba solo unos tres escalones abajo sentado sufriendo de dolor.
La sirena se silenció y sólo un pequeño faro de luz hacia visible el lugar.
La esperanza ya no existía, las lágrimas de todos se perdían en el agua que ya los rodeaba. Tan cerca de pero tan lejos, así no se imaginaron el morir.
—Gracias a todos, por estos increíbles meses— soltó Evie entre sollozos, sus brazos ya no aguantaban seguir sosteniéndose pues solo era cuestión de minutos en que el agua los cubriera por completo.
—Aún recuerdo como nos conocimos, como llegamos a formar esta gran familia— prosiguió Jane, con su mano se sostenía de la sirena y con la otra sostenía al pobre perro que estaba inquieto chillando.
—Nada de lo creímos posible, volvió a ser nomal, gracias— agradecío Gil.
—Eres un increíble líder Harry, fuiste muy valiente— reconoció Jay sonriendo a Harry quien estaba del otro lado del submarino.
Las lágrimas no cesaban. Solo quedaba mirarse entre ellos, abrazados y recordando sus últimos momentos.
—Confieso que yo incendie su casa— Uma miró a todos y ellos solo sonríeron.
—Lo imagine— admitió Mal.
—Gran momento en confesar— soltó Lonnie provocando una escasa risa en todos.
No quedaba tiempo para una discusión, lo hecho ya estaba.
—Yo confieso que te amo demasiado mi Audrey— hablo Chad moviendo sus brazos, nadando alrededor de sus amigos, ya que no tenia con que sujetarse.
—Di algo que no sepa... — la chica rodo sus ojos dándole un pequeño pico a él.
—Queria explorar el mundo saliendo de la isla— volvió hablar Gil.
—Quería adoptar a Annie como mi hija— habló Jay mirando a Lonnie, quién ya sabía eso pues lo estuvieron hablando los últimos días.
—Me quería casar con Mal— alcanzó a decir con sus últimos alientos Ben.
—Yo sólo pedía una nueva vida— siguió Mal.
—Queria tener hijos... — soltó Doug dando un pequeño beso en el cachete de Evie.
El agua subía, ya era mas complicado tomar aire.
—Dizzy, ten la llave— hablo Harry extendiéndo su mano. La niña con los ojos inchados la tomó.
La llave abría la puerta con la que habían entrado, era un seguro.
La única posibilidad de salvar sus vidas era esa. Pues Dizzy al abrir la escotilla tendría que nadar hasta la superficie.
Imposiblemente nadaria con Annie en brazos buscando tierra. Tal vez solo va a gritar tratando de llamar la atención de algún barco que pasara por ahí. O solo moriría ahogada como todos.
—Cuando te hagamos la señal, tu abre la puerta con Annie y nada hasta la superficie. Intentaremos seguirte el paso, pero no es seguro— habló Harry quien sabía que una vez hecho eso, su vida y la de todos concluiría.
—Estamos a punto de morir, Dizzy y Annie tienen la posibilidad de salir y tal vez ser encontradas.— con apenas una voz audible habló Jane, que casi el agua la cubría.
—Daré mi vida por ellas.— hablo Evie.
—Pero acabaría con nosotros.— Audrey opino.
—Si seguimos así todos moriremos y nadie sabra de nosotros.— se excuso Lonnie enfrentando a Audrye.
—¿Y no podemos salir con ella?
—Audrey, ¿Ponías atención a las clases? Al abrír la puerta, el poco oxígeno que hay almacenado al ser expulsado será como un impulsor para que el submarino se hunda, contando también que se llenaría por completo de agua. Pará cuando eso pase, nosotros apenas y estaremos concientes.— habló Doug.
—Ya perdimos demasiado, solo queda salvarlas— habló nuevamente Jay dando sus últimos respiros.
—¿Y si no resulta?— volvió a dudar Audrey.
—¿Dejarías de ser tan pesimista?
—Intenten salir, tal vez uno de nosotros logre salir.— habló Ben quién ya estaba resignado a salir de submarino.
Todos asintieron conscientes que no lo lograrían.
—Dizzy, ahora.
Hablo su hermana con un nudo en la garganta. Ella lucharía por salir, pero sabía que era imposible. Dizzy no quería hacerlo, negaba constantemente su cabeza e Evie le sonrió.
—Hazlo por mí Diz, salvaste y salvarla— dijo su hermana refiriéndose a la niña.
Solo había espacio para que su nariz y su boca tomarán el poco aire que había.
Dizzy con su mano tapo la nariz y boca de Annie. Ella lloraba y lloraba pataleaba de berrinche.
Dando el último aliento todos se unieron a junto a Ben y se dieron un último abrazo
El agua los cubrió por completo
Con su otra mano le dio vuelta a la llave y la tapa de la puerta se expulsó logrando así ella escapar.
Intentaron salir, luchando contra la corriente que los arrastraba hacia el fondo.
Cuando alzaron su mirada viero ese precioso cielo azul que tanto los llamaba, ese brillo que destellaba el sol era lejano. Poco a poco se cansaron de tanto nadar y luchar. Lo último que llegaron a ver fue como Dizzy subía a la superficie.
Fue imposible, sólo esperan el momento para morir.
Al final, nada volvió a ser normal después de todo.
———————
Mañana el epílogo.
Nos leemos luego.
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