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Capitulo 2. Corre.

Ben.

—¡Jane! Ya vámonos, se nos esta haciendo tarde.

—Solo me despido de mama— gritó a mi prima bajando las escaleras. Se dirijo a la oficina presidencial.

—¿Mama?— pregunto Jane cuando abrió la puerta de la oficina.

—¿Tía?— me coloque detrás de Jane.

Mi tia se esta recostada en una puerta paralela a la que estamos. Me extraño verla asi, era como si estuviera impidiendo la entrada de alguien, no pude evitar estremecerme al verla.

—Que suce...— Jane no puedo terminar la oración cuando mi tia empezó a jadear. —Mamá...

Su mirada estaba fija en nosotros y poco a poco sus ojos empezaron a hincharse, las venas en su cara se comenzaron a notar. Erupciones en su cuerpo comenzaron a salir y hasta el final sangre fue saliendo de su boca.

—Jane...— alcance a escuchar que provenía de mi tía, débilmente.

—Mamá...— lagrimas comenzaron a salir de Jane. Ella al igual que yo, no entendíamos que estaba sucediendo. La madre de Jane se desplomo en el suelo.

—Corre...— dijo mi tia con el ultimo aliento que le quedaba. Jane y yo nos miramos unos segundos, la mirada de la primera se dirijo a su mamá, para acto seguido caminar hacia ella.

—¡Jane!— exclame completamente desesperado.

Estaba a punto de llegar a ella, cuando la puerta se abrió y de ahi salieron 3 sujetos iguales a mi tía. Ella, se levanto y se quiso abalanzar hacia Jane, por suerte yo la jale rápido de la muñeca y salimos de ahí sin antes activar la alarma para que avisara a toda la gran casa lo que sucedia.

Rapido Jane y yo salimos por la puerta mas cercana. Afuera estaba una limosina esperándonos.

Jay.

Me encontraba en mi casa con mi padre, el había salido a talar unos arboles mientras que terminaba de desayunar. Prendí la tele y el único programa que estaba era las noticias, por alguna razón me puse a escucharlo ya que la mayor parte del tiempo siempre lo tengo en modo "mute".

Cuando le quite este modo, una reportera se encontraba en las bahias de la isla. Comencé a prestar atención a lo que decía, pero la señal se comenzó ir.

"Genial, cuando por fin quiero ver las noticias pasa eso"— Pensé.

Me estaba levantando de mi silla para comenzar a menear las antenas de la tele cuando un aviso de alerta apareció en la pantalla de esta:

"Se le informa a los ciudadanos que estamos viviendo una epidemia, esto es un enfermedad muy contagiosa, no tenemos idea que es, solo manténganse en sus casas hasta que..." Se corto la grabación.

"Primera vez que veo las noticias y me salen con esto"

Escuche gritos provenir de afuera, abrí las cortinas y puede ver a gente muerta con sus caras deformes, algunas pocas se estaban arrastrando por el piso y otras estaban caminando...como si fueran muertos vivientes.

Me asuste. Empecé a dar vueltas por la sala hasta que se abrió la puerta trasera. Era mi papa.

—¡Jay! Corre hijo, tienes que escapar de aquí, la gente se aproxima a la casa.

—No papa, tu cierra la puerta y nos quedaremos aquí los dos... juntos. —comencé a caminar hacia la puerta pero mi Papa se coloco enfrente de mi.

—No Jay, eso no es posible.—agarro la mano y cuando subí la mirada tenia los ojos rojos como la gente que se encontraba afuera.

—Papá...— dude soltando su mano.

—Corre...— empezó a toser sacando sangre por la boca.

—Te...amo— solloce. Mi papa se desvaneció en el piso, no podía dejar de ver esa escena pero la entrada de unos cuatro sujetos iguales a mi él hizo que saliera corriendo por la ventana.

Empecé a correr sin ningún rumbo. Después de unas varias calles me detuve a tomar aire pero logre a ver caminantes salir de todas las casas, por un momento creía que era el único humano que quedaba ya que no había ninguna persona normal afuera, no había ningún carro en las calles y todos los comercios se encontraban cerrados.

Me detuve un momento a respirar, cuando logre a ver a lo lejos una camioneta estacionada entre la calle y la banqueta.

"Tal vez tuvo que salir rápido"

Me acerque con precaucion en alerta a lo que de podía rodear, al estar a dos metros de la camioneta vi a un señor en el suelo teniendo convulsiones, no podía ayudarlo...el ya estaba contagiado.

Las llaves de la camioneta se encontraban a unos pocos centímetros de su cabeza.

Mi única salida esta a escasos centímetros de un caminante, pero mi vida también está a pocos centímetros de ser arrebatada...que lío.

Con el pie trate de empujar las llaves hacia mi pero el sujeto empezó a reaccionar y trato de levantarse.

Me cague.

Di unos pasos atrás. Si corría iba a perder la única oportunidad de estar a salvo.

No lo pienses Jay.

Sin pensar y como pude agarre las llaves y me coloque detrás del coche, ya que el tipo se encontraba en la puerta del piloto.

Me di cuenta que tenia una cajuela asi que entre por ahí, lo único que me faltaba era cerrar la puerta del copiloto y llegar a ese lugar.

Me siguió el paso y estaba atrás del coche.

"Que idiotas pueden ser los zombies"

Esa fue mi oportunidad para pasar enfrente cerrar la puerta y la ventana. Me senté y mi corazón estaba todo acelerado, me encontraba todo sudado y mi respiración toda agitada, aun no podía asimilar todo lo que esta pasando. Me recargue en el volante y no pude evitar gritar. Grite de impotencia, de coraje, de frustración y por la injusta muerte de mi padre.

Ben.

Prendimos la tele que se encontraba en la limosina y empezamos a escuchar en las noticias que se trataba de una epidemia, no sabían las causas. Jane estaba llorando, no podía creer lo que había estado pasando, yo solo cerraba los ojos y rezaba para que esto fuera solo un sueño.

—Ben.. ¿Que vamos hacer?¿A donde vamos a ir?— me pregunto recostándose en mi hombro.

—Yo..— no sabia que decir, no sabia que hacer, se supone que soy el hombre aquí y debo de saber que hacer y como actuar ante circunstancias. Los sollozos de Jane se detuvieron cuando nuestro chofer comenzó a gritar.

La pared que dividía la parte de adelante y la de atrás empezó a abajar y logramos ver como nuestro chofer se trasformaba en uno de esos engendros, su cara estaba toda roja al igual que sus ojos, volteo a vernos.

—Lo siento...— dijo antes de chocar el carro.

Mierda.

Nos sujetamos ante el choque y salimos por las puertas. Jane estaba aferrada a mi brazo.

Corrimos y corrimos con todas nuestras fuerzas, no sabíamos a donde, solo escapábamos de la ola de zombies que se encontraban en las calles.

A lo lejos logramos ver a un tipo que se metía por la parte trasera a una camioneta.

"Nuestra salvación"

—Jane— grite llamando su atención. Ya no sentía mis piernas, mi corazón estaba lo bastante acelerado como para darme un paro cardiaco en ese momento.

Jane llego primero y noto que la camioneta estaba abierta, ella abrió y se subio, después yo le segui y cerramos rápido la puerta.

Jay.

Tanta cosas tenia en mi cabeza, que no lograba asmiliar nada. ¿Qué esta pasando? ¿Qué voy hacer? ¿A donde iré? El ruido de la puerta trasera me saco de mis pensamientos.

—Lo siento mucho por ser tan imprudente, pero una ola de zombies nos venían persiguiendo... —no termino de decir Jane ya que se quedo sin aire y comenzó a jadear.

—No se preocupen, esta camioneta no es mia, la robe.—rieron ante mi cometario. Un segundo, yo los conozco...van en la escuela... Tu eres Benjamín, ¿No? Hijo de los presidentes de Auradon.

—Ben...Y si, soy el primogénito.

—¿Y tu eres la hermana de el? Que es presidenta del consejo estudianta.

—No y si. Soy su prima y si, soy presidenta de eso.

—Tu eres...— se detuvo he hizo una mueca. —¿Jayson?

No pude evitar reírme ante su comentario. —Jayden, muchos lo cofunden.

—Y ahora, ¿Que vamos hacer?— pregunto la única niña en la camioneta.

—La verdad no se, yo solo tome el carro para refugiarme...apenas y se conducir.

—En estos momentos no importa que no conduzcas del todo bien.— se rio Jane.

—Solo conduce y escapa de eso y luego vemos a donde ir.

Prendí el coche y trate de conducirlo, era algo fácil, pero eso si, no podía controlar bien el volante.

Después de unas cuantas calles solo escuchaba como se secreteaban Ben y Jane de lo mal que conducía. Gracias.

—Si escucho lo que dicen.— me queje viéndolos por el espejo.

—Para ser tu primera vez no esta nada mal.— bromeo Ben.

—Ya quiero verte conducir princesita— Jane no pudo evitar soltar una carcajada ante mi comentario.

—¿Porque todos piensan que mi familia es de la realeza?— alegó Ben cruzándose de brazos.

—¡Ben! ¡Jay! Vean eso— dijo Jane señalando a un grupo de muchachos saliendo de la escuela.

Mal.

Una vez con ya todas las cosas recolectadas, nos salimos por la puerta mas cercana del salón donde estábamos. En los pasillos ya no había nadie, así que fue fácil salir de la escuela. Nuestro objetivo era ir a la casa de Evie y ahí protegernos, y de paso encontrar una tienda para...¿Comprar? ¿Robar? lo que sea que sea para comer.

—En este nuevo mundo ¿Se compran o se roban las cosas?— pregunte, la verdad nadie se había cuestionado eso, mis amigos solo me miraron y mi mejor amiga iba hablar cuando el ruido de un coche la interrumpió.

—¡Rapido! Hagan señas para que nos vean— ordeno Carlos.

Jane.

—¡Jay, estaciónate! Ellos van a la escuela, los conozco.

—No Jane, esto es de sobrevivir— bufo aquel niño de gorro azul— ¿Y si uno de ellos esta infectado?

—¿Y si no lo esta?— alce una ceja. Mire a mi primo pidiendo que me ayudara.

—Jay amigo, ellos necesitan ayuda— dijo Ben pasándose al lugar del copiloto y poniendo las manos en el volante para hacer que se detuviera.

—Esta bien— Ladro y bajo el cristal de la ventana.

—¿Jay?— dijo el unico niño que se encontraba en ese grupo.

—¿Carlos?— Estaba por hablar pero una niña de mechones azules lo dejo con la palabra en la boca.

—Saben, mejor luego nos damos el tiempo de conocernos, nos viene persiguiendo.

Abri las puertas de atrás y se metieron ella y su amiga rubia, en la parte de la cajuela se fueron Carlos y una niña de 10 años.

—Gracias, soy Mal, ella es Evie y su hermana Dizzy— dijo la primera señalando a cada una— Y mi amigo el de los pelos blancos es Carlos.

—Enserio muchas gracias.— miro Evie agarrando mi mano.

—Bueno ya muchas presentaciones. —Dijo Jay volteando a ver a los asientos de atrás. —¿Que hacemos?

—Pues nuestro plan es ir a la casa de Evie ya que es la mas cercana a la escuela y de paso ir por comida— grito Carlos, ya que estaba en la cajuela con Dizzy.

—Bueno entonces, guíenme a la casa.—Jay arrancando el carro.

[...]













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