Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 59: la invitación

Las lágrimas volvieron a brotar. Dylan no estaba en casa ya y eso hacía que me enojara más, no tenía idea de dónde podría estar. Nada resultaba porque claro estaba que hablar con Matt no me había ayudado en nada, por el contrario, lo había empeorado. Y con esa actitud de distanciamiento por momentos y charla normal en otros me hacía pensar que algo malo le sucedía a él también. Pero ¿por qué tan tonto? ¿Por qué nunca me lo dijo? ¿Sería que él también estaba enfermo y por eso actuaba tan raro? ¿O simplemente había escondido el secreto de Fernanda porque ella se lo pidió y dijo toda la verdad?

No podía más, la frustración me oprimía el pecho y, si avanzaba, estaba segura de que no podría respirar. Me daría un ataque de pánico como a Matt. Llamé a Anahí, debía hablar con ella y ponerla al día, si es que ya no lo sabía. Dado el día de mierda, podía darse que hasta Anahí estuviera enterada de lo que sucedía frente a mi nariz y eso estando en España.

Marqué el número de su casa en Madrid y atendió al segundo tono. Era un domingo muy tranquilo para ella y demasiado terrible para mí. No tardó en darse cuenta de que algo andaba mal.

—¿Qué ha sucedido, tía? Te escuchas muy angustiada.

Entonces le conté todo. Lo que pasaba con Dylan, todo lo que sabía sobre Fernanda hasta el momento y la actitud de Matthew. También le dije cómo me sentía y lo que pensaba al respecto.

—En fin —solté un largo suspiro—, no sé qué hacer, Anahí.

—Chiquita... Nunca te rindas, ¿vale? Yo no puedo estar allí en este momento, pero desde aquí te escucharé siempre. Dylan es un cabrón, obviamente. No puedo creer que se niegue a tu ayuda y mucho menos que esté haciendo lo que hace. Si no cambia de opinión, terminará por arruinarse la vida. Ten paciencia con él, Luci; además, después lo llamaré y me escuchará, le diré muchas verdades, le gritaré de ser necesario. Con respecto a la amistad entre vosotros tres, os pido por Dios que se mantengan unidos, como siempre lo hacen.

Yo escuchaba todo esto en silencio, mis mejillas aún se mojaban con gotitas saladas. Por suerte yo no me alejaría de mis amigos, no tenía pensada tal posibilidad. Pero no dije nada y permití que siguiera hablando, lo necesitaba.

—No tenía idea sobre Fer, ni siquiera sospechas. Esto que me cuentas es tremendo y solamente puedo decirte que me mantengas al tanto y que estés con ella, acompañándola y haciéndole saber que es una tía muy suertuda por tener amigos como vosotros, que debe curarse. Habla con Matt, entiéndanse como sabéis hacerlo y aclaren las cosas.

Estoy y siempre estaré profundamente agradecida por su amistad, su presencia, por ser quien es, y porque su madre y la mía fueran amigas desde siempre, produciendo la hermandad entre nosotras.

***

En la noche, a la hora de la cena, llegó Dylan. Llevaba un chocolate en una mano y un ramo de flores en la otra, en ese momento pensé que nunca antes lo había visto con flores.

—Lo siento, guapa, ¿me perdonas? —Preguntó suavemente al tiempo que se acercaba hacia mí más lento de lo que lo había hecho jamás, como si fuera peligrosa y se tomara sus precauciones.

Lo miré un momento a los ojos. Esos ojos tan oscuros y penetrantes que parecían dos agujeros sin fin, oscuros y difíciles de adivinar en muchas ocasiones, en especial cuando comencé a conocerlo meses atrás. Pero ya lo conocía mejor y pude advertir sinceridad en ellos.

—He viajado al centro y me entretuve buscando películas para ver juntos, si me perdonas —insistió. Entonces hablé yo.

—¿Todo este tiempo?

—Claro, desde que me fui hasta ahora he hecho compras, todo tipo de compras: alimentos, ropa, películas, y algunos libros que podrían interesarte. También encontré un par que me nombraste alguna vez. —Aquello me sorprendió y él debió ver mi expresión—. ¿Qué sucede, guapa mía? No lo esperabas, ¿verdad?

Negué con la cabeza, todavía con el mismo gesto. Pero algo cruzó por mi mente.

—Esperá, todo esto lo compraste para que te perdonara —afirmé, visiblemente molesta—. ¿Te parece que un montón de chucherías van hacerme cambiar de opinión sobre lo que hiciste y perdonarte mágicamente?

—¡No, no, por supuesto que no! ¡Joder, Lucía! Compré todo esto para ayudar con los alimentos y los gastos de la casa, y porque son cosas que nos servirán, no un "montón de chucherías". Libros para ti y ropa para ambos, son de utilidad.

Lo miré otra vez detenidamente, y observé el miedo y el enojo de que yo no creyera sus buenas intenciones. Pero era verdad, estaba siendo sincero. Suavicé la intensidad con que lo estaba viendo hasta el momento y sonreí un poco. Él lo notó y el clima cambió, se acercó más y me dio un fuerte abrazo; acto seguido me entregó las rosas con el chocolate y, mientras yo los recibía en mis manos, me tomó del mentón e hizo que lo viera a los ojos. Otra vez esos alucinantes ojos negros como la noche se cerraron y sus labios se encontraron con los míos. Lo rodeé por la cintura en un abrazo y lo atraje más hacia mí.

********

El lunes era un nuevo día, un nuevo mes, y me enfrentaría con la dura realidad. Perdonaría a Matt y mantendría vigilada a Fer sin olvidarme de llenarla de consejos diariamente. Le hablaría hasta el cansancio cada día a partir de aquel y ya no importaba si en un principio ella no quería que lo supiera ni que ambos me lo habían ocultado. Yo lucharía por todos de ser necesario.

Dylan me llevó en su moto al instituto y de allí partió hacia la empresa, en esa ocasión le esperaba mucho trabajo por hacer en las oficinas, pero lo retuve unos segundos de más para besarlo apasionadamente antes de ingresar al establecimiento. Después de eso me observó con una sonrisa de lado, aquella tan pícara.

Y allí estaban ellos, en un extremo del largo pasillo de entrada. Me esperaban, como siempre. Esa vuelta a la normalidad me alegró y los saludé con una gran sonrisa, hasta los abracé como saludo ese día. Supongo que se sorprendieron un poco, en especial Matt y Lari.

En el almuerzo, antes de las dos horas extra que nos faltaban para irnos a casa, Fer se fue al baño y quedamos Lara, Matt y yo. Él aprovechó para hablar.

—Perdoname, de verdad, Luci, realmente lo siento. Quise ir a buscarte ayer mismo a tu casa, correr detrás tuyo, pero supongo que es mejor pensar y que nadie te interrumpa. Lara pensó lo mismo.

Lari asintió ante su comentario.

—Está bien, hiciste lo correcto.

—Claro que no, no fue correcto ocultarte lo que sabía sobre Fer. Por mi culpa ella podría morir. Eso no estuvo bien en absoluto.

—Obviamente que no actuaste bien con respecto a Fer. Pero digo que fue lo correcto dejarme volver a casa y no irrumpir en mis pensamientos.

—Oh, me alegro —dicho esto, nos miramos a los ojos y ambos supimos lo que sucedía.

Comencé a levantarme.

—Vayan a ver a Fer —indicó mi amigo.

—En eso estoy —respondí.

Lari me siguió en silencio.

Me dirigí al baño a toda prisa y entré como alma que lleva el diablo en busca de una pista que indicara un mal proceder de Fernanda. Pero allí estaba ella, frente al gran espejo que abarcaba toda una pared, arreglándose el pelo atado en una cola de caballo y cuidando su lacio, aunque en realidad estaba bastante descuidado entre el constante uso de la planchita y su mala alimentación.

Nos vio entrar e hizo un gesto divertido con los labios mientras nos observaba a mí, a Lari y a su reflejo a la vez, dando los últimos retoques.

—¿Qué onda? ¿Pasa algo?

—No, nada —respondí, recuperando el aliento.

—Listo —exclamó con una sonrisa y una mirada de satisfacción al espejo. Se volvió hacia mí.

Se me ocurrió decirle algo en ese momento.

—Escuchá, Fer. —La tomé de los hombros—. Quiero que te cures, no vayas a intentar nada dentro de este baño, ¿está claro?

—No, claro que no. Es más, al término de esta semana tengo la próxima cita con el médico.

—Oh, me alegro de saberlo. Te prometo que pronto saldrás de esto, nosotros te vamos a ayudar. Te quiero, amiga.

—Yo también te quiero mucho, Luci. A las dos. —Sonrió mirando a Lara y nos regaló un abrazo muy, muy fuerte.

—¿Volvemos a comer? —Pregunté cuando al fin nos separamos.

—Volvamos con Matt —dijo Fer.

Salimos de allí a pura sonrisa y me sentí feliz porque ella parecía estarlo. Matt nos seguía esperando en el mismo lugar de siempre con una pequeña mueca de alegría apenas distinguible a la distancia.

Nos sentamos a su lado formando un círculo de cuatro personas y nos dispusimos a comer. Pero comenzamos a escuchar unas voces que anunciaban:

—¡Vengan a nuestra fiesta!

—¡Están invitados a la mejor fiesta del año!

—¡Celebraremos el fin de curso y están todos invitados! ¡Siéntanse afortunados de asistir!

—¡Los esperamos el último sábado antes de las vacaciones!

Al tiempo que decían esto, se acercaban a las personas y les entregaban invitaciones de todos los colores. Con Fer, Lara y Matt nos miramos entre los cuatro, preguntándonos qué pasaría a continuación, cómo reaccionarían frente a nosotros.

Pronto se acercaron y Renata nos extendió la mano a cada uno con una tarjeta que, desde cerca, podían verse los detalles de dibujitos extraños como calaveras o espadas que nada tenían que ver con los colores animados de la invitación. Había que reconocer que eran originales. Cody, ahora oficialmente su novio, repartía otras al otro grupo que estaba cerca del nuestro.

Una vez que se fueron, Fernanda habló:

—Sé que siempre digo que no quiero tener nada que ver con ellos, pero la fiesta que promocionan y de la que tanto se habla me da muchísima intriga. Propongo que vayamos.

—Yo estoy de acuerdo —opiné—. ¡Y también puedo llevar a Dylan! —Lo recordé y la emoción se apoderó de mí—. Seguro que no le molestará asistir y también estará invitado si el lema de la invitación dice: "Traigan compañía. Cuantos más, mejor".

—Genial. Matt, vos también vas a ir, ¿no? —preguntó Lara.

Él, por su parte, suspiró, bajó la mirada y asintió. Cuando levantó los ojos, ya no estaba el brillo habitual en ellos. Algo extraño sucedía con Matt y seguía sin saber qué podría ser, se comportaba más raro de lo normal y hasta se notaba en su preciosa mirada de ojos caídos. 

¡Holis! Seguimos con maratón de caps., así que esta vez les traigo el capítulo un día sábado. :D

¡Gracias por leer! <3

¿Creen que Fer ya se está empezando a recuperar? ¿Qué esperan de la fiesta en lo de Renata?

¡Los leo! Ya saben que amo responderles. <3 <3 <3


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro