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Capítulo 5: salida de amigas

La semana siguiente mis amigas y yo decidimos ir a tomar algo en alguna parte de la ciudad. Elegimos una heladería cerca del acantilado que tanto amamos. Matt no vino, dijo que debía atender "asuntos importantes" con su mamá. No pregunté, obviamente. Me dio vergüenza. Cuando una persona se refiere a algo con esos términos es porque no quiere hablar sobre ello.

—No me contaste como te fue con Cody en el parapente —dijo de pronto Lara.

Claro que no le conté, si ni siquiera pude. Se la pasaba todo el tiempo con Renata y apenas si podía venir a saludarnos.

—Bueno, para empezar, fue muy lindo.

—¡Claro que sí! Si es parapente... ¿Qué te esperabas? Era obvio que lo disfrutarías —comentó Clari al momento.

—¡Shh! —Pidió Lara rápidamente—. Quiero escuchar a Lucía. ¿Cómo fue la cita?

—¿Cita? No lo veía así —respondí con algo de vergüenza—. Primero llegamos y preparamos a Cody para el vuelo.

—¿Cómo que prepararon? ¿Vos también? —preguntó Fer, que no conocía esos detalles.

—Claro, yo pude ver y ayudar en la preparación cuando era necesario —continué—. Entonces, cuando estuvo todo listo, se posicionó para elevarse. Y lo hizo sin problemas. Lo más sorprendente fue lo que sucedió minutos más tarde, cuando bajó a tierra otra vez. Yo había ido sólo para verlo a él y de pronto me preguntó si quería hacerlo yo. Me quedé ahí sorprendida y con un miedo terrible, pero me dijo que, igualmente, me acompañaría él. Así que preparamos todo de nuevo, esta vez con nuestros arneses conectados, y despegamos juntos. Fue una linda experiencia.

—¿Los dos juntos? ¿Y volando? ¡Qué tierno! —Exclamó Clari y nos sacó un par de carcajadas a mí y a Fer, y una sonrisa a Lara.

—No se hacen una idea de la vista que hay desde un parapente. Es demasiado bonita. En ese momento era el atardecer y se podía ver toda la ciudad de Los Acantilados desde allí.

—Me lo puedo imaginar... —dijo Fer.

—¡No te lo imaginás! ¡Estoy segura! Hasta es difícil describirlo.

—La palabra que usaría Matt sería "infinitamente" o algo como eso, así lo hizo en la carta —comentó Clara.

—Matt no me cae tan bien como a ustedes —dijo Lara.

—A mí sí, es un chico muy simpático. —Clari simplemente sonrió.

—No tiene nada de simpático o divertido, pero me parece buena persona —agregó Fer—. ¿Y a vos, Luci? ¿Te gusta?

—Pienso que es muy simpático, pero sobre todo misterioso, me intriga su personalidad.

Ante mi comentario, Clari levantó las cejas. La observé desconcertada.

—Fer se refiere a si te gusta... de otra manera —explicó Lara, sin gracia, como si fuera obvio.

—¿Qué? ¡No, claro que no! ¿Cómo se les ocurre pensar eso?

—¡Ay, bueno, no sé! Sólo decimos —refunfuñó Clari, defendiendo su postura.

—Sólo quiero conocerlo. ¡Eso no quiere decir que me guste de otra manera! Además, ¿se olvidan de que tengo novio? ¿O de quién se supone que estábamos hablando antes?

Mis amigas, ni más ni menos. Shippeando gente a más no poder.

—Lo sabemos. Pero, ¿qué más da que tengas novio? Nunca dijimos que salieras con él. Es que se llevan muy bien y eso se nota. ¡Permítenos soñar, mujer! —explicó Clari.

—Ajá —respondí sin más.

********

Matthew se encontraba caminando delante de mí aquel día en el colegio. Entonces, una vez que él terminó de subir las escaleras, fue mi turno y lo hice corriendo, dispuesta a asustarlo.

Obligué a mis piernas a hacerlo lo más rápido que pudieran, aunque sonara muy ruidoso en el material de cemento que debía pisar, pero Matt no se percató de mí hasta último momento. Coloqué mis manos en posición de asustar, llegué hasta arriba y lo tomé por los hombros.

—¡Bu! —grité en su espalda.

Tal fue su desconcierto que se le cayeron todos los libros y lo que llevaba en las manos hacia las baldosas. Lo miré desconcertada por un momento, pero después comencé a reír. No me esperaba esta reacción, así como él no me esperaba a mí. Rodeé su cuerpo para ver su expresión y al instante dejé de reír. Su semblante estaba serio y con los ojos muy abiertos, se agachó para agarrar sus cosas otra vez y lo ayudé.

—Lo siento. No pensé que iba a hacer todo este desastre —dije, tomando todo lo que tiré al suelo con mi travesura y dejándolo dentro de mi propia mochila para no tener que cargarlo en nuestras manos.

—Está bien, Luci. Soy un tonto.

No pude responder porque en ese momento apareció Gastón por los pasillos, riendo.

—¿Cómo es eso de adornar los pasillos con basura? —Tomó mi mochila, haciendo caso omiso a mi protesta, y sacó el libro que Matt me prestó y que estaba todavía leyendo–. ¿Qué clase de libro escolar es este? ¡No lo conozco!

Hablaba lo suficientemente alto como para que quienes estaban en los alrededores lo escucharan. Estudiantes del último año se reían ¡como si fuera siquiera gracioso!

—¡Pensá rápido! —exclamó, lanzó el libro por el aire hacia Matt y este chocó contra su pecho para caer luego en su regazo. Gastón se rio y siguió a modo de burla—: ¡Maricón! La gente normal lo atraparía.

Estaba enojada. ¿Con qué derecho se cree a venir y joder el día de la gente? ¿Con cuál de todos se cree que puede decir qué está bien y qué está mal? ¿Y con qué otro derecho se cree que puede definir "normal"? ¿Tiene o debe tener acaso esa palabra una definición? Porque yo no creo que haga falta. Me levanté del piso en donde estaba ayudando a Matt y lo enfrenté.

—¿Qué mierda estás haciendo? —Lo miré directo a los ojos. Su altura y tamaño no me intimidaron, nunca me intimida mirar a alguien a los ojos, sea quien sea.

—¡Tranquila, chica! Acá nadie vino a hacer nada —dijo con una sonrisa burlona.

—No molestes.

—¡Qué aburrida! ¿Es que últimamente no tienen sentido el humor? Lo vi todo —dijo entre risas—, y fue tan gracioso... —Sus irritantes carcajadas aumentaban en intensidad—. Cualquiera hubiera pasado desapercibido, pero ustedes dos son ridículos.

—¡Cerrá la boca! —Espeté—. Dejá de ser tan imbécil de una vez. Tu madurez es tan escasa que no podés hacer nada más que reírte, ¿verdad?

Su rostro cambió y se tornó serio.

—¡No te metas con mi madurez! ¡Yo soy muy maduro! ¿No lo ves? —dijo, presumiendo su cuerpo gigante y patético. Ya toda la escuela estaba mirando—. No como ese niño de ahí... —señaló a Matt, quien tenía la cabeza gacha.

—¡Ya veo tu madurez, descerebrado! —exclamé con sarcasmo.

—Nos llamamos "Cerebros", ¿cuántas veces tendré que explicártelo? —exclamó refiriendose a su banda.

Empujó mi hombro izquierdo con su índice y luego, con el mismo, tomó un mechón de mi cabello y lo enredó en él. Pero luego lo soltó y me volvió a mirar a los ojos.

Lo observé fijamente, sin pestañear. Sentí como el calor subía por mi cuerpo hasta mi cuello y más allá. Esa sonrisa pícara seguía intacta, pero no por mucho más tiempo. Odio que coqueteen conmigo, en especial si se trata de él. Porque más que pícara se me hacía malévola.

—Debe estar mal el nombre de esa banda porque cerebro no tiene ninguno, idiota —mascullé entre dientes y me di la vuelta dispuesta a salir de allí.

—Disculpa, linda. ¿Qué dijiste?

Me volví hacia él, hecha una furia. Su manera de hablar y de actuar me hacían enojar aún más.

—¡Dije que sos un idiota! —Grité en su cara—. ¡Y tengo nombre, no "linda"!

—Uy, tranquila... —Puso una expresión de chico sorprendido y conciliador—. Veo que estás de mal humor hoy.

Me fui de allí. Tomé mi mochila, levanté las cosas que faltaban del suelo y salí con Matt lo más rápido que pude, dejando a Gastón con las palabras en la boca. Tomé a mi amigo de la mano para alejarnos a mayor velocidad y detrás apareció Cody. Estaba agitado, como si le hubiese costado sortear a la gente. Lo primero que escuché fue:

—Luci... —Pero en cuento miró nuestras manos—: ¡Ey, ey, ey! ¡Esa es mi novia!

Entonces solté la mano de Matt, no había notado que todavía estaba enlazada con la suya.

—No pasa nada, sólo lo tomé de la mano para sacarlo de ahí más rápido. —Me acerqué a besarlo en los labios, pero hizo la cabeza a un lado para mirar a Matt, amenazador.

Lo que faltaba, que mi nuevo amigo haga más enemigos, pensé.

— ¡Te dije que fui yo! —Al fin me observó—. ¿No dije ya que es mi amigo?

—Sí, sí, lo sé. Lo que pasa es que...

—¿Qué? ¿Qué sucede? —insistí y él titubeó—. ¡Respondé! ¿Estás celoso?

—No, no es eso. Es sólo que... no confío en él —dijo más bajo de lo normal, lo cual me sacó algunas risas.

—¿No confías en él? —Proseguí entre risas—. Pero, Cody, a vos lo que te pasa es que estás celoso.

—¡Que no! —gruñó.

—Bueno, bueno, como digas. —Se me escapó una sonrisa porque igual me parecía gracioso y lo besé en los labios. Esta vez me dejó hacerlo.

Se unió a nuestro paseo con Matt y me preguntó qué fue lo que sucedió hacía unos instantes.

—Es el estúpido de Gastón y sus chiquilinadas.

—¿Ese otra vez? ¿Ahora que pasó?

—Se puso a hacer un escándalo porque se nos cayeron cosas al piso y nosotros las estábamos juntando. Empezó a decir idioteces que él solo sabe y toda la escuela se unió a su jueguito con tal de mirar una escena.

—En realidad a mí se me cayó todo. Lo siento, Luci —dijo Matt de pronto. No había hablado hasta ese momento.

—No te eches toda la culpa. Yo fui quien te asustó. No te disculpes, Matt.

—Si, pero yo tiré los libros.

—Ya está hecho, Matthew. ¿Sí? Y en estos casos es mejor no decir nada, porque quizás fue culpa de los dos y no hay mejor manera de resolverlo —solté de sopetón y Matt se calló—. ¿Pero sabés qué fue lo peor de todo? Lo que más me frustró fue que en ningún momento se te ocurrió hablar, decir algo, para defenderme y defenderte a vos mismo de Gastón. ¡No! ¡Me dejaste sola!

—Lo siento —se disculpó por última vez sin poder levantar su mirada del suelo.

Siempre decía "lo siento" o "no sé", pero nunca decía nada en absoluto, siempre se quedaba en silencio, como si el mundo no necesitara su opinión. Por suerte no volvió a disculparse, así que yo me calmé y le seguí contando a Cody cosas que debería saber sobre el imbécil de Gastón y todo lo que había sucedido.

Después de un rato se fue y nos quedamos solos Matt y yo. Decidí volver a hablar con mi amigo y romper el hielo, era capaz de no emitir sonido en todo el día si lo dejábamos.

—Hoy estuviste más raro de lo normal. ¿Se puede saber por qué?

Me miró extrañado, sin entender a qué me refería.

—Cuando te asusté y se te cayeron los libros. ¿Qué pasó ahí?

—Oh, sí... —Vaciló un momento, sin estar muy seguro de contarme. Yo le di su tiempo hasta que al fin se decidió—. Me estaba por dar otro ataque de pánico, pero desapareció al poco tiempo, mientras que vos enfrentabas al grandote ese. Lo vi venir a lo lejos y quería desaparecer de ahí cuanto antes pero no lo logré.

—No me di cuenta, ojalá lo hubiera sabido. —Recordé que tenía pendiente una conversación con Matt. Si ya era nuestro amigo debía sincerarse con nosotras.

—Luci, debo decirte algo —Estaba muy serio, como si supiera lo que estaba pensando.

—Está bien, pero que no sea "lo siento". —Esto lo hizo sonreír.

—No es eso —Bajó su mirada y vaciló—. Lo estuve guardando por un tiempo porque no quería que te enojes conmigo o algo así. Tengo miedo de que Cody... —Buscó las palabras—. Bueno... tome tus sentimientos y los convierta en puré de papas. No quiero que pase eso.

Su metáfora me sacó una gran sonrisa.

—No sé si usé bien esta metáfora, mi madre la usa. Dice que es sinónimo de caos o lastimar. Al menos para ella.

—Entiendo. No te preocupes, me encargaré de que no cocine con ellos —dije sonriendo a modo de broma. Por el rostro de Matt apenas asomó una media sonrisa, aunque muy bonita—. Igualmente, estaré alerta porque no quiero que andes por la vida preocupándote por mí.

—Sos mi amiga, es normal preocuparse. También me mantendré alerta.

Parece que podía ser decidido cuando quería. Rodeé su cuello con mi brazo izquierdo y lo abracé, sacudiendo su cuerpo mientras caminábamos. Noté sus hombros tensos, como si no estuviera totalmente relajado con mi contacto, pero de todos modos decidí no darle importancia porque recordé que yo sí le debía una disculpa.

—Tengo que disculparme por lo de hoy, lo siento. Ahora sí vale decirlo.

—Ja —masculló.

—No, lo digo en serio, Matt. Siento mucho haberte hablado de esa forma más temprano. Sé que, cuando no decís nada es porque sos muy tímido, y yo a veces no te entiendo, todavía te estoy conociendo y hay mucho que todavía no sé de vos. No acostumbro a tener a gente tan tímida a mi alrededor. Ya conocés a nuestras amigas...

—Está todo bien, Luci. —Soltó un largo suspiro y procedió a explicarse—. Hay veces que no hablo porque soy tímido, pero hay otras que simplemente no lo hago porque no tengo nada interesante que decir.

—No es necesario tener algo interesante que contar para hablar con alguien. Simplemente los temas fluyen, y la conversación sigue, como ahora. Nunca escuché ninguna opinión tuya. Deberías expresarlas de vez en cuando.

—Es porque no tengo.

—Están guardadas ahí, muy dentro de tu cabecita. —Toqué con mi dedo índice su sien izquierda—. No hay quien no tenga opiniones sobre algo. 


Holis, acá la autora, gracias por leer. <3 

¡Ya tenemos Banners de los personajes principales! Les comparto el de Luci:

Muchas gracias a Wattpadreco.design en Instagram por hacer ese sorteo hermoso y darme la oportunidad de ganar estas joyitas. Hizo un gran trabajo.<3

Espero que les haya gustado el capítulo; como vieron, hoy fue más largo que de costumbre. La semana siguiente, si llegamos a los 100 seguidores, subiré dos caps. No olviden dejar su voto y su comentario si gustan, yo estaré muy contenta de leerlos.  :D

¡Besooos y bonita semana!


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