Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 3: la carta

Teresa nos dijo que no podíamos entrar todos, pero nosotras insistimos en que es nuestro amigo y entramos igual. Cody prefirió quedarse afuera.

La señora le dio un recipiente a Matt y le ordenó que se siente en la camilla para poder vomitar en caso de que tenga que hacerlo, ya que se sentía mareado. En eso llegó Lara, la animamos a que entre, aunque la enfermera refunfuñaba.

—No, gracias, mejor me quedo afuera —dijo con desagrado y poniendo cara de asco al asomarse por la entrada y ver a Matt con el recipiente entre las manos.

Matt vomitó en el recipiente por primera vez, yo me acerqué y pasé la mano por su espalda, haciendo movimientos circulares y de arriba hacia abajo.

De pronto el rostro de Fer adquirió una expresión como de haber olvidado algo.

—Chicas, debo irme —dijo con repentina ansiedad. Se retiró de la habitación con una rapidez desesperante.

—¿Qué tiene que hacer? —le pregunté a Clara, a lo que ella me respondió con un encogimiento de hombros.

Después de un rato en el que Matt pareció vaciar su estómago, habló en voz muy baja.

—Qué vergüenza...

—¡Es un placer! —dijo Clara. Matt sonrió y a mí me salió una carcajada por lo inusual de su respuesta en esa situación

—Lo siento en serio.

—Como dijo Clari, ver devolver a nuestros amigos es un placer —lo palmeé en la espalda y Matt devolvió otra vez.

Al poco rato mi amigo se recuperó y la enfermera nos informó lo que le sucedió realmente.

—Sufrió un golpe en la cabeza. Como es normal frente a golpes de este tipo, eso le produjo mareos y, por consiguiente, vómitos. Si a eso le sumamos el ataque de pánico da como resultado las palpitaciones que noté cuando le tomé el pulso y más mareo. Su cuerpo quería explotar. Deberías tratar esos ataques si son muy frecuentes —le indicó a él.

Salimos al pasillo, las multitudes que antes había se estaban esfumando paulatinamente porque cada uno iba hacia sus respectivos salones de clase. Nos esperaba Lara y nos comunicó que Cody se fue a la clase de Matemáticas.

Matt todavía estaba raro, pero mejor, ya no tan mareado. Decidí comprar caramelos para él, así se sentía mejor a la hora de estar en clase y se los di. Lara estaba un poco apartada, pero ella se lo perdía, se quedó a un lado, caminando detrás de nosotros.

—No volvió Fernanda —nos dijo de pronto Matt.

—Seguramente ya nos está esperando en clase —respondió Clari.

Y así fue. La profesora de Literatura todavía no había llegado, entonces Fer nos esperaba en su asiento; cuando nos vio entrar se levantó rápidamente y le preguntó a Matt cómo estaba. Él respondió que bien.

—¿Qué fue lo que pasó?

En ese momento llegó la profesora.

—Mejor te explicamos luego, esto hay que hablarlo también con Matt —le dije, pensando en que debía ser algo delicado. Y nos sentamos cada uno en nuestras sillas.

***

—Nunca me hablaste de él —dijo Cody mientras salíamos del instituto y caminábamos a nuestras casas. Noté que esperaba respuesta.

—Porque es nuevo. —Lo miré fijamente—. Al igual que vos.

—Lo sé, pero apenas lo conocés. ¿Estoy en lo cierto?

—Sí, estás en lo cierto. ¿Y qué?

—Nada, eso —respondió, arqueando sus pobladas cejas rubias claras en gesto de que no es culpable de nada que haya dicho.

Le pregunté a Cody si quería ir conmigo a acompañar a Matt a su casa. Me respondió que no, que prefería irse solo porque estaba apurado, aunque no muy conforme con mi decisión. Me despedí de él con un beso en los labios.

No pensaba dejar a Matt solo hasta que llegue a su casa. Quería asegurarme de que no le sucediera nada malo en el camino. ¿Quién sabe si no le da un ataque de pánico antes de llegar a casa? Caminamos por la calle 10, pasamos cerca de mi casa —la cual señalé a Matt desde lo lejos— y nos encaminamos hacia la calle 4, en cuyo cruce con la 491 vive Matt.

Él me señaló su casa, pero dijo que todavía no quería entrar. Me pidió si podíamos pasar la tarde en el acantilado, que siempre va allí. Yo acepté siempre y cuando él me asegurara que estaba bien, que no tenía ningún síntoma extraño, o secuela de lo que sucedió.

—¿Estás seguro de que no querés dormir?

—Muy seguro, además, con este golpe en la cabeza, supongo que no voy a poder hacerlo por unas cuantas horas.

—Ese rumor es falso. Sólo procurá que alguien te despierte cada dos o tres horas, eso ya es suficiente. Sé que no vas a dormir muy bien si alguien que te despierta de a ratos, pero al menos vas a saber que estás bien —asintió.

Acto seguido revisó en su mochila y sacó un libro de unas trescientas páginas. Me lo entregó y leí "Las ventajas de ser invisible". Era el libro de donde estaba adaptada la película que íbamos a ver el fin de semana, pero que finalmente no vimos.

—Te lo quise prestar más temprano, pero dadas las circunstancias no pude.

—¡Muchas gracias, Matt! Sos el mejor. —Le di un fuerte abrazo que lo tomó desprevenido, puesto que su cuerpo se puso rígido y no pudo mover sus brazos para devolverme el gesto.

No me animé a preguntarle sobre su ataque de pánico. Simplemente nos quedamos sentados mirando el horizonte hasta antes de que anocheciera por completo.

Ya en mi casa me puse a pensar sobre Matt mientras intentaba dormir, aunque sin conseguirlo. Él es... muy especial. Tiene ese algo que te hace sentir bien estando a su lado, y apenas lo conozcía. Nunca me sentí de esa manera al conocer a una persona por tan pocos días. Es extraño en algún aspecto, muchos lo dicen. Lo más irónico es que, en lo que a mí respecta, no lo consideraba raro, sino más bien misterioso. Creo que cada persona tiene un destello de rareza en sí misma. En algunos se nota de manera evidente en la forma de relacionarse con otras personas, en otros es algo más íntimo y más oculto, como una obsesión, o quizás una costumbre o rutina muy específica.

********

Fui al instituto preparada para el examen de Física más difícil del año (el primero, en realidad), por eso mismo me grabé audios en mi móvil, en donde leía los apuntes en voz alta para que, cuando estuviera yendo, pudiera escucharlos mientras caminaba hacia allí y estudiarlos.

Caminé por las escaleras de cemento del instituto y me dirigí hacia el salón de clases. Me senté junto a Matt que también estaba estudiando, así que no quise molestarlo con mi saludo. Pero él me vio llegar y me saludó en la mejilla de todas formas.

Me saqué los auriculares en donde sonaba mi voz del pasado leyendo los apuntes y pasé a leerlos realmente. Minutos más tarde me di la vuelta en mi asiento, saludé con una sonrisa a Clara y a Fernanda, y me fijé en mi mochila para sacar el libro de la materia. Mis ojos detectaron una hoja doblada en 4 partes iguales y camuflada dentro de la mochila con todo lo demás que había allí dentro. Me llamó mucho la atención ya que yo no la puse ahí en ningún momento.

La tomé, desdoblé y leí:

Estimada señorita Luci:

Permítame agradecerle infinitamente la gran ayuda que usted me ha ofrecido en estos últimos días. Bueno, en realidad su ayuda ha estado presente desde que la conocí así que estoy mucho más agradecido de lo que puedo siquiera expresar.

Para eso debe servir la palabra "infinitamente", ¿no le parece? Para expresar lo inexpresable.

Disculpe, me fui por las ramas, le doy las gracias por todo su apoyo y atención para conmigo. En especial aquel día que entré en trance (no quiero nombrarlo de otra manera), y por todas esas ocasiones en las que me habló y, sobre todo, no me ignoró.

                                                                                                                                          La quiere considerablemente,

                                                                                                                                                            adivine usted quien.

Con cada línea que leía, sonreía más y más. Me di cuenta rápidamente de quién se trataba. Primero que nada, por su ortografía y segundo porque nadie más que él pudo haber escrito algo tan bonito y bien trabajado. Además de que nadie nunca me había hecho semejante regalo, no se les habría pasado por la cabeza siquiera hacer que su vocabulario pareciera escrito por alguien muy respetable de otra época.

Sin embargo, hubo algo que me entristeció un poco, la última frase en la que me agradece por no ignorarlo. Lo cual me hizo pensar que este chico pasó por mucho más de lo que creía. Es que debería ser natural no excluir a nadie... Debería.

Me volteé hacia él. Matt notó mi mirada y levantó la suya de los apuntes que estaba leyendo. Me miró, luego a la carta, después de nuevo a mí y, finalmente, bajó los ojos hacia su regazo con una mini sonrisa en el rostro. Se me escaparon pequeñas risitas y lo abracé fuertemente. Noté a mi amigo algo tenso con el abrazo así que lo solté, pero no me importó porque estaba muy feliz. Era la primera vez que tenía una conexión tan instantánea con alguien.

Imaginé que las chicas, desde los asientos de atrás, no entendieron nada.

—Me gusta escribir cartas en mi tiempo libre pero nunca tengo a quién dedicarlas —me dijo luego.

—Pero parecen...

—Antiguas por la formalidad, si —me interrumpió—. Y quería aprovechar la primera oportunidad que tuviera para escribirle una a alguien.

Me hizo sentir muy halagada saber que fui la primera persona a quien le escribía una carta tan magnífica. 

Hola a todosss!!! Muchas gracias por leer. <3

Disfruto mucho de leer sus comentarios y responderles, nunca dejen de comentar sus ocurrencias jeje :D

Hasta ahora vimos una actitud media rara de Cody y conocimos al antagonista principal, Gastón. Ah, y también hay una actitud sospechosa de Fer. ¿Ustedes que creen que le pasa a ella?


#StayPositive, queridos lectores. Bye!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro