Capítulo 17: ¿flores?
Los exámenes se acercaban y debía prepararme bien para no reprobarlos. Caminé hacia un nuevo día de clases por las escaleras de cerámica gris del instituto. Los pasillos estaban abarrotados de alumnos que transitaban riendo por doquier.
Me acerqué a lo que creí que era el cabello de Fer y de Clari entre la multitud, más tarde divisé la cabeza de Matt y proseguí caminando hacia ellos. Fui al colegio sola porque se me hizo tarde y desayuné a las apuradas, así que no me encontré a ninguna de las dos y Matt parecía que ese día decidió ir más temprano porque, evidentemente, ya estaba allí y normalmente habría llegado conmigo.
Como si presintieran que me estaba acercando, se giraron los tres a la vez y me vieron, todavía estaba a unos cuantos metros de distancia cuando las personas comenzaron a disiparse y alcancé a ver entre las manos de Fernanda algo inusual. ¿Un ramo de flores en las manos de Fer? Nunca la vi con algo semejante en un lugar como ese. Supuse que sería el regalo de algún admirador, así que les sonreí y finalmente llegué a su encuentro.
Pero ellos permanecieron serios. Me saludaron con un beso en la mejilla cada uno y siguieron mirándome como extrañados unos segundos más, los suficientes para saber que algo andaba mal. El gesto era preocupado y no de uno, sino de los tres.
Fer me entregó las flores, todavía mirándome a los ojos, muy seria. Y yo las observé sorprendida y arqueando las cejas, luego la miré a ella —que seguía inexpresiva— y de nuevo a las flores. Finalmente, las agarré entre mis manos. El misterio y la tensión me estaban cansando ya.
—¿Qué pasó con Cody? —preguntó sin rodeos.
Me quedé sin palabras y con la boca entreabierta, mirando a Fer fijamente a los ojos y sin saber exactamente qué decir. Cierto, no les había contado lo que sucedió ese fin de semana; lo único que sabían al respecto era que Anahí había llegado, pero no estuvimos en contacto en todo ese tiempo que no nos vimos en el colegio y ni de casualidad les iba a mandar un mensaje por el móvil para contarles de algo tan deprimente. Había estado muy entretenida con la llegada de mi amiga de España.
—Hoy Cody se acercó a nosotras por el pasillo y nos las entregó. "Para Lucía", nos dijo.
—Sabemos que Cody no da flores porque sí, así que si intentás convencernos de eso mejor ahorrátelo. Pasó algo y quiero que nos digas, no porque seamos metidos, sino porque somos tus amigos y debemos saber la verdad —prosiguió Clara.
Matt asintió ante cada comentario de las chicas.
—No les envié ningún mensaje porque estuve ocupada con Anahí, pero...
—No cambies de tema. Quero mucho a Anahí y también quiero verla, pero de eso hablaremos más tarde. —Me interrumpió Clara con un tono de voz que, aunque no se lo propusiera, expresaba algo de enojo.
Yo no estaba intentando cambiar de tema.
—Está bien —respondí de todos modos—. ¿Cómo les explico esto...?
Así comencé. Miré hacia todas partes y ninguna a la vez, esperando alguna inspiración sobre como hablarles de la horrenda falsedad de Cody y sintiendo la mirada de cada uno de mis amigos en mi rostro mientras esperaban una respuesta decente.
—Él no es una persona honesta y ustedes no son de su agrado —solté. Las miradas de sorpresa en las chicas y el fuego en los ojos de Matt asaltaron mi visión.
Sorprendentemente Matt habló en ese mismo momento.
—Te hizo sufrir hablando mal de nosotros —adivinó y eso me tomó por sorpresa. ¿Quién hubiese esperado que él adivinaría?
Asentí, sin saber cómo mirarlos a los ojos. Y proseguí como pude.
—No tanto de Clara y Fernanda como de vos. Habla mal de todos cada vez que tiene la oportunidad, pero mucho más de vos, Matt. —Él miraba el suelo con el ceño fruncido, todavía su mirada era fulminante. Extendí mi mano hacia su hombro y la posé allí en gesto de disculpa, pero en realidad no debía disculparme yo. Eso debería hacer Cody—. Creo que es porque está celoso. Estoy cansada de soportar sus críticas y por eso ocurrió aquella pelea el sábado.
—Es normal que esté celoso... Digo, Matt es tu amigo y está todo el tiempo a tu lado —comentó Fernanda.
—Pero eso no justifica nada, Fer —argumentó Clara—. Aunque estuviera celoso de Matt y de ustedes, a mí tampoco me gustaría que mi novio hablara mal de mis amigos a sus espaldas y en mi propia cara, como si eso no fuera a influir en la relación. Es un descarado, amiga.
—Siempre tuve desconfianza de ese chico. —Volvió a hablar Matt.
—Clari tiene razón —reconoció Fer—. Sé que siempre estuvimos de acuerdo y nos encantaba su relación, pero, ¿qué le pasa a ese imbécil? ¿Meterse con los amigos de su novia? Definitivamente no entiendo en que estará pensando, es obvio que a nadie le gusta que insulten a sus propios amigos.
—¿Rompiste con él el sábado? —Esa fue una pregunta muy razonable por parte de Clara.
—No, pero ahora que hablé con ustedes, comienzo a considerar hacerlo cuando pueda.
Fer me extendió la mano.
—Entregámelas —ordenó.
Coloqué el ramo de flores en su mano y ella las desechó en el cesto de basura a su lado.
—Yo te las di, yo me deshago de ellas.
—Me da un poco de pena por las flores —lamentó Clara.
—Pasado pisado —remató Fer—. Además, eso de entregar flores como disculpa está un poco pasado de moda.
Esto provocó algunas risitas cómplices a las que incluso Matt se sumó.
***
En el almuerzo estuve un poco distraída. En general todos mis pensamientos estaban centrados en lo que le diría a Cody para romper con él. No quería ser tan dura y directa pero luego pensaba que él fue muy duro conmigo cuando insultaba a mis amigos y me ofendía.
Fer se dedicó a hablar todo el rato, con algunas pequeñas interrupciones por parte de Clara. Matt permaneció callado como siempre y yo en mis pensamientos, aunque a veces escuchaba. Habló sobre esa dieta de cinco colores y sobre lo bueno que es para el cuerpo, también dijo que el ejercicio es genial y que hace mucho efecto, ya que la había ayudado a bajar cinco kilos.
De pronto divisé a Cody, que me miraba desde detrás de una de las columnas, en una esquina del instituto con esa mirada que decía "seguime". Y así lo hice, pensando en todo lo que había ensayado en mi cabeza para terminar con él.
—Ahora vuelvo —avisé. Me levanté para dirigirme hacia Cody, que volvía a su escondite en la otra esquina. Estaba segura de que todos me observaban detenidamente porque dejé de escuchar a Fer hablar, y en especial Matt. Me lo imaginé con esa mirada calculadora que le había visto por primera vez hacía unas horas.
Caminé hacia donde Cody había desaparecido y llegué a una zona del instituto en donde siempre hay sillas rotas o que no son utilizadas por nadie acumuladas en las paredes. En el medio del pequeño "callejón" dentro de la escuela estaba Cody, de pie y con una carita de cachorrito arrepentido que nunca antes le había visto. Estaba en silencio así que aproveché la oportunidad para tomar la iniciativa y hablar sobre lo que pasaría con nosotros. No quería dejarlo, lo quería, pero no podía dejar que tratase a mis amigos como si no lo fueran, como basura. Él era una basura, una basura completamente hermosa y que podrías contemplar por horas sin siquiera cansarte de hacerlo. Pero igualmente estaba decidida, Dylan tenía razón: nosotros romperíamos, y odiaba admitir que ese chico tenía razón, pero se cumpliría.
—Hola, Cody. Tenemos que hablar.
—Lo siento, perdoname, por favor, Luci. Te amo.
—No, mirá. Creo que es hora de decirte algo, y sin peleas. Quiero que hablemos con tranquilidad.
Pero él caminó bruscamente hacia mí, tan cerca y tan rápido que di un respingo. Por un momento pensé que chocaría con mi cuerpo y me caería, pero eso no sucedió. Me observó de cerca, muy de cerca, con sus ojos color cielo que hacía que me reflejara en ellos, nuestras respiraciones se mezclaban. Me observó como siempre lo hacía, y todo lo que tenía planeado decirle se borró de mi mente. Y lo perdí, toda palabra que podía ya surgir de mi boca se perdió entre la niebla que cubría mi mente cada vez que él estaba así de cerca. No podía evitarlo, era como si Cody me absorbiera completamente y yo dejara de responder a cualquier pensamiento racional.
—Te amo, ¿no es eso suficiente? —Todavía me miraba fijamente con sus ojos brillantes y ese cabello tan dorado como el sol que caía al costado de ellos.
—Yo... tengo que —comencé, pero no pude terminar. Había olvidado como debía proseguir.
Él arqueó las cejas, esperando a que siguiera hablando, pero al no poder hacerlo bajé la mirada hacia su pecho y la dejé varios segundos en su camisa blanca mal abotonada.
Al cabo de unos instantes en que, por supuesto, no dejó de observar cómo me sentía una gran estúpida sin poder conectar ideas, con todos mis pensamientos bloqueados y sin saber que decir, me tomó de las manos. El roce fresco de sus manos me erizó la piel y no fue por el frío del entrante mes de junio. La electricidad de su tacto subió por mis brazos hasta mi rostro y este adquirió el rubor habitual. "Estúpido Cody, dejá de confundirme y de hacer que me sonroje cuando no debo hacerlo", fue el único pensamiento que pude construir. Sus manos subían por mis brazos hasta mis hombros, como si estuviesen siguiendo a la electricidad. Recorrieron mi cuello y se posaron en mis mejillas. Con cuidado levantó mi rostro hacia arriba para poder mirarme a los ojos y maldije para mis adentros porque notaría lo ruborizada que estaba. De esta manera me vi obligada a mirarlo, y noté que no despegaba sus ojos de mi boca. Entonces coloqué mis manos alrededor de sus muñecas, decidida a hacer que me suelte; pero las dejé allí, sin poder tirar de ellas porque a mí también me invadió el deseo de besarlo. Muy a mi pesar. Carajo.
—Lo siento mucho, Luci —susurró muy cerca de mi boca—. En serio, perdón. Prometo que no volveré a hablar de tus amigos, ahora sé que eso te enoja mucho.
Viendo que yo no asentí, ni negué, ni repliqué al respecto —porque no sabía que hacer—, se acercó más a mí y me besó. Como era de esperarse, yo no opuse resistencia. Me di cuenta demasiado tarde del error que había cometido y que ya no iba a romper con él. Decidí seguir besando a Cody porque me gustaba y porque no quería dejar de hacerlo, era increíble lo bien que lo hacía y estaba dispuesta a disfrutarlo lo más que pudiera; además, él prometió que no hablaría nunca más de mis amigos y eso fue suficiente para caer de nuevo ante su encanto.
Finalmente nos separamos y él sonrió, lo cual hizo que yo le devolviera el gesto.
—Por cierto, me encanta cuando te sonrojás. —Su sonrisa se amplió y el comentario hizo que escapara una risita estúpida de mi boca. Y, estaba segura, de que me sonrojara aún más.
Me tomó de la mano y recorrimos el corto camino que nos llevaba al patio principal. Luego me despedí con un beso corto en los labios y nos soltamos las manos, dejándonos ir.
Estoy segura de que hice todo el camino de regreso con una sonrisa estúpida en mi cara porque Clara puso los ojos en blanco y Fer, de espaldas, se volteó a mirarme con expresión seria, se veía como si estuviera a punto de reprocharme. Matt también lo adivinó, pero se mantuvo neutral y sin hacer comentario alguno ni mirarme.
Me senté en el mismo lugar en el que estaba antes. Ellas seguían observando cada uno de mis movimientos.
—Sabés lo que pienso al respecto, ¿verdad? —preguntó Fer.
—Lo sé perfectamente —respondí sin más.
Sabía que no aprobaban mi relación a partir de ese momento y quería dejarlo como tenía planeado porque una parte de mí tampoco aceptaba mi propia relación ya, pero estaba muy ciega. Era muy fácil quedar hipnotizada con su encanto y cualquier pensamiento racional se disipaba con sólo sentir su proximidad.
Realmente tenía que trabajar en esa debilidad.
Holis!!! Gracias por leer! <3 Espero que les haya gustado el cap., esta vez es un poquito largo jeje :D
Como siempre, estaré leyendo sus comentarios y respondiendo. Quiero saber qué opinan sobre Luci, Cody, Matt y las chicas. :D
A continuación les dejo el último banner de personaje que estrenamos por el momento, es el de Fer, hecho por wattpadreco.design en Instagram, hace un trabajo hermoso:
También les dejo mis redes sociales por si me quieren buscar por ahí, donde siempre anuncio cuando se publica un nuevo capítulo:
#StayPositive
Bye, bye!
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