Varios días después Vanessa estaba estable. La habían llevado a la misma habitación donde O'Riley había estado ingresado. La llevaron cuando la camilla de él quedó libre. James decidió esperar hasta que la subieran a planta para poder preguntarle como se encontraba y saludarla antes de volver a casa a descansar.

Ella al verlo sonrió.

-Parece que tenías envidia de mi cicatriz de bala- Bromeó James y ambos rieron.

-Ahora ya no tengo nada que envidiar- Señaló a la zona vendada.

-Solo quería saber que tal te encuentras, me voy a marchar ya a mi casa. No quiero molestarte más y necesito descansar un poco.

Él tenía el rostro triste, desanimado.

-James...-Hizo una breve pausa- Tu hija no sobrevivió- Él tomó asiento y la tristeza se marcó aún más- De deshicieron de ella a la semana de llevársela, ni siquiera esperaron a comprobar si las acusaciones hacia ti eran ciertas.

Estuvieron unos minutos en silencio hasta que el anciano se puso en pie.

-Iré a casa a tomarme una buena copa, después de tantos años de convencerme de que había muerto tener la certeza de que así es duele tanto como me dolía su desaparición el día que ocurrió- Se puso el abrigo- Gracias por todo Vanessa, espero que te recuperes bien.

Salió sin darle tiempo a contestar, dejándole con la palabra en la boca.

-Cuídate James, por favor.