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XX

El semblante de James cambió, ahora la miraba entre enfadado y triste.

-¿Qué...?- Miró la montaña que creaban sus pies en la manta- ¿Cómo que no desapareció por ese proyecto?

-Se la llevaron por otra razón. Vuestro proyecto comenzó unos meses antes de que os destinaran a Vietnam.

-Eso ya lo sé- Atajó James, intentando que no se anduviera por las ramas.

Ella asintió.

-Los jefes del proyecto decidieron decirte que se la llevaron algunos de los sujetos de la investigación, por un error en la protección de los datos- Ella se sentó en la silla acolchada en que había estado dormida- ¿No te pareció raro que la CIA cometiera un error en la protección?

Él desvió la mirada por la ventana. Contempló unos instantes el cielo brillante por los rayos del sol.

-¿Quieres decir?- Él la miró a los ojos- ¿Que alguien dio información sobre mí para que se llevaran a mi hija?

-No- Ella mantuvo le mantuvo la mirada- Quiero decir que fue la propia CIA quien se la llevó.

-¡QUE!- James se alteró muchísimo, intentó ponerse en pie. Las maquinas comenzaron a pitar y en unos segundos dos enfermeras entraron en la habitación.

-¡Señor O'Riley!- La que antes le había atendido lo sujetó- Tiene que quedarse en cama.

La otra enfermera le inyectó un sedante. Él se tranquilizó.

-Debería irse, señorita- Miró a Vanessa.

-Enseguida me iré- Se puso en pie- Sólo déjeme despedirme de él.

Le cogió la mano a James, que ahora estaba medio dormido.

-No querían hacerle ningún daño. Pero alguien sospechaba que pasabas información al enemigo. Lo siento.

La joven le soltó la mano. Acarició el rostro del anciano dormido. Cogió su bolso y se dirigió a la puerta.

Dos agentes acababan de llegar.

-¿Vosotros sois la protección para James?- Vanessa estaba cerrando la puerta.

Los dos asintieron.

-El capitán Murray nos ordenó que estuviéramos aquí todo el día- El más mayor contestó.

Ella les sonrió y asintió con la cabeza.

Estoy muerta, me duelen las cervicales y estoy hambrienta, pensó.

Decidió hacer una parada en la cafetería del hospital antes de irse a casa. Había recibido orden de dormir unas horas y volver de nuevo a vigilar a O'Riley.

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