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🌼 Capítulo 8 🌼

Cuándo Hinata llegó a la florería abrió la puerta lo más lento posible para evitar que sonara la campanita.

Todo salió bien, cerró la puerta detrás de él y suspiro con alivio pero en cuanto se dio la vuelta. Casi grita del susto a ver a Suga sonriendole.

Cualquiera diría que es una sonrisa amistosa y hasta cariñosa pero no para aquellos que lo conocían.

S-sugawara-sempai... ¿Que tal? ¿Todo bien? — Shoyou sonrió tímidamente.

Suga suspiró rendido y solo negó con la cabeza mientras le ayudaba al pelinaranja a ponerse su mandil.

— Me tenías muy preocupado muchachito... Al menos avísame que llegarás tarde.

Sí, lo siento... No tengo justificación así que puedes bajarme el sueldo... ¡Solo no mucho por qué le prometí a Natsu que entraría al equipo de voleibol!

El peligris terminó de hacer el perfecto moñito en los cordones y acarició el cabello del pelinaranja con cariño.

— Sabes que nunca te he bajado el sueldo, así que no digas tonterías.

Ambos sonrieron y se dirigieron hacia el mostrador donde siguieron platicando de Natsu y su gusto por voleibol.
A pesar de tener una relación de jefe/empleado, ellos tuvieron una conexión desde que Shoyou pidió trabajar en la florería donde Suga lo adoptó como uno de sus hijos cuervos.

Un castaño con un mechón rubio hizo aparición y dejó en el suelo la flor Amor perfecto que traía en las manos y corrió hacia el pelinaranja con los brazos extendidos al cielo.

— ¡Shoyou! — Noya saludó a su amigo con una alegría extrema.

¡Noya-san! — correspondió el saludo de la misma manera.

Se abrazaron entre risas y un carraspeo de lengua los sacó de su ensoñación.
Voltearon a ver quién había sido y sonrieron cómplices para después correr al peligris.

¡Suga-san! — gritaron al unísono brincando hacia el mencionado.

Los tres cayeron al suelo pero no impidió que comenzarán a reír y quejarse un poco del dolor de la caída.

Después de eso, los tres se fueron a sus deberes esperando a que sonara la campanita anunciando un cliente lo cual no tardó en suceder.

— ¡Bienvenido!... — dijo animadamente el peligris para después darse la vuelta y ver a quién había llegado.

Shoyou salió de la pequeña bodega que tenían para revisar correctamente el inventario que había llegado el fin de semana aunque también para ver quién era y casi se va para atrás cuando le ve la cara.

Buenos días... — dice el pelinaranja debido a que ya había aparecido en el campo de visión del chico que hablaba con Suga.

— Buenos días — contesta el contrario con una gran sonrisa.

— ¡Ah! ¡Shoyou!... Ayuda al señor Oikawa a escoger el ramo.

Hinata asintió con la cabeza y hace una reverencia dejando a un lado lo que llevaba en la mano para atender al cliente.

— De hecho... Sí no es molestia, me gustaría que me atendieras tú. — dice Oikawa muy cerca del rostro de Suga quien se sonrojó de golpe pero solo pudo asentir con la cabeza.

Ambos se dirigen a las flores de temporada. Suga delante de Oikawa quien iba silbando felizmente observando las flores.

— ¿Que tipo de ramo es el que está buscando? — pregunta Suga dando media vuelta para ver al castaño.

— Mmm... El ramo será para mí madre y me gustaría que transmitiera amor, respeto y afecto.

El peligris asintió con la cabeza y sonrió con amplitud al tener en mente la flor perfecta.

— Por favor, sigame... — ambos caminaron hacia uno de los pasillos donde estaba Hinata y Nishinoya platicando — Ustedes dos, no pierdan el tiempo... Más tarde se chismean.

¡Sí señor!

Los dos chicos se fueron corriendo hacia el mostrador a esperar a que llegaran más clientes.

Hinata traía el Jesús en la boca pero debía mantenerse lo más calmado posible, así que sacó su celular y comenzó a leer un libro que pronto sacarían película. Pero en cuanto sintió sus ojos picar debido a que sus lágrimas amenazaban con salir, apagó su celular y mejor se puso a pensar en cualquier cosa que no fuera el libro.

Mejor me esperaré a que salga en el cine — dijo para el mismo pero Noya lo escuchó.

— ¿Que va a salir en el cine?

In Another Life

— Oh... Ya leí el libro... Pero como buen amigo no te voy a spoilear.

Gracias... Aunque debo presumir que ayer conocí a los actores que la van a protagonizar. — presumió el pelinaranja sintiéndose superior.

— ¿¡Qué!?

Como oyes mi querido amigo... Conocí a Bokuto Koutaro y Akaashi Keiji. Aunque no pude saludarlos por qué la gente los acaparó y parecía que a sus amigos con los que iban no les importaba por qué ni una mano les aventaron para ayudarles. Y por reglas del bar no pude acercarme a ellos.

Ambos siguieron platicando sobre la injusticia del bar en no dejarlos acercarse a personas que pertenezcan al mundo del espectáculo es por ello que no les tomó tanta importancia para no hacerlos sentir incómodos.

El sonido de la campanita de la puerta sonó, anunciando que alguien había llegado, así que dirigieron su atención al recién llegado.

Un pelinegro entró con una sonrisa algo aterradora pero bastante reluciente y ni se diga su aura, parecía que de él saldrían brillitos.

Buenos días a ambos — dirigió una vista rápida a los chicos que estaban en el mostrador pero se dirigió específicamente a uno.

Quien lo diría... Hace un rato te estabas muriendo y ahora te ves... ¿Cómo decirlo? Renovado.

Así me siento, por ayudarme quiero invitarte a comer.

Kageyama no es necesario, solo fue por una simple resaca... Cuando te ayude por qué tuviste alguna operación a corazón abierto puedes agradecerme con una comida.

Aún así, déjame invitarte a comer... Sentía que me moría en la mañana y tú me ayudaste a sobrevivir, por favor concédeme el honor de comer contigo.

Hinata iba a negarse nuevamente pero un tercero hizo aparición en la florería, sonrió al ver a Atsumu entrar totalmente agitado.

— Shoyou, acepta la comida... Este rey idiota quería comprarte una casa por qué le ayudaste con la resaca.

El mencionado volteó a ver al pelinegro que lo miraba como si fuera la octava maravilla del mundo, solo pudo suspirar y asintió con la cabeza.

De acuerdo, salgo en media hora... Me gustaría irme a cambiar al departamento, entonces ¿Te veo ahí?

Kageyama asintió relajando su gesto y salió del lugar seguido de Atsumu.

Como era de esperarse, Noya no dejó de molestar a Hinata durante un tiempo hasta que vieron a su jefe salir de los baños arreglándose la ropa y seguido de él, el castaño peinando un poco su cabello.

Ellos no tenían por qué haber visto eso pero al menos ya sabían donde habían estado durante ese tiempo.

Oikawa se dirigió a Hinata quien siguió platicando con Noya pero después le hablo.

— Chibi-chan... ¿Tienes un momento? Necesito hablar sobre flores.

Hinata asintió con la cabeza y salió junto con el castaño siguiéndole.

Al estar en la calle verificaron que no hubiera alguien más husmeando y así dieron inicio a su plática.

¿De que querías hablarme? — preguntó el pelinaranja una vez se vieron a los ojos.

— Está tarde me iré de viaje, entonces vine a entregarte mi pase del bar... No lo voy a necesitar por el tiempo que esté fuera y sabes que soy muy despistado y he perdido tres pases...

Hinata abrió su boca formando una perfecta "o" mostrando su sorpresa aunque también dentro de él mantenía el pensamiento de que tendría que acostarse con alguien más en el bar... Genial. -notese el sarcasmo-

— Pero eso no es todo — habló el castaño buscando en su bolsillo de su gabardina — Quería regalarte esto, muchas gracias por tanto Chibi-chan.

Oikawa le entregó un cheque con muchos ceros después del uno y más aparte en dólares.

¡Oh por... ! ¡Oikawa-san no puedo aceptarlo! ... Es demasiado.

— Tu haces por mí demasiado... Cómprate algo lindo para la próxima vez que nos veamos... Espero una bienvenida. Quería dártelo en navidad como siempre pero no creo estar en esas fechas aparte no es mucho solo le aumente un cero a la cantidad del año pasado.

Muchas gracias... Le deseo un buen viaje Oikawa-san.

— Gracias a ti Sho-chan. — el mayor de despidió agitando su mano mientras subía al coche.

Suga salió poco tiempo después para entregarle el ramo de Margaritas al castaño quien lo aceptó con una sonrisa coqueta.

Hinata se vió totalmente ajeno al par que se coqueteaba descaradamente en el coche, así que solamente entró a la florería y comenzó a dar brinquitos de felicidad por todo el lugar.

Noya no tardó en entender lo que sucedía y en cuanto vio el cheque comenzó a dar brinquitos de igual manera que la pelucita de color naranja.

En cuanto vieron a Suga entrar, tuvieron que dejar de brincar pero nadie les podía borrar la sonrisa de su rostro.

Durante los minutos restantes escucharon a Suga quejarse de que tendría que estar presente en el parto de Michimiya ya que como Daichi había estado en coma debido a una bala perdida, y se le hace imposible el estar en el parto el cual estaba programado para esa tarde.

Sin mucho más que hacer, se despidieron una vez cerraron la florería y cada quien se fue por su lado.

Hinata iba a paso rápido a su departamento donde debía cambiarse rápidamente para salir a comer. Maldición tenía pétalos de florecitas en el cabello y estaba más que seguro que su rostro estaba machado de tierra donde seguramente tenía tierra encima de la tierra.

Estoy en casa — habló fuerte para que le escucharán

El pelinegro salió de su recámara con la misma sonrisa espeluznante y algo retorcida.

Bienvenido... ¿Te gustaría comer algo en especial? — dijo sacando su celular para buscar algo en alguna aplicación.

Realmente no, lo que sea está bien, no soy exigente con la comida.

Lo sé, hice la reservación.

Me baño rápido y bajo ¿De acuerdo? Espérame en la sala.

El pelinegro obedientemente caminó a la sala donde se sentó observando su celular.

Mientras que Hinata corrió a su habitación donde aventó sus cosas a la cama y buscó entre sus cosas algo que se viera ni muy formal, ni tan informal.

Un suéter negro, una playera blanca con franjas naranjas de manga corta -la cual iría arriba del suéter- , un pantalón verde olivo y tenis blancos.

Con sus cosas listas, entró al baño y se dio un baño rápido pero consiente.

Aún desnudo, se puso crema con olor a cítricos, una loción para el cuerpo con el mismo olor que la crema y listo para vestirse.

Cuando su vestimenta estuvo lista, peinó inútilmente sus cabellos naranjas y se maquillo lo más rápido y sencillo posible para bajar las escaleras.

Estoy listo

Kageyama se puso de pie, lo miró de arriba a abajo como si quisiera escanearlo y no dudo en grabar en su mente el olor a naranja que desprendía el lindo chico frente a él. Antes de pensar en algo más, agarró las llaves de su motocicleta la cual estaba en el estacionamiento.

El mayor le entregó el único casco que tenía al pelinaranja quien lo aceptó y se lo acomodó correctamente para después subir detrás de Kageyama.

Al ser la primera vez que se subía a una motocicleta, se aferró al mayor quien aparentemente no le ponía importancia aunque en su mente estaba totalmente nervioso y alterado.

Podía ver un cartel en su mente que decía "Tenemos un 3312"

Ni siquiera sabía por qué estaba nervioso pero quería que aquel contacto durará mucho tiempo... Tal vez se iría por el camino largo para sentir los pequeños y temblorosos brazos de Hinata envolviendo su cintura.

Definitivamente debía estar loco... No podía estar sintiendo esos sentimientos por un hombre.

¿Verdad?

Admitirlo no sería nada fácil...

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Nota:

Imagen de referencia a la ropa de Shoyou.

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