🌼 Capítulo 7 🌼
La pregunta dejó desconcertado a Hinata quien se quedó estático en su lugar. Fácil se podría hacer pasar por una persona de esas que fingen ser estatuas.
Únicamente pudo reaccionar cuando el pelinegro lo jaló hacía él de modo que Hinata quedará sobre la cadera del más alto.
— Oh wow espera, espera... Kageyama estás borracho, tú no quieres que te bese. Soy un hombre ¿Recuerdas? — dijo mientras intentaba liberarse del débil agarre del pelinegro.
Antes de que se bajara del regazo del mayor, Kageyama agarró por la cintura al pelinaranja.
— Yo no te di permiso de que te bajarás.
— ¿Perdón? Tú no tienes por qué darme órdenes. — dijo Hinata con un poco de molestia en su voz — Sueltame.
— Tú tampoco tienes por qué ordenarme... — una sonrisa ladeada apareció en su rostro, pasó una de sus manos por el rostro del más bajo que seguía en su regazo intentando bajarse — Eres muy lindo Shoyou...
El mencionado volteó a verlo directamente a los ojos con un poco de vergüenza, molestia y se atrevería a decir que con un poco de disgusto.
— ¿Sí te doy un beso... me vas a soltar? — preguntó el pelinaranja casi en susurro, con su vista en el suelo.
— Lo prometo. — respondió el mayor soltando poco a poco las caderas del pelinaranja.
— ¿Crees que recuerdes esto? — preguntó cada vez más cerca del rostro del contrario.
— No creo... — Kageyama cerró los ojos al sentir la respiración del chico sobre él, en sus labios.
— De acuerdo
Hinata acortó la poca distancia que quedaba entre ellos juntando así sus labios con los del contrario, fue una ligera presión, una fricción casi inexistente pero aquel ósculo duro unos cuantos segundos.
El pelinaranja se separó del mayor, observando que se había quedado dormido...
Suspiró y se bajó de la cama para dirigirse a la salida. Dió una última vista al mayor.
— Tú no me digas que soy lindo por favor...
Cerró la puerta detrás de él y bajó las escaleras encontrándose con Noya quien platicaba amorosamente con alguien al teléfono.
Se acostó en el sillón y cerró sus ojos, no tenía sueño pero quería dormir mucho, por horas, días, semanas, meses, años o toda la vida si era posible... Estaba tan cansado de toda su situación.
Tocó sus labios con la yema de sus dedos y los presiono figurando un beso.
Había besado incontables veces, con incontables personas debido a su trabajo... Pero el pequeño beso que le dio al pelinegro se sintió diferente.
Se preguntó el por qué... Había experimentado tantos sentimientos pero la persona que se casó con su madre le había dicho que él no necesitaba de amor, le dijo que él amor era una mierda y era mejor nunca buscarlo por qué simplemente le lastimarian y le botarian cuando se aburrieran de él.
¿Pero por qué era diferente con Kageyama? ¿Así se siente estar enamorado?
No pudo evitar abrazar sus rodillas y sonreír tontamente mientras se imaginaba todo tipo de escenarios con Tobio.
Escuchó que su amigo había terminado su llamada y se reincorporo en el sillón pero enseguida fue tacleado por el castaño que no ser por qué era noche y podía despertar a personas durmiendo hubiera gritado de la emoción.
— ¡Shoyou! ¡Me dijo "mi amor"! — gritó en susurro abrazando fuertemente al pelinaranja.
El mencionado soltó una risita y abrazó de vuelta al castaño quien seguía "gritando" de la felicidad.
Durante un rato más se mantuvieron platicando de todo y nada a la vez, Hinata omitió el hecho de que besó a Kageyama pero aún así le confesó que creía haberse enamorado.
Al paso de las 2:45 de la madrugada, Noya y Shoyou subieron a la habitación del último para dormir un rato ya que en unas horas debían irse a trabajar aunque su buena noticia es que solamente trabajarían hasta medio día debido a que Suga tenía cosas importantes que hacer por la tarde y les dio la tarde libre.
Shoyou salió de su habitación para ir a la Natsu y taparla correctamente. Le dio su besito de buenas noches y la pequeña pelinaranja sonrió entre sueños mientras abrazaba su peluche de cuervo.
Caminó a paso tranquilo hasta la salida de la habitación de la pequeña y aseguró la puerta para que nadie entrará a menos que sea él mismo ya que tenía la llave de esa habitación.
Cuando llegó a su habitación, observó a su amigo castaño quien ya estaba perdidamente dormido en un extremo de la cama así que se cambió rápidamente a su pijama, de igual forma puso seguro a su puerta y en cuanto puso la cabeza en la almohada, se quedó dormido.
A la mañana siguiente, el sonido del despertador y una almohada estampada en su rostro fue lo que lo hizo despertar.
— Shoyou apaga esa maldita alarma — regaño el castaño al chico que se intento ocultar en las sábanas.
Cinco golpes en la cabeza y una vez que lo tiraron de la cama, pudo por fin despertar.
Se levantó del suelo y caminó con los ojos cerrados hasta el baño donde solamente se lavó la cara y los dientes.
Se cambió rápidamente ante la atenta mirada del castaño quien lo elogió al punto que lo hizo enrojecer y sus movimientos se hicieron más torpes.
En cuanto estuvo listo, salió de su habitación para caminar hacia la de Natsu donde dormía plácidamente la pequeña con medio cuerpo en la pared.
— ¿Cómo es que terminas así? — preguntó el pelinaranja — Natsu... Despierta.
Hinata comenzó a acariciar el cabello de Natsu para después acomodarla de un modo más decente en la cama.
— Natsu, vamos... Pequeña, despierta. — le hablo un poco más fuerte y al mismo tiempo, la sacudió un poquito.
La escucho quejarse y poco a poco abrió sus ojitos color avellana. Shoyou le sonrió y se agachó para darle un besito en su frente provocando una risita en la menor.
— Buenos días hermanito...
Cuando la pequeña se sentó en la cama, comenzó a buscar lo necesario para darle un baño a su hermanita.
La pequeña salió de su cuarto para dirigirse al de Shoyou donde estaba Noya y se saludaron efusivamente.
Natsu se metió al baño dejando la puerta abierta, Noya tuvo que salir de la habitación para darle privacidad a la niña que se estaba desnudando frente a él.
Shoyou entró poco tiempo después donde Natsu le esperaba con una radiante sonrisa. Esa pequeña niña le recordaba tanto a su mamá, era su viva imagen... Tuvo que reprimir sus lágrimas para acercarse a la pequeña y con un poco de incomodidad comenzó a bañarla en la tina donde Natsu no dejaba de jugar y hablar de cualquier cosa que se le ocurriera en esa infinita y algo turbia -algunas veces- imaginación.
— ... Entonces por eso digo que Rody es la amistad más bonita y leal de Midoriya.
Shoyou soltó una risa al escuchar la teoría de su hermana pero simplemente asintió con la cabeza.
Cuando terminó de bañarla, la cambio correctamente y bajaron juntos de la mano haciendo el menor ruido posible para no despertar a un pelinegro que desde afuera se escuchaba que estaba roncando.
En la cocina, les esperaba Noya con el desayuno listo y con el bento que llevaría la pequeña a la escuela.
Los tres desayunaron entre algunas platicas sin sentido donde Natsu decía que 2 + 2 era un pez o que el cuatro era una silla al revés... ¿De dónde se le ocurría aquello que no tenía lógica?
U otras platicas un poco más serias donde comentaban que en el jardín de niños donde asiste Natsu, planeaban implementar clubs.
— ¡Quiero entrar al club de Voleibol! — comentó la pequeña con una gran sonrisa.
— Claro Natsu, al rato hablaré con el director.
— ¿¡Enserio!?
Shoyou sonrió y asintió con la cabeza. Sabía que aquello implicaba más dinero pero haría de todo por ver a su pequeño solecito feliz. Aparte que el gasto de prácticamente todo de hizo más ligero gracias a Tobio así que no le daba problemas el pagar más dinero para el club.
Los tres salieron en dirección a la escuela entre chistes, risas y una que otra llamada de atención a la pequeña y a Noya quienes casi se cruzan la calle sin mirar a los lados.
— Nos vemos hermanito, hasta luego Noya-san. — se despidió Natsu para después agarrar la mano de su maestra quien la llevó directamente al salón.
Ambos amigos se fueron nuevamente platicando de cualquier cosa que se les ocurriera. Así que cuando llegaron a la estación de metro, se separaron para quien tomar su lado y verse en un par de horas en la Florería.
Shoyou se puso sus audífonos y apretó la pantalla donde decía aleatorio. Dejo sonar su reproductor de música, sonando cómo primera canción Dynamite de BTS.
Al poco rato, llegó a su departamento donde logró ver la figura de Tobio en el sillón tapado hasta la cabeza con una manta mientras veía la televisión a un volumen demasiado bajo.
Se acercó al pelinegro quien volteó a verle a través de unos lentes oscuros.
No pudo evitar verlo con curiosidad pero simplemente le sonrió ligeramente.
— Buenos días... Esto... ¿Estás bien?
Kageyama suspiró y negó ligeramente con la cabeza mientras volteaba a ver a otro lado.
— Me duele mucho la cabeza, la garganta, no sé cómo llegué aquí y tuve un sueño extraño donde te be... — se quedó en silencio un momento — donde te veía bailando en un tubo.
— Bueno lo de verme bailar es la realidad, cariño... Anoche llegaste borracho así que lo que tienes se llama Resaca... ¿Nunca te habías emborrachado?
Tobio agachó la cabeza y pudo ver qué su rostro se tiño de un adorable rojo, soltó una ligera carcajada pero enseguida se calló al escuchar el quejido del pelinegro.
— Te traeré algo... Y tranquilo que no te vas a morir.
Shoyou se puso en marcha hacia la cocina sintiendo su rostro arder... Sabía que iba a decir que soñó que se habían besado en lugar que que lo vio bailar en un tubo... y para colmo ¡Ambas eran la realidad!
Y hasta que llegó a la cocina cayó en cuenta que le dijo cariño. ¡Genial Shoyou! ¡Espantalo!
Soltó un suspiro y se apresuró en buscar una pastilla para el dolor de cabeza, un vaso grande con abundante agua para después llevárselo al pelinegro quien seguía viendo la televisión.
Le extendió el agua y la pastilla. Tobio lo observó atentamente sin hacer ni un solo movimiento así que solo pudo sonreír un poco incómodo.
— Toma esto, acabate el agua, también puedes tomar un baño y descansar... Con eso deberías estar bien.
— Gracias...
— No hay de que... Yo debo irme a trabajar en menos de una hora así que, me voy.
Tobio asintió con la cabeza y se tomó la pastilla con toda el agua que le había sido dada.
Se recostó en el sillón y se sacó los lentes dejándolos al lado. Cerró sus ojos escuchando ligeramente los ruidos de la habitación de arriba donde duerme Shoyou: se escuchaba como cantaba una canción o como se le caían algunas cosas.
Sonrió inconscientemente al recordar el sueño que tuvo... Literalmente había sido casi una declaración de amor y ni siquiera sabía el como y el por qué habían llegado a esa situación pero el beso se sintió tan real y para ser sincero. No le desagradó, hasta le gustó se atrevería a decir.
— Kageyama, ¿Irás hoy al trabajo? — la voz del pelinaranja lo obligó a abrir los ojos. Se levantó con lentitud para verlo directamente a los ojos aunque no pudo evitar mirarlo de pies a cabeza...
Simplemente era una camisa blanca, un pantalón negro, tenis perfectamente blancos y de su brazo colgaba un mandil de color café... Pero lo que mas resaltó, fueron esos lentes que lo hacían ver tan... Perfecto.
— Eh... No, no iré. ¿Por qué?
— ¿No te regañan en tu trabajo si no vas por qué tienes resaca? Dios, que buen trabajo... Quiero uno así... En fin, yo saldré temprano así que nos vemos en un rato.
— Que te vaya bien
— Gracias... Amm...date un baño y duerme... Adiós.
Salió a paso rápido donde pudo respirar completamente aliviado.
Bajó tranquilamente por el elevador donde se despidió nuevamente del guardia del edificio y logró ver a Atsumu sacando la basura así que corrió hacia el y de un brinco se colgó de su espalda.
Atsumu no tuvo que preguntar el "¿quien eres?" Por qué el dulce aroma del perfume que usa Shoyou lo delataba completamente.
— ¡Shoyou! ¡Que agradable sorpresa! — dijo dando vueltas sobre si mismo para hacer que girará Shoyou por el aire.
— Pues tú, que desde que regresaste con Kiyoomi-san ya no me hablas. — reprochó bajando de la espalda del mayor.
— Perdón... Pero ya sabes que puedes ir al departamento cuando quieras, no tenemos problemas. — comentó en un tono coquetón.
— Lo sé, pero no me siento muy cómodo estando con dos chicos que me he cogido por separado y juntos en una misma habitación.
Ambos soltaron una risa y se quedaron en un silencio no del todo incómodo.
— ¿Y tú? ¿Que tal tu vida con Tobio?
Shoyou se sonrojo de golpe pero enseguida trato de sonreír naturalmente.
— ¿Todo bien? No nos llevamos del todo y apenas si cruzamos palabras pero es alguien ¿Agradable?
— Te gusta — fue más una afirmación que una pregunta.
— Sí... Es que ¡Arg!... ¿Lo has visto? Es demasiado guapo y apenas ayer que estuve encima de él le sentí el paquete y amigo, estuve a punto de llamar a un doctor y que me hiciera una operación de cambio de sexo o golpearlo hast que se hiciera gay...
— Haber espera un momento... ¿Estuviste encima de él? ¿De que me perdí?. Lo deje medio muerto en la puerta de su departamento me dices que estuviste encima de ¿Él?
— ¿Enserio dije eso? Mi mente está en otro lado... Que loco ¿No? Ja ja... — dijo con un incredulidad, suspiró con resignación ante la mirada de Atsumu — No fue nada... ¿Sí? Me dijo que lo besara y pues yo me negué pero antes de que repitiera que soy "lindo" — hizo comillas con los dedos — decidí besarlo, no fue nada más de eso.
Su teléfono sonó y eso solo significaba una cosa.
"Suga-sempai"
— ¡Por todos los dioses! Voy tarde... Nos vemos Tsumu, te amo.
— Nos vemos Sho... Yo también te amo pequeño y lo lamento por lo que dijo Tobio.
— No importa... El no sabe la profundidad de esa palabra que tiene en mi vida, así que es inocente... No hay problema... ¡Nos vemos! — se despidió con una mano para después atender la llamada — Suga-san ya voy para allá, ocurrieron unas cosas en casa perdón..
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