🌼 Capítulo 6 🌼
Al ver qué el pelinegro se echó a correr a la salida, por impulso lo siguió casi enseguida después de darle el efectivo que traía en la mano a Ken-chan.
Atsumu salió buscando con la mirada rápidamente a Kageyama. En cuanto lo vio, ni dudo en ir con él.
El pelinegro estaba en la esquina de la calle en posición de ovillo, escondiendo su rostro.
Miya, se agachó y se quedó en silencio hasta que el pelinegro le dijera algo. Lo cual no tardó mucho en pasar.
— ¿Podemos irnos? — preguntó casi en susurro.
— ... Será un poco difícil. — comentó Atsumu después de un corto silencio. — ¿Puedes decirme que pasó? ¿Por qué saliste corriendo?
Kageyama intento hacerse más chiquito si es que era posible, ni el mismo entendía el por qué salió corriendo del lugar, no entendía el por qué tiró de la correa para acercarse, no entendía el por qué tuvo la necesidad de tocarle... No entendía el por qué tenía una erección por un hombre.
Al no recibir respuesta, el teñido apoyo una de sus manos en el hombro izquierdo de su mejor amigo.
— ¿Te gustó? — preguntó con un poco de diversión pero tampoco recibió una respuesta hablada, en cambio vio el gesto de molestia que le dedico el pelinegro. — ¡Hey! Amigo, no tiene nada de malo que te guste un hombre.
— ¡No me gustan los hombres!... — gritó con furia el pelinegro.
Atsumu estuvo a punto de bromear un poco más, pero en cuanto vio que Tobio estaba casi al borde de las lágrimas, decidió parar con su diversión no correspondida.
— Ya... Bien, supongo que solo estás sensible por lo que sucedió con.... — guardo silencio buscando alguna palabra para hacer reír a su amigo — con la cucarachita ¿No?... Solo estaba bromeando un poco, lo siento.
Tobio sonrió con tristeza y asintió con la cabeza... Seguramente era eso, se sentía confundido y como era reciente su ruptura estaba buscando un poco de cariño... Sí, eso era.
Intento convencerse el mismo de que únicamente sentía admiración por ese chico, no sabía por completo su situación pero el escuchar las pequeñas platicas que tenía con Natsu, lo ayudaba un poco a saber más del pelinaranja... Y vaya que la vida no ve a todos con una sonrisa.
Después de una plática donde Kageyama pudo relajarse, volvieron adentro donde encontró a sus amigos bailando en la pista totalmente borrachos con algún o alguna trabajadora del bar.
Atsumu y Tobio rieron por la situación pero aún así se sentaron donde habían estado anteriormente y comenzaron a platicar.
Al teñido le llegó un mensaje que le hizo sonreír en gran manera y eso no paso desapercibido por el pelinegro que como buen creyente que el humano sobrevive por el chisme, estiró su cuello para lograr leer lo que decía en el teléfono del rubio.
Lastimosamente no alcanzó a ver la conversación pero si el remitente.
"OmiOmi ♡"
Suspiró con pesar al saber que en menos de un día, la parejita ya estaría compartiendo todo tipo de fluidos corporales en la habitación de Kiyoomi o de Atsumu, a la que lleguen primero.
Pareciera que estuvieran en una relación bastante tóxica y más por costumbre que por amor... Pero bastaba con ver los ojos de Atsumu brillar como un sol para creer aunque sea un poquito en que podría funcionar su relación.
De cualquier modo, ahí estaría él para ofrecer su hombro si es que necesitará llorar.
A lo lejos, logró ver cómo el pelinaranja salía de un cuarto el cual aparentemente era el camerino completamente cambiado, únicamente traía el antifaz para que nadie en el lugar lo conociera.
Varias personas, hombres y mujeres se acercaban al chico quien amablemente les decía algo para después irse, se le notaba un poco incómodo cuando algunas personas querían tocarlo o besarlo pero debía mantener una sonrisa para disculparse y llegar corriendo a la barra donde le aviso a alguien que al parecer se iría ya que se despidió.
Busco con la mirada y en cuanto sus miradas chocaron, desviaron la vista automáticamente.
Shoyou se acercó a la mesa más específicamente a Atsumu para tocar su hombro y llamar su atención.
— ¡Ah!... Sho-chan... ¿Todo bien?
— Y-yo... — carraspeo la garganta al escucharse como estaba tartamudeando — Ushi-san no podrá cuidar a Natsu, así que ya casi debo irme...
— Te llevo, luego vengo por estos hormonales. — dijo Atsumu levantándose del asiento pero Hinata se lo impidió
— N-no es necesario... Terushima vendrá por mí.
Atsumu invito a Shoyou a sentarse con ellos mientras mantenían una conversación bastante fluida debido a que se conocían perfectamente así que podían hablar como sin nada.
Incluían a Kageyama en algunas cosas pero este solamente asentía con la cabeza o contestaba únicamente lo necesario, hasta que llegó el momento en que se quedaron sin plática... Pero al teñido se le ocurrió algo para llamar la atención del pelinegro, lo cual, logró exitosamente.
— Oye... Ahorita que mencionaste a Terushima, ¿Él no es el confeccionista de Johzenji?
Kageyama volteó a verlos con sorpresa, pero enseguida siguió bebiendo lo que sea que tuviera en su bebida pero escuchando atentamente lo que decían.
— ¡Sí!... De hecho, mañana iremos a festejar junto con Natsu de que ganó el primer puesto en moda del año. — comentó Hinata con una sonrisa.
— Cierto... Dale mis felicitaciones. — dijo con una sonrisa sincera pero Kageyama volteó a verlo con indignación... Únicamente faltaba que le dijera "Ni judas había sido tan traicionero"
Atsumu le hizo una seña a Kageyama para que hablara con él, y dijo lo primero que se le vino a la mente.
— ¿Conoces la marca ~KT~? — Atsumu sonrió complacido aunque también con burla.
Hinata volteó a verlo y le sonrió ampliamente.
— Claro, es la marca donde Tsumu a veces modela. — comentó con orgullo para voltear a ver la teñido quien no había dejado de sonreír.
— Y... ¿Y que opinas? ¿La ropa es buena? ¿De calidad? ¿Crees que es anticuada? ¿Los precios?-
— Wow wow... Más despacio velocista — interrumpió Hinata a Kageyama con una risita. — Yo creo que el diseño de la ropa está bien, cada diseñador tiene su propio estilo así que no creo que sea necesario que deba cambiar drásticamente... A lo mejor colores un poco más llamativos.
Kageyama escuchaba atentamente al pelinaranja quien decía sin una sola pizca de que estuviera juzgando la ropa.
— Aunque creo que los precios subieron considerablemente en la última temporada de ropa para niños... Natsu es muy fan de esa ropa y siempre le compro ahí, pero subieron los precios y para alguien como yo es difícil comprarle ropa a una niña que crece cada vez que parpadea.
El teñido soltó una risita al ver el rostro de Kageyama que pareció haberse iluminado por los dioses... La tela había subido de precio pero tal vez... Solo tal vez... Haría una fiesta de rebajas... ¡Claro! Así se repondrían las ventas.
Tendría que comentarle a Yamaguchi su nueva idea esperando a que le gustará.
— ¿Sabes? Posiblemente vaya a ver lo de el trabajo que están solicitando.
Kageyama dirigió su vista nuevamente al pelinaranja sorprendido. Tenía meses un maldito cartel en la puerta de la entrada diciendo que solicitaban Secretaria/o.
— Dicen que él presidente es un rey egocéntrico que nadie soporta... Yo jamás lo he visto porque solo soy un plebeyo. — comentó divertido Atsumu.
— Son solo rumores. — contestó de inmediato el pelinaranja. — Aparte si así fuera, seguro yo le quitó lo egocéntrico — Atsumu vio con picaría al pelinaranja quien se sonrojo tanto que se podía ver hasta sus orejas — S-sin fines sexuales...
Antes de que Tobio dijera algo relacionado con el trabajo, el teléfono de Shoyou anuncio un mensaje y después de contestar, comenzó a recoger todas sus cosas.
— Ya llegó Terushima... Nos vemos Tsumu.
Atsumu asintió con la cabeza y sacudió el cabello de Shoyou antes de que se fuera.
El pelinaranja le dirigió una vista al pelinegro quien lo miraba atentamente con una tierna sonrisa pero solamente hizo una reverencia y salió casi corriendo del lugar para encontrarse con el coche deportivo de Terushima.
Subió al coche y se desplomó en el asiento.
— ¿Todo bien, Shoo? — preguntó Terushima al no escuchar como el pelinaranja llegaba quejándose de que algún degenerado lo toco mientras caminaba sin su permiso como todas las veces que iba por él.
— Creo... Creo que me acabo de enamorar...
Terushima vio totalmente sorprendido al pelinaranja quien tapo su rostro con ambas manos y comenzó a dar pequeños saltitos en su asiento.
— ¿Enserio? — preguntó con incredulidad.
— No lo se... Nunca me he enamorado así que no lo sé... Pero es que ¡Arg! Es tan guapo.
Terushima escuchó atentamente todo lo que tenía que decir el pelinaranja, le encantaba verlo sonreír y escucharlo hablar sin parar cuando algo le gusta hasta que llegaron al departamento del pelinaranja.
Hinata abrió la puerta y fue recibido por las risas de Noya y Natsu. Su primer pensamiento fue degollar a su mejor amigo preguntándole el por qué no le aviso que él podría cuidar a Natsu.
— ¡Estoy en casa!... Pasa Shima.
— Ah, yo debo irme... Le dije a Hana que llegaría temprano.
— ¿Los interrumpí? — preguntó con preocupación — Lo siento... Dale mis disculpas a Hana.
Terushima le resto importancia y después de despedirse de Natsu y Noya, salió del departamento.
Al ser las 12:45 de la noche, decidieron ver una película junto con Natsu quién los animo a qué se quedarán despiertos con ella mientras jugaban al salón de belleza.
Veían atentamente "La tumba de las luciérnagas" olvidando tanto la comida que había frente a ellos, como la mascarilla que debieron de haberse quitado hace diez minutos.
Natsu se había quedado dormida en algún punto de la película pero Noya y Hinata seguían con su sufrimiento viendo la televisión con las mascarillas escurriendo debido a las lágrimas y trataban de que su llanto no fuera tan audible para no despertar a la pequeña que estaba dormida en los brazos de su hermano mayor.
Cuando la película termino, ambos amigos comenzaron a llorar con más intensidad.
Después de unos minutos se tranquilizaron un poco y Shoyou llevo a Natsu a su recámara, la arropó correctamente y le dio un besito a su hermanita prometiéndole por su vida que la cuidaría con toda su alma.
Noya estaba lavando su rostro en el baño de visitas donde pudo ver varias cosas de aseo personal. Y entonces recordó que el chico de los ojos bonitos vivía con su mejor amigo.
Lo más rápido posible, salió del baño para encontrar a Shoyou quien observaba a la nada mientras sus lágrimas seguían saliendo. No sabía si era por la película, por Natsu o por su vida pero las lágrimas no dejaban de salir... Se hecho si sabía el por qué lloraba.
Su mamá.
El castaño jalo a Shoyou para abrazarlo y enseguida el gesto fue correspondido donde se permitió llorar con más fuerza mientras abrazaba al chico que estaba un par de centímetros más bajo que él.
— Ya... Tranquilo Shoo, estoy aquí. — Noya acaricio el cabello revoltoso de su mejor amigo tratando de tranquilizarlo.
— E-es que... Ella no merecía eso... ¿Por qué tuvo que casarse con él? ¿Por que tuve que tomar tanta responsabilidad tan chico? — dijo casi en susurro pero aún así fue audible para el castaño.
— Shoyou... Tu mamá fue una gran mujer, era inocente pero desgraciadamente hay personas malas en el mundo y ese idiota es una de ellas... Tu tampoco mereces lo viviste... Pero mírate, eres alguien que sale adelante, cuidando a tu hermanita y sabes... Natsu te ve como su héroe.
Ambos chicos se mantuvieron abrazados, uno dando palabras de ánimo, mientras que el otro trataba de tranquilizarse.
Después de unos cuantos minutos, se dispusieron a comer algo ya que sus estómagos lo exigieron en algún punto de su abrazo.
Cuan una sonrisa un tanto tranquila, cocinaron juntos hasta que escucharon que la puesta fue abierta, unos pasos torpes y con el ruido del choque de alguien con los muebles, solo indicaba una cosa.
Kageyama llegó borracho.
— Shhh... Estúpido banco no hables. — dijo en voz "baja" — Hinata está dormido, tú no deberías de estar despierto a estas horas — comentó regañando a un banco de madera.
Ambos observaron la escena con gracia pero en cuanto vieron que el pelinegro estaba apunto de caerse al suelo, corrieron a su auxilio y subirlo con demasiado esfuerzo a su habitación.
Cuando por fin pudieron tumbar al peso muerto del pelinegro en la cama, suspiraron con alivio y cansancio.
Noya escuchó su teléfono sonar desde la planta baja, así que fue rápidamente a ver quién era.
Mientras tanto, Shoyou le quitó los zapatos al pelinegro, le desabrochó dos botones de su camisa y el cinturón de su pantalón para que pudiera descansar mejor.
En cuanto se iba a alejar, una mano agarrando su muñeca lo alteró pero enseguida dirigió su vista al de ojos Azules que lo observaba atentamente.
— Kageyama ya que despertaste, vístete correctamente y duérmete...
Hinata iba a quitar su mano del pelinegro que le impedía irse pero el contrario apretó un poco más su agarre sin llegar a lastimarlo.
— Oye Hinata...
— ¿Que sucede?
— ¿Te he dicho que eres un chico muy lindo?
Hinata se sonrojo inmediatamente sintiendo su rostro arder, iba a hablar cuando el pelinegro lo impidió.
— ¿Puedo... Besarte?
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