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🌼 Capítulo 22 🌼

Akane fue la primera en reaccionar, soltó un chillido emocionado y aplaudió con gran emoción.

Pero al ver qué nadie... Absolutamente nadie le seguía a su felicidad decidió callar lentamente.

— Y-yo amm... Creo que iré a ver si ya puso la marrana — dijo la castaña yéndose corriendo hasta la cocina.

Mientras que en el comedor Tobio ¿Se arrepentía?, No. Definitivamente él quería decir todo lo que traía en su corazón y sintió un apretón cálido en su mente cuando pronunció aquellas palabras.

— ... ¿Qué? — soltó el abuelo viajando su vista entre Shoyou y Tobio. — ¿Ustedes?

Hinata al ver el gesto de tal vez decepción del abuelo hacia su nieto no le fue imposible levantarse de su asiento.

C-con su permiso. — pronunció esas simples palabras antes de ponerse nuevamente su saco y caminar hasta el recibidor dónde encontró una bufanda.

No le importó de a quien pertenecía solo quería salir de ahí.

Tobio por su lado azotó los cubiertos que traía en su mano después de que escuchó que la puerta había sido cerrada.

Sin querer decir más, el pelinegro se levantó con toda la intención de seguir a su novio.

— ¿Que significa eso, Tobio? — preguntó el abuelo dejando de igual manera sus cubiertos a un lado.

¿A qué te refieres? — preguntó ya que no tenía muy en claro a lo que se refería el abuelo.

— ¿Estás saliendo con Él? — hizo énfasis en la palabra "Él"

Miwa y Akane decidieron llevarse a Natsu quien observaba la conversación algo confundida ya que era demasiada información para su cabecita.

Los demás chicos decidieron salir a buscar a Hinata quien estaba en un país totalmente diferente para él y les preocupó el estado en el que salió de la casa dejando al abuelo y nieto solos en la sala.

Es lo que dije ¿No? — volvió a tomar asiento nuevamente frente al abuelo.

— Tobio... Es amm....un hombre.

¿Tienes algún problema con ello? ¿Algún problema de que esté saliendo con un hombre?

El abuelo negó lentamente con la cabeza y se recargó en su silla volteando a a ver sus manos.

— No es eso hijo, no tengo ningún problema en qué estés saliendo con él pero no puedo evitar no preocuparme por ti... Por ustedes.

Ambos se quedaron en silencio escuchando como Natsu jugaba con quién sabe que cosa ya que se escuchaban golpes en tal vez el suelo.

Hasta hace unos meses estaba seguro que únicamente me interesaban las mujeres, pero cuando lo conocí — una sonrisa se instaló en sus labios — fue tan... Extraño, sentí algo que hizo que me acercara más a él y después de mucho tiempo descubrí que me gusta... Me gusta un hombre... Y lo haré feliz.

El abuelo solo escuchó atentamente al joven frente a él pensando en que jamás había visto ese brillito que se instaló en los ojos de su nieto y aquella sonrisa al decir que le gustaba fue suficiente para hacerlo sonreír a él también.

Lamento no poderte dar nietos — las palabras de Tobio le sacaron de sus pensamientos provocando que riera bajito — ¿De que te ríes?

— Pueden adoptar, o rentar un vientre... Sería mejor eso, así podría parecerse a ti... Mejor a Shoyou el tiene mejor carácter y es guapo, no digo que guapo de que me guste por qué él es tu novio pero tiene un atractivo, ¿Por qué no le dices que sea modelo? ¿O que trabaje para ti? — al terminar de decir aquello, el abuelo volteó a ver a Tobio quien le miraba algo sorprendido — ¿Qué? ¿Por qué me miras así? ¿Acaso vas a declararme tu amor?

Tobio negó repetidas veces con la cabeza antes de suspirar algo aliviado.

— Escucha Tobio... — llamó su atención — Tienes todo mi apoyo, sean felices juntos y lamento haber reaccionado así y no decirte que estoy realmente feliz por ustedes... Ahora ve por tu hombre.

El mencionado sonrió ampliamente mostrando su extraña y torcida sonrisa pero sincera así que antes de salir de casa dio la vuelta a la mesa y abrazó a su abuelo.

Muchas gracias.

— Ya, ya, ya... Mucho sentimentalismo por hoy... Vete ya o yo mismo te correré a patadas.

Tobio rió y salió corriendo de la casa después de tomar su gabardina y bufanda para dejar pasar un poco el frío del invierno que se sentía.

A lo lejos pudo ver a sus amigos quienes inútilmente describían a una persona bajita, de cabello naranja y lindo.

Dejando pasar los gritos de sus amigos llamándole, siguió su instinto o tal vez el destino le guío hasta la entrada de un lugar que daba bastante miedo por la noche y por el día también pero más por la noche.

"Cementerio de Seúl"

Se amarró con fuerza los pantalones y después de rezar unos veinte padres nuestros y cantar bajito "Dios está aquí". Entró al cementerio donde una vez más de manera automática siguió a su corazón donde como un ángel caído del cielo pudo ver a alguien con la descripción que decían sus amigos agachado frente a una lápida.

Con un poco de desconfianza, avanzó hasta que piso una ramita dónde le terminó sacando un gritó no muy masculino al pelinaranja quien por poco y le avienta la piedra que traía en la mano solo para prevenir.

Eres tú... — dijo el pelinaranja después de sorber por la nariz — ¿Que haces aquí? Deberías estar allá.

Eso mismo debería de decir... ¿Que haces aquí? — Tobio se acercó al pelinaranja flexionando sus rodillas del mismo modo en qué estaba Shoyou

" Que descanse en paz:
Hinata Toshio y Hinata Akira "

En cuanto vio los nombres no pudo evitar sorprenderse ¿Que hacían sus padres en Korea?

Tobio... ellos son papá y mamá — sonrió con tristeza — Mamá y papá él es Tobio, la persona que -

Señor y señora Hinata, mi nombre es Kageyama Tobio... novio de Shoyou — El pelinegro le interrumpió pero decidió quedarse en silencio ya que vio que tenía toda la intensión de hablar — Es un placer conocerlos... Realmente espero que estén escuchando por qué no quiero quedar como idiota — provocó una risita en el contrario lo que le hizo sonreír — Solo quiero agradecerles por haber permitido que conociera a una persona tan perfecta como lo es su hijo, no deben preocuparse por nada ya que Shou está en muy buenas manos y si no me creen pueden preguntarle a él... Yo soy muy felíz con él y no dudo que el tambien sea felíz conmigo pero en caso de que no lo sea, haré todo lo que esté en mis manos o aunque esté fuera de mi alcance, haré de todo por llegar a la felicidad de este niño

No soy un niño, idiota — reclamó el pelinaranja haciendo un pucherito en sus labios

Deberían regañarlo, dijo una mala palabra... — puso su mano en su oído como si estuviera escuchando algo — ¿Qué dicen? ¿Que yo mismo le de un zape?... Con todo gusto

El golpe no tardó en llegar a la cabeza del pelinaranja haciendo que se quejara un poco del dolor para después voltear ver al responsable aunque no tardó nada su enojo cuando comenzó a reír con mayor fuerza.

Justo así quería verte — dijo Kageyama viendo a Hinata a los ojos — Sonriendo... Odio que llores.

El pelinaranja bajó la cabeza y suspiró algo cansado.

Decepcione a tu abuelo ¿No?... ¿Por qué lo dijiste? Pensé que tardarías más en decirlo

Hinata.

Comprare unos boletos y nos iremos Natsu y yo de vuelta

Hinata, escucha.

¿O me iré yo solo? Te puedo dejar a Natsu, para que disfrute de su primera vez en Seúl, es alérgica a todo tipo de nueces y odia el calamar

Shoyou, idiota, escuchame.

El pelinaranja se sumergió en sus pensamientos que no se dio cuenta que el más alto le estaba hablando hasta que se hartó y se acercó para besar los labios del de ojos color marrón quien se quedó en silencio y por fin le prestó atención.

Amor... Mi abuelo está feliz por nosotros

No mientas por convivir Tobio, yo mismo vi su rostro... Y no radiaba de alegría.

Fue algo inesperado para él, te diré más o menos lo que le dije... Hasta hace unos meses yo estaba seguro que quienes me gustaban eran las mujeres pero cuando te conocí iluminaste mi vida de una manera inimaginable, nunca había reído o sonreído tanto en solo un día y cuando me di cuenta de lo que sentía por ti fue algo que no quería admitir por qué tenía miedo de lo que podría pasar o más bien tenía miedo al que dirán pero cuando veo tu sonrisa o tus ojitos lo unico que quiero es mostrarle al mundo lo precioso que es mi novio.

Aquellas palabras le tomaron por sorpresa al más bajo, por lo que no supo cómo reaccionar y rió algo avergonzado para después tapar su rostro con ambas manos.

Siempre tienes algo lindo para decirme ¿No es así? — preguntó el pelinaranja aún con las manos sobre su rostro — ¿Enserio no se molestó el abuelo?

Para nada, me dijo que estaba feliz por nosotros.

Hinata solo pudo soltar un suspiro aliviado y dejó caer su cuerpo sobre el de Kageyama quien le atrapó pero no evitó que por el impacto ambos cayeran al piso.

Hinata... — llamo la atención del más bajo que reía bajito — Yo... Yo amm... T-te

La frase quedó inconclusa ya que se escuchó el estómago del más bajo gruñir exigiendo comida

¿Te quedaste con hambre? — preguntó Tobio sin recibir respuesta — Ven, volvamos a casa... Aún no pruebas el pastel de chocolate que hace Akane, es muy bueno.

Hinata hizo un puchero en cuanto escuchó el nombre de la castaña pero simplemente asintió con la cabeza y después de hacer una última oración a la lápida frente a ellos y despedirse prometiendo volver pronto, salieron de aquel lugar lúgubre tomados de la mano.

Tal vez era por la ocasión pero había más gente que de costumbre en las calles, algunos rebosando de alegría y uno que otro con botellas en mano mientras lloraban en silencio.

El pelinaranja vio como un chico se hincaba frente a una chica con un anillo en mano, proponiendo matrimonio y solo pudo suspirar con ilusión y felicidad al ver aquella pareja abrazada mientras se decían Te amo.

No paso desapercibido por Tobio quien como estrella fugaz llegó a su mente la pregunta: ¿Y sí nos casamos?. Él solo se respondió con un sí y guardando ese secreto jaló la mano del pelinaranja hasta unas calles antes de llegar al hogar de los Kageyama donde Shoyou rompió el silencio que había entre ellos.

Mis padres están aquí por qué tuve miedo de que allá les hicieran algo, esos hombres están locos así que temí por su seguridad y su descanso... Desde que Natsu llegó a mis brazos no tuve la fuerza para venir y bueno — Rió amargamente — tampoco tenía dinero... Así que gracias Tobio — se detuvo para después tomar las manos del más alto y acariciar sus nudillos — Enserio gracias... Tal vez fue el impulso del momento pero pude presentar a mi novio a mis papás, eso enserio me hizo muy feliz... Cuando te escuché decirles y decirme esas palabras llore nuevamente pero ahora de felicidad... Enserio no sabes cuánto te...

Nuevamente fueron interrumpidos por el grito de Miwa llamándoles desde dos calles adelante. Les causó gracia que ni uno, ni el otro pudiera terminar de hablar pero decidieron que guardarian aquello para otro momento... Otro día conviertiendo ese día cualquiera en uno muy especial.

¿Volvemos a casa?

Por supuesto...

Nuevamente tomados de la mano caminaron hasta la casa de los Kageyama donde Miwa sonrió y abrazo a Tobio mostrándole todo su apoyo.

— Hermano, te amo y sabes que te apoyaré en cada locura que hagas... Eso no cambiará nunca.

Mientras Hinata se quedaba observando el abrazo de los hermanos sin escuchar claramente lo que la chica decía solo pudo sonreír al ver cómo el pelinegro se separaba y limpiaba sus ojos tal vez por alguna lágrima que se escapó de ellos.

Cuando la pelinegra le dirigió la mirada solo dio un paso para atrás cuando sintió el abrazo de la misma así que solo recibió la muestra de afecto y aceptó las caricias de la chica sobre su cabello.

— Shou, gracias por hacer feliz a mi hermano... Enserio muchas, muchas gracias

El pelinaranja apretó su abrazo como si de manera silenciosa dijera "gracias por todo" y es que tenía tango por agradecer pero las palabras no salían por el maldito nudo en su garganta que no le dejaba articular ninguna palabra.

Los tres entraron a la casa siendo recibidos por la castaña que por un centímetro y se pegaba como sanguijuela al pelinaranja de no ser por Tobio que se puso frente a él.

— No seas envidioso. — reprochó la castaña — Y préstame a tu novio un momento, me gustaría hablar con él.

El pelinegro no estuvo muy convencido pero dejó que ambos salieran de la casa para tener un poco de más privacidad.

Hinata se sentía nervioso y bastante, es decir, era la ex novia de su actual novio ¿Qué es lo que ella quería decirle?

— Sabes Shoyou... — Habló Akane provocando que el menor diera un brinquito en su lugar. — me siento algo celosa ¿Sabes?... Y antes de que digas algo permite que termine de hablar... — recibió un asentimiento de cabeza — No tengo el derecho de sentirme así y lo sé bastante bien, es decir, yo lo engañe con alguien más y no lo diré como justificación pero es que yo me sentía tan sola, nunca pasaba tiempo conmigo, siempre era el trabajo, el trabajo y más trabajo... Nunca me ponía atención, ni siquiera la vez que me recibí como abogada fue a verme por qué tenía una junta del trabajo...

« Y ahora que veo como te mira... — suspiró con tristeza y volteó a verle — A lo que quiero llegar es que tú lo haces realmente feliz así que muchas gracias, nunca lo había visto sonreír tanto como cuando te ve o el brillo en sus ojos que ahora tiene, jamás en todos los años de relación que tuvimos lo vi así... Y quisiera pedirte de favor que lo cuides, lo ames mucho y sonríe para él por qué puedo ver una luz cálida en él cuando te ve sonreír... ¿Podrías hacerlo?

El pelinaranja abrazó a la castaña sintiendo como los brazos de la chica le rodeaban con un poco de duda pero cuando el contacto fue completo solo sintió como apretaba aquella muestra de afecto

Lo haré... Te lo prometo Akane.

— Gracias... Y recuerda que si necesitas una amiga, puedes confiar en mi ¿De acuerdo? Olvida que fui algo de ese niño, solo iniciemos de nuevo ¿De acuerdo?

De acuerdo.

Ambos se sonrieron mutuamente y la castaña tomo del brazo al pelinaranja para entrar a la casa mostrando a la chica burlandose del sonrojo que traía Hinata en el rostro diciéndole que era demasiado hermoso y que si quisiera casarse con ella.

Todos, a excepción de Natsu quien ya se había ido a dormir, estaban en la sala abriendo sus regalos así que Akane no tardó en jalar a Hinata para que se sentarán frente al árbol de navidad y entregarle su regalo al chico de hebras naranjas.

Hinata cerró de inmediato la caja en cuanto vio el contenido y agradecía que no lo saco de la caja, si no, tremendo lío en el que se metería con el abuelo.

Tobio se sentó frente a Hinata quien le sonrió agradecidamente en cuanto tomo en manos el plato con la rebanada de pastel que hablaron en el camino a casa.

El pelinaranja comenzó a comer y cómo niño pequeño, sus ojos brillaron con emoción cuando tuvo en su boca el delicioso pastel manchando un poco sus mejillas con el pan y glaseado, así que en cuanto sintió la mano de Tobio limpiando su mejilla no pudo evitar sonrojarse y sonreír tímidamente.

Kazuyo Kageyama miró la escena de la pareja, así que al ver el rostro de Tobio el cual parecía que tenía tatuado "Enamorado de Hinata Shoyou", no pudo evitar sonreír con alegría.

— Tal vez todo esto no es tan malo... — dijo bajito, sin ser escuchado.

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