🌼 Capítulo 20 🌼
Antes de empezar: quiero que sepan que no tenía planeado hacer está historia de más de 20 capítulos, pero me está gustando tanto escribirla que creo que me alargare aún más jajaja, espero que no sientan que va muy lenta 🫣🫣
Ya saben, mi recomendación es leer estos capítulos escuchando música, canción recomendada: "Red Lights" Stray Kids (Bang Chan, Hyunjin)
Aquel inicio de beso le cortó la respiración al pelinaranja, intentó alejar a Tobio pero poco después de que sus lenguas se encontrarán ya estaba enredando sus piernas a la cadera del más alto y sus brazos abrazándole por el cuello como sustento.
Sus labios de Kageyama eran embriagantes, adictivos y le era imposible resistirse a su sabor.
El sabor de la hierba buena debido a la pasta dental se presentaba en ambas bocas dejando una pizca de frescura en el calor que se comenzaba a sentir en aquella habitación donde trataban de no hacer ruido.
Tobio apretó los muslos de Hinata sacándole un pequeño jadeo que quedó insonorizado por sus labios buscando fusionarse aún más sí es que era posible.
El más bajo de altura se separó de los labios contrarios buscando aire ya que ambos se habían olvidado de algo tan simple como respirar.
— ¿Vas a obligarme? — preguntó entrecortadamente debido a su recuperación de aire.
— Por como te estás frotando no creo que te esté obligando — respondió con simpleza el más alto ladeando una sonrisa.
Definitivamente no era nada fácil resistirse a esa persona que tentaba su cordura acariciando su boca con la propia...
Sin esperar nada más, Hinata tomó la iniciativa de besarle con voracidad. Sacando todos sus sentimientos que traía encontrados desde la mañana. No quería dejarlo ir...
Y no lo haría.
Ni cuenta se dio cuando ya estaba recostado en el colchón de aquella cama individual pero lo suficientemente grande como para que ambos pudieran dormir a gusto.
Las manos de Kageyama se metieron bajo la playera del pelinaranja buscando el contacto físico directo. No pudo evitar sonreír en cuando sintió como el cuerpo del más bajo se estremecía bajo su tacto. Tal vez se debía a sus frías manos o al calor que comenzaba a crecer con cada caricia.
Kageyama recordó que Hinata odiaba el contacto visual en ese tipo de actos así que dejó al pelinaranja algo confundido en cuanto dejo de tocarle para levantarse y entre sus cosas buscar algo que pudiera usar para privar su vista.
Encontró una bufanda que usaba cuando era pequeño así que con esa prenda era suficiente. Se acercó nuevamente a Hinata quien luchaba por regular su respiración.
— ¿Que haces? — preguntó Hinata cuando sintió que algo se amarraba a su rostro.
— ¿No es obvio?, Hago que ambos lo disfrutemos... — dijo Kageyama intentando atar la bufanda.
El más bajó agarró las manos de Tobio impidiendo que siguiera amarrando lo cual le dio curiosidad al más alto en cuanto vio que Hinata se quitaba la bufanda de sus ojos.
— Si eres tú está bien... Quiero verte. — con fuerza empujó al más alto haciendo que se acostara en su propia cama y el subió a su regazo para acariciarle por encima de la ropa su torso y pecho — Quiero verte entrar en mí.
Kageyama soltó un jadeo ahogado debido a la sorpresa y no espero ni un segundo más para jalarle del cuello de la playera y acercar sus labios para volver a embriagarse en aquellos carnosos y húmedos labios que tal vez en su imaginación tenían un ligero sabor a mandarina.
Poco tardaron en despojarse de sus ropas y el pelinegro no pudo evitar prácticamente escanear el cuerpo del contrario sintiéndose afortunado de tener a aquel chico que cautivo su mirada desde el primer momento en que le vio.
De un momento a otro, Kageyama volvió a tener a Hinata bajó de él besando su cuello que poco a poco trazó un camino hasta su abdomen donde sentía los espasmos involuntarios y escuchaba la respiración agitada del pelinaranja.
Quedando de rodillas en el suelo, Tobio beso delicadamente el pie izquierdo de Shoyou desde el talón hasta la punta de sus dedos para después tomar el atrevimiento de pasar su lengua.
— N-no... — trato de formular del pelinaranja — No hagas eso
Kageyama no le escucho y en lugar de dejarle, mordió un poco la piel de su pie para después subir sus besos hasta los suaves pero a su vez fuertes muslos del pelinaranja donde escuchaba que batallaba cada vez más por callar su voz.
—Haré que puedas sentir mi amor en la oscuridad de esta noche... Nunca he echo esto... Así que espero al menos no lastimarte.
Aquellas palabras tomaron segunda mesa en cuando sintió la lengua de Kageyama recorrer su miembro desde la punta hasta sus testículos.
El sabor no era el más delicioso del mundo pero no era del todo horrible, simplemente un sabor nuevo al que no pudo evitar no sentirse atraído.
Hinata mordía su mano tratando de no gritar y vaya que quería hacerlo, los movimientos de Kageyama eran evidentemente inexpertos, torpes y en algún momento sintió un ligero roce de sus dientes pero eso no le impidió que se sintiera malditamente bien.
Al paso de unos momentos, Hinata sintió estar cerca así que intento quitar a Kageyama de aquel lugar pero solo pudo sentir como las manos del más alto se aferraban a su cintura sin intenciones de soltarse.
— Ahh... Tobio, voy a... Ngh — gimió bajito
Pareció que en lugar de pedirle que se detuviera le hubiera dicho lo contrario ya que sintió como el más alto succionó con más fuerza donde no pudo más y se vino en su boca.
Tal vez como impuso y pánico al sentir la esencia del más bajo llegando a su garganta simplemente lo tragó.
— ¡No que haces! ¡Escupelo! — gritó en susurros el más bajo al escuchar que Tobio trataba de no toser tan fuerte.
— Muy tarde... — respondió Kageyama restandole importancia.
El pelinaranja estaba que quería que se lo tragara la tierra, se sentía demasiado avergonzado de eso ¡Pero que quede claro que le advirtió!
No le dio ni tiempo de quejarse cuando sintió algo resbaladizo queriendo entrar en él lo cual le hizo reaccionar y levantarse un poco apoyándose en sus codos para evitar caerse.
Su vista se dirigió a la mano del pelinegro donde pudo ver como uno de sus dedos intentaba abrirse paso lo cual evidentemente logró.
El mundo dejo de existir en ese momento para Hinata y únicamente se intentaba concentrar en aquel chico que debido a sus expresiones se notaba a leguas que estaba conteniendose.
Hinata sintió un segundo dedo entrar en él y no pudo evitar arquear su espalda al sentir la presión que era ejercida en su punto dulce.
El más alto volteó a ver el rostro de Hinata y al ver su expresión destrozada por el placer se sintió afortunado de ser el protagonista al causar que sus iris se desorbitaran, pequeñas lágrimas salieran de sus ojos, sus cejas se arqueaban y mordía su labio inferior intentando no ser escuchado.
Kageyama tuvo que pensar en matemáticas y rezar un padre nuestro para no venirse sin siquiera haber entrado en aquel chico.
Quedando nuevamente de manera comoda se puso entre las piernas del pelinaranja que temblaban con cada pequeño roce.
Hinata mantenía sus ojos cerrados tal vez para concentración pero al sentir algo húmedo literalmente saboreando su entrada le hizo alzar la voz involuntariamente. Sin esperar un segundo tapó su boca con ambas manos tratando de mantener su voz dentro de su garganta pero le fue casi imposible en cuanto sintió como la lengua de Tobio entraba en él.
— Oh my... — dijo bajito soltando una de sus manos para intentar empujar la cabeza de Tobio ya que contenerse le era prácticamente imposible. — N-no lamas ahí... Esta sucio.
¿Kageyama le hizo caso?, La respuesta es obvia. No.
El pelinegro siguió con su labor buscando satisfacer a un más a Hinata, tentando a su suerte de no ser escuchado y si sí los escuchaban ¿Qué más da? Bien dirían por ahí, si lo sabe Dios que lo sepa el mundo.
Cuando Tobio pensó que era suficiente volvió a subir sus besos hasta el pecho del más bajo donde no desaprovechó la oportunidad de dejar una que otra marca en aquella blanquecina y un tanto pecosa piel del pelinaranja.
Tras jugar con la paciencia del más bajo, no tuvo más opción que volver a tener a Kageyama bajo de él para apresurar el acto y es que ya estaba desesperado.
— ¿Que no piensas meterlo idiota? — preguntó el pelinaranja bajando su torso hasta que quedarán nuevamente cara a cara para besar delicadamente los labios de Tobio hasta su cuello donde se atrevió a dejar una pequeña mordida asegurándose de que no fuera un lugar visible — Te necesito a ti, no a tu lengua... Así que hazlo rápido.
Hinata saco un condón de Dios sabrá dónde y rápidamente se lo puso al pelinegro para no esperar ni un solo segundo en sentarse sobre el miembro del más alto.
Quiso entrar rápidamente pero el tamaño de Kageyama no era nada comparado con los demás asiáticos con los que había estado. ¿Seguros que Kageyama era japonés?
Tobio se desespero en algún punto y tomó de la cintura a Hinata y apresuró el proceso empujandolo de modo que entró todo de una sola estocada.
Ambos soltaron un gruñido debido a la sensación tan de repente pero eso no evitó que Hinata comenzará con pequeños movimientos moviendo su cadera de adelante hacia atrás y en círculos primero lento y después un poco más rápidos que a medida que pasaba el tiempo se hacían más fuertes e intensos de modo que sintió como el miembro de Kageyama se hacía tal vez un poco más grande dentro de él. ¿Eso era posible?
Nuevamente la voz de Hinata quiso ser más fuerte para dejar salir aquel sentimiento de placer que sentía, quería que el mundo supiera que él era de Tobio y Tobio era de él, quería que supieran que se pertenecían y no tenían planeado dejarse ir.
Shoyou aumentó la velocidad y profundidad en cuanto comenzó a saltar sobre el miembro de Tobio, el sonido de sus pieles chocando, sus respiraciones agitadas y gemidos que evitaban ser fuertes, era lo que se escuchaba en aquella habitación de cuatro paredes que parecían de papel.
— Shoyou, me gustas... Me gustas mucho.
Hinata sonrió en medio de tantas emociones encontradas y con sus brazos temblorosos no pudo evitar simplemente abrazar al pelinegro y besar sus labios únicamente sintiéndose feliz.
— Tu también me gustas mucho, Tobio.
— Pensaba hacer esto diferente y no en este tipo de situación pero... ¿Te gustaría salir conmigo?
Las lágrimas nuevamente brotaron de los ojos de Hinata únicamente que está vez de felicidad, sonrió tan amplio como sus mejillas le permitieron y debido a la emoción brinco varias veces sin tener en cuenta que aún tenía a Kageyama dentro de él lo cual les hizo casi gemir al unísono.
— Mgh... ¡S-sí! ¡Si quiero salir contigo!
Tras unos segundo de silencio, decidieron terminar con lo que habían empezado así que volvieron a besarse con desesperación, donde sus lenguas crearon una danza que solo ellos dos eran los protagonistas y espectadores.
Durante la noche cambiaron constantemente de posición, queriendo fusionarse. El sudor bajando por sus cuerpos, las esencias de ambos combinandose en sus pieles o en el colchón... Todo eso era suyo y nadie se los arrebatará...
Cuando cuenta se dieron, eran poco más de las cinco de la mañana. Ambos totalmente agotados sin intensiones de "despertar" se recostaron aún desnudos y aún a la distancia, escuchaban sus corazones sincronizarse.
¿Será muy pronto para decir te amo?
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