🌼 Capítulo 17 🌼
Decidieron finalmente no bajar ya que no querían escuchar a sus amigos hacerles burla y gracias a esa noche, Hinata quedó adolorido hasta los huesos y no fue a trabajar por unos días.
Los siguientes días fueron como si hubieran vuelto al principio, únicamente se dirigían la palabra cuando era extrictamente necesario: para saber cuándo tocaba tocar el alquiler, la despensa, cuando salían y llegaban tarde y cosas equis.
Natsu claro que notó esa diferencia y pensó que tal vez estaban enojados así que no quiso meterse en cosas de adultos aunque en su corazoncito le dolía que sus dos personas favoritas no platicaran como antes.
La cena de navidad fue muy incómoda, la pasaron únicamente ellos tres y apesar de que jugaron con Natsu como sin nada, al final de la velada volvieron a su extraño mundo de no te hablo
Era hora de él viaje hacia la casa del abuelo de Kageyama y tal y como lo prometieron estaban arreglando sus maletas mientras que Tobio tomaba una pequeña siesta para estar totalmente despierto durante la noche ya que él viaje al aeropuerto era algo largo (al menos desde donde vivían) y el viaje de avión al ser a las 4:00 de la madrugada ya que planeaban llegar a las 6:20 a la ciudad de Seul donde actualmente vive el abuelo y hermana de Kageyama, debían salir de su hogar mínimo a las 12:00.
— Natsu, ya tienes todo listo ¿Cierto? — habló el pelinaranja
La pequeña siguió moviendo a su muñeca evitando la mirada de su hermano.
— ¿Natsu?...
Nuevamente no recibió respuesta de su hermana que cada vez se hacía más pequeñita en su lugar.
El mayor de los Hinata se sentó a un lado de su hermanita quien siguió jugando con su muñeca.
— ¿Todo bien, pequeña?
Ella asintió con la cabeza mientras agarraba un balón de voleibol suave.
— ¿Quieres que nos quedemos aquí?, Puedo decirle a Kageyama que no iremos... Y pasamos año nuevo como siempre... Nosotros dos solitos viendo una película.
Natsu negó con la cabeza.
— ¿Ya no se quieren? — habló por primera vez la pelinaranja dejando confundido a su hermano pero no tuvo que preguntar a quienes se refería.
— ¿Por qué lo preguntas? — acarició la cabecita de Natsu.
— Es que ya no se hablan
Shoyou suspiró profundamente y dirigió su vista hacia la puerta que daba directamente a la habitación de Kageyama.
— No es eso Natsu, al menos yo quiero mucho a Kageyama pero ocurrieron un par de cosas que hicieron un poquito incómoda la situación pero prometo que pronto hablaremos como antes ¿Va?
— Bueno... — se quedó callada un momento — Hermanito...
—¿Mandé?
— A ti te gusta ojos bonitos ¿Verdad?
Hinata se sonrojó hasta las orejas después de escuchar a Natsu, es decir apenas tenía cuatro años y ya quería saber sobre la vida amorosa de su hermano.
— ¡Claro que no! ¡Es un idiota! — exclamó el pelinaranja cruzándose de brazos.
— Estás mintiendo... Cuando desvías la mirada, estás mintiendo.
Shoyou negó con la cabeza y se levantó de golpe para seguir con su maleta mientras refunfuñaba "idiota, Kageyama idiota"
Natsu soltó una risita y guardo las últimas cosas en su maleta donde llevaba ropa como para un mes, cuando realmente solo estarían allá cuatro días como máximo.
A las 11:00 de la noche, Natsu entró a la habitación del pelinegro para despertarlo por qué no había dado señales de vida desde las 6:00 de la tarde.
— Ojitos bonitos... ¿Ya nos vamos? — preguntó la pequeña subiéndose a la cama para picar la mejilla del mayor.
— Ahora no abuelo... No quiero ir a la escuela. — habló entre sueños.
La pequeña rió bajito y fue corriendo por su hermano para que escuchará lo que decía el pelinegro.
Cuando los dos pelinaranjas estuvieron en la habitación del mayor, Natsu volvió a subir a la cama pero esta vez se sentó en el estómago de Tobio y picar nuevamente su mejilla.
— Tobibi... Vámonos — habló la pequeña fingiendo la voz de un abuelito.
— Hinata, ¿Así te gus-
— ¡Ah! ¡Kageyama despierta! — gritó el pelinaranja totalmente rojo, jalando a su hermanita para que se quitará de Kageyama que estaba soñando quien sabe que cosas.
El llamado se levantó de golpe algo desorbitado viendo a los dos pelinaranjas, una lo veía con confusión y el otro trataba de no verlo a la cara.
En ese momento sonó el teléfono del departamento y Natsu se salió corriendo para contestarlo dejando ambos chicos en silencio.
Shoyo se sentó en la cama volteando a ver a Kageyama quien se había tapado su entrepierna con un cojín. Trato de restarle importancia para poder hablar con normalidad.
— Oye amm... Si te arrepientes podemos fingir que nada paso... Digo, para no tener este ambiente incómodo entre nosotros.
El mayor suspiro y se pasó una mano por sus hebras lacias de color negro para después ver directamente al pelinaranja.
— Si te soy sincero, no me arrepiento de nada... Realmente no te hablo mucho por vergüenza a que pienses que soy un pervertido... — Se quedó callado un momento — Yo quiero hacerlo nuevamente contigo otra y otra y otra vez... O tal vez pensé que te lastimé y te enojaste conmigo por eso
Hinata volteó a ver a Kageyama quien había desviado su mirada en algún punto algo avergonzado. El menor soltó una risita provocando que los ojos azules de Tobio lo mirarán con un brillo especial.
— Yo tampoco me arrepiento y si me gustaría hacerlo contigo unas cuantas veces más... — le dedico una linda sonrisa, antes de levantarse de la cama y acercarse a la puerta para cerrarla y atorarla con el seguro. — Entonces... ¿Quieres que te ayude con esto?
Hinata subió a la cama a gatas hasta llegar a la entrepierna del mayor que solo trataba de taparse.
— ¿Puedes contarme tu sueño? — habló en un tono sugerente.
Kageyama solo desvió la mirada y se puso a hacer operaciones matemáticas en su mente para que se le bajara de una vez por qué viendo el reloj debían irse rápidamente al aeropuerto.
De pronto sintió unas manos tomar su rostro, lo que le hizo dirigir su vista al frente y ver al pelinaranja muy cerca de su rostro.
Quería besarlo y obviamente no se iba a quedar con las ganas.
Sin esperar a agarrar aire, se acercó al pelinaranja para unir nuevamente sus labios en un beso donde demostraban su necesidad de estar juntos una vez más.
El menor quitó el cojín que estaba sobre las piernas de Kageyama y en su lugar se sentó él y comenzó a moverse lentamente sintiendo como el miembro del contrario crecía más y más con cada roce.
— ¿Te gusto tanto para que te pongas así? — preguntó el pelinaranja besando lentamente el cuello del más alto.
— ¿Tengo que decirlo? — respondió el más alto pasando sus manos por debajo de la ropa inferior de Hinata.
— Déjame pensarlo — puso una mano en su barbilla como si pensara — Sí, tienes que decirlo.
El más alto se sonrojó un poco y desvió la mirada.
— Me gustas tanto que quiero cuidarte, me gustas tanto que necesito tenerte conmigo, a mi lado para sentirme completo, me gustas tanto que quiero besarte cada vez que te veo... — le dio un pequeño besito — Me gustas tanto que quiero follarte cada vez que me miras con esos ojos queriendo devorarme
Hinata gimió bajito al sentir un dígito de Kageyama quererse meter a su entrada y decidió callar su voz con un nuevo beso más necesitado.
Cuando el aire hizo falta, se obligaron a separarse estuvieron a punto de besarse nuevamente pero escucharon a la pequeña cantando y recordaron que Natsu estaba ahí.
— Natsu puede escucharnos — comentó el pelinaranja levantándose de Tobio.
— ¿Entonces nada más me provocaste y me vas a dejar con las ganas? — preguntó al verlo marcharse de la habitación.
— Créeme que si te provoco y te dejo con las ganas... — volteó a verle antes de cerrar la puerta — quien se queda con las ganas soy yo... Ah y... Tu también me gustas mucho.
Entonces cerró la puerta detrás de él dejando a un pelinegro sonriente. No tuvo más remedio que ocuparse el mismo de su problemita obviamente sin dejar de mencionar el nombre "Shoyou" entre sus suspiros.
Kageyama se apresuró en checar una última vez sus maletas y una vez todo listo, bajó las escaleras encontrándose con ambos pelinaranjas que estaban al borde del sueño. Pero en cuanto les llegó el olor de la colonia del pelinegro, despertaron de golpe en especial la pelinaranja que salto para abrazar a ojitos bonitos como era llamado por ella.
— ¿Nos vamos? — preguntó en cuanto tuvo en brazos a Natsu.
— ¡Sí! — exclamó la pequeña alzando sus bracitos al cielo.
— Natsu bajate de Kageyama — dijo el pelinaranja haciendo un puchero con sus labios.
— ¡No! ¡Él es mío! — Natsu abrazó con más fuerza al pelinegro que apesar de no ser tan fan de las muestras de afecto y en especial de niños, ella le agradaba así que la dejo ser. — ¿Verdad que sí, ojitos bonitos?
El mayor no supo que responder por qué tenía a dos pares de ojos marrones queriendo verle hasta sus más oscuros pecados así que solo sonrió algo incómodo y dijo lo primero que se le vino a la mente.
— Perderemos el vuelo, vamonos.
Los hermanos no dijeron más y se apresuraron en llevar sus cosas al coche de Atsumu que les hizo favor de prestarlo para que se fueran al aeropuerto.
En cuanto subieron al auto, Natsu cayó dormida en la parte trasera del auto y no la culpaban, ambos estaban también queriendo dormir pero no podían así que decidieron pasar a una tienda de 24 horas y compraron unos cafés para mantenerse despiertos y también encendieron la radio.
Realmente no me molesta la forma en que me tocas, cuando estamos solos
La canción comenzó a sonar y Hinata soltó un suspiro al reconocerla... En su mente cruzo el momento en que conoció a Kageyama
Puedes tomar mi mano
Si no hay nadie en casa
¿Te gusta cuando estoy fuera?
Si fuera y me lastimara el cuerpo, cariño
¿Me amarías igual?
El bar, la florería y que haya chocado Natsu con él... Tal fue la coincidencia o tal vez el destino que los junto para conocerse. Llegó literalmente para iluminar su problemática y triste vida.
Puedo sentir que todos mis huesos vuelven
Y anhelo el movimiento
Mamá nunca aprendió realmente a vivir por sí misma
Es una maldición
Y esta creciendo
Tú eres un estanque y yo un océano
Nadie le dijo que tendría que pasar por tantas cosas en su vida, ni siquiera su mamá le enseño a vivir como un adulto, el mismo tuvo que aprender y a la mala.
Oh, todas mis emociones
Siento como explosiones cuando estás cerca
Y encontré una manera de matar el sonido, oh
El que Kageyama hasta hace unos días o semanas o tal vez meses se haya hecho gay o bisexual de la nada todavía le causa inseguridad... Es decir estuvo a punto de casarse... ¿Y si la llega a ver de nuevo con los ojos que ahora le dirige a él?...
Oh, cariño, soy un desastre cuando estoy sin ti
Te necesito aquí para quedarte
Me rompí todos los huesos el día que te encontré
Llorando en el lago
¿Fue algo que dije para hacerte sentir como una carga?
Fue turno de Tobio de pensar en lo sucedió aquel día en la madrugada, ver llorar de ese modo a Shoyou mientras le contaba su historia le hizo pensar que su vida no era tan mala como el pensaba, tiene a su abuelo y a su hermana mayor pero no tuvo una mala vida.
Oh, y si pudiera recuperarlo todo
Te juro que te sacaría de la marea
Realmente lo que más deseaba era sacar a Hinata de aquel pozo, que sea capaz de aventarse al vacío confiando en que será atrapado entre sus brazos...
Oh, whoa, whoa, whoa
Dije que no, dije que no
Escucha con atención, es un no
El viento golpea mi espalda
Y encontré esperanza en un infarto
Oh, al fin ya pasó
Ahora lo tengo y no puedes tenerlo
Bebé, soy un desastre cuando estoy sin ti
Te necesito aquí para quedarte
Me rompí todos los huesos el día que te encontré
Llorando en el lago
¿Fue algo que dije para hacerte sentir como una carga?
Oh, y si pudiera recuperarlo todo
Te juro que te sacaría de la marea
Lo que estaba haciendo ¿Realmente es correcto? ¿Y si no quiere ser ayudado? ¿Y si llega a odiarlo?... Tantas preguntas tiene y ninguna respuesta, quiere pensar que es lo correcto. Por primera vez en la vida quiere meterse en lo que no le llaman
Cariño, cuando estoy profundamente dormido
He visto a esta persona mirándome
Diciendo: ¿Vale la pena? ¿Vale la pena? Dime, ¿vale la pena?
Oh-oh
Porque hay algo y no hay nada
No hay nada en el medio
Y en mis ojos hay una pequeño bailarín
Cuidándome, él está cantando
Ella es, ella es una dama y yo solo soy un chico
Él está cantando: Ella es una, ella es una dama, y yo soy solo una línea sin gancho
La noche del cumpleaños de Kageyama, Hinata soño con el mismo diciendo que tal vez solo estaba confundido y no le quiere como lo ve reflejado en sus ojos, la profundidad que tiene el azul en aquellos iris que en algún punto de la carretera se fijaron en sus iris marrones no le dicen mucho... Es como buscar una aguja en un pajar y aquello le da miedo, mucho miedo.
Cariño, soy un desastre cuando estoy sin ti
Te necesito aquí para quedarte
Rompí todos mis huesos ese día que te encontré
Llorando en el lago
Oh, ¿Fue algo que dije para hacerte sentir como una carga?
Oh, y si pudiera recuperarlo todo
Te juro que te sacaría de la marea
Tobio volteó a ver a Hinata quien también le dirigió la mirada como si se hubieran entendido. "te juro que te sacaré de esa marea" juró en silencio el pelinegro.
La canción terminó y gracias a que no había tráfico tardaron otras tres canciones en silencio, únicamente para decir para dónde ir o cuando pasaron a una tienda a comprar unas pastillas para el estómago ya que le empezo a doler a Hinata.
Cuando aparco el coche, nada se escuchaba únicamente el respirar pesado de Natsu que seguía durmiendo en la parte trasera del auto.
Hinata con un poco de nerviosismo al ser rechazado, puso su mano sobre la de Kageyama la cual seguía en la palanca viendo la pared del estacionamiento.
Ambos se miraron a los ojos y con una ligera sonrisa, el más alto habló.
— No tienes que decirlo... Prometo salvarte.
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