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🌼 Capítulo 14 🌼

— Lo sentimos, por el momento no podemos acceder a esa cantidad de dinero debido a la temporada navideña... Su retiro se podrá realizar el 3 de febrero del siguiente año, tenga b-

Kageyama cortó la llamada por quinta vez en el día. Toda paciencia que tenía se había ido al caño después de que aquella señorita del banco le haya dicho tal barbaridad.

Con frustración aventó todas sus cosas de la mesa hacia el suelo espantando a un chico de cabello color naranja que había estado todo el día pegado a él, el cual no tardó en quejarse con el mayor.

¡Ay Idiota! ¡No hagas eso! ¡Le puede hacer daño al bebé!

¿Cuál bebé? — volteó a verlo confundido

¡A mí!

Kageyama soltó un bufido y se levantó para recoger sus cosas... No tenía muchas ganas de bromear y mucho menos pelear.
Todo iba bien, TODO. Menos el pequeño retiro que estaba solicitando.

¡Hasta su ex suegro aceptó ayudar con el caso!

Realmente todo iba bien, la información tuvieron que sacarla de un lugar no muy legal pero eso no importaba, lo importante era que lo habían encontrado.

« Takahashi Haru o conocido en el bajo mundo como: Akuno Kenshin

65 años

   - Psicólogo
   - Traficante de blancas y niños.
   - Senior Member. (Lugar: Prefectura de Miyagi a dos calles de la preparatoria Karasuno. Aparenta un bar con el nombre de "La lotería"  )
   - Apostador.

Ha tenido tres matrimonios donde misteriosamente fallecen sus parejas después de tener a su primer hijo.... »

Tenía absolutamente todo lo necesario... Pero no sabía si ese "hombre" tendría socios y no sabe los nombres de los otros que también abusaban de Hinata. No quería arriesgarlo a meter a Akuno a la cárcel y que venga el socio y siga con el trabajo del principal.

¡Bakayama! — un grito logró que saltará en su lugar — Maldición, te estaba hablando y no me hacías caso...

Lo siento... ¿Decías? — pasó sus manos por su rostro sintiéndose frustrado.

Hey... ¿Te preocupa algo? — preguntó el pelinaranja con un tono de voz dulce y tranquilo.

"Tú". Pensó el pelinegro volteando a ver al chico de ojos color marrón. Su mano se guío hasta la mejilla del contrario acariciándola con cariño, después reaccionó y jaló esa mejilla hasta que quedara roja.

Solo son cosas del trabajo.

Shoyou asintió con la cabeza no del todo convencido, se levantó de su lugar para ponerse detrás del pelinegro y comenzar a hacerle un masaje en sus hombros.

Tobio suspiró y se dejó relajarse un poco, realmente necesitaba algo así. Cerró sus ojos para concentrarse en las manos que masajeaban sus hombros bajando hasta sus brazos y después sentir unos besos en su cuello y nuca...

Un suspiro escapó de sus labios y ladeó su cabeza para darle más espacio para besar.

Esperen.

¿Besos?

Abrió los ojos y giró un poco su cabeza para tratar de ver al pelinaranja que lo miraba con un brillo en sus ojos que jamás había visto. Sus labios entre abiertos y aquel sonrojo que adornaba sus mejillas terminaron por encantar al pelinegro aceptando la cercanía que estaba acortando el pelinaranja.
No se inmutó ni se alejó un centímetro cuando sintió la respiración de Hinata sobre sus labios.

Kageyama acarició la estrecha cintura del pelinaranja que en algún momento se sentó a horcajadas sobre sus piernas.

La distancia entre ambos se iba acortando al punto de que inconscientemente ambos cerraron sus ojos sintiendo un pequeño roce sobre sus labios.

Se vieron una vez más antes de que Hinata pasará sus brazos por el cuello del más alto y finalmente unieran sus labios en un beso ambos deseaban.

Las caricias sobre la ropa fueron más demandantes conforme pasaba el tiempo, pedían unir más sus cuerpos, tal vez fusionarse y ser uno.

Kageyama...

El llamado bajó sus besos hasta el cuello del más bajo escuchando unos suspiros que salían de los rosados labios del pelinaranja.

— Kageyama...

¿Mmh?

— Despierta, te va hacer daño dormirte así.

Kageyama abrió los ojos descubriendo que estaba en la oficina de su trabajo. Yamaguchi miraba a su jefe con una tierna sonrisa para después acomodarle un mechón rebelde que se levantó de su cabeza.

¿Fue un sueño? — se preguntó a él mismo.

— Mmm... Supongo que si, no se que hayas soñado pero al parecer fue bueno por qué estabas sonriendo.

Kageyama enrojeció y bajó su cabeza escuchando las sutiles risas del peliverde.

¿Cuánto tiempo estuve dormido?

— Como tres horas, intente despertarte por qué llamó el padre de Akane dando un avance.

Si antes estaba dormido, con esas palabras despertó por completo y estuvo a punto de levantarse cuando sintió una incomodidad que creció en su entrepierna.

Le llamaré en un rato, gracias. — dijo tratando de que su voz no sonara tan nerviosa.

El peliverde se acercó a Kageyama y acarició sutilmente su mejilla, sonriendo tiernamente.

— Todo saldrá bien... No te preocupes tanto y duerme bien en tu casa... Esta temporada es difícil.

Lo sé, pero necesitaba enserio ese dinero.

— No preguntaré la razón pero... ¿Es para alguien?

Sí... — susurró lo suficiente alto como para ser escuchado — es para un...¿Amigo?

Yamaguchi asintió con la cabeza y después de dejar algunos papeles en el escritorio del pelinegro, salió de la oficina.

El más alto soltó un suspiro cansado y se estiró hasta llegar a un botón, donde lo apretó y la puerta de su oficina se cerró desde dentro.

Con un poco de incomodidad se desabrochó el pantalón para después bajarlo lo suficiente como para que su miembro quedará al aire, dejando ver su creciente erección que palpitaba pidiendo ser atendido.

Cerró sus ojos y lo primero que se le vino a la mente fue una linda sonrisa que era dedicada a él.

Hinata...

En algún punto, su mano comenzó a subir y bajar a lo largo de su pene sintiendo como la sangre se acumulaba en la punta enrojeciendo la zona.

Dejó que su imaginación volará sintiendo como cada vez más sentía la presión queriendo salir.

En su mente tenía a Hinata bajó él, con sus piernas abiertas recibiendo su miembro hasta el fondo. La voz del pelinaranja se hacía más aguda al dejar salir sus gemidos y llamados de su nombre.

"Tobio"

Cómo si fuera un parpadeo ahora tenía a Hinata chupando su pene escuchando los suspiros que salían de sus labios, las lágrimas que caían de sus ojos, el iris de sus ojos desorbitados y podía imaginar hasta su vista nublada debido al placer.

Un parpadeo más y ahora tenía a Hinata dando saltitos sobre su miembro viendo como su rostro se deformaba con cada estocada que se lograba escuchar, ver y sentir.

Su voz llamándole, su voz soltado gemidos, soltando gritos era lo único que necesitaba escuchar en ese momento.

La velocidad de su mano fue en aumento, frunció su ceño al sentirse en su límite y con rapidez tomó un Kleenex y lo puso sobre la punta dejando dejando que toda su esencia saliera y se deslizara por el largo de su miembro.

Soltó un gruñido al tener el clímax y después de limpiarse correctamente, suspiró y se recargó en la silla cerrando sus ojos.

¿Ahora como lo veré a la cara?

Con el pañuelo de su traje, limpió el sudor de su frente y caminó hacia el baño de su oficina donde se lavó las manos y se echó agua en el rostro.

Se observo en el espejo con las manos apoyadas en el lavamanos y el mismo se comenzó a preguntar ¿Por qué fantaseo con él?

O sea es lindo, muy lindo a decir verdad pero... Es un hombre. ¡Tiene algo colgando entre sus piernas igual que él!

¿Soy Gay?... Siempre me gustaron las mujeres y nunca sentí atracción por un chico... ¿Bisexual? ¿Pansexual? No estoy seguro de lo que signifique eso y ¡Ni siquiera me gusta el pan!

Al salir del baño, encendió una vela aromática que le dejó su hermana y jamás había usado pero ahora la oficina no tenía un olor a frutos y necesitaba que oliera medianamente bien por si alguien entraba.

Presionó el botón nuevamente y se quitó el seguro de la puerta y ventanas.

Debo llamar al señor Yamamoto.

A las 7:50 PM estaba parado afuera del departamento donde vivía, muy tenue se escuchaba música sonando desde dentro pero no quería entrar. No quería ver a Hinata después de haber soñado que se besaban y había fantaseado que hacía ... Eso, con él.

El sonido de su celular le sacó un susto que hizo que pegara un brinco pero al ver el nombre suspiró antes de contestar.

En la llamada:

¿Diga? — contestó abriendo la puerta del departamento.

— Hola hijo... ¿Vendrás a casa está navidad?

Sí abuelo, le comenté a Miwa que llevaría a alguien ¿Esta bien?

— Claro que sí, sabes que todos son bienvenidos aquí... Prepararé la habitación de invitados.

Si abuelo, gracias... — dijo mientras cargaba a Natsu que había llegado corriendo a él para recibirlo en la puerta.

— Bueno, ya no te molesto más... Sabes que te amo y cualquier cosa que necesites puedes decirme ¿De acuerdo Tobi?.

El mencionado sonrió y apesar de que no le veía su abuelo asintió con la cabeza.

Claro, muchas gracias abue... Yo también lo amo.

Escuchó una risa de su abuelo y la voz de su hermana hablándole.

— Nos vemos Tobi... tu hermana no deja de molestarme

Nos vemos en una semana abuelo.

Fin de la llamada.

Kageyama suspiró con una sonrisa en su rostro y guardó su celular en el bolso de su pantalón.

— ¿Cómo te fue ojos bonitos? Hoy llegaste más tarde. — preguntó la pequeña Natsu que seguía en sus brazos.

Sí, lo siento... Es que tuve que atender a unos clientes de último momento.

La pequeña asintió con la cabeza y con una gran sonrisa pidió que la bajara para que le enseñará lo que había dibujado en el día.
Le hizo caso a la pequeña y la vio desaparecer de su vista hacia el piso de arriba donde se encontraba su recámara.

Con un poco de cansancio se aflojó la corbata y desabrochó dos botones de su camisa para poder respirar.

Al escuchar un pequeño ruido proveniente de la sala, caminó hacia el lugar y vió a Shoyou haciendo ejercicio.
Maldición, la playera que traía, le quedaba grande y dejaba ver uno de sus hombros. El sudor que recorría su rostro y sus mejillas sonrojadas debido al esfuerzo no ayudaban a su autocontrol

Ah, Kageyama... Llegaste. — dijo el pelinaranja levantándose del suelo con paciencia — ¿Te fue bien? Hay comida en el microondas solo calientala.

Bien todo, sí.... ¡Digo!... Si, todo bien gracias... Yo iré a comer ... — habló pausadamente el pelinegro después de hacer operaciones matemáticas en su cabeza.

Hinata asintió y volvió a sentarse en el suelo, abrió sus piernas a un gran ángulo y bajó su pecho hasta el piso.
No pudo evitar hacer un gesto de dolor mientras veía que Hinata literalmente no respiraba y fruncia su ceño.

¿No te duele? — preguntó inconscientemente.

¿Hmm? — el pelinaranja se levantó lentamente y se sentó en posición de chinito. — Un poco, pero con práctica y con un buen calentamiento no es doloroso, a lo mejor incómodo... ¿Quieres intentar?

Nunca he echo estiramiento... ¿No soy muy viejo para eso?

Hinata soltó una carcajada y se levantó del suelo viendo atentamente al mayor que se había quedado estático en su lugar.

Tiene que ver la edad pero más que nada es la flexibilidad que tienes... Veamos... Amm... Antes, ve a comer algo, te cambias de ropa por algo más cómodo y cuando pase una hora te explico ¿Te parece?

Kageyama obedientemente asintió con la cabeza y caminó hacia la cocina donde calentó la comida y comió rápidamente para después subir a su habitación, cambiarse de ropa y bajar a la sala donde pudo ver al pelinaranja haciendo una coreografía en el suelo con los ojos cerrados mientras contaba los tiempos.

Los seductores movimientos que hacía el pelinaranja en el suelo lo mantuvieron totalmente atento en todo momento. No hizo ruido en ningún momento y tampoco era como que quisiera hacer ruido para llamar la atención del contrario y dejará de bailar.

Simplemente se mantuvo observando con atención hasta que escucho la voz de Natsu llamándole y tuvo que desviar su mirada hacia la pelinaranja que llegó corriendo con un montón de hojas con diversos dibujos en algunos no se entendía del todo el contexto pero en otros claramente eran ellos tres sonriendo mientras se tomaban de la mano.

Kageyama sonrió y vio con atención cada dibujo hasta que escucho que Hinata mandaba a dormir a la pequeña Natsu que después de un berrinche aceptó irse a descansar.

Ambos movieron los sillones para tener más espacio y no correr el riesgo de lastimarse. Así que después de un largo y necesario calentamiento, Hinata habló.

Siéntate en el suelo y abre lo más que puedas las piernas.

Kageyama obedeció y abrió las piernas a una distancia que no le lastimara del todo. Vio al menor sentarse frente a él y abrió sus piernas.

Wow... Tienes buena flexibilidad, Bien... Ahora intenta bajar tu torso lo más que puedas... Sin sobre esforzarte demasiado... Así.

Hinata hizo lo que decía y debido a que estaban frente a frente la cabeza del pelinaranja quedo casi en la entre pierna del pelinegro. El más alto contó hasta mil en su cabeza y recito diez padres nuestros para que su miembro no se le ocurriera reaccionar ante esa cercanía.

¿Lo hizo adrede?

Posiblemente.

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.

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Nota:

Cómo saben, o tal vez no JAJAJA.... ME DIO COVID y banda, me siento de la patada pero aquí les traigo el capítulo correspondiente a esta semana. ❤️

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