🌼 Capítulo 12 🌼
Un pequeño dolor en mi pecho hizo que me despertara.
Mi cuello resintió la posición en la que me encontraba dormido... Seguía en la sala, con las piernitas de Natsu sobre las mías. Atsumu a un lado de mi, roncando con fuerza y la televisión prendida...
Busque mi celular a tanteos y una vez lo haye pude ver la hora... 2:30 am. Aún era de madrugada así que con mucho cuidado quite las piernas de Natsu y me levanté del sillón estirándome, haciendo que mi espalda tronara.
Caminé hacia la cocina para tomar un poco de agua que sentía mi garganta seca.
La vibración de un celular me hizo sobresaltar, dirigí mi vista hacia la barra de la cocina y vi el celular de Atsumu anunciando un mensaje.
Gracias a que mi amigo es controlado, no tenía contraseña y como buen chismoso vi el remitente del mensaje.
"Shoyou 🧡"
No me aguante la curiosidad y abrí el mensaje.
«A-atsumu... ¿P-puedes venir por mi? »
El habla de Hinata era cortado y con temblores bastante marcados... Sorbió por su nariz a mitad de mensaje, eso indicaba que estaba llorando... Me reenvié la ubicación y la borre desde el teléfono de Atsumu para que no viera que me envíe la ubicación sin su permiso.
Subí a mi habitación para abrigarme correctamente y en una mochila puse otra chamarra por si Hinata la necesita... Bajé a la cocina donde agarre algunos bocadillos dulces y de la cafetera lleve café en un termo.
Fui a la sala rápidamente pero al ver qué Atsumu seguía dormido, decidí buscar sus llaves de su auto.
No sé si estoy haciendo lo correcto, no se si Hinata no querrá subir al auto conmigo, pero no pude soportar el que mi corazón se apachurro cuando lo escuché llorar.
En su saco encontré las llaves y con cuidado de no hacer ruido, abrí la puerta del departamento para salir y bajar corriendo por las escaleras. Bajé de dos en dos y casi me resbaló pero la preocupación y ansiedad no me dejaban que parara.
Con la alarma busque el auto de Atsumu y una vez lo encontré, no tarde en subir y poner la ubicación para que la vocesita me guiará.
Debido a que era de madrugada casi no pasaban coches y eso lo aproveche para aumentar la velocidad. El tiempo estimado para llegar era de dos horas y media pero no podía tardarme eso.
Estoy seguro que me pase por lo menos tres altos y estuve a punto de atropellar a un gato pero después de ello acelere al tener cerca el lugar.
La ubicación era en la "Preparatoria Karasuno de la Prefectura de Miyagi" así que como conocía esa preparatoria pude llegar sin problemas.
En la esquina logré ver a alguien parado con su celular en la mano... Por un momento no supe que hacer... Si acercarme con el coche o bajarme y caminar hacia donde estaba esa persona.
Decidí estacionarme y bajar con mi mochila, a paso lento me acerque y por el reflejo del celular logré ver el cabello naranja de Hinata así que con más confianza me acerque.
Antes de llegar con él, decidí quedarme parado y llamarle para que no se asustara.
— ¿Hinata? — dije en un tono tranquilo.
Se sobresalto y volteó a verme de golpe donde pude ver su rostro bañado en lágrimas...
— ¿Kage-... ¿Que haces aquí? ¿Y Atsumu? — más que molesto, se escuchaba preocupado y avergonzado.
— Se quedó dormido... ¿Puedo acercarme? — pregunté al ver qué retrocedió un par de pasos.
Le escuché murmurar algunas palabras pero no entendí del todo.
— No... Lo siento.
Asentí con un sonido y deje la mochila en el suelo para después alejarme unos pasos... Él limpió su rostro inútilmente ya que las lágrimas no dejaban de salir y se acercó a la mochila viéndola con curiosidad.
Sacó lo que había dentro y ladeó la cabeza confundido.
— ¿Por qué una cobija?
Puse atención a lo que saco de la mochila y solo pude golpear mi frente con mi mano.
— Lo siento, quise traer una chamarra pero quería llegar rápido... Agarre lo primero que encontré.
Soltó una ligera risa y recogió sus cosas del suelo. Imite su acción recogiendo la mochila y me quite mi chamarra para ofrecersela, la acepto con sus manos temblando.
— Gracias.
— De nada... ¿Quieres ir a algún lado?
— Kageyama...
— Dime
— ¿Por qué no me preguntas lo que pasa? ¿Por qué no me preguntas que hago en Miyagi a las 4:00 de la mañana?
— No es tu obligación contarme algo si no quieres y si tú quisieras hacerlo, te escucharé y no te juzgare por qué sé que es algo difícil de contar.
Hinata bajó su cabeza ante mi respuesta y solo suspiré.
— ¿Quieres ir a algún lado? — pregunté nuevamente.
— No tengo algo en mente.
— Te llevaré a uno de mis lugares favoritos de cuando era niño... Vamos.
Asintió con la cabeza y caminamos lentamente hacia el coche que lo deje en la esquina de la calle.
Subió en la parte delantera, del lado del copiloto y subió sus pies al asiento para abrazar sus piernas. Yo subí en silencio para ponernos en marcha.
Íbamos en silencio, únicamente se escuchaban los pocos coches que comenzaban a pasar y mi celular y el de Hinata que habían estado sonando... Seguramente era Atsumu.
En algún punto comencé a escuchar como Hinata lloraba de nuevo... Tuve un impulso se abrazarlo pero no quería asustarlo así que solo puse música que sabía que a él le gustaba.
— ¿Quieres la cobija? — pregunté bajito.
Obtuve un asentimiento con la cabeza y con cuidado de no tocarlo y de no chocar, pase mi mano hacia atrás donde estaba la cobija y la deje a un lado de él.
Hinata la tomo y con lentitud envolvió su cuerpo con ella.
No tardamos mucho en llegar así que en cuanto aparque el coche, él alzó la vista para ver por la ventana y pude notar como sus ojos brillaron a través del reflejo del cristal.
— ¿La playa?... Nunca había venido.
— ¿Bajamos? — pregunté para recibir un sonido de afirmación. — puedes llevarte la cobija si quieres.
— Pero va a ensuciarse.
— no importa, se puede lavar después.
Volteó a verme y me sonrió ligeramente, con lentitud abrió la puerta y bajo del coche. Yo agarre la comida que llevaba y la saqué del coche.
Caminamos en silencio a una distancia considerable y en cuanto estuvimos cerca del agua pude ver de reojo una sonrisa que se instaló en su rostro.
Me detuve y me agache para dejar la mochila en el suelo para después quitarme los zapatos y remangar mi pantalón.
— ¿Te vas a meter? — me preguntó con curiosidad.
— Así es.
— El agua va a estar helada.
— Lo sé... Pero hace mucho que no venía a una playa y quiero sentir el agua en mis pies.
El se quedó en donde estaba mientras yo caminé hacia la orilla donde pude sentir la humedad, un escalofrío recorrió mi cuerpo por el cambio de temperatura pero el olor a sal y el sonido del mar me relajo al punto que olvide el frío que sentía.
Cerré mis ojos al sentir la brisa madrugadora. Me sentí en paz y pleno.
— Está helada — hablaron a mi lado.
Abrí los ojos y vi a Hinata parado al lado de mí, estaba a escasos centímetros y pude ver su sonrisa que resplandecia al punto que pensé que vi el sol mismo en su máximo esplendor.
Note movimiento de su parte y observé como saco su celular... Para después dirigir su vista al frente donde se comenzaba a azomar los primeros rayos del sol.
En ningún momento vi el amanecer, estaba más concentrado en verlo a él que al astro que he visto toda mi vida.
— ¡Es hermoso! — dijo sonriendo ampliamente sacando fotos al lugar.
— Sí... Muy hermoso. — respondí con una sonrisa al ver un genuino brillo en sus ojos.
El volteó a verme y me sonrió con amplitud... En ese momento pude conocer lo más hermoso que existe. Una sonrisa sincera de aquel chico que me aceptó en su casa sin conocerme.
Sus ojos estaban un poco hinchados por haber llorado pero se veía tan lindo sonriendo que me sentí feliz al verlo sonreír.
Si estómago rugió exigiendo comida y soltó una risita avergonzada.
— Oh, lo olvidé... Te traje un poco de comida. ¿Quieres?
— Si muchas gracias.
Caminamos de regreso al lugar donde deje la mochila y saqué los pastelillos y el termo donde seguía el café caliente.
Le ofrecí lo que llevaba y tomamos asiento en el suelo, admirando el amanecer que aún seguía ahí.
No hablamos de nada en lo que comíamos... Sí, comíamos por qué prácticamente me obligó a probar un poco de pastel.
Me apoye en mis manos, recostandome hacia atrás mientras observaba la inmensidad del mar hasta que el habla de Hinata me hizo ponerle atención.
— Kageyama...
— ¿Que sucede? — pregunté volteando a verlo.
— Gracias por venir por mi y por traerme por primera vez a la playa.
— No hay de que... Haría cualquier cosa por verte sonreír
¿Por qué dije eso?... Me sonroje hasta mis orejas y desvíe mi mirada al cielo. Escuché que Hinata suspiró con una risita pude sentir como recostaba su cabeza en mis piernas.
— ¿Puedo contarte lo que sucede?
Me sorprendió su pregunta pero solo pude voltear a ver el cielo nuevamente y suspiré.
— Si tú quieres hacerlo, puedes decirme.
— Como te dije... Mi papá falleció cuando yo tenía seis años... Dijeron que se suicidó pero no creo que haya sido así por qué no pasaron ni dos meses cuando mamá se comprometió con un hombre mucho mayor que ella... — guardo silencio un momento y pude sentir como mi pantalón comenzaba a humedecerse — Mamá estaba muy triste por su partida y me dijo que él se había ido a vivir al cielo. Yo era un niño y no entendía del todo que era a lo que se refería pero sabía que no lo volvería a ver... Ese hombre nunca me agrado por qué nunca vi a mamá feliz. Siempre mentía con sonrisas... Como yo.
Se levantó de mi regazo para abrazar sus piernas y llorar a volumen alto. Me enderece en mi lugar y puse la cobija sobre sus hombros.
— Pasando el tiempo, mamá comenzó a trabajar por qué el señor perdió el empleo así que yo me quedaba con él todo el día, a excepción de la mañana ya que iba a la escuela primaria... È-èl me exigía que hiciera la comida y los quehaceres del hogar... Yo no tenía más opción que hacerle caso... Un día, llevo a una mujer a la casa, supe ahí que engañaba a mamá pero me amenazó con matarla si yo decía algo así que me quedé callado. Peleó con la mujer por defenderme, dijo que yo no debía hacer eso por que solo era un niño... no logró nada, me pidió perdón y se fue, ella se fue... Si tan solo yo hubiera podido impedir que se fuera...
— Hinata si no...
— Quiero seguir.... ¿Puedes escucharme?
— Claro... — no soportaba escucharlo más, sabía por dónde iba todo esto.
— Por su enojo... Él comenzó a... — se quedó en silencio y nuevas lágrimas bajaron por sus mejillas — Me empezó a tocar... No sabía muy bien que pasaba, dijo que era un juego yo era un niño y le creí... Jugábamos a los policías y dijo que yo era un ladrón... Dijo que debía buscar algún arma en mi ropa... Y como yo era un niño le seguí el juego. Comenzó tocando mis piernas las cuales estaban desnudas ya que solo vestía un short escolar... Subió sus manos y tocó mi entre pierna.... Por cosas que me dijeron en la escuela sabía que nadie debía tocarme ahí sin mi consentimiento... Intente apartar su mano pero solo me cargó y me llevo a su cama.... Me dijo que era un niño muy lindo y me comenzó a desnudar. Yo quise gritar... Tenía miedo, ese juego ya no me gustaba pero solo me agarró con fuerza y empezó a... M-masturbarme... No sabía que era lo que sentía, era una sensación nueva para mí... Después de eso, él... — se quedó en silencio mientras se acercaba a mí — Kageyama yo solo tenía ocho años cuando el abuso de mí por primera vez...
— Detente Hinata.
— Me hizo jurar que no iba a decir nada o si no mataba a mi mamá y yo no dije nada... Sus abusos siguieron recurrentes hasta que cumplí diez y seis.
— Ya no sigas si es difícil para ti — sabía que era muy difícil decirlo en voz alta pero yo que lo estaba escuchando... pude imaginarlo, solo quería que terminara.
— Ya casi termino... Mi mamá se enteró de lo que sucedía y me mandó a vivir a un orfanato donde tuve una vida relativamente buena... Conocí a Suga y Noya quienes también eran niños de ahí. Nos hicimos amigos pero Suga cumplió diez y ocho, tuvo que salirse del orfanato... Y así pasaron dos años.
«Como era de esperarse, nadie me adoptó y tuve que salirme del orfanato para vivir por mi cuenta, Suga me contrató en su pequeña florería que tenía en ese entonces así que diario me iba hacia allá, era de todo el día y el sueldo me alcanzaba para pagar mis necesidades básicas y la escuela...
«Al año, tocaron a mi puerta a las seis de la mañana. Era una mujer que yo no conocía y traía en brazos a un bebé aquella mujer preguntó por mi y en cuanto le dije que era yo, se solto a llorar. La invite a pasar y ella negó con la cabeza mientras me estiraba al bebé. Por inercia acerque mis brazos y sostuve al bebé que tenía sus cabellos naranjas... Por sus oídos perforados supe que era una niña.
«Cuando quise dársela de vuelta ella se había ido dejando una canasta con algunas cosas para bebé junto con una carta... Aquella carta traía el acta de nacimiento de la bebé con el nombre de "Natsu Akuno" identifique el apellido y no pude evitar sentir náuseas, deje caer el sobre y una hoja salió del mismo, la abrí y era una carta de mamá despidiéndose, me pedía que cuidara de Natsu ya que ella era mi hermana así que tome a mi hermana con fuerza y la abracé comenzando a llorar.
«Tuve que salirme de la escuela y comencé a cuidar de Natsu, a los cuatro meses llegaron a mi casa con una orden exigiendo que les diera a la niña, me negué pero me golpearon y se la llevaron... Dos años de estarla buscando, supe que estaba en el mismo orfanato donde había estado yo así que fui y la adopte... Por ello es que tiene mi apellido, la crié como lo que es, mi hermana pero después me dijeron que si no pagaba la deuda que tenía ese hombre después de estar apostando donde me uso como empeño para que él estuviera libre, me quitarían a Natsu nuevamente y esta vez no se la llevaría al orfanato... Si ese hombre hizo conmigo todo eso cuando yo tenía ocho años, no quiero ni pensar en lo que le puede pasar a ella.
— El dinero que él debe no es tu responsabilidad...
— Lo sé, y esa cantidad millonaria que debe de pagar la dejo a mi cargo... No quiero que me quiten a Natsu y sí no cumplo con el dinero que me piden, solo puedo darles esto — se señaló a el mismo — mi cuerpo y con ello me dejan en paz un mes hasta que me piden la siguiente cantidad. Ahí fue cuando comencé a trabajar en el bar, únicamente era mesero pero después de que me ofrecieron el trabajo completo a cambio de un sueldo base y las propinas que recibía acepte... Así es como he podido llevar la cuota.
— ¿Puedo preguntar de cuánto es la cantidad?
— De 100 millones de dólares...
Abrí mis ojos mostrando sorpresa... Iba a articular una idea loca y que probablemente se negaría pero hablo nuevamente interrumpiendo.
— Eso es lo que me falta... Llevo pagando cuatro años así que aún me falta un largo tiempo.
— ¿Y por qué no le pediste ayuda a Atsumu?, El no se negaría.
— No es su responsabilidad...
— Tampoco tuya.
— Lo sé, pero bueno... Esa es mi historia.
Me quedé en silencio viendo mis manos, quería golpear algo, no podía estar tranquilo... Sentía una rabia que jamás había sentido, ni siquiera cuando mis padres nos abandonaron sentí tanta molestia como ahora.
Sabía que existían casos así pero jamás me imaginé conocer a alguien que pasará por eso.
— Kageyama... — Habló nuevamente ganándose mi atención — ¿Pu-puedes abrazarme?
Abrí mis brazos esperando a que él estuviera listo y no tardó ni dos segundos para lanzarse a mi y abrazarme
Lo envolví con mis brazos con tranquilidad y escuché que suspiro una vez más...
Quería hacer algo... Una locura y se que podría ocasionar que él me odiara por meterme en sus asuntos.
Soy capaz de meter las manos al fuego por él y no entiendo el por qué. Pero no quiero verlo llorar nuevamente, mi corazón no lo soportaría... Yo solo quiero que sonría una vez más... Quiero que sonría de verdad.
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