Me encuentro en la cama, son casi las dos de la mañana y no puedo dormir por lo que pasó con mi mamá hace casi una semana. Michael llegó una hora después de que mi mamá se fue, me preguntó si todo estaba bien, y le dije que sí, no planeó mentirle, pero no quería decírselo en ese momento. O... más bien, no pienso decirle nunca.

Doy una vuelta completa en la cama y al final me harto, pongo mis pies sobre el suelo, me pongo unos tenis, unos pantalones de mezclilla, una simple playera y unos lentes y una peluca. Sacó un abrigo negro y salgo de la habitación. Me bajo y la recepcionista se sorprende al verme a estas horas, pero no le hago caso a lo que me empieza a decir, así que salgo. Camino en las calles y sólo me sumergo en mis pensamientos.

No es que la odie, pero me da tanto dolor y tanta rabia que me hable así de él, que se exprese de esa manera.

No creo que lo entienda.

Cruzo una calle y me siento en una banca de madera en un parque. No hay nadie y no hay peligro alguno, nada me pasara, lo sé.

No sé cuánto tiempo ha pasado desde que llegué aqui, pero siento que ya es bastante tiempo. Me puse de pie para dirigirme al hotel antes de que el sol salga y que Michael se despierte sin verme a su lado, sin que se preocupe. Al entrar me dirigi al elevador y subí hacía el Penthouse, salí y entre a la habitación.

Michael: ¡Amanda!

Me sobresalto.

Amanda: ¡ Michael!

Llega hacia a mí y me da un abrazo.

Michael: ¿ A dónde fuiste ?

Amanda: Salí afuera a despejar un poco la mente, no podía dormir.

Michael me vuelve a abrazar.

Michael: ¿ Hace cuanto saliste ?

Busco el reloj y lo veo pegado a la pared.

Amanda: Como... casi dos horas.

Me sorprendo, había pasado bastante tiempo fuera del hotel.

Michael: Sé que algo te pasa, desde ayer estás así

Dejé escapar un suspiro fuerte.

Amanda: Ayer, después de que te fuiste a ensayar, fui a comer y de compras, y al regresar me encontré a mi mamá, Michael.

Su rostro me dio la impresión de que estaba muy sorprendido, pero no decía nada.

Amanda: Dijo que quería hablar conmigo, entonces subimos y empezó... a decirme cosas horribles de ti.

Entonces me puse a llorar. Michael, en seguida me tuvo que consolar, pero no decía nada que pudiera dejar de llorar.

Michael: Entiendo que es difícil, por que me amas, al igual que yo a ti. Y me entristece saber, pero sobre todo confirmar que... a tu mamá jamás le agradaré, amor. Y... Nada puedo hacer, nada puedes hacer, por que nos hemos prometido que no importa lo que tu mamá o los demás digan sobre la relación que manejamos, siempre nos hemos amado.

Me tragué el nudo que se habia formado en mi garganta, y lo miré.

Amanda: A veces me asusta, Michael.

Michael: ¿Qué te asusta?

Relamí los labios, y me aclaré la garganta.

Amands: Ella... dijo que nada es para siempre, que las cosas no son eternas, que el amor que nos tenemos no es eterno...

Michael me miraba por unos segundos, pero no sabía qué significaba su mirada, y trataba de calmarme.

Michael: ¿ Recuerdas cuando... De aquel accidente y que... Como dos meses ya no nos hablábamos cómo antes ?

Asentí con la cabeza, pero esta vez me sentía un poco más confusa.

Michael: Y debido a eso, te fuiste de Neverland, y me dejaste una carta. Me escribiste diciéndome que habías aprendido algo en esta vida, que Nada Es Para Siempre...

Amanda: Sí, lo recuerdo perfectamente.

Michael: Ahora tu mamá te dice lo mismo, y creo que cabe destacar que no lo tenías presente hasta ayer con ella.

Era verdad, no lo recordaba.

Michael: ¿ Sí lo entiendes ? Amor, nos hemos vuelto a encontrar, tal vez la primera vez no tenía que ser así, o tal vez no estábamos listos para tener a este hijo que crecería en tu vientre.

Me tocó el estómago y me di cuenta de su voz que se entrecortaba.

Michael: Esta vez estamos hechos para estar juntos. Tal vez suene un poco... Egoísta de mi parte, pero nadie, ni tú mamá que se que es tu mamá, no debe de entrometerse en nuestra relación, tú eres quien decide amor, tú me amas como yo a ti, ¿O... Me equivoco?

Entonces lo besé, para que diera cuenta de que siempre lo he querido, desde el momento de haber conocido su música, desde el momento de habernos conocido. Michael correspondió mi beso, y me acariciaba las mejillas.

Amanda: Te amo tanto, Michael. Tanto.

Michael: Yo te amo mucho más de lo que te imaginas, amor...

Esta vez, volvió a hacerme el amor, y yo a él.

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