Jungkook se encontraba en el asiento delantero peliando con Nam por el botón del seguro de las puertas.

Nam cansado de la situación frenó con fuerza el auto y Jungkook se golpeó la cabeza con la parte delantera del auto.

-¡Imbécil casi me matas!-Gritó Jungkook sobandose la cabeza.

-Ojala te hubieras muerto-Dijó Nam serío.

Jungkook lo miró y frunció el ceño.

-Que amigo tengo-Bufó Jungkook e hiba a abrir la puerta pero aún estaba asegurada.

-Le dire todo a Jin-Soltó Nam y apretó el agarre del volante.

Jungkook dejo de forcejear y miró a su amigo un poco sorprendido.

-No le puedes decir nada-Jungkook le habló serio. -Si le dices que me trajiste donde Jimin te matará y a mi igual...

-Pues que lo haga-Nam lo miró. -Le diré que me engañaste aparentando que habías aprendido a control tu cólera...

-No te creerá-Jungkook se puso el cinturón de seguridad. -Conduce, debemos llegar antes que Jin llegue a la casa.

-Me creerá.. yo no le digo mentiras como tú, ya no contarás más conmigo Jungkook.

-Deja de ser sencible y conduce.. y no dirás nada-Jungkook encendió el auto pero Nam lo volvió a apagar.

-Si yo no hubiera estado ahí lo hubieras lastimado...

-No, lo hubiera metido al auto y llevado a casa, donde pertenece y donde no debió haber salido-Jungkook frunció el ceño y se cruzó de brazos viendo por la ventana.

-Suenas igual a tu padre...

-No me compares con ese hombre-El pelinegro lo fulminó con la mirada.

-¡Si lo eres!-Le gritó Nam otra vez enojado. -Eres igual a él apesar de que tu hermano se esforzó una y otra vez para que no lo fueras, repites la misma historia de tu padre...

-No-Jungkook apretó sus dientes y sus nudillos ya estaban blancos de los apretados que los tenía.

-Si.. la única diferencia es que Jimin fue más valiente que tu madre y escapó antes que lo matarás...

-No, yo jamás lo hubiera matado.. apesar de todo yo amo a...

-No lo digas-Nam sonrió sin ganas. -Tu padre también decía que los amaba y los golpeaba a los tres... todos los días veo las cicatrices de Jin y recuerdo que existen monstruos.. y lo peor es que mi mejor amigo se convirtió en uno.. le diré todo a Jin y así él me deja sé que se hará cargo de ti...

-No soy un estúpido niño para que se hagan cargo de mi.. puedo cuidarme solo-Jungkook se recostó al auto y cerró los ojos.

-Me averguenza decir que no sabes-Nam abrió la guantera y sacó una jeringa.

Nam le quitó la tapa y se la clavó a Jungkook en el cuello.

-¿Que mierdas me hiciste?-Preguntó Jungkook tocando la parte inyectada.

-Me hare cargo de tu estupidez humana.. no le harás daño a nadie más.

Jungkook poco a poco fue perdiendo la consciencia.. lo último que vio fue la cara de decepción de su mejor amigo.

*********

Cuando el pelinegro se fue Jimin había cerrado la puerta con los dos pestillos. Tenía mucho miedo de que Jungkook volviera y está vez si se lo llevará.

Cuando golpearon la puerta Jimin pegó un ligero brinco y se puso ambas manos en la boca para que sus sollozos no se escucharan... temía el regreso de Jungkook.

-¡Jimin despierta!-Gritó la señora Joon dándole paz absoluta a Jimin.

Jimin se acercó a la puerta y abrió rápidamente la puerta.. apenas vió a la señora Joon se le tiró encima abrazandola con fuerza.

-¿Que pasa?-Preguntó ella soltando las bolsas para abrazarlo.

-¡Él vino!-Sollozó Jimin. -¡Me quería llevar con él!.

La mujer se asustó y entró al cuarto con él, lo dejó en la cama y entró las bolsas al lugar. La señora Joon se sentó al lado de Jimin

-Jimin cálmate, recuerda a los bebés-Dijó ella tratando de que el chico de cabellos rosas dejara de llorar.

-¡Tenia miedo que me hiciera algo, no quería que lastimara a mis bebés!-Jimin se aferró más a la señora Joon.

Ella suspiró pesado.. ella sabía perfectamente como se sentía ese miedo, ella lo sintió hace mucho tiempo y no quería que este dulce chico sufriera lo mismo.

-¿Cuando dices él, te refieres a tu esposo?-Preguntó ella secando la lágrima que cayó por su mejilla.

Jimin asintió y siguio sollozando sin contemplacion, debía desahogarse y más si le estaban prestando unos brazos para hacerlo.

-Bien, ya estoy aquí y ningún hombre te hará daño.. primero me tendrán que matar-Ella lo separó y secó sus mejillas que estaban rojas.

Jimin asintió y lloró en silencio, se sentía seguro con tener a ella ahí aunque para que negarlo.. temía por la seguridad de ella también.

-Toma un tranquilizante-Ella abrió su bolso y sacó un frasco de pastillas. -Esto te hará sentir más calmado.. no puedes tener alteraciones, dañas a los bebés-Ella sacó dos pastillas y se las metió a la boca de Jimin, le dio un poco de agua y este se las tomó.

-¿Y si vuelve?-Preguntó Jimin subiendo sus pies en la cama.

-Yo te cuidaré, tu descansa.. me enfrente a mi esposo, ahora me enfréntare al tuyo, no te preocupes..-Ella le sonrió y acomodó la almohada para que se acostara.

Jimin abrazó su peluche de conejo y con pequeños sollozos cerró los ojos para tratar de tranquilizarse.

Jimin había imaginado un reencuentro con su esposo.. pero en ese no estaba incluído miedo, llanto, gritos, empujones ni nada parecido, él quería besos y abrazos, dulces palabras de arrepentimiento de su esposo y no lo que vivió.

Ahora lo único que quedaba era huir... volver a huir lejos del hombre que ama.